La pelirroja observa al "chico" esrañada por el repentino interez —Sí, ¿no sabías? los chicos tiene mas librtad a la hora de escoger las menciones deportivas.
—No, ¿Cuáles pueden practicar las chicas?
—Bueno... — se rasco un poco el cachete haciendo memoria— solo podemos practicar, tenis, soccer y basketball. —contestó ella.
—No lo sabía. —dijo Alex más para sí misma.
— ¿Tu cuál elegirás?
—No lo sé, yo quería boxeo. —el desánimo se le notaba en la voz.
— ¡Vaya! Desarrollarás unos músculos fuertes, y muy sexis. —dijo Alicia sonriendo pícaramente.
Ya para la chica cabello de cabello oscuro no había ninguna duda, Era oficial, ¡la chica estaba coqueteando con ella!
Alex quería aclarar el asunto pero otra vez, por azares del destino no pudo aclararle nada porque en ese preciso momento Robert salió de la oficina y palmeó suavemente la espalda de Alex diciéndole que ella seguía.
Alex se despidió de ellos con un gesto y cogió sus pertenencias. Entró en la oficina de la coordinadora, que era una mujer de aproximados treinta y nueve años delgada y con un peinado muy elaborado, su nombre grabado en un rótulo colocado en una de las esquinas del escritorio decía: Eva Fontana,.
—Buenos días señorita Eva fontana.
—Buenos días. —contestó secamente la coordinadora mientras revolvía algunos papeles. Alex, se sentía decepcionada porque ya no podría entrar en las clases de boxeo "¡Y todo por ser una estúpida mujercita!" pensaba la chica amargamente, "M*****a sea debí informarme mejor, no, malditos ellos que son unos machistas disfrazados de igualitarios" sus orejas volvían a estar de un rojo escarlata,
Entonces ocurrió, una idea cruzó su mente. Estaba lejos de casa, nadie la conocía ahí, tenía aspecto de chico, todos pensaban que ella era un chico, y si en las clases de box solo admitían chicos, definitivamente valía la pena hacerse pasar por un chico, total, no le sería tan difícil.
— ¿Nombre y apellido? —preguntó Eva.
— Alex Sánchez.
— ¿Semestre?
—Primero.
—Tenemos un pequeño inconveniente… jovencito. —dijo Eva mirándolo de arriba abajo.
— ¿Cuál?—preguntó dubitativa la chica.
—Tus papeles aún no llegan, tal vez se hayan extraviado porque no apareces en la lista oficial de ingresados, así que no estás inscrita en ésta universidad. —dijo la coordinadora.
—Pero si tengo el ticket de pago, eso prueba que en verdad me inscribí aquí. —dijo Alex que no podía creer su mala suerte.
—Déjame verlo. —exigió la coordinadora. Alex buscó en su cartera y sacó un papel finamente doblado, se lo extendió.
—Bien, has pagado tu cuota semestral, pero sigues sin aparecer en el registro, la única opción que tenemos es que llenes ésta solicitud de inscripción y para esta semana a más tardar me traigas los papeles faltantes ¿queda entendido?—explico Eva extendiéndole una hoja y una pluma a la chica.
—Sí, perfectamente. —Alex sorprendido por el giro que tenía la situación, no pudo evitar sonreír abiertamente.
—Veo que te entusiasma en sobremanera estar aquí. —dijo Eva viéndola fijamente.
—Eh… si, mucho.—contestó escribiendo todos sus datos en la solicitud, cuando llegó a la parte de sexo la costumbre se hizo presente y a punto estuvo de marcar la letra "F" pero rápidamente desvió la pluma hacia la letra "M", después siguió rellenando los cuadros en blanco.
—Bueno su facultad está en el ala norte, su salón es el numero D, su dormitorio será en el apartamento dos mil quinientos siete en la sección seis— finalizo entregándole una llave junto a un llavero con el logo de la universidad.
— Es todo, y solo queda pendiente ese asuntillo. —dijo la coordinadora cuando Alex le entregaba la hoja ahora llena.
Salió de la oficina, se colocó bien su Mochila y cogió con fuerza su valija, más adelante estaba el mismo chico esperando y hablando animadamente con la pelirroja, que al verla, salió disparada hacía el interior de la oficina.
— ¿Y bien?—preguntó Robert.
—Salvo por un pequeñísimo incidente, todo bien.
—Qué bien, bueno ¿qué sección te tocó?
—La número seis en el departamento dos mil quinientos siete. —dijo Alex.
—¡¡Genial! Somos compañero de depa también, bueno será mejor que vayamos ahí para dejar nuestras cosas, qué más tarde comienzan las clases, anda. —dijo Robert guiándolo por entre las gentes que esperaban su turno.
