Capítulo 54.
La voz de Bastián suena grave, temblorosa e inestable. La mujer que lo enloquece se encuentra en el salón de lo que puede catalogar como su refugio tomándose su vino más costoso con su amiga y eso lo hace sentir en casa aunque no le pasa desapercibido el moratón en su brazo derecho producto de la locura que ha sido apañada por su jefe de seguridad a quien le pesará por unos días la gracia, según piensa. Sin embargo esa estrategia sirvió de pantalla para mantenerla alejada del peligro que suponía sacarlo de la clínica donde se encontraba recluido y si bien no hubo inconveniente, tuvieron que someter tres hombres que se encontraban custodiando el lugar.

Las dos mujeres se encuentran casi en estado de ebriedad considerando sus rostros colorados y las vistas perdidas, Bastián se provoca una tos tratando de esconder la risa que le produce lo atónita que se ve Amelia, pero no cuenta con que Ana guarda un ligero rencorcillo en su contra que estalla en su rostro por el alcohol.

— ¡A hombres
Katia Parra

Hola preciosuraaaaasss... El internet me quiere vencer, pero es imposible. Por aquí les dejo un capítulo largo y significativo. Disfruten su lectura.

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