Della.
Mi nombre es Della según las personas que están a mi alrededor ese es mi nombre además ellos me llaman así y no me importa porque la verdad es que no sé quién soy o de dónde vengo, solo aparecí aquí casi muerta y sin recuerdos, tampoco sé cómo llegue aquí o quien me trajo hace cinco años exactamente estoy vacía por dentro como por fuera, sin identidad me siento fuera de lugar a donde sea que vaya, siento que no encajo, cada noche que cierro mis ojos veo unos ojos rojos intensos que me miran con ganas de devorarme, al principio me asustaba, pero con el pasar del tiempo entendí que los humanos no son los únicos que existen en este planeta también hay criaturas que desconocemos.
Por esos ojos rojos de mi pesadilla me he convertido en una cazadora, desde que llegué aquí vi las muertes que han provocado esas bestias; a los que ellos llaman hijos de la luna o hijos de la oscuridad, al ver todo lo que ocurría me anime enlistarme a su causa no me tomo mucho tiempo formar parte de ellos ya que tenía una gran fuerza y destreza con las armas al igual en el combate cuerpo a cuerpo, en dos meses más o menos fui enviada a una misión de prueba, al demostrar que estaba capacitada logré tener un puesto entre las filas del mejor grupo de cazadores los Mercenarios todos deseaban pertenecer a este grupo tan privilegiado, por qué pues este grupo de cazadores era el más fuerte de todos además de eso tenían las mayores destrezas y no solo eso sino que eran de un rango superior claro no antes del Líder pero después de él los mercenarios eran unos ídolos.
Lo que nadie sabía era que este grupo de cazadores se dedicaba al trabajo sucio o sea se encargaba de darle muerte a las brujas, licántropos, vampiros, elfos, hadas y todo ser de la noche que rompiera la tregua que había para mantener el equilibrio entre ambos mundos que coexistían en este planeta, y ese trato era que ningún humano podría saber de la existencia de estos seres, a menos que fuera pareja de alguno de ellos, pero con el tiempo me di cuenta que no todo se regía por las leyes que se habían establecido entre el mundo humano y el sobrenatural.
Se suponía que los cazadores éramos los intermediarios entre el mundo el humano y el sobrenatural se suponía que éramos los encargados de mantener el equilibrio, pero algo cambió y el equilibrio se rompió entre estos dos mundos, eso es para mí, un mundo diferente al humano ellos se pueden ver y lucir como nosotros, pero por dentro son unas bestias sin corazón que matan y destruyen todo a su paso.
Y supongo que debido a eso ahora todos nos matamos, tanto ellos como nosotros matamos sin piedad y sin dar tregua alguna entre nosotros, al principio me rehusaba ser parte de estos actos, pero luego al ver tanta muerte de cazadores en manos de estas bestias no pude más y me convertí en una de ellos, en una cazadora mercenaria; me convertí en una máquina asesina de los hijos de la luna no importan lo que sean todos deben morir.
—Della él comandante te está buscando.
—Estoy donde siempre —Me molesta que ese hombre siempre quiera que se haga su voluntad.
—Será mejor que vayas con él.
—Él también tiene pies y muy bien puede venir aquí.
—Della por favor ven conmigo no quiero ser castigado por él —Resoplo me levanto y camine al lado de él.
En verdad odio a ese hombre ¿por qué? sencillo el tipo se cree un dios, es arrogante, irrespetuoso y encima de eso cree que podría tomarme como alguna concubina, está muy equivocado si cree que voy a pasar por su alcoba, primero muerta. El hombre se ve bien, se distinguir no porque haya perdido mi memoria no voy a saber distinguir la belleza, él es alto mide 1.85 ojos chocolate claro, hombros anchos, cuerpo fornido, pero esta ese detalle es un hijo del averno, patán, engreído y odioso. En cambio, esta mi líder que es su hermano menor, él es tan diferente es frío, distante, reservado, callado habla solo cuando debe, se preocupa por nosotros, aunque de aspecto físico no perdió nada de su hermano excepto sus ojos que son de un gris tormentoso igual que su vida y carisma.
Al llegar a la cabaña que ocupa el “comandante” nos adentramos a la fachada.
—El señor la espera en la habitación —Mi ceño se frunce al escuchar eso.
—¿Cómo? se suponía que quería hablar.
—El señor se encuentra muy cansado del viaje y desea que usted suba a la alcoba si no es molestia.
—Si es molestia no hablaré con él si no en su estudio quien cree que soy.
—Señorita Della por favor suba se lo suplico o no podré ver a mis hijos mañana —Volteo hacia Nolan.
