Y llego el gran día, mis nervios estaban a flor de piel, este era el día que me convertiría en la señora Williams, después de tres años de noviazgo finalmente nos uniríamos en matrimonio. Observo mi silueta reflejada en el espejo mientras mi madre termina con los últimos detalles de mi velo, mis primas y mi mejor amiga todas con los vestidos que elegí especialmente para ellas se encuentran eufóricas a mí alrededor.
-Esta hermosa Catalina ese hombre, quien será tu esposo se volverá loco cuando te vea.
Todas sonreímos como tontas ante las palabras de Karla haciendo referencia no a mi vestido de novia, sino al conjunto de lencería que llevo puesta bajo mi atuendo. Para esa noche especial que tendremos en nuestra luna de miel que ha sido un regalo de mis padres.
Disfrutando de nuestros momentos previos a mi boda, todas se carcajean a todo pulmón rememorando recuerdos de cómo nos conocimos con Cristian años atrás, en ese entonces yo era una novata de la facultad de psicología, mientras que mi hombre era de la facultad de economía. Yo era completamente tímida a interactuar con chicos, mi interacción mas grande con el sexo opuesto eran con mi padre y mi hermano.
Por ese motivo ni siquiera fue evidente para mí cuando Cristian comenzó a cortejarme, después de un tiempo de conocernos.
¡No!, podía creer que el chico más lindo de la universidad se fijara en mí una niña común y corriente. Considerando a todas las mujeres que pupulaban cerca de el para llamar su atencion.
No sé, ¿Cuándo exactamente sucedió?
Un día estaba en la biblioteca sentada en mi mesa usual un poco escondida de la vista, en el más recóndito rincón cerca del pasillo sur lo más alejado para ser molestada o llamar la atencion.
Fue ahí cuando coincidimos por primera vez, su mirada en la mía se atrajeron como dos imanes en el sombrío lugar, mientras el revisaba un libro caminaba distraído por lo que termino chocando conmigo enviándome fuera de mi silla al suelo.
-Hay ¿Por qué no te fijas? –dije con una mezcla en mi voz de dolor e indignación.
-Lo siento, estaba distraído por lo que no me fije que estabas en mi camino. Déjame ayudarte a levantarte.
Dijo mientras colocaba su libro sobre la mesa sonriendo avergonzado, mis ojos se perdieron en sus profundos orbes que fijaron su mirada en mis pantorrillas que ahora estaban descubiertas por mi caída. Cuando me tomo con sus manos por mis brazos, pude percibir el aroma a colonia que emanaba de su cuerpo, toda mi piel se tornó eriza por su tacto.
¿Qué sucedía con mi cuerpo?, nunca en mis diecinueve años había experimentado una sensación de ese tipo expandirse por todas las terminaciones de mi ser.
-Esta, bien por un momento te quedaste en silencio –pregunto como resultado a mi perdida momentánea de atencion.
-Bueno, si no me hubieras tirado creo que actuaría un poco más normal –digo, con un toque sarcástico en mi voz.
-Pues discúlpeme señorita no quise molestarla, solo fue un accidente fortuito ya que ahora creo que mi deber es compensarte por mi torpeza.
-Así, ¿Cómo me piensas compensar? –pregunto tartamudeando un poco, si fue conciente de mis temblores en mi voz no lo menciono, solo esbozo una sonrisa de lado en sus sexis labios.
De esa forma inicio nuestro acercamiento en un principio como amigos que con el tiempo se convirtió en algo más con el pasar del tiempo.
Años después aquí estamos a punto de casarnos, en la Iglesia Católica de San Patricio acá en el distrito de Columbia, Washington D. C. El lugar tenía un estilo gótico clásico hermoso, este día adornado por miles de rosas blancas, que no fueron mi elección ya que quería lirios blancos, pero la madre de Cristian decidió que así se decoraría la iglesia.
Su madre era un tantito posesiva con todo lo referente a su hijo.
-¿Qué piensas Catalina si ya te arrepentiste todavía estamos a tiempo para escaparnos hacia las Vegas? –murmuro cerca de mi oreja mi mejor amiga Georgina entre risitas. Negando con mi cabeza solo sonreí ante sus ideas locas.
Sabía que para mi amiga esta sugerencia era seria ya que mi prometido y ahora futuro esposo en unas horas no era de su agrado. No entiendo esa hostilidad entre ambos desde la universidad.
-Caya loquita no me voy a fugar contigo el día de mi boda.
-Tú sabrás querida, pero sabes que pienso de esta unión…. Todavía puedes tomar tus maletas para huir conmigo tonta.
-Georgina basta, mejor ayúdame con el ramo estamos a punto de iniciar, además estoy segura que es cuestión de minutos que su madre entre por esa puerta te lo puedo apostar.
