Gordon se sentía feliz con la novia que tenía, solo pensaba en ella y en lo bien que lo hacía sentir, esa tarde en su oficina recibió una llamada de un número desconocido, dudó si recibir, pues sentía desconfianza en ese tipo de sucesos. Minutos después llegó un mensaje interesante y poco común. “Camila Sánchez no es quién tú crees, solo es una oportunista, trepadora que siempre apostó al más rico, solo le serviste de trampolín”Se quedó pensando unos instantes en lo que acababa de leer, reflexionó un poco y dejó de prestar atención a ésto, se dijo que alguien malintencionado estaba buscando la manera de sembrar cizaña. También Bruce recibió un mensaje parecido con respecto a Camila, “No confíes en la relación de tú primo y esa mujer, sé de muy buena fuente que siempre buscó tener dinero a manos llenas”Éste arrugó el entrecejo y se dijo:«Definitivamente esta es Astrid, voy a llamarla»Y tal como lo pensó así lo hizo:—Cariño deja de estar enviandome mensajes desacreditando a Cam
Richard se sorprendió al escuchar la sugerencia de su novia. —¿Astrid? ¿Tú crees? ¿Que interés tendría en informar a Stella de tí? Ya estamos divorciados. — Para crear problemas, ella está resentida por no haber logrado obtener a nuestro hijo mi amor. — Tienes razón, no se me había ocurrido, esa mujer es de armas tomar, que bueno que estás siempre prevenida, voy a encargarme de ese asunto. — De todos modos ve con cuidado, no tenemos la certeza de que ella tenga sus narices metida en ésto. — No te preocupes, seré sutil en mi investigación. Camila se quedó tranquila, confiaba en su intuición y en la astucia de su novio para manejar asuntos delicados, éste era uno, pues acusar sin pruebas es lo más complicado a la hora de emitir un juicio. Astrid usaba toda su astucia para destruir la reputación de Camila y separarla definitivamente de Richard y todo lo que tuviera que ver con la familia, estaba llena de rencor, además de envidia por no haber logrado nada de lo planeado. Ahora su
— No entiendo el porqué de tu pregunta— respondió ella. — Cariño, te tomas demasiadas molestias para separar a esa muchacha de él, no sé, es mi opinión, ¿O ella se ha metido con tu marido? — A Bruce le gusta, pero ella solo tiene ojos para Richard y sus millones. — Y a tí te da envidia que sea ella la que esté logrando conquistarlo y no tú. — ¡Paul, claro que no! Es fastidio lo que siento al verla tan sobrada al momento de hablar con ella. — Cariño eso se llama envidia, se sincera contigo misma, a mi no tienes porqué esconder nada, se como funciona tu cerebro, ya son más de dos años que somos amantes, así que si te gusta ese primo de tu marido, a lo mejor si te acuestas con él lo superas. — ¡Ay no pienso discutir contigo eso! ¡Yo sé lo que siento! Mejor me voy, ya he pasado demasiado tiempo contigo, solo eres mi amante, no mi esposo. — Adiós cariño, ni loco me casaría contigo, ese karma le toca al bueno de Bruce. Ella le lanzó una de las almohadas y él soltó la carcajada, lo
—La verdad no me gustaría enfrentarme a esa chica, pero si no hay más remedio lo hago señor McIntyre— dijo Paul sosteniendo aquella mentira— aprecio mucho a mi amigo Bruce, por él estoy haciendo ésto, ella me hacía preguntas acerca del esposo de Astrid una vez que se empezó el proceso de preparación para la inseminación y como yo no veía malicia en lo que ella preguntaba le daba información. Richard sentía la boca seca al escuchar el relato de éste hombre, no podía creer lo que escuchaba, pero se obligaba a seguir allí para luego enfrentar la verdad. — Camila es una chica calculadora y fría, ella cuando se propone algo lo logra, dijo que se casaría con un millonario y ahora está comprometida con usted, la verdad que me quedo boquiabierto con esto— continuó Paul. — ¿Cual es su interés doctor en hablar mal de mi prometida? — quiso saber Richard. —Interés ninguno, quizás sea solidaridad por ser primo de mi amigo Bruce— respondió— usted es libre de seguir con sus planes con ella, sol