— ¿Sabes dónde están esos departamentos? —preguntó Alex.
—Claro, mi hermano estudió aquí, conozco esta universidad como la palma de mi mano. —dijo el chico confiado.
—Qué bien porque yo no.
—Bueno Sánchez, pronto conocerás toda la universidad, yo me encargo. —dijo él sonriendo.
—Llámame Alex. —dijo ésta.
Salieron de la estancia principal de la universidad, cruzaron los amplios jardines y se dirigieron a un auto rojo parqueado frente a los mismos, Robert se ofreció a llevarla hasta las edificaciones, localizadas una cuadra después, todo era como una pequeña ciudad, una ciudad universitaria. La cuadra que recorrieron era solamente de altos edificios, llegaron al sexto edificio, entraron y después de pedir información al conserje que limpiaba los ventanales subieron al ascensor.
Finalmente lograron llegar al piso deseado, buscaron el número de la habitación y lo encontraron al final del pasillo, Alex sacó la llave que la coordinadora le había otorgado y se dio cuenta de que Robert tenía una igual.
— ¿A ti también te dieron una? —preguntó Alex.
—Por supuesto todos los inquilinos tendremos nuestra propia llave. —dijo él en un tono de: ¿No es obvio?
—Creo que tengo muchas cosas que aprender de aquí. —dijo Alex reprendiéndose en voz alta.
—Bueno, este será nuestro hogar durante estos seis meses Alex.—dijo Robert mirando el apartamento, que al frente tenía una salita y al fondo una cocina integral pequeña, dos dormitorios en cada lado de la estancia, y un pequeña puerta al fondo a la derecha.
—Ese debe ser el baño —dijo Alex apuntando hacia ahí.
—Es demasiado pequeño, son cuatro dormitorios, una cocina del cuento de blanca nieves y los siete enanos, y un solo baño para cuatro personas…bueno, es típico de una película universitaria estadounidense, deberían de invertir el dineral que pagamos, en hacer departamentos amplios y con más baños, ¿no te parece?—decía Robert escrutando el lugar.
—A mí me gusta, me encanta. —dijo Alex, que feliz miraba y recorría el lugar como si de un gran y deslumbrante castillo se tratara, después de todo iba a ser toda una nueva aventura.
La puerta de su cuarto se abrió dando la vista aun agradable lugar según ella. Muy al contrario a uno de sus compañeros de habitación que negaba desaprobando el lugar. — ¡Me encanta! No entiendo por qué pones mala. — ¿Te encanta? Vaya, sí que eres raro. —dijo Robert mirándola extrañado. —Bueno, sí ya me lo han dicho antes. —Dijo Alex. — ¿Escogemos dormitorio ahora o esperamos a que lleguen los demás? —No, mejor ahora, faltan dos todavía. Así escogemos los mejores, si es que hay. Así se dispersaron cada uno por un lado, mirando cada uno de los dormitorios, Alex tomó el lado derecho, abrió la primera puerta y vislumbró una estancia pequeña con un ventanal que daba hacia los patios traseros del edificio, un pequeño armario y una cama al fondo, también un escritorio y un estante de medio metro en una esquina. "Me gusta" pensó Alex recorriendo el lugar. Salió convencida de que esa sería su habitación, mientras que veía a Robert mostrarse renuente ante la elección de habitaciones pues t
En cuanto ingresaron al cuarto la joven enfrento con ambas manos en la cintura y una expresión en el rostro de enojo— ¿Mi encargo? ¿Tu novia? ¿Desde cuándo?—gesticulaba entre desconcertada y sorprendida.—Lo siento, pero no tuve alternativa, esa chica me hostiga demasiado, y tuve que inventar una excusa para quitármela de encima.—Y yo fui la excusa perfecta ¿no?—Discúlpame por involucrarte—mira al suelo con algo de vergüenza.—Está bien, no me molesta, pero esto tarde o temprano lo va a descubrir.—No si seguimos con la farsa. —propuso Alex.—¡¡Pero si tú no eres mi tipo!—No te estoy proponiendo matrimonio. —soltó Alex a la defensiva.—Pero me estás diciendo que finja ser tu novia.—
Durante el trayecto Alicia no paró de hablar intentando que “el chico” se animara a conversar con el animadamente pero solo lograba sacarle monosílabos que solo incomodaba la situación lo que la forzaba a hablar prácticamente sola. Alex se preguntaba si sería un insulto decirle que se callara pero antes de siquiera intentarlo para ese momento Urías entró en la conversación captando la atención de la pelirroja que la dejo oír sus pensamientos.En esos tranquilos momentos la mente de Alex divagó hasta unos minutos atrás, precisamente cuando Robert le dijo aquello de dejarlo en los últimos asientos de su carro que por cierto, esa no fue la causa de su rubor anterior… sino las sensaciones que él le provocó al susurrarle al oído fue algo... ¿Cálido? sentir su tibio aliento chocando contra su piel le produjo un ligero cosquilleo que se ins
