Supo que en la universidad la habían expulsado, los rumores habían corrido y la coordinadora se enteró, llevó el caso ante la dirección y el rector, quienes dictaminaron su expulsión. Lo únicoque aminoraba el sentir de Alex respecto a su expulsión, es que no había sido solo ella quien dejaba el CUT, sino también Brian. Por el hecho de haber tratado así a un alumno y haber agredido verbalmente a su ex novia.Antes de que la coordinadora llamara a su madre y la pusiera al tanto de lo sucedido, Alex se le adelantó, después de soportar los regaños y el sermón que le diera, la chica le pidió que no fuera por ella, que necesitaba estar sola, su madre que no estaba de humor para soportar los berrinches de su hija la mandó por un tubo y le exigió su presencia en Tokio para el día siguiente a más tardar.Alex que no estaba dispuesta a irse solo porque su madre se lo ordenara, colgó su celular y lo apagó, se encaminó hasta el cajero automático de un banco y desfalcó su tarjeta de crédito, con
El ambiente se relajó, el saber que Kloe después de todo tenía la razón le aliviaba mucho, pero faltaba pasar el trago más amargo: Robert.Los chicos se marcharon luego de media hora de animada charla, y momentos después apareció Vicenzo esbozando una sonrisa.—¡Realmente me dejaste sorprendido!—exclamó.—Pero a pesar de eso, me sigues gustando, tú género no cambia nada las cosas Alex.—le dijo guiñándole un ojo.—Pues me mantengo en la misma postura, pero lo tendré en cuenta.—comentó Alex en tono de broma.Con él no fue un gran problema, pues su relación no era tan estrecha como con los demás, Alex le contó todo lo sucedido y Vicenzo siempre encontraba algo para hacerla reír, cosa que ella agradecía bastante pues cada vez que volteaba a mirar el reloj y la puerta temiendo que por ahí apareciera su dolor de cabeza en cualquier momento la tenía nerviosa, pasaron cerca de 20 minutos y unos ojos dorados se asomaron por la puerta, ojos que hicieron cortar la respiración de Alex.—¿Interrump
Alex al salir del hospital, volvió al apartamento de Hibiki, quien se deshizo en disculpas por no haber permanecido a su lado, sin embargo Alex de algún modo le agradecía el que hubiese llamado a Kloe y compañía.Los chicos la visitaban a menudo, excepto Robert que solo los llevaba en su coche más no subía a verla, y si lo hacía era por incitación de Kloe y Urías.Durante esa semana su madre llegó a Ikiwa y Alex no tenía idea de cómo había dado con ella, en cuanto la vio con la férula la señora Sánchez se mostró consternada, pero también no paró de reprenderla. Finalmente la llevó consigo de regreso a Tokio, y Alex no tuvo la oportunidad de despedirse de todos sus amigos, pero le dejó dicho a Hibiki que les dijera lo que había pasado.Al llegar a Tokio su madre la llevó con el médico que la examinó y calmó a la señora, a la que Alex había dicho que jugando basketball había sufrido una caída.Durante el tiempo que pasó en Tokio llamaba todos los días a Kloe, Logan y a Urías, varias vec
—Pero solo a ti se te ocurre comprar un vestido así en pleno invierno niña.—regañó la señora Sánchez al ver la prenda que su hija había comprado para asistir a la fiesta de navidad del CUT.—Madre no sé quién puede llegar a entenderte. Primero me dices que me vista como una mujer, y cuando lo hago, siempre encuentras algo malo en mi.—dijo malhumorada Alex, que estaba más que fastidiada por el hecho de que su plan de venganza económica contra su madre había fracasado.—Yo no digo que esté mal, Alex, a lo que me refiero es que es muy rabón y te dará frío, lo escogiste muy primaveral.—comentó la señora mientras observaba con ojo critico el vestido rojo oscuro de tirantes y corte sencillo.—Puedo usar una gabardina negra que vi en la tienda, digo solo para cubrirme un poco.— y era verdad, la gabardina era muy bonita, y muy cara también.—Ahora estás pensando como mujer. Ya, ya, no he dicho nada.—tranquilizó la señora al ver que su hija iba a echarle en cara su último comentario.—Me voy a
