Narra Adrienna:
He tenido noticias de parte de Alice. Me ha llamado esta mañana para informarme que todo se ha terminado. Por un segundo mis nervios se hicieron presentes haciéndome imaginar mis peores temores, pero luego, lo que me ha contado a disipado todo miedo y toda angustia, y es que Vicenzo a sido el ganador. He prendido una vela para el descanso del alma de Ángelo, pues, aunque el realmente quiso asesinarnos, no deja de ser el hermano de mi amado Vicenzo, realmente lamento que las cosas hayan terminado de tales maneras pues considero que pudo haber una respuesta pacifica para todo esto. He empacado mis cosas, Vicenzo está herido y yo tan solo deseo estar a su lado.
Narra Vicenzo:
Veo el techo blanco de esta habitación de hospital. Según lo que me han dicho, he perdido mucha sangre por aquel disparo y casi muero por ello. Ángelo esta muerto, Hades me ha dicho que l
Observo mis ojos celestes reflejados en el espejo mientras trato de maquillarme sin causar desastres.– Vamos Adrienna, puedes conseguirlo – me digo a mí misma con premura.No amo perder el tiempo, y mucho menos para maquillarme, hoy es un día especial, mi cumpleaños, por fin soy mayor de edad… alcohol, licencia de conducir y libertad… esto es lo que me han dicho las locas de mis amigas.Estoy aterrorizada, me gustaría transcurrir mi día de manera tranquila, pero ellas han decidido que debíamos celebrarlo, preludio de una catástrofe anunciada, tanto es así, que mis amigas han organizado una velada llena de diversión: discoteca, que no encaja exactamente con mi idea de diversión, preferiría con creces una noche en el cine.Me quieren mucho, se han esforzado mucho para organizarme una noche especial y
—Felicidades, Adrienna. Sabemos que hoy es tu cumpleaños. —Dice uno de los chicos, sin embargo, estoy distraída porque mi atención está centrada inexplicablemente en Vicenzo.—Adrienna, ellos son Iván, Dimitri, Christopher, Liam y Vicenzo. El tono eufórico de Jianna me deja sin palabras. Todos me saludan excepto él, Alexander, el hombre con la mirada incandescente. Idiota, presuntuoso.—Son de Rusia —Me informa Carlotta. —Eso lo explica todo —Comento mirando intensamente Alexander. Frío. Carente de expresión. Solo podía ser ruso. Un capricho del destino, conozco su país porque siempre he tenido unaCuriosidad incomprensible por su lengua y costumbres. En ocasiones anteriores he confesado a las chicas que me gustaría visitar Moscú y espero que no saquen el tema.—E
Una taladradora ha decidido triturarme la cabeza, este es el peor despertar de mi vida. Me encuentro en este estado desde hace algunos minutos, todavía no tengo el valor de abrir los ojos. Siento todo el cuerpo dolorido. Soy un desecho. Genial, Adrienna, te has emborrachado y ahora pagas las consecuencias.Esta mañana mi consciencia no es bienvenida, la odio porque tiene razón. Trato por todos los modos de recordar algo de la noche precedente, pero tengo lagunas. Me acuerdo de los chicos, especialmente del condenado de Vicenzo. ¿Pero el resto de la noche?, ¿Por qué no recuerdo nada?Abro ligeramente los ojos. Una luz cegadora me obliga a volver a cerrarlos. ¿Quién diantres ha abierto las cortinas?, ¿de qué habitación?, ¿cómo he llegado a casa? Estoy realmente muy enfadada conmigo misma. ¿Cómo he podido acabar en este estado? Con gran sacr
