El transcurso de la primera semana de clases normalmente, salvo por el pequeño inconveniente que se presentó al terminar la primera clase de boxeo, pues hasta entonces Alex se dio por enterada de que tenía que ducharse con sus compañeros de optativa.
La idea pudiera parecer muy tentadora para las chicas que gustan de analizar revistas como play girl o men's health y otras más de ese estilo, pero no para Alex pues su mente ocupaba otras prioridades, como la de ocultar cualquier cosa que evidenciara su género, o en el peor de los casos, que ella se embobara examinando parte de la anatomía masculina. Pues hemos de tener en cuenta que la chica en su vida había visto en vivo, texturizado y a todo color un aparato reproductor masculino, así como tampoco había visto un hombre fácilmente contratado por play girl completamente al desnudo.
Afortunadamente no tuvo que hacerlo, pues las optativas eran a la última hora, y ella prefirió irse a su departamento, poniendo como excusa que no quería infectarse de algún hongo de pie de atleta. Un error de su parte, pues por ello varios de sus compañeros comenzaron a molestarla.
Esa misma semana Alex mandó pedir los papeles que le hacían falta para dar por concluida su inscripción pero desafortunadamente éstos se encontraban extraviados, pero por obra y gracia del espíritu santo, su madre tenía unas copias y se las envió, una vez que los tuvo consigo los revisó y solamente uno de ellos exponía la verdad, resolvió acudir a la ayuda de Kloe, que la llevó a Ikiwa, el suburbio a donde todos los universitarios se presentaban los fines de semana a divertirse, emborracharse y hacer lo que toda persona fuera de su sentido común y dominado por el alcohol hace, pero ellas no iban de fiesta sino a visitar a uno de los contactos que Kloe tenía ahí, esa persona le ayudaría a realizar ligeros cambios a su documentación, todo para que quedara como si ella, en verdad, fuera un chico.
— ¿Sabías que esto es ilegal? —le cuestionó el chico mirándola fijamente.
—Sí. —contestó Alex en tono despreocupado.
— ¿Sabías que, si tu caes, caigo yo también? —volvió a cuestionar el chico.
—Sí. Pero no te preocupes que yo no diga nada si tú no hablas. —explico sonriendo con suficiencia la chica de cabello oscuro.
—¿Sabías que si descubren tu farsa en la universidad, te expulsarán y no podrás terminar tu carrera? —esta vez fue Kloe quien habló con la leve esperanza de hacer que se arrepienta de lo que está a punto de hacer.
—Si lo sé, y ¿sabías que no me importaría en lo absoluto porque si por conseguir subirme un ring de boxeo y joder a mis padres, es la recompensa lo haría gustosa? —respondió Alex a toda velocidad.
—Buena respuesta…—dijo el amigo de Kloe mirándola impresionado.
—¿Sabías que se nos hace tarde y lo mejor sería que te pusieras a trabajar Hibiki? — dijo Kloe con tono reprochable.
—No sabía que tuvieras esta clase de amigos Kloe.—declaró en un susurro lo bastante audible para la aludida que sonrió juguetonamente.
—No todo lo que vez es lo que hay— replicó la chica con un guiño.
El chico se apresuró y después de unos momentos quedó satisfecho con el resultado, mismo que Alex entregó más tarde quedando oficialmente matriculada en el CUT como genero masculino... ya no había vuelta atrás. Le quedan años para perfeccionar y maquillar muy bien su mentira.
Después de ese dia llegó el viernes, y Alex pensaba pasárselo en relajación total en su habitación, pero Robert no tenía esos planes así que invitó a los tres chicos a irse de parranda a Ikiwa, a uno de los bares de por allá, Urías no opuso resistencia alguna pues le resultaba muy interesante conocer el lugar y la mercancía, Logan fue fácilmente convencido con las artimañas empleadas por Robert, sin embargo la que más costó convencer fue Alex, pues ella, como toda chica en algún momento, quería pasar un tiempo sola con su soledad. Sin embargo la presión ejercida hasta a la piedra más dura, ablanda o rompe.
—Lee con suma atención mis labios Robert— dijo la chica para después dibujar con sus labios la palabra NO.
—Oh vamos Alex, no queremos que te quedes sin diversión— dijo el joven alentando a Urías y a Logan para que con un simple gesto se mostraran solidarios con el de ojos ambarinos.— ¿ves? Somos buenos compañeros, anda vamos.
—Que no. —dijo Alex lanzando su almohada al intruso que invadía su dormitorio, que esquivó fácilmente el golpe, y que dio de lleno al inocente chico de gafas que se encontraba en la esquina de la puerta de la habitación de Alex.
