Terminando de firmar aquel documento, miro a Alejandra hacer una especie de mueca. Su labio y su pómulo se mueven de una manera como si no se convenciera y entiendo, pero me enoja que ella no nos dé una oportunidad. Podríamos ser felices. Señalando la cama, le digo que deberíamos dormir. Mañana será un día muy largo. —Deberemos compartir la cama para no levantar sospechas, pues mi madre tiene a toda la servidumbre de esta mansión a su favor. Ella no se pierde ni un movimiento mío —digo mientras mis ojos se conectan con los de ella. Mi parpadeo se vuelve cada vez más rápido, como si me intimidara su sola mirada. Qué débil me estoy volviendo. —Dices compartir la cama, ¿eso ya no lo hicimos cuando me dejaste inconsciente? —Su respuesta le produjo una sonrisa nueva, cálida y encantadora. Sentí una sensación extraña, me sentí a gusto.—Es verdad, no fue mi intención. Solo te vi tan cómoda. Yo también estaba cansado, el drogarte y subirte hasta acá me dejó exhausto. Ese pequeño cuerpo pesa
Narra Alejandra:Firmé el contrato con la esperanza de poder cumplir mi misión de escapar. ¿Por qué acepté? Debía hacerle creer que estaba a favor, que estaba dispuesta a hacer lo que él quería, pero mi realidad era otra. Según el contrato, él me dejaba ir a mi empresa y comunicarme con mis empleados. Así podría armar un plan de huida. Lo primero sería cambiar mi nombre y mi aspecto físico apenas lograra huir, para que él no sospechara. Estaba dispuesta a sacrificarme por mí y por mi seguridad. Estaba segura de que al llegar a casa, a mi anterior manada, mi padre, que era beta, me ayudaría y me protegería. Estos pensamientos atrapaban mis sentidos, pues no recordaba cuándo entró Michael.-Alejandra, llegó tu ropa. Necesito que te arregles lo más pronto posible. Te llevaré a conocer al consejo de ancianos y al consejo de los sobrenaturales. - Una orden militar salió de su boca.- ¿Cuánto tiempo tengo? Necesito revisar qué ropa trajeron y qué se amolda para esta ocasión. - Mi mirada se
Hemos terminado formalmente la presentación de mi luna con la manada. El comité es quien se encarga de la aceptación de la luna dentro de la manada. Me sorprende cómo ella pudo ganarse tan rápido a todos estos ancianos malhumorados, y más lograr que mi abuela le cogiese cariño. Alcanzamos a almorzar en la ciudad, he querido compartir al menos una comida sin discusión con Alejandra. Ella, por su lado, se le puede observar que se está queriendo sentir cómoda, accesible, amable. Se está tomando muy en serio nuestro contrato, aquel compromiso la tiene más motivada. Sin duda, ella como luna será ventajosa, su estadía será beneficiosa para mi pueblo. Aquellos pensamientos hacen que mi humor y una sonrisa se formen en mi rostro.Llegamos a aquel restaurante en donde soy cliente habitual, este es cómodo, elegante y tranquilo. Por eso quise traerla, compartir mis lugares. Ella se ve cómoda, eso me hace sentir de buen gusto.—Buenas noches, bienvenidos al restaurante Le Gourmet. ¿Tienen reserva
Desde aquel almuerzo emos hablado muy poco no asistimos a la presentación del comité de los sobrenaturales, pues el ánimo entre ambos decayó. Veo como Michael ha cambiado su comportamiento hacia mí se ha vuelto más indiferente, dormimos en la misma cama pero es extraño, ahora pretendo seguir con algo que nunca pensé en llevar a cabo en este momento estamos en preparativos para este show de la unión entre el Alpha y el mate, el matrimonio mas esperado por esta manada, con lo poco que los conozco estoy segura que vendrán a entrometerse la familia de Michael, si su madre, la abuela y supongo que la hermana que aun que este lejos llegara a tiempo para esta ceremonia, el no tener a mi madre para esto o a mis amigos más cercanos es frustrante desalentador, no fue algo que soñaba en hacer pero mientras estuve en la manada todas las mujeres de la manada se encargaban de aquel momento, no me vi en esta situación. Pero sería un buen momento para disfrutarla con ellas. —Alejandra hoy vendrán mi
Estoy en la semana de la boda y la luna llena se acerca. Aunque la oscuridad es más prominente por la falta de sol, eso no parece incomodar a esta manada. Al parecer, disfrutan de la noche. Es algo muy nuevo para mí. Estamos en temporada de invierno, lo que significa que el cielo se mantiene en tonos de azul, gris y negro, y las temperaturas son muy bajas. Aunque mi país es de tipo oceánico templado, con veranos suaves, inviernos frescos y lluvias abundantes durante todo el año, me cuesta adaptarme a este nuevo cambio. Al menos allá veía el sol por ratos en el día. Mi relación con Michael se puede decir que es casi inexistente. Sé que el sastre de la manada le ha preparado un traje a él y la modista encargada de mi vestido ha dicho que en el transcurso de dos días lo traerá. No tengo mucha fe con ese vestido, pero para hacer feliz a esta gente deberé aceptarlo. Al fin y al cabo, esto solo es un contrato, no es algo real.—Señorita, la llevarán a comprar unos zapatos para la ceremonia.
