—Einar. —Su voz agitada lo tensó una vez la escuchó. —Nunca se sabe qué ángel te llevará a conocer el infierno. —Einar se detuvo en seco antes de salir del comedor, se negó a voltear, su cerebro envió una clara orden de continuar su camino, pero su corazón duro como roca por primera vez palpitó de manera extraña y volteó. —Y yo soy el que te corresponde. —Ambos se miraron a los ojos por un largo tiempo y las cosas quedaron más que claras, pero Einar no está dispuesto a comprender nada. —Pueda ser que tus alas no se quemen al tratar de mostrarme el mundo que conozco a la perfección. —Sin más salió del comedor envuelto en mil dudas y en ese sentir que aún no puede descifrar. Nancy le dio información, ella le abrió la mente, pero sabe que él mismo le arrebató su inocencia al mostrarle ese placer que todo lo corrompe. ¿Por qué aún no es su sumisa? ¿Por qué sus deseos solo le pertenecen cuando ella así lo quiere? ¿Por qué coñ0 él cae en sus provocaciones una y otra vez? Vuelto un lío sa
Nancy apretó su agarre un poco más y Engla frunció el ceño al ver al hombre con apariencia sombría. Dos de los guardas espaldas rápidamente se colocaron frente a las chicas dejando una distancia prudente entre ellas y el tipo. El hombre miró el acto estúpid0 de esos idiot4s y ladeó la sonrisa provocando un escalofrío en Nancy. —Hola, preciosa. —Su sola voz erizó la piel de manera repugnante en ambas chicas. Nancy sabe perfectamente por qué el de su reacción, en cambio, Engla no lo comprendió. Einar es cruel, frío y temerario, pero el hombre que las mira por sobre los guardas espaldas llega a un nivel sombrío que jamás había contemplado en la vida. —Lain, no me digas así. —Nancy trató de sonar firme; sin embargo, su voz la traicionó de manera estrepitosa de esta forma haciendo disfrutar al hombre frente a ella. —Vamos, no puedes pretender que te trate de manera diferente después de lo que tuvimos. —Engla alzó las cejas y miró a su amiga, quién se sonrojó debido a la impotencia de
—No nos iremos. —Engla se paró firme mirándolo a los ojos. —Si nos envías a casa en este momento te vas a arrepentir, lo juro. —Los celos están hablando por ella, no sabe exactamente qué sucede, pero el trato de Einar y el que esté defendiendo a esa mujer la lástima muchísimo. Einar iracundo por sentirla enojada por su orden y no por qué está con otra mujer, lo enfureció tanto que no se contuvo ni un segundo más. —Llévenla a casa y las encierran a cada una en su habitación, ¡Ahora! —Bellavel y los guardas espaldas lo miraron descolocados. Él jamás pierde el control de esa manera y menos en público, ¿Qué lo llevó a tanto? El corazón de Bellavel por alguna razón inició a palpitar con fuerza, ¿Estará él furioso por lo que esa chica le hizo? Ese solo pensamiento la excitó y emocionó como nunca antes. Quizás Einar se esté dando cuenta finalmente que siente mucho por ella y no nada como él siempre dice. —No es justo, z0rravel la ofendió primero. —Nancy quiso protestar. —No me interesa,
Malos gestos, indiferencia, altanería, arrogancia y celos. Con eso es lo que ha tenido que vivir Einar los últimos días a manos de Engla. Él jamás se arrepiente de hacer las cosas y nunca pide disculpas, pero saber que su jugada además de salir mal le está causando problemas con Engla, le hizo pensar en lo sucedido. Engla está profundamente dolida y no solo por no recibir unas disculpas de parte de Einar, sino también por saber quién es la mujer con la que apareció en el centro comercial. Saber que él mantiene sexo con aquella chica y que no se digne en esforzarse por tenerla a ella en su cama le fastidia muchísimo. No solo el hecho de que él está jugando con su dignidad, sino que también por saber que el idiot4 juega con dos a la vez. Ahora agradece mantenerse a raya y no haber caído en las sucias manos de aquel cruel hombre. Nancy se siente en el fuego cruzado, jamás había visto a Einar esforzarse tanto para obtener lo que quiere. Él realmente ha tratado de llegar a Engla de todas
