Hora y media después han pasado a Emos a observación, Segda y Magdala se encuentran sentadas esperando noticias de su recién apareció hermano aunque siempre han sabido de su existencia, pero como su sobrino el hijo del hermano que ni siquiera las toma en cuenta. Hoy han cambiado su perspectiva ya que al parecer el sentimiento se ha hecho un poco más intenso.No dudan en reconocer que Bastián a pesar de todo ha estrechado un bonito vínculo con el chico hasta el punto de arriesgarse a detener una bala con su propio cuerpo para protegerlo, la admiración no se aleja de sus rostros y bajan la cabeza cada vez que el hermano mayor las mira.— Dejen de hacer eso ¡por el amor de Dios, me están asustando! – sonríe para sus adentros —. Si tienen algo que decir háganlo y ya, no muerdo – permanecen con las cabezas gachas.— ¿Podrías no ser tan agresivo? – expresa Arístides en tono de reproche.— ¿Agresivo yo? – se señala ofendido —. Hermanito soy un tarro de miel de abejas comparado con ellas dos
Bastián abandona la sala de observación donde se encuentra con sus hermanos para llamar a Amelia, se siente culpable por dejarla encerrada en esa bonita cárcel tal y como lo dice ella misma. A pesar de que el susto con Emos fue considerable se siente un poco más tranquilo sabiendo que se encuentra fuera de peligro sin embargo sabe que los retos continúan y hasta no terminar con lo que se ha propuesto no descansará.— ¿Diga? – responde con voz rasposa Amelia por el sueño — ¿Bastián eres tú mi amor? – el pecho del hombre se hincha al escucharla decir eso último.— Amelia… - expresa con vos sedosa lo que desencadena una serie de jadeos y movimientos eróticos en ella que se encuentra sobre la enorme cama con dosel en la habitación principal de La Mansión — estabas durmiendo - afirma envidioso queriendo estar con ella en este momento.— ¡Sí… eh… ¿Ya vienes? No quiero estar sola – indaga con voz quejumbrosa.— Me temo que no amor ha surgido un inconveniente y un accidente con la
Bastián se traslada hacia la casa materna junto a sus hermanos luego de haber disfrutado del único – en toda su vida – almuerzo tranquilo y ameno, no se le borra la sonrisa del rostro Por el simple hecho de que las gemelas han estrechado un pequeño vínculo con el hermano mayor que es sin duda el héroe y la figura masculina que todos necesitan ya que el matriarcado ejercido por su madre no les satisface.— Creo que ya no estoy tan segura de desobedecer a madre – la voz de Magdala delata su temor — ella… va a retarme – dice mirando de reojo a Segda.— En el fondo siempre supiste que era un error siquiera pensarlo, no tienes derecho a desobedecer.— ¿Y si debe ser tratada como un objeto? – interviene Bastián molesto — ¿acaso no tienes sentido de pertenencia? – la aludida se cruza de brazos —. Estoy asombrado, sinceramente les hicieron más daño del que pensaba – comienza a decir, pero Segda lo interrumpe.— No lo tomes a mal y ni siquiera estoy pensando en romper este nuevo co
A pesar de sus 37 años no puede dejar de pensar en las palabras de su hermana Magda en las que le decía que su mamá daba miedo. La chica no deja de tener razón ya que Selene Christopoulos es la mujer más ambiciosa y soberbia que conoce y ese punto de inflexibilidad propio de Demetrius la complementa. Ella es su reflejo, inclemente, cruel y despiadada… — ¿Y pretendes creer que hay alguien ahí fuera además de Cristoph que pueda fijarse en ti? – escupe indignada Selene ante la demanda de maldad en la que expresa que no se casará con el anciano. — ¡Madre! – intenta intervenir Arístides tratando de evitar que la ofensa sea mayor —. Deberías medir tus palabras por favor – ella lo mira incrédula. — ¿Estás cuestionándome Arístides? – espeta enfadada —. Tal parece que la junta ha sido muy productiva ya que en menos de un día todos han imitado la personalidad de mi querido hijo Bastián y pretenden ser igual que él - la observa de pie a cabeza y a él no se le borra la sonrisa — Creí hab