—Si algo sucede allá arriba tú serás el culpable y vivirás con eso en tu cabeza de por vida no lo olvidarás hasta el día de tu deceso estamos —Camino hacia las gradas.
Al llegar a su habitación está esta entre abierta, toco y espero que me dé el pase.
—Adelante Della te esperaba hace veinte minutos —Lo miró su dorso esta descubierto.
—Las cosas no siempre son cuando usted lo dice comandante —Pongo mi mano en la frente con la palma hacia abajo en modo de saludo.
—Descanse —Me mira de arriba abajo. —Luces más hermosa cada día, ya no pareces esa chica que trajo Landon hace cinco años.
—No sé si tomarlo como un cumplido o un insulto.
—Es un cumplido Della luces hermosa.
—Al grano comandante para que me mandó a llamar.
—Puedes decirme Owen estamos en confianza.
—No me parece.
—Quieres un trago.
—No gracias a ¿que vine? —Pregunto con impaciencia.
—Solo acompáñame Della.
—Tengo cosas mejores que hacer.
—No te conviene Della podría decirle a Landon que su pupila no acata órdenes; que ahora que se volvió tan buena como cualquier mercenario se las da de ínfulas de superioridad —Sonrió desdeñosa.
—Mira cuanto me importa lo que le digas… dirás lo que querías o me voy.
—Eres una arrogante e insolente, se te subieron los humos ya que eres la protegida del Líder.
—Me dirás que es lo que deseas.
—¡O sí! —Camina hacia mí me mira y se detiene. —Pero no sé si estés preparada para ello.
—Solo dilo.
—Quiero que seas mi pareja —Lo miro detenidamente.
—Tú qué…
—Mi pareja, mi mujer Della. —Me toma del hombro. —Se que te comportas así por que sientes algo por mí. —Empiezo a reír.
—Estas tan equivocado Owen, me retiro que pases una linda tarde —Me suelto de su agarre.
—No irás para ningún lado hasta que termine estamos.
—Si no es de trabajo no tengo por qué estar aquí.
—Soy tu superior Della y debes hacer lo que yo quiera, y ahora quiero que seas mi mujer y lo serás quieras o no —Lo miró perpleja, lo que él aprovecha para tomarme del hombro, pero está vez presionando más fuerte me besa a la fuerza, mueve sus labios de forma desesperada mientras intento zafarme de su asquerosa boca.
Empiezo a forcejear, pero como él es tan alto y corpulento no puedo hacer mucho me gana en todo.
—Se que te gusto Della y lo voy a corroborar —Argumenta al separarse.
—Suéltame Owen —Grito.
—Eso me encanta que se resistan, me excita mucho más —Me pega a su cuerpo.
—No respondo de mis actos Owen.
—Yo tampoco Della y sé que te va encantar lo que haré.
—No abuses de tu puesto.
—Puedo hacer contigo lo que yo quiero él viejo Landon está feliz que tú y yo formemos una familia.
—En tus sueños.
—Creo que lo haré ya te tomaré como mujer hoy mismo la boda vendrá después.
—Suéltame.
—Será un placer —Me lanza a la cama intento levantarme, pero él me toma de los pies; se sube sobre mí intento zafarme retorciendo mi cuerpo, pero es imposible, toma mis manos y las presiona sobre mi cabeza.
—《Vamos Della usa tu fuerza》 —Me aliento.
Cierro mis ojos para canalizar esa fuerza interior que emana de mi cada vez que me enojo, sus labios en mi cuello me hacen querer vomitar. Uso esa fuerza para zafar mi mano de su agarre, levanto la pierna un poco así dejándolo que él se acomode sobre mi cuerpo, mientras sus asquerosos labios recorren de mi clavícula hasta el lóbulo de mi oreja, con mi mano liberada deslizó mis dedos y saco la navaja que guardo en mis botas, al palparla subo la mano, presiono el botón para liberar la hoja de la cuchilla, la pongo en su cuello, al sentirla él me mira sorprendido.
—Creíste que era tan tonta para venir aquí desprotegida —Sonrió. —Levántate despacioso un movimiento en falso y te corto la arteria.
—No saldrás bien librada de esto Della —Decreta mientras se pone de pie igual que yo, pero con la navaja en su cuello.
—Con que argumento me acusaras, el que me ibas a tomar como tú mujer.
—No sabes de lo que soy capaz Della —Brama rojo del enojó.
—Creo que tú tampoco me conoces Owen.
—Te arrepentirás Della, haré tu vida miserable.
