Él me siguió hasta dentro de ese lugar, me agarró del hombro, me di la vuelta y en ese instante casi recibo un golpe en la cara. Logré tomar su mano y evitar que diera en la cara, por suerte no era tan débil físicamente."No me persigas. ¿Ya tienes una orden de restricción, qué más quieres?""¿Te acostaste con mi novia? ¿Crees que estoy feliz con eso? ¡Hijo de puta!"Lo empujé para no tenerlo cerca, era muy peligroso, me podría golpear en cualquier parte del cuerpo.Sin embargo, a él no le importaba nada. Le arrebató una caja de zapatos a alguien para pegarme con ella. Solo retrocedí un poco. No estaba para perder el tiempo con él. Si esto seguía así, me podrían llevar preso a la cárcel o terminaría en un hospital.Una de las mujeres que trabajaba allí trató de quitarle la caja de las manos. Traté de irme, pero él me la lanzó en la espalda. Dolió bastante. Tal vez eran unos tacones o de punta delgada.Solo traté de irme de allí, intenté tomar un taxi, pero él me hizo una especie de
Llegue casi a la una de la mañana al apartamento con cierto dolor en el cuerpo, pero podía caminar.Cuando entre allí, vi a Scarlet sentada en uno de los asientos de la sala. Allí había una especie de licorera, ella estaba durmiendo. Tenía una caja de regalo que había abierto, tal vez se lo dio su tío.Su celular estaba apagado. No sé si lo apagó. Quería llevarla a la cama, para que descansar, pero no podía. El dolor que sentiría sería insoportable. Solo me senté a su lado y, trate de despertarla."Scarlet... Scarlet... ¿Estás bien?""Adrian... te esperé, pero no llegaste temprano""Te llamé, pero no contestaste""Mi tío me lo daño, al ver que recibía muchas llamadas. Él siempre pone escusas o dice que sin celulares.Ella tomó su celular y me lo mostró, estaba mojado, cómo si lo hubiera metido a un vaso con agua."¿Te dijo algo?"Ella no me miró, solo tomo una copa de vino y trato de servir."No te preocupes, yo no voy a tomar, es para ti. Te tengo que decirte mi decisión""No puedo t
Yo era un simple empleado de una empresa de software, llevaba cuatro meses allí. Estaba a punto de cumplir los seis meses, me separaban de la anhelada estabilidad laboral.Mis responsabilidades se centraban en la ardua tarea de redacción, encargado de hacer comprensible y amigable la información para el resto de las áreas, a veces cuando en mi área de marketing no era necesaria mi presencia. Sabía que esta era mi oportunidad dorada para obtener experiencia en este entorno implacablemente competitivo. La falta de oportunidades laborales previas había dejado una huella en mi trayectoria, pasando dos largos meses sin trabajo antes de conseguir este puesto.El ambiente en mi espacio de trabajo era algo incómodo, un solitario escritorio ubicado en medio de una sala con oficinas pequeñas. Desde allí, observaba cómo los demás empleados transitaban incesantemente, ahogándome en montañas de trabajo. Me sentía como un joven ignorado entre un mar de mujeres y hombres adultos, luchando por encon
El fin de semana había pasado, pero me sentía mal al recodar lo que hice, estaba arrepentido. No pude encontrar el coraje para confesarle nada a mi novia, y mucho menos hablarle a mi jefa de lo que pasó esa noche.Solo tenía vagos recuerdos entre ambos teniendo sexo y los gemidos de mi jefa cuando estábamos juntos. Lo único que recordaba con claridad es que estaba en la misma cama con ella sin ropa abrazados. Ambos cometimos un error al dejarnos llevar por el alcohol.La culpa me consumía, pues sabía que era el único culpable de lo que sucedió. Fui consciente de que algo así podía pasar al estar tan cerca y ella en ese estado de despecho porque su novio la había traicionado.El lunes, mientras volvía a la oficina, una mezcla de ansiedad y temor recorría todo mi cuerpo. No quería enfrentar a mi jefa y revivir ese bochornoso episodio. Cuando finalmente llegué a mi puesto de trabajo, la vi pasar a lo lejos. Caminando por el pasillo donde a lado y lado habían puestos de trabajos dividido