—Perdón Logan. No era mi intención pegarte a ti—dijo la chica.—Pero ya les dije que no, entiende robert y ustedes no lo apoyen.
—Pero Alex, es un momento en el cual podemos pasar un buen rato y desestresarnos.—dijo Urías ya vestido para la ocasión.
— ¿Q-que para eso n-no son los inciensos? Siempre dices que quitan el estrés... no te entiendo —preguntó Logan desconcertado, ganándose una mirada reprobatoria de Urías.
—Vamos a ir, y tú vendrás con nosotros. —dijo Robert resuelto, acercándose a hallar a la chica para que se levantara de la cama donde momentos antes permanecía recostada plácidamente.
—No. —dijo la joven, quien después comenzó a forcejear con el chico, que para mala suerte de la chica traía consigo solamente una pequeña toalla atada a su cintura que cubría la parte inferior, pues momentos antes de comenzar su labor de convencimiento, estaba duchándose.
—Anda Alex, no seas aguafiestas. —decía Urías a la vez que tomaba la almohada y la lanzaba hacia Alex. Se armó una juguetona riña entre los tres, con un solo espectador, el cual fue rápidamente unido a la riña por Robert.
Durante el forcejeo, Alex tocó algo largo y suave, al principio no supo qué era, se dio cuenta de ello cuando notó que Robert estaba como dios lo trajo al mundo, se giró rápidamente como tratando de no ver lo que ya había visto. —s-saben. Cambie de opinión. Si iré con ustedes. Se levantó lo más rápido que le dieron sus piernas al cuarto de baño.
Así que, esa noche los cuatro fantásticos chicos llegaron al lugar donde pasarían la primera parranda universitaria: Extreme, una especie de bar/discoteca muy concurrida por los alumnos del CUT. Llena de luces led, barras llenas de alcohol con bartenders a la orden, chicas explotas y mostrando carne y hombres al acecho viendo con ojos curiosos la chica que se llevarían a la cama.
—Bien muchachos, hora de divertirse —gritó Robert sonriendo abiertamente.
—Todo está repleto Robert. Tienen de donde escoger... Mucha suerte —dijo Alex mirando alrededor y haciéndose escuchar por sobre la música. Entre toda la multitud diviso los baño y un rincón escondido y vacío con unos cómodos cojines lejos de la fuerte música. Listo... Ese pequeño y cómodo lugar lo llamaba —bueno… me llaman para cuando hayan escogido alguna y estén satisfechos para irnos—
— ¿Para dónde vas? — la sujeta por el hombre el chuco de cabello largo con una sonrisa— para eso estás tú aquí. No puedes irte y dejarnos amigo —indicó Urías
— ¿Cómo? —preguntó Alex perpleja.
—Es sencillo— le paso un brazo cómplice Robert a Alex —Pues tu eres el chico de cara bonita, habrá chicas que querrán compartir su mesa contigo, y como tú eres un buen compañero nos llevarás contigo.
—Me siento usada. D-digo usado —dijo Alex haciendo ademanes exagerados. —Son unos cerdos, por eso querían que viniera ¿no es así?
—Pero no te lo tomes tan a pecho chiquita.—dijo Urías palmeándola suavemente y riendo ante la parodia de mujer despechada que realizaba Alex.
—Hola Logan. —saludó una chica de pelo azabache al delgado chico de lentes.
—Ho-hola Rin.—respondió éste nervioso —n-no pensé que fueras a venir—
— ¿Logan no presentas a tu linda amiga? —dijo Robert sonriendo y dando unas suaves palmadas al jovencito.
—P-por s-supuesto, ella es una compañera de mi carrera — la señala.
La chica solo sonrió con ternura por la timidez del chico y prefirió presentarse ella misma —Hola, soy Rin. Ustedes deben ser los compañeros de Logan apartamento ¿no?
—Así es pequeña. —asintió Urías
—E-e-ellos son U-Urías, r-Robert y a-Alex—presentó el joven respectivamente.
—Hola. —Dijo la joven— Bueno si no les molesta les quitaré a Logan un momento. Sin decir más nada lo agarró del brazo y se lo llevo ante la atenta mirada del grupo de amigos que ven como el chico en estado de shock y un poco de alegría la sigue.
—Vaya, el menos pensado ya pescó, esto comienza a ser frustrante para mi…no puedo creerlo tengo una semana y no he cazado nada. —se lamentó Urías.
—No desesperes amigo, el que persevera alcanza. —dijo Robert en tono filosófico.