—Por no caer ante ti, estoy dispuesta a soportar lo que sea antes de convertirme en una más en tu cama, ahora abre la puerta —Ordenó. —En tu vida vuelvas a ponerme un dedo encima maldito engreído o juro que te corto el cuello.
—Esto lo pagaras caro —Antes de quitar la navaja de su cuello la presión.
—A mí no me amenaces —Paso la navaja por su cuello sin querer.
—¿Qué hiciste? —Me mira perplejo.
—Podre ser una cazadora sin memoria, pero no he olvidado cómo defenderme —Sangre emana de esa parte dónde tenía el filo de la navaja, no es en gran cantidad que digamos, salgo corriendo ya que el olor a sangre me pone mal.
—¿Della?
Narra Della. —¿Della?... ¿Qué haces aquí? —Mi cuerpo choca con el cuerpo de James al bajar de la habitación de Owen. —Estabas en la alcoba de Owen te hizo algo —Niego. —Della. —Yo sí, pero el comandante… —Vete a la casa ya —Lo miró. —Yo no quise —Della vete —Sube las gradas sin mirarme o tan siquiera decir una palabra más o escuchar cualquier argumento. Camino a la cabaña que tengo por casa, empiezo a dar vueltas en la casa pensando 《Le habré hecho daño, será profunda la cortada》 Santo cielo si es así estoy en graves problemas no con la familia Scortt sino con Landon. —Todo estará bien Della —Me digo. —Si todo estará bien tampoco es que lo haya matado no —Tomo asiento, el tic-tac, tic-tac del reloj me es ensordecedor y me vuelve loca. Me levanto y camino hacia la puerta esta se abre antes de tomar el pomo. Un James muy enojado entra por ella. —Dime que hacías en casa de Owen —Su tono de molestia me hace fruncir el ceño. —Me mando a llamar. —Para que sabes que todo con respe
—Estoy dispuesta hacer lo que sea, dime qué tengo que hacer —No sé si estoy cometiendo algún error al confiar en él, pero voy a correr el riesgo, debo escapar del compromiso. —Ten te espero si no llegas partiré —Asiento. Termino de arreglarme, empaco algunas cosas y arrojo la maleta por la ventana. —Della estás lista —Me llama Landon al otro lado de la puerta. —Si ya voy —Salgo de la habitación. —Vamos. —Estas hermosa jamás pensé que una pelirroja se vería tan hermosa. —Me insinúas algo Landon. —No, pienso que las pelirroja son muy peligrosas —Sonrió, no sé por qué con él es el único que sonrió. Caminamos a la gran casa del Líder de los cazadores de esta zona. En un principio permanecí en la zona de Kiran que es dónde lidera Landon, pero cuando quise entrar a los cazadores decidí venir aquí, no quería que pensaran que por Landon fue que entre a los cazadores. Al llegar a la gran casa el que nos recibe es Owen. —Ya te estabas tardando —Disculpa, pero me imagino que quieres te
En cuanto Jaxson me comento la misión me quedé pasmada, no sé porque pedía tal cosa era imposible cumplirla, se lo repetí muchas veces, aunque él dice que por ser mujer me será fácil. Jaxson se despidió y aproveche para ponerme mi ropa habitual, solo esperaba no haber llegado tarde, al llegar al puerto donde está el barco que comanda James este ya estaba listo para zarpar. Volví mi vista hacia el bosque, observé el camino que había tomado Jaxson y volví a rememorar la conversación esa que se repetía una y otra vez en mi mente, mis pensamientos solo giran en torno a la conversación. Flashback. —A su tiempo Della, si cumples con lo que te mandare yo mismo te exonero de todo sin tener que pasar por el consejo marcial —La propuesta es muy tentadora, pero no confío en nadie. —Tengo mucha información de ti linda, pero no la compartiré hasta que aceptes mi petición, acéptala Della te conviene, si quieres saber quién eres, no hay presión —Cerré mis ojos, en verdad quiero saber quién soy, p
—Venimos en son de paz —indica James, lo que provoca que los hombres saquen sus armas y nos apunte, nosotros sacamos las espadas también y tomamos posición para enfrentarlos, son más de veinte hombres. —No es lo que queríamos —Digo con enfado saco mi espada. La plata solo hace brillar cuando siento algo rozar mi antebrazo, pero eso no me va detener. Los hombres se nos acercan y empezamos a pelear, nuestras espadas chocan unas contra otras, somos cinco contra veinte hombres es lo que he contabilizado no se si habrá más hombres, espero que no. Mientras ataco mi contrincante retrocede. Siento el brazo adormecido y me pesa demasiado, además de eso me siento mareada y mi cuerpo pesado, cinco hombres me rodean, todo me da vueltas, pero aun así no dejo de luchar, jamás me he rendido en una lucha. —Della estas bien, detrás de ti —grita James uno de los hombres levanta la espada en mi contra, levanto la mía y contrarresto su ataque. Miro a mí alrededor, me he separado de los demás al igual