—Gracias. —fue la corta respuesta, le bastó con verlo a la cara y saber que era verdad. Se sintió ruborizar, era la primera vez en su vida que le decían que se veía bien, bueno la segunda, pero le era muy difícil acostumbrarse a ello.—¿Lista?—Sí, cuando quieras.—dijo ella a la vez que hacía el bolso negro y se ponía la gabardina.—Vamos entonces.Salieron de la residencia Sánchez, caminaron por el jardín y subieron al auto azul eléctrico de Vicenzo, el aterciopelado y plateado cielo daba paso a la ligera oscuridad, que se cernía paulatinamente sobre la ciudad. Una que otra estrella, se notaba en el firmamento, brillante como una joya.—Le dije a tu madre que te traería a las doce, cenicienta.—comentó en tono de broma el chico.—Muy bien, solo espero que el auto no se convierta en calabaza. Ni tú en ratón.—dijo ella riendo.—¡Hey no nos ofendas así!—exclamó él con fingida indignación.El trayecto hacia Ikiwa le pareció más largo de lo normal, y al llegar a la que hasta hace unos mese
Limpió perezosamente el rímel corrido, pero al ver que no quedaba bien, se lavó la cara completamente, sabía que ya no tenía arreglo, "Ya no importa, me da igual, todo me da igual" pensó amargamenteSuspiró profundamente, tratando de serenarse, esperó unos momentos más antes de salir del baño, y cuando lo hizo, solo fue para encontrarse con las dos personas que menos quería ver en esos momentos, y Vicenzo.—¿Lista? —le preguntó Vicenzo.—Sí, vamos. —respondió la chica ignorando a los demás presentes.—¿Tan pronto? —inquirió Robert, colocándose cerca de ella.—Robert, deja que se vaya, a lo mejor quiere pasar un rato a solas con Vicenzo.—sugirió la pelirroja, sonriendo con picardía.—Voy a avisar a Kloe y los demás. —declaró Vicenzo, queriendo cortar la repentina tensión en el ambiente.—Voy contigo. —dijo Alex no queriendo quedarse a solas con el de ojos melados y la lagartona que traía por acompañante.—¿Alex podemos hablar? —pidió él.—No.—la pelinegra comenzó a caminar detrás de Vi
Él al no ver respuesta de su parte, continuó.—Ella fue quien me invitó a mí, no sé cómo fue que se enteró de que tú vendrías, y quería de algún modo compensarte el daño que te causó. No sé si sea correcto lo que hice, pero la vi como un instrumento perfecto para darte celos, y ella aceptó encantada, tenía planeado tratar de ponerte celosa y averiguar así, si sientes algo por mí. —Alex estaba, en estado de aturdimiento, incapaz de articular palabra. Y cómo no estarlo si el chico que ella quería, sí quería, le estaba diciendo que sentía algo por ella.—¿No piensas darme un puñetazo o una bofetada ¿Al menos otro pellizco por lo que hice? —Alex sonrió.—¿Un beso? —le propuso.—¡Un beso! Eso no me molestaría para nada, pero si me intriga ¿por qué?—Porque ha sido la mejor idea que se te ha ocurrido. —y diciendo esto último, lo tomó por el rostro y lo acercó, tanto que pudo sentir su aliento, sin embargo no tocó sus labios, sino que los desvió hasta su frente y ahí deposito el premio.—Eso
Monotonía. ¿Hay algo más aburrido que eso? Eso es lo que pensaba Alex Sánchez. Una chica parte de una familia dividida pero aun así... Ella aún tiene la fuerte convicción De salir de ese ambiente. Claro la cosa es que no siempre las cosas no son como uno desea... Siempre hay un ligero cambio en nuestro destino.—Levántate que se te hace tarde, recuerda que hoy te presentarás en el CUT, ¡anda date prisa! —ordenaba la señora Sánchez.—Mamá, no quierooo…. —dijo Alex bostezando envuelta en las cobijas de su cama.—Alex, por favor, es la última vez que te lo digo…—dijo la señora, pero al ver que su hija no daba señal alguna de levantarse, fue directo a su cama y la destapó bruscamente.—¡¡Tengo sueño! —Exclamó molest