Sigo viéndola de lejos, sigo anhelando su amor, pero no importa. Debo ser fuerte y prepararme para lo que dura nuestro contrato y nuestro matrimonio. Verla dormir es casi adictivo, no me canso. Tal vez sí estoy enamorado o solo quizás es por causa de ser mates. Me enamoré de sus manos, de sus ojos, de sus labios, de su manera de pensar. Es contradictorio con todo lo que soy. Ella no solo es hermosa, es inteligente y decidida. Rayos, cómo amo a esa mujer. Debo salir de la mansión, seguir con el manejo de mi empresa y el control de las acciones. Dejo la orden de que la lleven a comprar unos zapatos para nuestra boda que está a días de celebrarse. Siento un dolor en el pecho, pero es eso. Me retiro. Los días siguen oscuros y fríos. El temor de perderla me abruma los pensamientos. Me dirijo con seis de mis hombres para asistir a la empresa. Transcurre el día normal. Llego a la mansión a eso de las seis. Me informan que ellos no han llegado, que ella no ha llegado. Siento un dolor en el pe
Hacía guardia. Mi luna me necesitaba y gracias al vínculo pude estar con ella esta noche. Escucho ruido afuera, sospecho que algo ocurre. La seguridad de la mansión se duplicó a causa del incidente. La cerradura de la habitación está siendo forzada, así que sospecho que no es la enfermera o el médico, pues este se ha ido a traer medicamentos. Me pongo en guardia, alisto mi arma y me escondo en las sombras. Esta queda cerca a la cama, así podré protegerla en caso de ataque. Veo un hombre alto ingresar, espero ver qué es lo que pretende hacer. Veo cómo intenta apagar las máquinas. Su rostro es alumbrado gracias a un relámpago, y pude ver quién era. Yo sabía que el maldito lo haría, siempre me odió, nunca fui de su agrado. Mi ira es muy grande y no dudo en salir. —Apesta a rata —murmuro—. Yo sabía que eras un maldito, solo me faltaban pruebas para poder expulsarte de esta manada o matarte. La verdad, la opción de torturarte me es agradable. Podría ordenar esto mejor. —Alpha —el miedo en
Ya empezó el día. Inicio con lo que podría considerar una buena noticia: al ver que Alejandra pasó la prueba y sobrevivió. Pasó la noche con dificultad, pero logró sostenerse con vida. No he dormido, pero mis deberes como Alpha no se hacen esperar. Me dirijo a la parte baja de la mansión, donde tengo una especie de pasadizo que solo conocen el personal de alto rango. A ese lugar llevo a quienes cometen traición o invasión. En este lugar están los dos prisioneros que me deben su sangre, ya que cometieron la peor ofensa. Aunque solo uno de ellos es a quien su vida me pertenece, este será quien calme un poco mi furia. En mí y en Rocky estamos en el dilema de cómo lo torturaremos. Unas simples cadenas de plata no son suficientes para que pague por lo que hizo. —“Acónito, señor” —entra el médico con Chris. Mi mirada se calma, pues este no es un lugar para un tercero y menos para el médico—. “Señor, mis sospechas eran ciertas. Ella da positivo para acónito. Su dosis fue alta, pero despertar