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Se movía con una elegancia natural, su altura de casi 1.80 metros. Su cabello negro enmarcaba unos intensos ojos verdes, y una pequeña barba realzaba su masculinidad. A pesar de mis esfuerzos por alejar esos pensamientos, la incógnita de cómo habría terminado su relación con mi jefa seguía rondando mi mente, y sospechaba que la secretaria tenía algo que ver. No era lógico que el estuviera aquí a esta hora y menos en este momento. 

Intenté ignorar las tensiones que la presencia de ese hombre me provocaba y el malestar que sentía, me fui al baño, tratando de tranquilizarme un poco. Pero al mirarme al espejo, apenas reconocí al hombre que me devolvía la mirada. Mi cabello crespo estaba seco y deshidratado. Mi mirada estaba completamente perdida y mi piel era casi blanca como un papel. Me veía terrible y entendí por qué mi jefa insistió en que viera a un médico.

El golpe del accidente de carro que había ignorado anteriormente ahora me estaba afectando, y comprendí que era necesario enfrentar mis miedos y ver a un médico. Aún tenía temor de un posible enfrentamiento con aquel hombre, seguía latente, si la secretaria le dijo lo que vio hoy en esa oficina de la jefa, probablemente esto terminaría mal. Aunque trate de calmarme, él fue el que le falló a la jefa. Fue el culpable de lo que pasó y de hacerla sufrir. Yo solo era una persona que quedó en medio de su problema amoroso.

Decidí regresar a mi puesto de trabajo, pero una tensión incomodad se sentía en el ambiente. Una fuerte discusión se escuchaba desde la oficina de la jefa, pero nadie se atrevía a intervenir, todos prefiriendo esperar a que la situación se calmara por sí sola.

Todos miraban atónitos esa oficina presagiando lo peor.

En medio de mis preocupaciones, Yerson, un compañero de trabajo, se acercó a mí. Él era el supervisor de esta área, su posición en el área era inferior al de la jefa. Se acercó a mí con una noticia alarmante, cómo dando un chisme me hablo.

"Algo se cayó y se rompió en la oficina, algunos quieren llamar a la policía para resolver el conflicto. Nadie es capaz de intervenir. Tú saliste de allí hace poco. ¿Cómo estaba ella?

"Bien, pero ¿Qué tal si hablas con el vigilante para que intervenga o llame a la policía?"

"Está bien, lo intentaré. Ya vuelvo, si sucede algo me llamas por celular"

Solo esperaba no quedar metido en este problema, aunque solo la secretaria era la que podía meterme en esto. Mi jefa no hablaría nada de lo que pasó y aún estaba preocupado por ella. Yo anhelaba intervenir, pero la mente me decía que no debía entrometerme en asuntos personales evidentemente. 

Pero a pesar de todo, me preocupé por ella y velaba por su bienestar. Me levanté de mi puesto, me dirigía a la oficina, hablar con la secretaria y pedir una semana de incapacidad para tratar de oír si ella estaba bien, aunque sabía que era algo bastante complicado.

"Eh... La jefa y su prometido se demoran mucho?"

"No sé, ¿y no has escuchado? Hay una fuerte discusión, porque no abres la puerta tú mismo y le hablas"

"Necesito una incapacidad de una semana, me siento algo mal. Mira mi cara y mis ojos. Me puedo desmayar aquí. Hazlo solamente, hasta podría ayudar en esta situación si haces esa m*****a llamada!"

"Otra excusa, que tanto te interesa ella. Lo que vi en esa oficina me dejó pensando. Además, que ella te dejo desnudarte en su oficina"

"Ella me atropello hace unos días y yo no fui al médico, pero ahora estoy mareado. No puedo continuar en esta oficina. Puedo morir, ¡crees que mi importa una pelea de pareja! "

Mi rostro cambió totalmente y mis expresiones mostraban odio y desesperación. Todo era producto a las emociones que estaba experimentando ese día. La secretaria se aterró al verme así. Solo respondió con algo de miedo.

"Bueno, si te ves pálida. Creo que es mejor que te vayas. Si te mueres aquí todas las actividades se pararán. Así que voy a hablar con ella. Pero si me regañan diré que tú tienes la culpa y estaban gritándome"

Ella tomó el teléfono y comenzó a hablarle en altavoz.

"Jefa, Adrian dice que debe irse al médico que se siente mal y que tú lo atropellaste hace unos días"

"Dígale que se puede ir, pero que diligencia los datos y los envié a recursos humanos para saber cuánto tiempo de incapacidad le van a dar"

Me quedé más tranquilo al escuchar que ella estaba bien. Quería hablar con mi compañero para que ya no trajera al vigilante. 

Le escribí de inmediato:

(Parece que ella está bien, hace poco su secretaria la llamo. Falsa alarma)

Regrese a mi oficina más tranquilo para recoger mis cosas, sin embargo, todo fue una perdida de tiempo. El hombre salió de la oficina de mi jefa, su semblante denotaba enojo y furia. Camino y observó cada rincón de la oficina, como si buscara a alguien en particular.

Dude de que supiera lo que pasó con mi jefa ese día, y lo ignore, sin embargo, en un movimiento que hice al verlo tan a cerca. Nuestros ojos se encontraron de un momento a otro.

"¡Así que tú eres el baboso que se acuesta con mi novia!", gritó, desatando la atención de todos en la oficina.

Un miedo indescriptible me recorrió el cuerpo. A pesar de que él era un hombre algo bien parecido, se veía que hacía ejercicio.

No sabía si mi jefa se lo había dicho o si su secretaria lo sospecho y se lo dijo.

Él se dirigió hasta mí y me tomo del cuello de la camisa y me miró a los ojos como si yo fuera lo peor. Veía mucho odio y resentimiento como si me quisiera matar.

Todos mis compañeros que escuchaban, estaban atónitos al oír eso. Fue demasiado vergonzoso. Nadie entendía lo que ocurría y tal vez no creían lo que escuchaban. Yo un simple empleado enredado con mi jefa que estaba a semanas de casarse. No era nada lógico.

Algunos compañeros se levantaron de sus puestos y trataron de acercársele para evitar una pelea escandalosa en este lugar.

En medio de esa situación vi a la jefa cuando abrió la puerta de su oficina y observo toda la escena. Trato de acercarse a nosotros para que esto no se hiciera más grave y escalará más.

Yerson apareció con el vigilante de un momento a otro y también pudo ver lo que estaba pasando. Me sentí vulnerable al estar en esta situación. Un golpe en la cara me dañaría mi aspecto físico y me harían ver más raro de mí que me veía en ese momento.

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