-¿En qué piensas, Michael? No te entiendo, necesito más información. ¿Cómo es eso de que me conociste? ¿Cómo eso puede ser verdad? ¿Cómo sabes que no pertenezco a este país? -pregunté intrigada, mientras me sentaba en la cama y me cubría con las sábanas.-Alejandra, para responderte deberemos conocernos, ¿eso quieres? Si es así, me gustaría hacerlo después de que cenemos -respondió emocionado, acariciando mi mejilla con su mano.-Comer, no tengo mucha hambre, solo quiero irme, no puedo dejar mi empresa a la deriva, es difícil no pensar en eso -le respondí con un tono desanimado y furioso, apartando su mano de mi rostro.-Y crees que la comida tiene la culpa, Alejandra, eso no es lógico. Necesito que te cambies, te mandé a comprar ropa para que estés aquí, vístete, ya vengo por ti para bajar a cenar, conocerás a mi familia y a los empleados -dijo con su voz mandona, levantándose de la cama y poniéndose una camisa.-¿Conocer a tu familia? Wow, esto va en serio por lo que veo -respondí s
—¿Cómo que matrimonio? —le susurré al oído, fingiendo una sonrisa para no levantar sospechas. Estaba sorprendida por aquella noticia. No solo los invitados mostraban su expresión atónita, yo tampoco disimulé la mía. La Diosa apenas me avisó de conocer a su familia, amigos y manada, y ahora me salía con matrimonio. Este hombre no descansaba, le gustaba la aventura, el peligro, la acción o qué rayos. ¿Cómo se le ocurría proponer eso a la ligera? En fin, yo esperaba poder salir lo antes posible de este lugar y de este confuso malentendido entre la Diosa Luna y yo. El matrimonio sonaba a un compromiso con otra empresa, para el colmo. Sentía que sus dos hermanos menores me estaban mirando con ojos curiosos, confusos, analizando cada parte de mí. Suponía que era porque olía diferente, y mis expresiones eran bastante directas a la incomodidad.—Sí, matrimonio. Eso es algo que pasa cuando encuentras a tu luna. Soy alfa, ¿qué más esperas de mí, cariño? —respondió en un susurro, rozando mi meji
Narra MichaelHe visto a ella, se ve hermosa, con curvas perfectas. Es una mujer bien diseñada. Parece tímida, quién lo diría. Soy tuyo ahora, querida. Mientras la veo reaccionar así, intento desviar mi mirada de sus pechos. Trato de contener a mi lobo, intento no arruinarlo. Demostraré que tengo el control. Le ofrecí una prenda de las mías, mientras espero por las suyas. Mientras le hablo, entro en mi baño. Necesito calmar este intenso calor que hace más impuros mis deseos, codiciosos.'Quiero marcarla', murmura mi lobo, Rocky.'No podemos actuar así, sin su permiso. ¿Acaso somos unos animales?', le contesto indignado.'Tal vez tú no, pero yo sí', responde de manera sarcástica y burlona.'Exacto, eso serás, pero solo en tu forma. Mientras estemos en forma humana, lo racional será lo primero. Ya la hemos ofendido y sabes muy bien por qué. Por lo tanto, cualquier obstáculo debe ser erradicado. Espero que tu imprudencia no nos convierta en enemigos y arruine mis planes'.'Como quieras,
Terminando de firmar aquel documento, miro a Alejandra hacer una especie de mueca. Su labio y su pómulo se mueven de una manera como si no se convenciera y entiendo, pero me enoja que ella no nos dé una oportunidad. Podríamos ser felices. Señalando la cama, le digo que deberíamos dormir. Mañana será un día muy largo. —Deberemos compartir la cama para no levantar sospechas, pues mi madre tiene a toda la servidumbre de esta mansión a su favor. Ella no se pierde ni un movimiento mío —digo mientras mis ojos se conectan con los de ella. Mi parpadeo se vuelve cada vez más rápido, como si me intimidara su sola mirada. Qué débil me estoy volviendo. —Dices compartir la cama, ¿eso ya no lo hicimos cuando me dejaste inconsciente? —Su respuesta le produjo una sonrisa nueva, cálida y encantadora. Sentí una sensación extraña, me sentí a gusto.—Es verdad, no fue mi intención. Solo te vi tan cómoda. Yo también estaba cansado, el drogarte y subirte hasta acá me dejó exhausto. Ese pequeño cuerpo pesa
