Días de desesperación y angustia son los que pasa Einar. Desdén, malos gestos y mucho silencio es su castigo, Engla sabe exactamente como exasperarlo y sacarlo de sus casillas, pero al mismo tiempo calmarlo para no explotar y ser el animal que siempre ha sido. Él ha dejado su orgullo de lado, le ha pedido perdón en muchas ocasiones, ha salido para traerle chocolates y le obliga a ir con él debido a que ella no pone de su parte y aun ella es inflexible con él. Einar no comprende en qué momento se debilitó tanto, no entiende desde cuándo esa pequeña mujer lo controla de manera descarada. La verdad no vio venir esa situación, ahora que es consiente, se enteró de que le preocupa el comportamiento de Engla hacia él. Nunca en su vida se esforzó por recibir el perdón de una persona que no fuera Nancy. Jamás se imaginó siendo tan débil y patético a la par de estúpid0 en sus acciones e intentos desesperados por hacer algo que ni él mismo sabe cómo hacer. ¿Qué se supone que debe hacer para
—Per la bella signorina. —Un hombre de ojos negros enormes y una amplia sonrisa, tendió una hermosa rosa roja ofreciéndosela a Engla quien amablemente se la aceptó agradeciendo con una hermosa sonrisa.—Toma tu rosa. —Einar se la quitó de las manos a Engla y se la devolvió al hombre. —No le regales flores a la mujer de un hombre y menos cuando va con él. —Le gruñó con las venas del cuello hinchadas por la rabia de que un estúpid0 le esté dando rosas a su mujer.—Oh, tranquilo caballero, es solo un gesto de amabilidad. Debería calmarse. —Eso para Einar fue como si le aseguraran que le arrebatarían a la mujer a su lado.—¿Qué tal si me relajo moliéndote a golpes y empujando esa maldita rosa por donde nunca antes te han metido algo? —Amenazó dondo un paso adelante, Engla tiró de él levemente, pero Einar está muy ofendido y cabreado por la acción del hombre.—Tranquilo, no hay por qué ponerse de esa manera, signore. —El hombre sonrió un tanto antipático.—¿No hay por que ponerse así? —Gri
Engla cerró los ojos con fuerza, Einar toca y acaricia cada rincón de su cuerpo. Sus expertas manos saben exactamente como encenderla al punto de desearlo con más intensidad cada segundo. No comprende como él no ha tocado nunca a otra mujer como la toca a ella, realmente lo hace demasiado bien.Einar miró sus pezones erectos, bajó lentamente la mirada hasta llegar a su abdomen y con delicadeza lo acarició con la punta de los dedos. Su lengua recorrió sus labios para humedecerlos, solo admirar y tocar a esa mujer le reseca hasta el alma.Una vez le dedicó tiempo a cada parte de su cuerpo, finalmente pudo centrarse en lo que desea cada día desde que la cambió de ropa el día que la encontró. Engla abrió sus piernas a la par que se aferró a las sábanas, los toques y la mirada de Einar la tienen al borde del orgasmo y la fresca brisa que azotó su sexo al abrir las piernas no le ayudó en nada.—Einar... —Susurró al abrir los ojos y encontrárselo únicamente observando su sexo mojado y chorre
—Caraj0s. —Einar la nalgueó cuando la vio ponerse en cuatro patas. ¿Cómo es que una mujer tan pequeña es capaz de aguantar tanto? Sus pensamientos le jugaron sucio e inmediatamente sintió ganas de correrse. Nunca pensó encontrar a la mujer que lo excitara a tal nivel, jamás creyó que encontraría a la persona con la que se sintiera perfecto. Su coñ0 lo recibe como si ella estuviera hecha a su medida. —Einar... Aaahhh, Dios... —Engla no fue capaz de soportar más, sus piernas no pudieron sostenerla y se dejó caer, pero Einar no dejó que se acostara, él la alzó y le pegó la espalda a su pecho. Él besó el cuello de su ángel y mordió su hombro derecho, aspiró el olor de su pelo y se deleitó con la sensación de entrar y salir de ella mientras su mano izquierda se aferra a su pecho derecho y la otra sobre su sexo así estimulando su clitoris. Einar cerró los ojos y abrazando con más fuerza a su mujer, se dejó llevar por sus gemidos y sus ruegos. Su cuerpo se tensó violentamente y el calor re
