Capítulo 1

Catalina Abrego

Esto debía ser una horrible pesadilla, ¡No es real, debo estar dormida!, comencé a querer negarme a mí misma lo que estaba sucediendo frente a mis propios ojos.

Pero la cruel realidad me golpea con fuerza en mi rostro, escucho  como mi padre y  hermano elevan su voz para exigirle a Cristian explicaciones. Mi madre me abraza porque mi cuerpo, comienza a temblar ya no consigo mantenerme de pie, mi respiración comienza a fallar, me cuesta respirar trato de ordenarle a mi cerebro que active la parte que controla mi función respiratoria normal, para llevar oxígeno a mis pulmones.

¿Cómo se llama el centro respiratorio?, ¿Dónde se encuentra en mi cerebro?, porque estoy pensando en mis clases  de anatomía en este preciso momento…. Así bulbo raquídeo.

Una risa histérica inicia entre mi llanto, no han sentido que en ocasiones no sabes que hacer surgen muchas emociones ¿Cómo llorar, reír, gritar o lo que sea? En momentos difíciles para nosotros es aquel instinto arraigado por siglos en nuestro sistema nervioso que nos indica cómo protegernos a nosotros mismos.

¿Cómo se llama…. así lucha y huida?

Vamos Catalina inhala y exhala una cosa a la vez…… pero no funciona, todo mi cuerpo está colapsando.

-¿Quiero una explicación ahora mismo Cristian?, nadie se va a burlar de mi hija desgraciado –grita mi padre a todo pulmón, mientras mi hermano Mauricio lo sostiene del brazo para que no, se abalancé contra el cretino que acabo con mis ilusiones de un solo golpe.

-Señor Abrego, puedo explicarlo esto es solo una confusión esta mujer no es nadie en mi vida se lo juro. Por favor escúcheme yo amo a su hija, ¡por Dios! Hoy es el día de nuestra boda.

-Deja de mentir Cristian, esta chica dice que eres el padre del hijo que carga en su vientre, piensas que voy a creerte malnacido.

Con forme pasaban los minutos todo se ponía más violento entre ellos, estaba destrozada. Pero mi temor era más grande por mi padre y hermano, que pasaba si llevan esta discusión mucho más lejos que insultos y reclamos.

-De acuerdo si estas siendo incriminado, por esta mujer esto se resuelve fácil con una prueba de ADN de su líquido amniótico para confirmar que miente –ladro mi hermano Mauricio.

Yo, volví mi rostro para ver hacia Cristian, para confirmar en sus facciones que esta mujer mentía. Pero no fue eso lo que se reflejaba en sus ojos, había miedo, a pesar que lo estaba negando sus palabras solo eran de su boca para fuera, este hombre realmente era el padre de su hijo. Mi corazón estaba destrozado cada vez más, ¿Cómo puede ser tan sinvergüenza?, al notar mi mirada sobre su rostro trato de recomponerse para seguir fingiendo que sus palabras valían algo en este momento, pero no era así todo era una farsa.

-¿Por qué Cristian? –pregunto atragantándome con mis lágrimas, que emanan sin control por la comisura de mis ojos.

-Catalina, no te dejes llevar por esto, dame una oportunidad de hablar cariño yo te amo.

Niego con mi cabeza, esto no es amor ¿Cuándo amas no engañas?, ¿Por qué lastimarme de esta manera?

-Por favor nena ven hablemos –dice tratando de tomarme por mi brazo, yo retrocedo unos pasos para impedirle que me toque. Me mira con angustia en sus ojos, no entiendo sus motivos.

-Caty, no hablara contigo cretino sinvergüenza –ladra mi mejor amiga mientras sin ningún reparo se dirige a Cristian, propinándole un puñetazo en su rostro, por la sorpresa no consigue evitarlo, por lo que cae en el suelo como resultado del golpe. Dirige una mirada furiosa en dirección de Georgina pasando su mano por su labio inferior que ahora sangra.

-¿Qué haces loca?, ¿Cómo te atreves a golpearlo? –interviene su madre como una leona cuidando de su cachorro.

-Mejor guarde silencio bruja, usted tiene la culpa de esto por parir a esta basura –Escupe mi amiga entre dientes.

-M*****a mocosa, nunca te enseñaron a respetar sus mayores.

-Mis mayores…. Pues déjeme decirle señora que son respetables en comparación con usted.

Todo era un caos entre gritos, amenazas, insultos mi mundo se estaba volviendo una horrible pesadilla…. ¿Quién diría que mi día especial se derrumbaría?

-Vamos Caty, no vale la pena seguir en presencia de esta basura –dice Georgina mientras me toma del brazo para arrastrarme con ella.

-Catalina, no puedes irte tenemos un prenupcial recuerdas, está firmado por ambos quieres tirar todo por un mal entendido.

Es entonces que interviene mi hermano Mauricio, con verdadero odio en sus facciones dirigidas en dirección a Cristian.

-Escúchame cabron, no te atrevas a amenazar con eso a mi hermana. Ese documento queda invalido ya que no lograste casarte con Catalina, pero si te prometo que esto lo vas a pagar. Como te atrevas a acercarte unos metros a Caty nuestros abogados acabaran contigo.

Una vez termino con su amenaza todos nos dispusimos a salir de ahí.