-De acuerdo, cubro tu apuesta –dijo con una carcajada, cuando su voz resonó dentro de la rectoría fue cuando la puerta se abrió dando paso a la mujer que se convertiría formalmente en mi suegra en pocas horas.
-Aun no terminas Catalina, piensas que todos tienen tu tiempo muchacha deprisa deja de perder tu tiempo mi hijo no va esperar todo el día.
Comento con deje de molestia en su tono de voz, eso era sumamente incomodo que fuera tan áspera frente a mi familia y amistades.
Georgiana puso sus ojos en blanco como resultado a su molestia por mi suegra.
-Señora Williams ella es la novia puede tomarse todo el tiempo que quiera en arreglarse –argumento mi mejor amiga, con un toque de molestia en su voz.
-Georgina, ya estoy lista no hay porque discutir –dije tratando de apaciguar las aguas de tormenta en el lugar. No quería conflictos entre mis allegados y la familia de Cristian el día de nuestra boda.
-De ser así entonces apresúrate, deja de perder el tiempo con personas que ni al caso.
Tome por su brazo a mi amiga apretando ligeramente como una petición silenciosa de caer en su provocación, ya que mi suegra era una persona difícil con sus propios conceptos de ver la vida.
Jamás entendí hasta este momento su ambivalencia contra mi pensé que con el pasar del tiempo eso cambiaria pero no fue así, nunca en todos los años de relación me ha tratado con cortesía. Y en este momento está siendo realmente grosera con mis seres queridos.
Para calmar los ánimos respire profundamente tomando mi ramo de flores que eran también elección de la señora Williams, sonreí con disculpa a mi amiga y familia para iniciar mi camino a la capilla donde se realizaría nuestra boda, ya no los haría esperar más por mi presencia.
-Finalmente entras en razón –Murmuro la madre de Cristian. Con una nueva mirada de súplica me dirigí a Georgina, ella era tan polvorita que estaba segura que pronto se lanzaría a su yugular.
-Solo por ti Catalina…. Solo por ti….
En cuanto a mi madre y primas tenían la misma expresión incomoda con un deje de molestia, pero a diferencia con mi mejor amiga sabían controlarse mejor.
Salimos de la rectoría rumbo a la capilla todos los invitados estaban presentes en el lado derecho los miembros de mi familia y amistades, mientras en el izquierdo solo la familia de Cristian.
Mis sobrinitas eran las encargadas de esparcir los pétalos de rosas en el pasillo por donde caminaría para reunirme con mi futuro esposo.
Con un último arreglo de mi velo por parte de mi madre que se acercó unos centímetros a mi oído para murmurarme “si estaba segura de esto” palabras que me tomaron por sorpresa en especial por venir de mí pacifica madre, con mi cabeza asentí que lo estaba.
Dirigiendo mi mano al brazo izquierdo de mi padre me apoye en su fortaleza ante las palabras de mi madre. Ella me dirigió una triste mirada, no comprendía su actitud al igual que Georgina en mi día especial a lo único que pude relacionarlo fue a la previa actuación de la señora Williams para con ellas.
-Hija, estas hermosa espero que Cristian te valore como la princesa que eres.
-Gracias papa’
Luego del breve intercambio de palabras en los altavoces de la iglesia se hizo escuchar la marcha nupcial que era mi llamada para que mis madrinas encabezaran nuestra caminata al altar.
Con la vista en el suelo iniciamos junto con mi padre la marcha hacia el lugar donde ya me esperaba el hombre con quien uniría mi vida hasta la eternidad.
-Cariño, que pasa con esa expresión no parece que vayas a unirte al hombre que amas ¿Qué sucede?
-Nada papa’ te lo aseguro estoy feliz solo un poco nerviosa
-De acuerdo princesa… pero si no estás segura solo debes decírmelo ¡no!, importa el momento.
Después de eso continuamos nuestro camino en silencio hoy no sabía que sucedía con todos a mí alrededor insistiendo en sabotear mi boda.
Al final del pasillo adornado de forma delicada por miles de rosas blancas estaba la razón de mi vida en este mundo. Antes de llegar a su lado pude apreciar su hermoso rostros en el cual estaba presente una tierna sonrisa, eso me motivo para apresurar mis pasos en su dirección.
Una vez llegamos frente a mi motivo para respirar mi padre me entrego en sus manos,
-Cristian, te entrego a mi única hija para que cuides de ella y respetes como un tesoro.
-Así será señor Abrego
Tomando mi mano coloco un beso en mi dorso con sus tiernos labios. Mi madre junto con Georgina nos colocó el lazo que simbolizaba unión, de esa forma inicio el sacerdote a recitar las palabras que tenían por objeto casarnos.