—Al parecer andas urgido ¿no?—dijo Alex burlona.
— ¡Alex!—gritó una chica a su lado.
—Hola Kloe. —saludó la aludida.
— ¡Hola chicos!—dijo otra voz conocida y muy odiada por Alex —Tengo una mesa, ¿quieren acompañarnos?
—Claro, ¿no molestamos verdad?—dijo Robert a Alicia mientras veía la mesa del fondo, en la que había tres chicas platicando entre sí.
—Para nada— dijo la joven pelirroja con despreocupación.
—Muy bien vamos para allá. —dijo Robert caminando hacia ahí con Urías detrás.
—Bueno, creo que después de todo no te la puedes quitar de encima ¿verdad? —dijo Kloe viendo como la pelirroja no se le despegaba y los ve ambos por el rabillo del ojo.
—Es un dolor de cabeza permanente. —se quejó Alex con cara de fastidio.
—Yo tampoco tengo mesa…y vine con algunas amigas, pero ellas quedaron con sus parejas así que estoy solita— inflo los cachetes infantilmente viéndolo con ojos luminosos— ¿Me adoptas? —dijo Kloe haciendo un puchero y mirando a Alex con suplica.
—Idiota —murmuró Alex sonriendo. — ¿Me acompañas con mis amigos amor?
—A donde quiera que vayas cariño. —dijo Kloe siguiendo el juego y tomando el brazo de Alex para después carcajearse divertidas. Se dirigieron a la mesa donde Alicia y los demás estaban.
— ¿Aún hay espacio? —preguntó Alex como no queriendo la cosa.—Claro, pero solo hay una silla. —dijo Alicia sonriendo forzadamente.—Ah no hay problema, siento a mi novia en mis piernas. —declaró despreocupada.—Bueno creo que no te he presentado a mis compañeras de cuarto. —dijo Alicia a Alex. —Esta es Milli— dijo apuntando a la chica de enfrente, una castaña de ojos azules — Holly.— señaló a una joven rubia de ojos melados.— y ella es Kiara— una exótica morena. Las chicas saludaron alegremente a Alex y a Kloe.Después de las presentaciones comenzó la charla entre ellos, Alicia para alivio de Alex fue sacada a bailar por Brian, que casualmente andaba por ahí, Urías hablaba con Milli, Robert por otra parte repartía su atención entre Holly y Kiara.&
Se Puede decir que el ánimo de Alex en los días consecuentes a la primera salida alocada universitaria, cambiaba drásticamente, algunas veces estaba bien todo concurría normalmente, pero cuando Holly hacía acto de presencia, su humor cambiaba a uno molesto, ácido y francamente irritante para quien tuviese la fortuna de estar con ella en esos instantes, y Kloe fue una de las pocas personas que se dio el lujo de observarla y de hacérselo saber de inmediato.— ¿Se puede saber qué demonios te pasa? –cuestionó la castaña, que aparecía muy seguido por el apartamento, desde el fin de semana pasado.— ¿A mí? ¿Qué me va a pasar a mí kloe? Si yo estoy de maravilla ¿no ves lo bien que me encuentro?—decía la chica, a la vez que cortaba los jitomates con fuerza.Volteo los ojs no creyéndole ni una sola palabra &md
Las clases en la facultad pasaron bien, Alicia molestó a la chica de cabello castaño en toda la tarde pues estaba muy ocupada con el antipático Brian, ese día no había clase de box, cosa que alegró a Alex pues momentos antes empezó con los benditos cólicos y molestia en el vientre. Durante el receso, salió corriendo al sanitario pues los cólicos eran ya insoportables, y obviamente necesitaba algo que pudiese detener la hemorragia en caso de que ésta se presentara en un momento inoportuno."Maldición debí traer conmigo un tampón" pensaba la chica abrazándose disimuladamente. Quiso entrar al sanitario de los caballeros, pero vio que había muchos que entraban y salían "Qué extraño, nunca hay tanta gente" se dijo la chica. Optó por esperar a que el receso terminara y así tener un baño prácticamente para ella sola.