—Tienes un buen trasero. —Comenta abriendo la puerta. —Muy gracioso…. —Murmuro pasando a su lado para salir de la habitación.—Para morderlo… —Continúa a mis espaldas, pero lo ignoro mientras me acerco a mis amigas. Las observo mientras hablan animadamente con los hermanos de Alex, parecen a gusto.—¡Hola a todos! —Digo acercándome. Carlotta me mira mal y no comprendo el porqué. La presencia de Vicenzo junto a mí atrae su atención y cuando me giro hacia él advierto que algo importante está pasando.—¿Qué paso anoche? —Preguntó en voz baja acercándome a ella. —¿No recuerdas nada? —Pregunta Sharon riéndome y dándome una palmadita en la espalda. Niego con la cabeza sin entender qué es tan divertido.&md
Ha pasado una semana desde la última vez que vi a Vicenzo. Esta mañana un florero se ha presentado con una rosa blanca y con una tarjeta. Inútil decir que son suyas. No se rinde tan fácilmente, lo cual lo hace todavía más interesante. Ninguno más ha insistido, solo él. Cada día mi consciencia me recuerda que no es factible.Él se marchará y yo solo tendré un bonito recuerdo, y es justo lo que quiero evitar: limitarme a un recuerdo. Echo de menos sus labios, sus poderosas manos sobre mi cuerpo, pero debo reprimir este deseo carnal. Es un hombre, no debería perder su tiempo con una jovencita como soy yo, aun cuando soy ya una adulta, él es un hombre ya entrado en años y yo no debería desear algo tan prohibido. Mis amigas me agobian todos los días para que cambie idea, pero no caeré en la tentación.Me pongo el ch
—Escúchenme bien. Yo no estoy enamorada de Vicenzo, por lo tanto, dejemos de decir disparates. Salgamos, divirtámonos y se acabó, ya es parte del pasado. —Trato de zanjar el tema esperando que no insistan. Por sus miradas me doy cuenta de que no están tan de acuerdo.—Sí, está en la fase de negación… —Murmura Jianna. No puedo evitar alzar la mirada al cielo y resoplar. No entiendo por qué insisten, si no quiero hablar de ello, tienen que respetar mi elección. Las dejo para subir un momento a la habitación para prepararme. Después de una cena con mucha paella llegamos ante el nuevo local que se llama Eros. Por lo que parece todo el mundo se ha puesto en mi contra, porque todas estas coincidencias me sacan de quicio. He visto muchos locales en la playa, pero este es realmente hermoso.Hay pequeños sofás cortin
Me encuentro en el todoterreno con Vicenzo y sus hermanos. De mis amigas no hay ni rastro. Estoy sola, aterrorizada en medio de cinco desconocidos y no sé cómo salir de aquí. Me siento en peligro y sin escapatoria.Quién sabe cómo se lo tomará mi padre cuando se entere de mi desaparición. Estoy convencida de que avisará a las autoridades, hará de todo para encontrarme, no permitirá que Vicenzo se salga con la suya. Miro las expresiones contrariadas de sus hermanos y me hace pensar que no están muy conformes con la decisión de Vicenzo.—No necesitamos más problemas… —Interviene disgustado Iván. Me dirijo hacia Vicenzo mirándolo mal. ¿Ves? No todos tienen el cerebro hecho papilla como tú.Ne vmeshivaytes’. Pomnite, kto v dome khozyain. —Responde con tono amenaza
—¿Tienes veintiuno años? —Berrea. Parece aterrorizado. Por absurdo que parezca, es divertido. —Imagina, ya estoy viendo el titular en todos los periódicos, “chica de veintiuno años secuestrada por un grupo de rusos”. —Digo mientras gesticulo con las manos.—¿Por qué no me lo has dicho? —Pregunta. Tiene razón, debería haberlo hecho, así no me encontraría ahora en esta situación. —Nunca me has preguntado mi edad. —Respondo seria. Vicenzo masculla palabras incomprensibles dirigiéndose a sus hermanos y entra con ellos en otra habitación.Esperemos que use el cerebro y me lleve a casa. De mientras aprovecharé para buscar una escapatoria, pero en este estado no puedo ir lejos. Si ellos han ido a la izquierda, yo iré a la derecha. Al fondo veo una puerta. Me levanto con ci