Sangre y nieve
Sigo viéndola de lejos, sigo anhelando su amor, pero no importa. Debo ser fuerte y prepararme para lo que dura nuestro contrato y nuestro matrimonio. Verla dormir es casi adictivo, no me canso. Tal vez sí estoy enamorado o solo quizás es por causa de ser mates. Me enamoré de sus manos, de sus ojos, de sus labios, de su manera de pensar. Es contradictorio con todo lo que soy. Ella no solo es hermosa, es inteligente y decidida. Rayos, cómo amo a esa mujer.

Debo salir de la mansión, seguir con el manejo de mi empresa y el control de las acciones. Dejo la orden de que la lleven a comprar unos zapatos para nuestra boda que está a días de celebrarse. Siento un dolor en el pecho, pero es eso. Me retiro. Los días siguen oscuros y fríos. El temor de perderla me abruma los pensamientos. Me dirijo con seis de mis hombres para asistir a la empresa. Transcurre el día normal. Llego a la mansión a eso de las seis. Me informan que ellos no han llegado, que ella no ha llegado. Siento un dolor en el pe
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