Narra Alejandra:Firmé el contrato con la esperanza de poder cumplir mi misión de escapar. ¿Por qué acepté? Debía hacerle creer que estaba a favor, que estaba dispuesta a hacer lo que él quería, pero mi realidad era otra. Según el contrato, él me dejaba ir a mi empresa y comunicarme con mis empleados. Así podría armar un plan de huida. Lo primero sería cambiar mi nombre y mi aspecto físico apenas lograra huir, para que él no sospechara. Estaba dispuesta a sacrificarme por mí y por mi seguridad. Estaba segura de que al llegar a casa, a mi anterior manada, mi padre, que era beta, me ayudaría y me protegería. Estos pensamientos atrapaban mis sentidos, pues no recordaba cuándo entró Michael.-Alejandra, llegó tu ropa. Necesito que te arregles lo más pronto posible. Te llevaré a conocer al consejo de ancianos y al consejo de los sobrenaturales. - Una orden militar salió de su boca.- ¿Cuánto tiempo tengo? Necesito revisar qué ropa trajeron y qué se amolda para esta ocasión. - Mi mirada se
Hemos terminado formalmente la presentación de mi luna con la manada. El comité es quien se encarga de la aceptación de la luna dentro de la manada. Me sorprende cómo ella pudo ganarse tan rápido a todos estos ancianos malhumorados, y más lograr que mi abuela le cogiese cariño. Alcanzamos a almorzar en la ciudad, he querido compartir al menos una comida sin discusión con Alejandra. Ella, por su lado, se le puede observar que se está queriendo sentir cómoda, accesible, amable. Se está tomando muy en serio nuestro contrato, aquel compromiso la tiene más motivada. Sin duda, ella como luna será ventajosa, su estadía será beneficiosa para mi pueblo. Aquellos pensamientos hacen que mi humor y una sonrisa se formen en mi rostro.Llegamos a aquel restaurante en donde soy cliente habitual, este es cómodo, elegante y tranquilo. Por eso quise traerla, compartir mis lugares. Ella se ve cómoda, eso me hace sentir de buen gusto.—Buenas noches, bienvenidos al restaurante Le Gourmet. ¿Tienen reserva
Desde aquel almuerzo emos hablado muy poco no asistimos a la presentación del comité de los sobrenaturales, pues el ánimo entre ambos decayó. Veo como Michael ha cambiado su comportamiento hacia mí se ha vuelto más indiferente, dormimos en la misma cama pero es extraño, ahora pretendo seguir con algo que nunca pensé en llevar a cabo en este momento estamos en preparativos para este show de la unión entre el Alpha y el mate, el matrimonio mas esperado por esta manada, con lo poco que los conozco estoy segura que vendrán a entrometerse la familia de Michael, si su madre, la abuela y supongo que la hermana que aun que este lejos llegara a tiempo para esta ceremonia, el no tener a mi madre para esto o a mis amigos más cercanos es frustrante desalentador, no fue algo que soñaba en hacer pero mientras estuve en la manada todas las mujeres de la manada se encargaban de aquel momento, no me vi en esta situación. Pero sería un buen momento para disfrutarla con ellas. —Alejandra hoy vendrán mi
Estoy en la semana de la boda y la luna llena se acerca. Aunque la oscuridad es más prominente por la falta de sol, eso no parece incomodar a esta manada. Al parecer, disfrutan de la noche. Es algo muy nuevo para mí. Estamos en temporada de invierno, lo que significa que el cielo se mantiene en tonos de azul, gris y negro, y las temperaturas son muy bajas. Aunque mi país es de tipo oceánico templado, con veranos suaves, inviernos frescos y lluvias abundantes durante todo el año, me cuesta adaptarme a este nuevo cambio. Al menos allá veía el sol por ratos en el día. Mi relación con Michael se puede decir que es casi inexistente. Sé que el sastre de la manada le ha preparado un traje a él y la modista encargada de mi vestido ha dicho que en el transcurso de dos días lo traerá. No tengo mucha fe con ese vestido, pero para hacer feliz a esta gente deberé aceptarlo. Al fin y al cabo, esto solo es un contrato, no es algo real.—Señorita, la llevarán a comprar unos zapatos para la ceremonia.