Cómo los últimos dos días, Einar fue el primero en bajar a la cocina. Aunque siempre sea el primero en despertar, jamás había bajado antes que Nancy, siempre bajaba una vez el desayuno estaba hecho, pero ahora simplemente no puede contenerse. Las chicas se las han ingeniado para no necesitarlo y eso lo está desesperando al punto de no darse cuenta de su comportamiento. Ellas prefieren desayunar frutas y tostadas únicamente con mantequilla, no ocupan nada que tenga que ver con abrir los potes. Eso tiene a Einar como una bestia imparable, ser testigo de cómo esas dos pasan totalmente de él y no le piden ayuda lo supera. ¿Desde cuándo él falla en sus planes? ¿Cómo es posible que aún no puede obtener lo que quiere? El solo pensamiento de no tener la situación controlada lo hizo maldecir. Engla entró a la cocina justo en el momento en el que Einar demuestra su frustración. Sin mirarle se dirigió al frigorífico para sacar algunas frutas, los potes de mermelada están tan duros que no lo p
Nancy se compadeció de su hermano y le preparó el desayuno aun cuando significó romper varios potes de aderezos. Los últimos días ha sido un patán como siempre, pero eso ya es él y nadie se lo va a quitar, además, lo está pasando mal por sentir algo que nunca antes ha sentido y eso no es para nada bonito. —Oh, aquí estás. —Se acercó a él. —Te he hecho el desayuno para que te lo lleves, sé que 0dias comer fuera. —Einar estuvo realmente agradecido, pero como el obstinado que es, solo tomó el recipiente. —Ya era hora de que hicieras algo por mí, quizás te deje salir unas horas con tus amigos. —Nancy sonrió, es un maldit0 imbécil y no puede creer que lo quiere tal cual es. —Con un gracias hubiera bastado. —La abrazó. —Es bueno expresarse de vez en cuando. Llevas treinta y cinco años reprimiéndote, déjate llevar. —Le guiñó alejándose de él. Einar la miró por unos segundos. —Barbie. —Su boca soltó la palabra antes de que su cerebro lo procesara. —¿Sí? —Nancy giró nada asombrada, acostu
El cerebro de Roy pareció no poder procesar las palabras de su amigo y mucho menos el tono que empleó. ¿Le está ordenando o se lo está pidiendo amablemente? Cuál fuera la respuesta duda mucho que su amigo se encuentre bien.Su preocupación cambió de persona cuando recordó las últimas palabras “Iré a Italia con Engla” ¿Qué coñ0 está pensando con la pobre chica?—¿Qué le harás, Dankworth? —Einar se sintió ofendido por su pregunta, ¿Realmente está teniendo miedo de él? Recordando su pasado comportamiento con Engla, lo entendió.—¿Qué te hace creer que le haré algo? —Roy alzó sus cejas un poco confundido y hasta incrédulo por su cinismo.—Oh... My Lord, lamento dudar de usted cuando lo único que ha hecho es demostrar su buena voluntad y su amabilidad, ¡Por una mierd4 Dankworth, no has hecho más que fastidiar a la chica desde que la tienes en tu poder! —Einar tensó la mandíbula.—No te metas en mis asuntos, si no quieres quedarte a cuidar a Nancy puedo dejar a otra persona. —Eso fue un gol
—Esta semana estaré fuera del país. —Observó los documentos con detalles. —Puedes concertar las citas por orden de importancia. La otra semana cuando vuelva estaré poniéndolo todo en orden. Necesito que te contactes con el gerente, dile que venga a mi despacho cuanto antes. Estos papeles me los llevaré y los enviaré yo mismo. —La chica se levantó rápidamente. —Por supuesto, señor. Llamaré al gerente. —Salió del despacho y se dirigió a su oficina para cumplir la orden dada por su jefe. —Señor Hall, el jefe Dankworth quiere verlo en su oficina ya mismo. —Cerró la llamada y se apresuró a cancelar todas las citas de la semana y a reagendar. Nunca creyó que el trabajo sería tan difícil, si tan solo su jefe fuera otra persona quizás no fuera tan estresante. —Pase. —Einar miró a la puerta y el gerente entró con una cara de seriedad alarmante. —¿Quería verme? —Einar señaló el puesto frente a él. —Saldré de viaje por una semana, necesito que quedes al frente nuevamente. —El hombre asintió