Amelia se encuentra como pez dentro del agua en aquella enorme cocina de la Mansión-Fortaleza donde su futuro esposo la ha alojado alegando protegerla de sus enemigos o como ella lo piensa… de su familia. Se dedica a darle forma a un banquete que sin duda será recompensada con algo más que unas felicitaciones. Sonríe ante el pensamiento. Se desenvuelve perfectamente limitándose a dar una orden más que otra a la chica que la acompaña y que le dijo sin pudor que no le agradaba la idea.Piensa molesta sin exteriorizarlo ya que le parece una grosería de su parte hacer este tipo de comentarios por lo que solo se limita a uno simple “me gusta sorprender a mi Novio”, entonces a la mujer no le quedó más que aceptarla dentro de su espacio personal. Le sonríe de cuando en cuando para bajar un poco la temperatura, pero la chica en cuestión es un hueso duro de roer. Se siente incómoda ante la presencia de ella sin embargo entiende que trabaja para Bast
— ¡Tal como dije, eres un puto genio! – expresa Bastián a su Guardia de confianza —. Pero ¿cómo sabías quienes eran? Y sobre todo ¿cómo lograste que la policía te apoyara? – César se encoge de hombros.— Aun trabajo de incógnito para la policía de Grecia, mi trabajo consiste en que nadie me vea o sepa que hago y eso te incluye. Trabajo bajo un pseudónimo y solo saben mi nombre los más allegados como lo son este grupo de élite que en cualquier parte me van a apoyar y darían sus propias vidas por mí – Bastián alza las cejas con asombro y admiración.— Es porque tú harías lo mismo por ellos ¿cierto? – asiente sonriendo orgulloso.— Así es… por mis amigos – admite ante la mirada aduladora de su amigo.Quince minutos más tarde salen los uniformados con tres personas esposadas, una de ellas se trata de una mujer de treinta y tantos que viste un uniforme de doméstica. Bastián intenta salir del auto al no ver a Amelia salir de la casa, César lo detiene ya que su identidad no puede ser pub
— Es veneno de serpiente – la frente de Bastián se arruga en un gesto de confusión.— ¿Qué, de que hablas? – indaga acercándose un poco a la cama donde se encuentra Amelia.— De lo que le administraron imagino que en el jugo de naranjas dada la cantidad de vitamina c que arrojaron los resultados – explica cómodamente Arístides.A Bastián no le termina de convencer ya que conoce muy bien a su mujer y ella no aceptaría una bebida de nadie ya que odia ser atendida.— No fue en el jugo de naranjas porque no le gusta – cierra los ojos — tampoco debió ser una sola dosis porque Amelia toma vitamina C efervescente para alejar la gripa ya que es propensa a que se le inflamen las vías respiratorias – explica Bastián a su hermano.— Conozco a alguien que prepara un veneno así y no te gustará lo que vas a escuchar – ambos hombres giran hacia César que se encuentra recostado al marco de la puerta con una carpeta en la mano.— ¿De quién se trata? – pregunta en un tono peligrosamente bajo —
Bastián baja del vehículo para trasladarse hacia el laboratorio del Dr. Lucian Maleck con cara de pocos amigos, la chica de recepción se levanta con una sonrisa y ni siquiera la nota de hecho ignora sus gritos de alto al atravesar las puertas hacia un espacio restringido encontrando al buen doctor sumido en sus quehaceres. — Necesito pedirte que dejes de hacer lo que sea en lo que trabajas para que me atiendas – le saca el seguro a la pistola. El hombre salta en el sitio asustado, desconcertado por la situación a la que se ve expuesto. Bastián no es un asesino sin embargo en este momento la desesperación lo agobia ya que necesita salvar a Amelia y a su hijo. — ¡Claro… por… por supuesto! – el hombre no solo tartamudea sino que tiembla como una hoja ante la amenaza —. Puede bajar el arma, no es necesaria – explica y Bastián obedece bajando la pistola. — Tengo dos peticiones – enseña un tubo de ensayo y el hombre lo recibe —, la primera es que necesito un antídoto que contrarres