Camila llegó a casa y llamó a su madre. — Mamá empaca tus cosas que nos vamos de aquí— dijo Camila con el rostro duro. — ¿Qué sucede hija? — Richard decidió creer a alguien que yo soy una trepadora, que me acerqué a él por su dinero y se fue sin siquiera preguntarme nada, él sacó sus conclusiones y decidió dejarme, mientras se fue a rumiar su dolor. — ¿Quién te dijo eso? — No importa mamá, ve y haz lo que te digo, con el dinero que tengo ahorrado podemos irnos bien lejos de todos estos malditos ricos que valoran más su dinero que los sentimientos, no tengo nada que buscar con ellos.— ¿Y los niños? Preguntó Alba. — ¡Son míos mamá! ¡Nacieron de mí y se van conmigo! — Pienso que deberías esperar y aclarar las cosas con Richard— dijo Alba. — No tengo nada que aclarar, ya él me juzgó y dió su veredicto; ¿vienes o no? — ¡Claro que voy contigo! Las dos arreglaron sus maletas y salieron de la mansión de Richard McIntyre para siempre, la mandíbula de Camila iba apretada por el dolo
Alba le había preguntado varias veces a donde iban y ella solo había respondido:—A la casa de un amigo madre. No quería dar muchas explicaciones, su mamá se quedó tranquila con esa respuesta, ya no hubo más preguntas. Ahora estaban instaladas en ésta hermosa casa, era una edificación muy sólida de una sola planta, con cinco habitaciones amplias y decoradas con gusto exquisito, la pareja que la atendía era muy amable y solícita en su atención para con las dos mujeres. De inmediato se prendaron de los niños, el pequeño Richard que empezaba a caminar con pasos más firmes, quería correr por los amplios y bien cuidados jardines, se respiraba paz en aquel paraíso, Camila se preguntó ¿para qué usaría aquella casa éste señor tan estirado? —¿Qué te parece éste lugar mamá? — ¡Es muy bello, me encanta! ¡Parece una casa de cuentos de hadas! — exclamó Alba. Allí Camila se sentía segura, había cambiado el número de su teléfono para que Richard no pudiera localizarla, no pensaba estar escond
— Mamá es alguien que tú no conoces, es uno de los CEO de la empresa que generosamente se ofreció a ayudarme. Alba con desconfianza respondió:— Espero que no tenga doble intención, todos esos hombres con dinero solo buscan acostarse con las mujeres que trabajan para ellos. — No hables así mamá, no todos son pervertidos, hablas con demasiado resentimiento en tú corazón, quiero que sepas que existen hombres con buenos sentimientos. — Puede ser, pero mirate, huyendo del hombre que supuestamente confía en tí— dijo Alba con renuencia. Camila rodó los ojos ante aquel comentario y dijo:— Ese es otro asunto mamá, mejor cambiemos de tema, vamos a ver a los niños. Alba se sintió avergonzada. — Disculpa hija, es que no quiero que se repita mi historia en tí. — Nada que ver lo que viviste mamita con lo que ahora estoy viviendo, ya deja de dar vueltas a tus recuerdas para remover rencores, además quiero informarte que después que salga de ésta investigación, voy a empezar a buscar a mi
— No quisiera dar un diagnóstico equivocado Gerrit, pero no me gusta lo que sentí al tomar su presión— dijo el médico— deberías llevarla lo más urgente que puedas. — Entonces saldremos detrás de tí, Adel. Una vez que salió el médico Gerrit se dirigió a sala, en el mueble seguía su esposa descansando. — Marjorie vamos hasta la clínica, debes iniciar con esos exámenes de inmediato. — Escuché muy bien, que Adel dijo en la tarde— insistió ella. — No seas terca mujer. Ella con renuencia le acompañó, ya en la clínica el especialista decidió que lo mejor era quedarse hospitalizada, los latidos del corazón se sentían muy débiles e irregulares, Gerrit llamó a Bruce, a Richard y a Adam para notificar lo de Marjorie, los tres llegaron de inmediato. — Ya que están aquí, iré un momento a casa a traer algunos artículos personales para que esté cómoda, Bruce ve con ella, quiere verte. Salió dejando a los tres hombres a cargo mientras él iba a casa, recogió algunas prendas de ropa femenina qu