Me mire una vez mas al espejo controlando que las cicatrices no se hubiesen abierto de nuevo.
—¡Ya deja de mirarte! ¡Estas loca si piensas que se abrirán! —exclamo Eider de pie en la puerta del baño.
Tres rayas se extendía desde mi espalda hasta la parte trasera de mi muslo derecho.
Tome aire y salimos de allí, nos dirigimos hacia la clase con el profesor Gaslor.
Todos los de mi grupo ya estaban reunidos allí. Me pare al lado de Brais que miraba hacia delante con el ceño fruncido. Ninguno de los dos tenia vendas y para ser cuatros días de recuperación había sido bastante rápido.
A pesar de los intentos de que las cicatrices no quedaran fueron en vano ya que seguían a la vista en nuestros cuerpo.
—¿Entonces lo mas probable que el próximo año sea la competencia? —pregunto Tigor mirando al profesor.
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Mis tenis se hundieron sobre una blanda superficie abrí mis ojos y avance sintiendo como otra vez la arena se metía en la tela de los tenis.Levante la mirada y allí estaba ese cielo cubierto de nubes amenazando con querer llover.<< Otra vez en casa >>Observe todo a mi alrededor la playa desierta y por una extraña razón el mar estaba en movimiento. A lo lejos se percibía el ruido de la ciudad, los automóviles, las bocinas y las personas.Camine por la playa y llegue a la parada del bus.La ciudad estaba igual a cuando me fui nada había cambiado.Mi hogar estaba igual la misma casa, el jardín y las flores.Entre a mi hogar y mis padres no estaban allí, saque mi teléfono que no lo había utilizado por un tiempo y las notificaciones, mensajes y llamada, la mayoría eran de Einar empezaron a llegar.Me dirigí a mi
Una calle a las sombras de la oscuridad de la noche… un hombre desconocido… el sonido de fuertes pisadas… empieza a correr como si huyera de algo o de alguien… encerrado en un callejón sin salida… el rostro horrorizado de aquel sujeto… y finalmente el sonido de un disparo… Abrí mis ojos sintiendo como mi respiración estaba agitada mi pecho subía y bajaba haciéndome sentir ahogada. Tome aire tratando de tranquilizarme, no era nada nuevo aquel sueño que no parecía tener sentido. Mire directo al escritorio en la otra punta de mi cuarto el pequeño rombo dentro de un cristal no paraba de girar. Los rayos de sol apuntaban justo a los pies de la cama, me puse de pie y fui directo al baño. Mi reflejo mostraba el sudor que empapaba mi frente y las oscuras ojeras que adornaban debajo de mis ojos. El mundo normal… nada cambiara y solo debes sobrevivir. Era una pesadilla mas de las tantas y que había aprendido a convivir con ellas desde hacía años. Las pesadillas que siempre tenía aparecían
Solo sucedió una vez en la que me sentí el centro de atención y fue cuando Lexia una chica de mi curso tuvo contacto físico conmigo, al contarlo cualquiera que no me conoce diría que estaba loca pero fue así. La cafetería era demasiado moderna como para alguien que ha crecido en el pasado, una mujer no depositaba sus pure con una cuchara, solo la pantalla táctil y un triste robot había suplantado la actividad humana o la mayor parte de ella. Mi vida era monótona, simple e igual, hice la fila junto a una chica regordeta que se encontraba a mi lado. Las risas a mi otro lado eran molestas el fastidioso y soberbio Brais, con su grupo de amigos. — ¡Maldita sea quiero mi albóndiga! —grito la niña a mi lado golpeando la pantalla que tenía en frente. Los quejidos de la chica eran molestos, mi vista se mantenía sobre bandeja y mis manos estaban inquietas. — ¡Carajo! —la niña colorada parecía pronto entrar en una crisis de nervios. Algo dentro d
El mar, ese mar que parecía artificial por el color de sus aguas tan claras. Un cielo cubierto de nubes algo que no era nada nuevo. Todos los días estaban nublados. Sentía el nerviosismo correr por mis venas, mis manos sudorosas y sin poder dejar de morder mi labio inferior. Ese era mi momento donde por primera vez me verían hacer algo qur no fuese en mi intento de camuflarme para pasar desapercibida. Debía demostrarles a todas esas personas que era mucho mas de lo que ellos decían. Tome aire y ajuste el abrojo de los squips, la malla que tenia puesta era apretada y de color negro, mi cabello recogido en una coleta de caballo. Volví a mirar hacia el sector donde se encontraban los demás estudiantes y familiares de los participantes. Mis padres se veían tan lejos, pero allí estaban acompañados de Einar, que con sus miradas me generaban solo seguridad. — Lo harás bien confió en ti —dijo Einar que apenas pude escuchar lo q