Días de desesperación y angustia son los que pasa Einar. Desdén, malos gestos y mucho silencio es su castigo, Engla sabe exactamente como exasperarlo y sacarlo de sus casillas, pero al mismo tiempo calmarlo para no explotar y ser el animal que siempre ha sido. Él ha dejado su orgullo de lado, le ha pedido perdón en muchas ocasiones, ha salido para traerle chocolates y le obliga a ir con él debido a que ella no pone de su parte y aun ella es inflexible con él. Einar no comprende en qué momento se debilitó tanto, no entiende desde cuándo esa pequeña mujer lo controla de manera descarada. La verdad no vio venir esa situación, ahora que es consiente, se enteró de que le preocupa el comportamiento de Engla hacia él. Nunca en su vida se esforzó por recibir el perdón de una persona que no fuera Nancy. Jamás se imaginó siendo tan débil y patético a la par de estúpid0 en sus acciones e intentos desesperados por hacer algo que ni él mismo sabe cómo hacer. ¿Qué se supone que debe hacer para
—Per la bella signorina. —Un hombre de ojos negros enormes y una amplia sonrisa, tendió una hermosa rosa roja ofreciéndosela a Engla quien amablemente se la aceptó agradeciendo con una hermosa sonrisa.—Toma tu rosa. —Einar se la quitó de las manos a Engla y se la devolvió al hombre. —No le regales flores a la mujer de un hombre y menos cuando va con él. —Le gruñó con las venas del cuello hinchadas por la rabia de que un estúpid0 le esté dando rosas a su mujer.—Oh, tranquilo caballero, es solo un gesto de amabilidad. Debería calmarse. —Eso para Einar fue como si le aseguraran que le arrebatarían a la mujer a su lado.—¿Qué tal si me relajo moliéndote a golpes y empujando esa maldita rosa por donde nunca antes te han metido algo? —Amenazó dondo un paso adelante, Engla tiró de él levemente, pero Einar está muy ofendido y cabreado por la acción del hombre.—Tranquilo, no hay por qué ponerse de esa manera, signore. —El hombre sonrió un tanto antipático.—¿No hay por que ponerse así? —Gri
Engla cerró los ojos con fuerza, Einar toca y acaricia cada rincón de su cuerpo. Sus expertas manos saben exactamente como encenderla al punto de desearlo con más intensidad cada segundo. No comprende como él no ha tocado nunca a otra mujer como la toca a ella, realmente lo hace demasiado bien.Einar miró sus pezones erectos, bajó lentamente la mirada hasta llegar a su abdomen y con delicadeza lo acarició con la punta de los dedos. Su lengua recorrió sus labios para humedecerlos, solo admirar y tocar a esa mujer le reseca hasta el alma.Una vez le dedicó tiempo a cada parte de su cuerpo, finalmente pudo centrarse en lo que desea cada día desde que la cambió de ropa el día que la encontró. Engla abrió sus piernas a la par que se aferró a las sábanas, los toques y la mirada de Einar la tienen al borde del orgasmo y la fresca brisa que azotó su sexo al abrir las piernas no le ayudó en nada.—Einar... —Susurró al abrir los ojos y encontrárselo únicamente observando su sexo mojado y chorre
—Caraj0s. —Einar la nalgueó cuando la vio ponerse en cuatro patas. ¿Cómo es que una mujer tan pequeña es capaz de aguantar tanto? Sus pensamientos le jugaron sucio e inmediatamente sintió ganas de correrse. Nunca pensó encontrar a la mujer que lo excitara a tal nivel, jamás creyó que encontraría a la persona con la que se sintiera perfecto. Su coñ0 lo recibe como si ella estuviera hecha a su medida. —Einar... Aaahhh, Dios... —Engla no fue capaz de soportar más, sus piernas no pudieron sostenerla y se dejó caer, pero Einar no dejó que se acostara, él la alzó y le pegó la espalda a su pecho. Él besó el cuello de su ángel y mordió su hombro derecho, aspiró el olor de su pelo y se deleitó con la sensación de entrar y salir de ella mientras su mano izquierda se aferra a su pecho derecho y la otra sobre su sexo así estimulando su clitoris. Einar cerró los ojos y abrazando con más fuerza a su mujer, se dejó llevar por sus gemidos y sus ruegos. Su cuerpo se tensó violentamente y el calor re