Se movía con una elegancia natural, su altura de casi 1.80 metros. Su cabello negro enmarcaba unos intensos ojos verdes, y una pequeña barba realzaba su masculinidad. A pesar de mis esfuerzos por alejar esos pensamientos, la incógnita de cómo habría terminado su relación con mi jefa seguía rondando mi mente, y sospechaba que la secretaria tenía algo que ver. No era lógico que el estuviera aquí a esta hora y menos en este momento. Intenté ignorar las tensiones que la presencia de ese hombre me provocaba y el malestar que sentía, me fui al baño, tratando de tranquilizarme un poco. Pero al mirarme al espejo, apenas reconocí al hombre que me devolvía la mirada. Mi cabello crespo estaba seco y deshidratado. Mi mirada estaba completamente perdida y mi piel era casi blanca como un papel. Me veía terrible y entendí por qué mi jefa insistió en que viera a un médico.El golpe del accidente de carro que había ignorado anteriormente ahora me estaba afectando, y comprendí que era necesario enfren
Mis manos temblaban mientras intentaba detener al sujeto furioso, lo tome de ambas manos, pero antes de que pudiera agarrarlo con fuerza, su puño se estrelló en mi estómago, y rápidamente recibí otro de un golpe en mi rostro. No podía respirar bien, me saco el aire y me sentí confundido.Varios de mis compañeros lo tomaron de las manos, y evitaron que me siguiera golpeando. Scarlett estaba allí mirando todo lo que ocurría y el sujeto parecía loco, empezó a gritar."¡Suéltenme! ¡Suéltenme! Scarlett eres una maldita zorra, te acuestas con un insignificante empleado, debería darte vergüenza. ¿Qué tiene esa insignificante basura? A leguas se ve que no pasa los 25 años. No tenías algo mejor para acostarte. Perra!"Uno de mis compañeros le tapo la boca para evitar que dijera más vulgaridades y tratara de faltarle el respeto a la jefa.Era una humillación que dañaría mi reputación y la de ella.Los ojos de todos los presentes se posaron sobre nosotros, como si estuvieran atónitos ante la esc
Desperté en una sala de hospital, una luz blanca iluminaba mi rostro. El sonido constante de las máquinas médicas flotaba en el aire. Los latidos de mi corazón resonaban en mis oídos.Mire mi mano y tenía un suero en la vena. No me agradaban en estos lugares. Sentía algo de fastidio, solo miré el techo por un rato. Hasta que mi jefa se dirigió hasta donde yo estaba. "Ya despertaste?""¿Qué me pasó?""El médico dice que probablemente estás estresado. No es nada grave, aunque el golpe que te di mi ex, si fue algo fuerte. Talvez te dejé un morado. Te harán una radiografía para saber como estás"Me sentí algo tranquilo al escuchar eso, pero aún no podía creer lo que había hecho con mi jefa y que ella estaba aquí conmigo.Trate de levantarme de la cama para irme, pero ella me tomo del brazo."No te puedes ir aún, sin la orden de un médico no puedes abandonar el hospital""Jefa, tengo cosas que hacer. Ya se acabó la jornada laboral. Usted también debe irse a casa a descansar después de tod
Al despertar al día siguiente, tenía una sensación de expectativa. Quería verme de nuevo con mi jefa. Recordé el momento en que empezamos a besarnos y estuvimos a punto de quitarnos la ropa y tener sexo. Estaba muy feliz de que ambos nos comprendiéramos y deseaba estar con ella. Con mucha felicidad miré mi celular y lo encendí, pero de repente, decenas de mensajes lo bloquearon de un momento a otro. Podía oír cómo llegaban masivamente, las notificaciones no dejaban de aparecer. Me sentí muy fastidiado, lo dejé a un lado para que cargaran todos esos mensajes, mientras me dirigía a la ducha. Antes de ir al baño, me vi en el espejo. Empecé a ver los morados en mi abdomen y rostro; tocarlos me dolía. El ex de Scarlett era bastante fuerte; si mis compañeros no se hubieran metido, tendría toda la cara hinchada. Sentía vergüenza de que alguien me viera así en la calle. Incluso que Scarlet me viera así, parecía que esos moretones habían crecido desde ayer, aunque seguían siendo de pequeños.C