En el trascurso de sus palabras me concentre en cada una de ella, cada cierto tiempo miraba furtivamente así Cristian quien imitaba mis acciones sonriéndome con ternura, la boda estaba a punto de llegar a su culminación cuando el sacerdote pregunto.
-Cristian Alexander Williams aceptas a esta mujer para respetarla en la salud y en la enfermedad para amarla por toda la eternidad como tu amada esposa.
-Si, acepto.
-Catalina Sofía Abrego aceptas a este hombre como tu esposo en la salud y enfermedad para amarla por toda la eternidad como tu amado esposo.
-Si, acepto
-En ese caso por el poder que me dan mis embestiduras en este día especial yo los declaro marido y mujer que lo que se unió no sea separado por el hombre, si no hay ninguna objeción.
Fue en ese momento que se hizo escuchar una voz de mujer a todo pulmón.
-Yo, me opongo a esta boda señor padre, ese hombre en el altar no puede casarse con esa mujer porque soy la madre de su hijo que ahora crece en mi vientre.
Murmullos se escucharon en todo el lugar, dirigí mi mirada en dirección de la mujer que interrumpió mi boda, negando con mi cabeza, para luego ver el rostro pálido del hombre a mi lado.
Fue entonces cuando lo supe, ella no estaba mintiendo……..
Catalina AbregoEsto debía ser una horrible pesadilla, ¡No es real, debo estar dormida!, comencé a querer negarme a mí misma lo que estaba sucediendo frente a mis propios ojos.Pero la cruel realidad me golpea con fuerza en mi rostro, escucho como mi padre y hermano elevan su voz para exigirle a Cristian explicaciones. Mi madre me abraza porque mi cuerpo, comienza a temblar ya no consigo mantenerme de pie, mi respiración comienza a fallar, me cuesta respirar trato de ordenarle a mi cerebro que active la parte que controla mi función respiratoria normal, para llevar oxígeno a mis pulmones.¿Cómo se llama el centro respiratorio?, ¿Dónde se encuentra en mi cerebro?, porque estoy pensando en mis clases de anatomía en este preciso momento…. Así bulbo raquídeo.Una risa histérica inicia entre mi llanto, no han sentido que en ocasiones no sabes que hacer surgen muchas emociones ¿Cómo llorar, reír, gritar o lo que sea? En momentos difíciles para nosotros es aquel instinto arraigado por sig
Catalina AbregoComo mi mejor amiga había dicho previamente, todo estaba perfectamente organizado para nuestro disfrute, la discoteca se trataba de nada más y menos que Xs Nightclub, situado en el Encoré, dentro de uno de los hoteles más lujosos en las Vegas. Según mi amiga no merecíamos menos que lo mejor para disfrutar de nuestra noche, en una de las ciudades que jamás duerme. Por suerte estábamos en el mismo hotel hospedadas porque no quería alejarme mucho, para pasármela bien según a las idea de Georgina.El lugar es de mucha clase con un diseño genial que te hace sentir realmente cómoda.Tomamos una mesa en uno de los mejores lugares cerca de la pista de baile, lo primero que hizo Georgina fue pedir nuestras bebidas a un mesero que se encargaría de todo lo que quisiéramos consumir en nuestra noche de chicas.¡Claro noche de chicas, posterior a mi peor día en la vida!Música electrónica se hacía escuchar por todo el lugar, mientras que las luces estrambóticas en la pista te transp
Demian StuartEso no era malditamente posible…. mi mujer tenía cinco años que lamentablemente la perdí el día del nacimiento de mi hijo, ese fatídico día mi amada Carlota murió como resultado de una complicación obstétrica, que no fue considerada en su momento por sus médicos, dejándome solo para criar a mi pequeño Dem, mi hijo la ha pasado muy mal con su ausencia, mientras ella está ahí ¿cómo es posible?Mi querida Carlota está en la pista de baile moviendo sus caderas seductoramente para deleite de los mirones en este lugar, la mayoría hombres con un solo pensamiento en sus mentes perversas, follarse una chica esta noche sin ningún compromiso, concebir ese pensamiento en mi cabeza me enfurece, con mis manos hechos puño lo único que puedo pensar es que nadie va a tocarla. Por qué esa mujer me pertenece y a nadie más.-Oye, Demian que te sucede de pronto se siente un aura raro proveniente de ti amigo –comenta Henry con un toque en su voz de burla, cretino no tiene idea porque del camb