Narra Kayden. —revisen todo el perímetro si encuentran a alguien más acaben con ellos —ignoro lo dicho y camino sin mirar atrás, esta cazadora será la clave para saber que hacían ellos aquí.Aun no comprendo ese olor que ella desprende, se me hace demasiado raro, la diosa luna me haría eso. La acuesto en césped y la observó sus rasgos son delicados y muy finos.—“Huele delicioso” —Comenta mi lobo.—“No seas tonto” —refuto.—“Él tonto es otro de eso no queda duda… ¿A dónde la llevaras?—“No lo sé, tal vez a una cabaña que no se use”—“tú decides Kayden”—“lo sé Conall gracias” —corto el link con mi lobo y voy a la cabaña que esta apartada, no quiero que nadir la vea no hasta que esté en condiciones de recibir su castigo.Que no crea que por ser mujer saldrá impune de mis tierras, al llegar a la cabaña abro la puerta y entro a la cabaña y la acuesto en la cama, quito su ropa que esta adherida a su piel por la sangre, ya me he comunicado con una bruja de sanación para que venga y cuide
Kayden.—será un placer —Me quito el cinturón, tomo sus dos manos y las amarro, la jalo con fuerza hasta hacerla chocar contra mi cuerpo. —Camina —la miro y tiro de ella, ella cae al suelo envuelvo lo que sobro del cinturón y la empiezo a jalar por todo el camino de tierra.Empiezo a caminar y tirar de ella, la arrastro hacia la manada sus gritos y maldiciones no me detienen… Al llegar a la manada muchos curiosos se acercan llego hasta las pilastras o mejor conocido como la zona de castigo para los traidores, y enemigos capturados.Ya los guardias están en la cada columna con las cadenas puestas, la tiro para que las cadenas sean puestas en sus manos.—¿Alpha que hace? —Pregunta uno del consejo.—ya te enteraras cómo todos —Respondo, una gran masa rodea la zona de castigo. —observen y aprendan a como tratar un cazador, está mujer que ustedes ven aquí es una de nuestros mayores enemigos, por su causa muchos hemos perdidos algún familiar, ellos son los causantes —Me acerco y tomo su ro
Kayden. Mi hija delante de la cazadora con los brazos extendido, sus ojitos se cierran, de pronto una de las cadenas de la pilastra es arrancada y el muro cae en pedazos Annika es abrazada por la cazadora y recibe el impacto en su espalda lacerada.Un grito hace que mi corazón se estremezco, dejo caer el látigo y corro hacia ellas, apartó el cuerpo de la mujer y tomo a mi hija en brazos.—princesa dime que estas bien —mi corazón se quiere salir del pecho, si algo le pasa a mi niña moriré. —Annika amor responderme—Papi ya déjala por favor, ya no le hagas daño —sus ojitos suplicante llorosos y amenazadores me miran. —por favor papi ya no la castigues más—vamos a casa para revisarte—papi por favor —Toma mi rostro. —Déjala ella podría ser como mamá, papi te lo suplico déjala —lucho contra su mirada suplicante, deseo seguir castigando a esa cazadora.Cirro mis ojos. —esta bien princesa la dejara… llévenla a una celda —Ordenó, recibo un abrazo de mi niña.—Annika aquí estás te busque po
Visita inesperada.Della—se te fue lo valiente cazadora —su respiración agitada choca contra mi rostro, parpadeo por su cercanía mis ojos van a para a sus labios.“Vamos Della es el enemigo que te sucede”. Me digo mentalmente, sacudo mi cabeza y trato de alejarme de él pero no tengo para donde ir, estoy pegada a la pared.Sonríe de oreja a oreja. —Jamás sería capaz de mantener un encuentro con una cazadora —Me estrella contra la pared rasposa. —no podría siquiera besar tus labios asquerosos —mira mis labios. —Ni pasar mis manos por tu cuerpo —lleva una de sus manos a mi cintura repasándola con la yema de sus dedos, sube recorriendo el contorno de está hasta llegar a mis seno.Miro sus ojos, estos están dilatados, su dedo pulgar va parar a mi pezón, lo empieza a mover en forma circular sobre este, que ante el contacto se pone erecto. Un revoloteo se forma en mi bajo vientre haciendo que me humedezca, malditos sentidos traicioneros.—¿Qué… —murmuró, mi tono es casi inaudible.Empuña mi