En toda esa semana había tenido el mismo sueño y mis pensamientos divagaban sobre el. Un sueño tan distinto a cualquier otro que pude haber tenido, no era una pesadilla pero como yo lo sentía parecía que alguien se metía en mi mente. Esa no era yo y tampoco era mi imaginación. Con el pasar de lo días cada detalle del sueño era más claro. ¿Pero qué explicación tenía todo eso? Solo preguntas y más preguntas aparecían en mi cabeza. ¿Debía ir a esa playa? ¿Y si aquel lugar tenía las respuestas sobre lo que me había estado ocurriendo desde que era niña? Y pensarlo tantas veces llegaba a la misma conclusión tenía que ir allí. — Aquí tendrás las respuestas…. —dije en voz alta recordando una parte del sueño. Lleve otra cucharada de yogurt con bolitas de chocolates a mi boca, dejando vacío el tazón. — ¿Qué sucede cariño? —pregunto mi madre que estaba de pie a mi lado. La mire a los ojos y ella sonrió apen
Empezamos a recorrer el lugar que era extraño pero a su vez parecía acogedor. Los grandes salones, bibliotecas y todo lo hacía parecer una escuela. Era moderna con tecnologías y que a su vez te generaba cierta intriga. — Llegaste justo en el momento para la prueba —dijo Eider con una sonrisa. — ¿Prueba? —pregunte levantando una ceja. Ella asintió e hizo el intento de tomarme de la mano. ¿Esa chica no podía solo evitar el contacto? — Lo siento —se disculpó tímidamente. Me reí ante su reacción nunca había tenido amigas mujeres y en mi escuela las mas simpáticas y buenas personas del mundo. Eider y yo caminamos hacia un pasillo y luego era aire libre. — El salón de pruebas —señalo ella hacia la puerta transparente. Varios alumnos empezaban a llegar detrás de nosotras. Ese lugar parecía la huerta de mi abuela, el techo de vidrio que dejaba pasar la luz natural y las enredaderas que hacían sombra.
Todos empezaron a salir de a montones y fue donde perdí de vista a Eider. Sali detrás de los demás y muchos me miraban con molestia. ¿Por qué me miraban de aquella forma? Seguí caminando y por el pasillo recibía varias miradas de desprecio. Una sensación extraña recorría todo mi pecho. Llegue al patio interno que había dentro de aquel gran palacio moderno “La Escuela Fiimburg”. Ese patio estaba lleno de flores al costado de un camino que daba hacia afuera del edificio. Cruce teniendo mi concentración en mis pensamientos. << Soy poderosa >> No podía dejar de sonreír y en pensar en lo que había sucedido, era la primera vez que mostraba lo que sabía hacer. Mire a mi alrededor y a lo lejos estábamos rodeados de bosque, y más a lo lejos pero no tanto del edificio la playa. Varios grupos se encontraban allí afuera dispersos camine sin darles importancia. Y llegue al grupo que se e
Me encontraba en un lugar tan cálido… un espeso líquido que me envolvía y una dulce voz escuchándose a lo lejos… era mi madre… de repente me encontraba en otro sitio… una vela numero 4 sobre un pastel… todo decorado con globos… me mire en el espejo ya no era una niña… y Einar me observaba… El sonido de un pitido que cada vez se hacía más fuerte, abrí mis ojos encontrando con una luz blanca sobre mi rostro. Mi vista al principio borrosa que en segundos se acostumbró. Empecé a observar cada cosa hasta que me percaté que mi cuerpo estaba atado a una camilla. Mi corazón empezó a latir con rapidez. ¿Dónde estaba? ¿y porque estaba atada a una camilla? Varios cables estaban conectados a mi cuerpo, que sobresalían y se dirigían a una máquina. — Itaro ella es demasiado poderosa no podemos dejarla sola… —la voz de mujer se escuchaba no tan lejos de donde me encontraba. — Lo sé solo deberemos enseñarle al igual que los demás… —la