Demian Stuart Ella no es Carlota pero su rostro, su voz y su cuerpo son idénticos. Sin embargo su forma de expresarse es muy diferente. Su mirada es tímida, pero hay una cierta inteligencia en ella que no era propio de mi mujer quien de encontrarse en la situación que acaba de pasar esta chica definitivamente se hubiera desmayado. Mi Carlota no toleraba la más mínima tensión emocional, nunca en su vida se atrevería a enfrentarse a un hombre como esta mujer lo hizo, ella era otra persona pero no entendía el gran parecido que compartían. Clave mi mirada en su rostro tratando de comprender como era posible que fueran como dos gotas de agua idénticas, mi mujer jamás me hablo que tuviera una hermana gemela. ¡Hasta donde yo tenía entendido ella era hija única! Sí, es real que en el mundo existen copias exactas de nosotros, eso podría explicarlo todo en este momento. ¿Qué otra cosa me aclararía que esta mujer tenga el rostro de mi mujer?, no encuentro ninguna explicación valida en mi c
Catalina AbregoConforme avanza nuestra noche su mirada penetrante se mantiene vigilante de cada una de mis acciones, entre un trago y otro, poco a poco siento que mi mente comienza a nublarse, es una sensación extraña que jamás había experimentado en mis veintiséis años de vida.Todo lo contrario de ellos que permanecían frescos como una lechuga eso incluía a mi querida amiga Georgina que podía ponerse a la par de cualquier bebedor hombre sin mucho esfuerzo.Su profunda mirada gris me tenía atrapada, estaba enfocado en mi dirección todo el tiempo, ¿quizás ese era el motivo porque estaba consumiendo más licor del que realmente puedo tolerar?, era como si cada fibra de mi cuerpo respondiera a todos y cada uno de sus gestos, sentía mucho calor esparciéndose por mis venas. De seguir de esta manera terminaría incinerándome aquí mismo.Quería concentrarme en otra cosa menos en su intensa mirada, pero estaba resultando muy difícil me atraía incluso su forma de respirar que sucedía conmigo.
Catalina AbregoSu pesada respiración me hace cosquillas en mi cuello, su calor me hace sentir cómoda me mantiene presionada contra su tonificado abdomen, mis ojos los mantengo cerrados inhalando su delicioso aroma, ¿Pero algo no está bien aquí?, hay una diferencia no logro comprender de que se trata, ¿Desde cuándo Cristian cambio su colonia?Esa pregunta en mi cerebro fue lo que me trajo de mi profundo sueño, abrí mis ojos poco a poco aunque mi visión no era completamente clara estaba conciente que esta no era mi habitación, veo a mi alrededor a través de mi empañada mirada preguntándome ¿Dónde estoy?Esta habitación no la reconozco para nada, es mucho más grande del lugar en que nos estamos quedando con Georgina. ¿Quién está junto a mí en la cama?Con un poco de temor recorriendo cada fibra de mi cuerpo decido volver mi rostro hacia la persona a mi costado, considerando el brazo que rodea con fuerza mi cintura para mantenerme contra ese cálido cuerpo. Sé que se trata un hombre.¡Di
Catalina AbregoUna vez llegue a nuestra suite me fui directo a la recamara de Georgina, necesitaba saber si estaba bien, además saber si no había terminado acostándose como yo con uno de esos chicos.Abrí su puerta entre para verla cómodamente durmiendo sobre su cama como si nada, me dieron ganas de traerla de su pacifico sueño con un grito, pero en fin yo era una adulta mi amiga no tenía la culpa de lo ocurrido menos era mi madre para cuidarme todo el tiempo.Retrocedí sobre mis pasos hacia la puerta, necesitaba ducharme para conseguir aclarar un poco mi mente porque siendo honesta me sentía muy confundida ya que ni siguiera recordaba que paso hace unas horas entre Demian y yo.Al llegar a mi recamara me libero de mi ropa dejándola caer en un manojo de tela sobre la alfombra completamente desnuda camino hacia el baño, dentro del pequeño espacio hay un gran espejo de cuerpo completo donde puedo verme en todo mi esplendor, me estudio cada centímetro de mi piel expuesta en busca de pru
Demian StuartHoras después en el aeropuerto de Washington D.C Mi avión privado finalmente llego a mi ciudad, no me tarde mucho tiempo en abordar de inmediato la camioneta que me llevaría junto a mi hijo.Sentía cada fibra de mi cuerpo en tensión, hasta cuando mi pobre niño seguiría sufriendo me siento tan inútil por no poder ayudarlo, desde que esto comenzó me vi completamente inútil yo era bueno para cualquier negocio en mis manos, pero cuando se trataba de la estabilidad emocional de mi hijo Denn estaba frustrado tratara lo que fuera nada daba resultado, ninguna terapia funcionaba.Mi hermano Dixon incluso me está ayudando a investigar sobre el paradero de una psicóloga infantil graduada en la Universidad de Princeton, según todo lo que sabemos sobre ella vive aquí mismo en Washington donde tiene un consultorio donde trata a sus pacientes, es muy hábil en tratar casos difíciles que para otro psicólogos ni siquiera pueden controlar por ese motivo su agenda está demasiado ocupada