Alex exhaló en alivio, después cambió su pantalón color mezclilla claro, a uno color negro, una vez que se cambió, examinó la oscura mancha en su pantalón."Francamente odio la menstruación" pensó la chica.Se acercó a la puerta y la abrió ligeramente, vio a Kloe tocando la puerta de la habitación de Urías insistentemente. En la sala, observando la escena, aún con la mirada severa y el rostro endurecido, estaba Logan.Por su mente apareció la idea de decir todo de una buena vez, pero así como surgió, desapareció, siendo remplazada por la angustiosa e insegura sensación del rechazo. Rechazo por parte de ellos, por haberles mentido, por haber dudado, por no confiar en ellos, por muchas cosas que seguramente le echarían en cara."Pero así causaré más problemas" pensó amargamente
Alex exhaló aliviada cuando se vio sola en la habitación. A velocidad de la luz se examinó en el espejo y comprobó que efectivamente se había manchado ¡no era sorpresa que haya traspasado la cama! Se cambió el tapón por una toalla extra absorbente y Cambió su pantalón color mezclilla claro a uno color negro una vez que se cambió, examinó la oscura mancha en su pantalón."Francamente, odio la menstruación" pensó la chica. Ella fue la tipica chica que tardo mas de lo normal en desarrollarse y cuando llego "el esperado" momento, no pudo mas que lamentarse ya que la agarro de sorpresa. otro punto en contra es que nunca pudo ni ha podido determinar la fecha que le toca mestruar asi que como ven, no le sorprende lo que paso pero ya estando metida en ese papel de ser un hombre ya le da un giro dramatico a todo. Se acercó a la puerta y la abrió ligeramente, vio a Kloe tocando la puerta de la
—Felicidades chicos—decía Robert a la vez que caminaba de un lado a otro.—¿Y c-cuando pensabas decírmelo? es mas ¿por que asi ? tan repentino —cuestionó Logan.—Por que Eres un hermano muy celoso Logan. —dijo Kloe, que se abrazaba a la espalda de Urías.—S-solo quiero lo mejor para ti.—¿De que hablaron Alex y tu ayer? —cuestionó Urías curioso.—Ah…de todo y nada a la vez.—Alex dijo que era algo confidencial, recuerda que ahora soy tu novio y debes confiar en mí. —dijo Urías solemnemente.—La confianza se gana, no se debe. —le replico con voz altiva.—Ya bájenle a sus filosofías. —interrumpió Alex, que tenía una de sus manos escondida debajo de la mesa.—Entonces no me dirás. — pregunto el de cabello largo con la esperanza de que le contara.—Aún no.—dijo firmemente la chica.—¿Alguien ha visto mis llaves? —cuestionó preocupado Robert.—No.—dijeron a coro los demás.—Tendré que ir en metro entonces. ——¿A dónde irás? —cuestionó Alex con una ceja alzada.—Iré a Tokio, quería estar de
El pecho dolía, el resguardar sus sollozos era la causa aún tiene en su mente las crueles palabras de Robert. Lleva más de horas echada en la cama mirando hacia el techo con un aura gris que siente que la envuelve en estos momentos. "Que estás haciendo" se dijo así misma. Dentro treinta minutos tendría que empezar a arreglarse para clases y ella estaba tirada pensando en ese inútil de Robert. Ella vino a esta universidad con un solo objetivo. Como saliendo de su trance, se incorporó sintiéndose infinitamente mejor sorbió su pequeña nariz, se talló sus ojos rasgados desvaneciendo el rastro salino que dejaran las lágrimas. Se dio un merecido baño para quitar todo rastro de estrés acumulado, miró su reloj de pulsera y se dio cuenta de que faltaba hora y media para ingresar a clases. No queriendo hacer frente a sus amigos, que aún no llegaban, y mucho menos a Robert; se colocó el uniforme y tomó su mochila guardando algunos libros, cuadernos y un accesorio femenino de suma importancia pa
Alex iba retrasada, su clase ya había empezado, no pudo evitar pensar que este había sido un día muy largo. Un día de perros. Gracias al altercado con desgraciado de asher Al llegar al aula, se detuvo para respirar, miró por la ventanilla de la puerta y se percató que su profesor de matemática aplicada ya estaba ahí. "que bien" pensó ella sarcástica. Tocó la puerta y asomó su cabeza para pedir entrada, el profesor miró su reloj y haciendo una mueca, asintió. Alex entró y se dirigió a su asiento, Robert no estaba en su asiento de siempre, sino cerca de Alicia. El profesor la llamó. —joven alex, su trabajo. —pidió él. —¿Perdón? —cuestionó ella sorprendida. "¿Qué trabajo? Robert no me dijo nada acerca de un trabajo…" entonces ella recordó cuando entró a su cuarto para hablar con él…y no le dijo nada. —¿No hizo su trabajo? —No.—negó con la cabeza. —Llega tarde, y además no trae su trabajo, la verdad no sé a qué viene usted. —refunfuñó el profesor. —Es que ayer no asistí a su clase.