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Empezamos a recorrer el lugar que era extraño pero a su vez parecía acogedor.

Los grandes salones, bibliotecas y todo lo hacía parecer una escuela. Era moderna con tecnologías y que a su vez te generaba cierta intriga.

— Llegaste justo en el momento para la prueba —dijo Eider con una sonrisa.

— ¿Prueba? —pregunte levantando una ceja.

Ella asintió e hizo el intento de tomarme de la mano.

¿Esa chica no podía solo evitar el contacto?

— Lo siento —se disculpó tímidamente.

Me reí ante su reacción nunca había tenido amigas mujeres y en mi escuela las mas simpáticas y buenas personas del mundo.

Eider y yo caminamos hacia un pasillo y luego era aire libre.

— El salón de pruebas —señalo ella hacia la puerta transparente.

Varios alumnos empezaban a llegar detrás de nosotras.

Ese lugar parecía la huerta de mi abuela, el techo de vidrio que dejaba pasar la luz natural y las enredaderas que hacían sombra.

El lugar parecía un podio por la forma que tenía y lo que había en el centro era una gran plataforma que giraba y en el centro tenía un huevo, su tamaño era al igual que las fuentes de los parques.

Mire hacia los lugares donde podíamos sentarnos y las gradas tenían colores distintos, y eso dividía por secciones.

Nos sentamos en los primeros asientos de abajo y en un abrir y cerrar de ojos el lugar estaba repleto de jóvenes.

— ¡Bienvenidos queridos alumnos! —saludo Tavia con una sonrisa y mirando a su alrededor— como muchos sabrán hoy llegaron los últimos alumnos… y como todos los años haremos la prueba de habilidades.

— Cada uno de ustedes como es normal posee al menos dos habilidades que los hace tan especiales como humanos —dijo el hombre que estaba de pie al lado de Tavia.

Sus rasgos eran similares a los de ella, el mismo color de cabello y el largo.

— Hoy los separaremos en grupos pero antes mostraran lo que pueden hacer —señalo Tavia al centro— nuestro cetro de los cuatro elementos les mostrara cual es el fuerte de cada uno…

— Sus habilidades psíquicas como quinésicas todo vale… este cetro tiene años de antigüedad podemos confiar en el —continuo el hombre.

— Son difícil encontrar aquellos con habilidades psíquicas —murmuro Eider a mi lado.

— ¿Cuáles son esas? —pregunte intrigada.

— Aquellos que ven el futuro, el pasado, o que pueden localizar persona con solo mostrar algo, ver con su mente, telepáticas manejar tu mente y todo lo que tenga que ver con lo mental…

Ver el futuro era algo que sabía hacer y que a su vez no me agradaba poseer. La mayoría de las visiones que tenía no eran nada buenas y de alguna forma veía las desgracias de las personas.

Las dos personas que parecían ser los dueños de aquel lugar se pararon a un costado con otros profesores.

Empezaron a llamar a cada uno de los estudiantes la plataforma empezaba a girar y se detenía en el elemento perteneciente a esa persona.

— Eider Green —llamaron a mi nueva compañera por su nombre.

Eider se puso de pie y se acerco a la plataforma que empezó a girar quedando en frente de ella el elemento tierra.

Ella sonrió como si fuese algo obvio su resultado, de la misma manera que solía hacerlo yo extendió sus manos y la tierra parecía obedecerla. Una pequeña planta surgió de la tierra.

Todos aplaudían y así los sectores comenzaban a separarse. La mujer dirigió su mirada hacia mí.

— Dacia Westler —trague saliva y me levante de mi lugar.

Bajé los escalones lentamente con el nerviosismo que era evidente mis manos sudaban, hasta que me detuve al lado del huevo. A lo lejos escuchaba los comentarios “es la nueva” “dicen maneja el agua”.

La mujer quien me había dado la bienvenida me sonreía, y Eider quien se encontraba con su grupo me miraba de la misma forma.

El huevo giro y en frente de ella quedo el agua, sonreí, pero la sonrisa se borró al ver como el huevo empezó a tiritar.

— ¿Qué sucede? —se escuchó decir.

El huevo empezó a girar de un lado a otro y de manera veloz. Moviéndose rápidamente en el centro tenía una esfera dorada que aquellos que poseían una habilidad psíquica desprendía luz. A su vez la esfera empezó a vibrar.

El huevo se detuvo en el agua de nuevo y solo extendí mis manos, la esfera de agua la manejé como sabía hacerlo hasta que se reventó y giro revelándome el otro sector, aire el aire estaba manejando el aire, el fuego y por último el remolino que se formó con la tierra y flores que aparecieron de la nada.

Todos los estudiantes se miraban entre si sorprendidos hasta que la esfera dorada mostro su luz.

— Imposible… —dijo Tavia que se encontraba esta vez de pie en su lugar.

Todos los espectadores estaban anonadados ante aquella escena. Me sentía llena de energía pero al mirar a mi alrededor y las caras que desprendían enojo hizo que la felicidad que sentía en ese momento desapareciera.

— ¡No reacciona al control! —grito una chica.

— Es un escudo puede protegerse de los demás —dijo el hombre de cabellos blancos.

¿Escudo? Empecé a mirar a mi alrededor buscando una explicación de aquello que acababa de pasar.

<< Puedo manejar los cuatro elementos >>

Volví a sonreír tímidamente y bajé mi cabeza, dudosa de donde dirigirme pero ya no habían más personas por pasar. El momento de revelación de habilidades había concluido.

¿Yo podía hacer todo eso? Aún seguía sorprendida y al parecer no había sido la única.

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