Amor, eso es lo que siente Engla por su imposible demonio. Einar no puede controlarse cuando se trata de ella, no soporta que nadie la mire siquiera, pero ella sabe exactamente como calmarlo antes de perder completamente la razón. Einar por alguna razón nunca recuerda los momentos amorosos y cariñosos que tiene con Engla y se le está dificultando disimular su repentina pérdida de memoria. Ella, en cambio, se lo recuerda siempre que puede, está fascinada con esa versión que ha conocido de él. Él simplemente no entiende como es que siendo tan cruel y frío sea capaz de tratarla con mimos y decirle palabras bonitas o expresar sus sentimientos. No es que no quiera, es simplemente que ser cariñoso no es algo que pueda ser. Por momentos desea recordarlo para así poder expresarse y recordarlo todo sin necesidad de esperanzarse a que Engla sea quien lo ponga al tanto de lo que hace en esos momentos que pierde la realidad. Su pequeño cuerpo abrazándolo lo descolocó, recuerda muy bien que al
—Mierd4. —Gruñó agitado con la frente apoyada a la pared, sus latidos están totalmente fuera de control y teme un infarto. —Un día me sacarás el corazón por el coñ0. —Einar sonrió, esa chiquilla siempre tiene algo gracioso que decir. —¿Te estás riendo? —Giró la cabeza para mirarlo, pero Einar se puso serio rápidamente. —Muero por verte sonreír por lo menos una vez. —Sin responder nada, salió de ella y la tomó en brazos para ir a la tina, así ella podrá recuperarse. —¿Nunca me sonreirás? ¿Ni siquiera cuándo sea tu esposa? —Engla lo miró a los ojos. ¿Cómo puede él decirle que es la única mujer que lo ha hecho sonreír con su inocencia? —No sonrío nunca, no esperes eso de mí. —Engla se recostó en su pecho y no insistió, sabe que no lo hará. —¿Por lo menos me permitirás conocerte más? —Einar enarcó su ceja, ¿Qué más quiere conocerlo? Ella misma dice que ha visto una parte de él que jamás en su vida ha mostrado. ¿No sé da cuenta ella que él hace cosas que jamás en su vida haría? Eso sign
—Bebé, debemos irnos, sabes que a Einar no le gusta esperar. Lo 0dia. —Nancy se apresuró a recoger su cabello. —Estén listos, voy bajando. —Comunicó por el móvil y lo guardó en el bolsillo. —Vamos. —Salió de la habitación. —Muero por ver a Engla, la extraño muchísimo y... —No pudo continuar, Roy tiró de ella y le plantó un beso de esos que debilitan las piernas. —¿Qué ha sido eso? —Nancy preguntó embobada por ese delicioso beso. Roy miró sus ojos y después sus labios rojos e hinchados por el feroz beso. Sin responderle volvió a besarla aún con más intensidad. Nancy se aferró a su hombre y correspondió el ardiente beso, sus pensamientos inmediatamente se nublaron y el deseo controló su cuerpo al igual que la excitación. —Einar vuelve hoy. —Dijo con voz gruesa en cuanto se apartó de ella para que ambos conciliaran el aire. —Desde hoy tendremos que volver a lo mismo. —Nancy oscureció su mirada. —Te he dicho que hablemos con Einar, ya estoy cansada de esto. —Roy resopló, no debió toca
—Hola, Roy. —Ella lo abrazó y le dio un beso en la mejilla, lo siguiente que sintió fue un jalón de parte de Einar. —No vuelvas a hacer eso. —Engla lo miró con seriedad. —Y suéltame. —Se soltó con agresividad y tras dedicarle una pequeña sonrisa a Roy, se adelantó seguido por dos de los guardas espaldas. —Uuiisss, difícil eh... —Einar miró a su amigo con rabia. —Tan difícil que aceptó ser mi esposa. —La arrogancia casi aplastó a Roy. —¿Me estás hablando en serio? ¿Y por qué te ha tratado de esa manera? —Roy no perdió detalle. —¿No lo habrás dicho para que tu poder sobre ella no se viera disminuido? —Einar lo miró sin hacer gesto. —Ambos sabemos que no. —Dijo con hipocresía, justo por eso lo dijo. —Dios, finalmente. —Nancy la abrazó con fuerza. —¿Cómo te fue? ¿Te castigó? ¿Te golpeó? —Recorrió su cuerpo con la mirada. —Oye, tranquila, estoy bien. —Engla río divertida. —Tengo mucho que contarte, Venecia es hermosa... —Dejen el cotilleo para después. —Einar como siempre arruinó el