Sentía cemento en mis pies mientras era arrastrada por mi mejor amiga hacia la salida de la iglesia, seguidas por mis padres.

A la distancia escuchaba sus gritos desesperados llamándome a todo pulmón, sin detener nuestros pasos seguimos avanzando para salir de la iglesia. Cuando llegamos a la calle su voz era más cercana, ahora Cristian corría tras nosotros, por lo que mi padre y Mauricio se atrasaron unos pasos para hacerle frente. Impidiéndole que se acercara a mí.

-Deprisa Catalina salgamos de aquí –murmura mi mejor amiga, llevándome con ella hacia el automóvil que nos espera en la calle, soy la primera en entrar seguida de Georgina.

-Vamos conduce al aeropuerto Mario –ordena mi molesta amiga, nuestro chofer obedece de inmediato poniendo en marcha el motor del automóvil.

¡A pesar que ya vamos a una distancia prudente!, todavía consigo escuchar los gritos desgarradores de Cristian.

Nos alejamos de la iglesia conforme el automóvil se pone en camino, vuelvo mi rostro en dirección de donde deje mi corazón roto, veo a Cristian zafarse del agarre de mi padre para correr tras nosotras mientras grita mi nombre.

¡Catalina!

En el aeropuerto.

Al momento de llegar ya todo estaba listo para abordar el avión privado de mis padres, no entendía que hacíamos aquí, mi mente no procesaba toda la información que llegaba ya que estaba tan perdida en el dolor en mi corazón, que solo me deje llevar por mi amiga.

-Iremos a las Vegas, pondremos distancia con ese bastardo por unos días. Todo está arreglado. No tienes que preocuparte Caty, no va encontrarnos ni siguiera tus padres saben a dónde vamos. Es un plan de última hora. Así es más seguro por si el cretino decide ir por ti –parlotea con furia Georgina, mientras se dirige a dos maleta que está cerca de nosotras. Observo un poco sorprendida porque esto parece haber sido preparado con anticipación.

¿Qué sabía mi mejor amiga que yo no?

Pero al final no di mucha importancia a sus acciones solo me quede con la mirada perdida, hasta que ella llamo mi atencion.

-Vamos, amiga quítate ese maldito vestido –se detiene por un momento extendiéndome unos chántales y camiseta –Ponte esto Caty.

Asentí con mi cabeza tomando de sus manos el conjunto de ropa, para librarme del vestido que con tanto amor había elegido para ni día especial.

Yo, ni siguiera prestaba la suficiente atencion a su parloteo posterior a cambiarme de atuendo, solo me dejaba arrastras por sus acciones. Mi amiga tenía razón necesitaba alejarme por un tiempo.

Fue de esa manera que Georgina me llevo a las Vegas en Nevaba, según ella para liberarme del estrés que ese hombre mentiroso me había causado.

Una vez llegamos a las Vegas nos dirigimos al hotel donde nos hospedaríamos por unos días, en lugar de estar en mi luna de miel con el hombre que sería mi esposo, estaba aquí con mi mejor amiga olvidando mis penas, conociendo a Georgina no se quedaría quieta, ya me imaginaba todo lo que estaba organizando según ella para distraerme, así olvidar mi situación actual.

La suite donde nos quedaríamos era muy cómoda, tiene dos habitaciones, un pequeño recibidor y un área con vista a los jardines del lugar. Me refugiaría en comer golosinas mientras me sumerjo en mis lamentaciones.

¡Oh, al menos eso pensé!

Pero ni siguiera pude dar un paso para meterme bajo las cobijas de mi cama, cuando el torbellino Georgina ingreso en mi habitación arrasando con todo a su paso.

-Vamos arriba Catalina, esta noche saldremos nos liberaremos de todas las inhibiciones, meneando nuestros cuerpos al ritmo de la música en una discoteca. Ya organice todo hoy nos divertiremos un poco así olvidas un poco lo sucedido.

-No, creo tener ánimos para eso ahora Georgina.

-Entiendo pero ¡no voy a permitirte deprimirte Caty!, por lo que arriba ese ánimo vamos a salir así que apúrate a cambiarte de ropa.

Y como entro se marchó de mi habitación dejándome en un dilema, si seguirle la corriente o ignorarla, aunque esto último resultaría imposible, por lo que resignada, con mi suerte decidí que era mejor llevar la fiesta en paz con el torbellino.

Tome mi maleta para sacar lo necesario, me dirigí al cuarto de baño para lavar mi cuerpo me sentía completamente sucia después de todas estas horas que habían pasado. Me puse un vestido corto color gris con un escote de escándalo esta, no era mi elección para vestir sino de Georgina, ya que nada de esta ropa era algo que utilizaría por voluntad propia.

Sin muchas  opciones solo me deje llevar al fin de cuentas hoy, como dijo mi amiga torbellino era para olvidar mi día especial que se convirtió en una verdadera pesadilla.

¡Maldito Cristian!

Por primera vez en mi vida me atrevía a insultar, sin detenerme por los remordimientos. Toda mi vida había sido la buena chica, miren que bien me fue, ahora era el hazmerreír en la sociedad de Washington. Aunque la verdad ni me importaba realmente.

Siguiendo la corriente de mi mejor amiga hoy solo me dejaría llevar esperando así que en el proceso pueda olvidar.  

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