—Tú lo has dicho, Einar es muy hermético. Yo he intentado hacer que se disculpe conmigo y no lo ha hecho. Le he dado su merecido y no da su brazo a torcer. —Estoy segura de que con lo de hoy, o haces que se disculpe, o definitivamente lo matas. —Nancy carcajeó al imaginarse la escena. —Deja de bromear, no es broma. Si no consigo lo que deseo hoy, me daré por vencida con él. —Nancy dejó de reír. —Wow... estar perdiendo tu ignorancia te está haciendo bastante mal. Deja de pensar así, recuerda tu propósito, no caer en las garras del cruel demonio. —Engla resopló ruidosamente, todo eso es demasiado para ella. Apenas comprende el mundo. Einar miró por la ventanilla del auto, pensando en la petición de Engla, ella solo desea que él se disculpe y no es capaz de hacerlo. Él no sabe cómo hacerlo y de lograrlo sería perder el control. ¿Acaso está loco? ¿Realmente está pensando en disculparse con esa salvaje que no hace más que volverlo loco? Él es Einar Dankworth, el hombre que jamás se dis
A todos se les cayó la mandíbula al ver tal espécimen único en el mundo. Engla entró por la puerta luciendo como una auténtica vikinga, pero algo más actual y sexy. La vestimenta completamente negra es conformada por una blusa manga larga de encajes con dos cintas de cuerdo cruzadas en X así sobresaltando sus pequeños pechos, una falda larga con abertura en ambas piernas, las mismas permiten admirar las piernas de Engla adornadas por unas preciosas cadenas cada vez que da un paso. Sobre la elegante y sexy ropa luce una capa negra larga con hombreras de piel falsa en blanca. Todos la miraron a la par y cuando llegaron a los pies se asombraron por el calzado que parecieran ser de una guerrera. —Buenas noches. —Con una sonrisa tomó una copa de la bandeja del camarero que parecía estar congelado. El peinado que lleva los dejó a todos atónitos, ella realmente es una vikinga, por lo menos sus trenzas entre cabellos sueltos lo aclaran. Nancy dejó de mirar a su amiga y se centró en Einar.
—Oh, has vuelto. —Lain ladeó su sonrisa y le brindó el agua. —No me olvidé. —Engla agradeció con una enorme sonrisa, estando ahí no hay posibilidad de que Einar se comporte como el monstruo que es. —¿Estás viviendo con Dankworth? —La curiosidad de Lain le provocó gracia a Engla. Está ahí desde hace meses y nadie absolutamente nadie sabe quién es. —Se puede decir que... —El leve tirón que Lain le dio la calló. Arrastrándola hasta la pista le sonrió después de quitarle la copa de agua y dársela a un camarero. —Lo siento, es solo que bailar mientras dos personas se conocen lo hace todo más especial. —Lain la miró con intensidad. —No soy ese que conociste antes, realmente soy bueno. —Engla suspiró, agradece que sea el baile que Nancy le enseñó. —No sé bailar muy bien. —Confesó cuando inició a bailar. —Tú solamente déjate llevar por mí. —Sonrió al verlo guiñarle. —¿Me decías que...? —Engla suspiró. —Bueno, es solo que yo soy... —Mi mujer. —El gruñido y el ruido al caer Lain la volvie
Gritó con desesperación, no le importó que fuera su primera vez pidiendo disculpas, él solo quiere que ella deje de provocar tantas cosas en él. —Einar... —Lamento lo que te hice. —La interrumpió. —Yo lo siento, Engla. —Ella lo miró perplejo, nunca creyó que realmente él se disculpara. Más bien vio la situación para decirle lo que ella sentía. Einar ofuscado entró a la habitación hecho un embrollo con sus pensamientos. Su corazón jamás había latido de esa manera, su mente nunca antes se ha sentido tan nublada por no decir confundida y su maldit0 juicio jamás lo abandonó como lo abandonó en la gala. —Gracias. —Engla entró tras de él, por primera vez ha contemplado algo más que crueldad y frialdad en ese hombre. Einar se tensó al escuchar su voz. —Ya dije lo que querías, ya déjame en paz. —La miró sin expresión, sacando lo que realmente es. Un hombre inquebrantable. —No, no me iré. —Engla se acercó un poco más. —No tienes que sentirte avergonzado por pedir disculpas y... —¿Avergo