El transcurso de la primera semana de clases normalmente, salvo por el pequeño inconveniente que se presentó al terminar la primera clase de boxeo, pues hasta entonces Alex se dio por enterada de que tenía que ducharse con sus compañeros de optativa.La idea pudiera parecer muy tentadora para las chicas que gustan de analizar revistas como play girl o men's health y otras más de ese estilo, pero no para Alex pues su mente ocupaba otras prioridades, como la de ocultar cualquier cosa que evidenciara su género, o en el peor de los casos, que ella se embobara examinando parte de la anatomía masculina. Pues hemos de tener en cuenta que la chica en su vida había visto en vivo, texturizado y a todo color un aparato reproductor masculino, así como tampoco había visto un hombre fácilmente contratado por play girl completamente al desnudo.Afortunadamente no tuvo que hacerlo, pues las opta
— ¿Aún hay espacio? —preguntó Alex como no queriendo la cosa.—Claro, pero solo hay una silla. —dijo Alicia sonriendo forzadamente.—Ah no hay problema, siento a mi novia en mis piernas. —declaró despreocupada.—Bueno creo que no te he presentado a mis compañeras de cuarto. —dijo Alicia a Alex. —Esta es Milli— dijo apuntando a la chica de enfrente, una castaña de ojos azules — Holly.— señaló a una joven rubia de ojos melados.— y ella es Kiara— una exótica morena. Las chicas saludaron alegremente a Alex y a Kloe.Después de las presentaciones comenzó la charla entre ellos, Alicia para alivio de Alex fue sacada a bailar por Brian, que casualmente andaba por ahí, Urías hablaba con Milli, Robert por otra parte repartía su atención entre Holly y Kiara.&
Se Puede decir que el ánimo de Alex en los días consecuentes a la primera salida alocada universitaria, cambiaba drásticamente, algunas veces estaba bien todo concurría normalmente, pero cuando Holly hacía acto de presencia, su humor cambiaba a uno molesto, ácido y francamente irritante para quien tuviese la fortuna de estar con ella en esos instantes, y Kloe fue una de las pocas personas que se dio el lujo de observarla y de hacérselo saber de inmediato.— ¿Se puede saber qué demonios te pasa? –cuestionó la castaña, que aparecía muy seguido por el apartamento, desde el fin de semana pasado.— ¿A mí? ¿Qué me va a pasar a mí kloe? Si yo estoy de maravilla ¿no ves lo bien que me encuentro?—decía la chica, a la vez que cortaba los jitomates con fuerza.Volteo los ojs no creyéndole ni una sola palabra &md
Las clases en la facultad pasaron bien, Alicia molestó a la chica de cabello castaño en toda la tarde pues estaba muy ocupada con el antipático Brian, ese día no había clase de box, cosa que alegró a Alex pues momentos antes empezó con los benditos cólicos y molestia en el vientre. Durante el receso, salió corriendo al sanitario pues los cólicos eran ya insoportables, y obviamente necesitaba algo que pudiese detener la hemorragia en caso de que ésta se presentara en un momento inoportuno."Maldición debí traer conmigo un tampón" pensaba la chica abrazándose disimuladamente. Quiso entrar al sanitario de los caballeros, pero vio que había muchos que entraban y salían "Qué extraño, nunca hay tanta gente" se dijo la chica. Optó por esperar a que el receso terminara y así tener un baño prácticamente para ella sola.
Alex exhaló en alivio, después cambió su pantalón color mezclilla claro, a uno color negro, una vez que se cambió, examinó la oscura mancha en su pantalón."Francamente odio la menstruación" pensó la chica.Se acercó a la puerta y la abrió ligeramente, vio a Kloe tocando la puerta de la habitación de Urías insistentemente. En la sala, observando la escena, aún con la mirada severa y el rostro endurecido, estaba Logan.Por su mente apareció la idea de decir todo de una buena vez, pero así como surgió, desapareció, siendo remplazada por la angustiosa e insegura sensación del rechazo. Rechazo por parte de ellos, por haberles mentido, por haber dudado, por no confiar en ellos, por muchas cosas que seguramente le echarían en cara."Pero así causaré más problemas" pensó amargamente