—Felicidades. Sonreí contra su pecho y me froté más contra él. Tenía la piel caliente, la de todo su cuerpo desnudo pegado al mío. Me empujó más sobre él, hasta que estuve tumbada sobre su torso. —¿No es muy pronto aún? El tacto de sus dedos gruesos por toda mi piel me excitó lo suficiente para despertarme. —Es la hora perfecta. Me empujé de su pecho para sentarme en él y la sábana me descubrió desnuda. Sacó una sonrisa animal y me apretó las tetas entre sus manos. Hubiera dejado que me hiciera de todo, yo quería hacerle de todo. —¿Qué te hace pensar que tenemos tiempo? —jugueteé. Me mordí el labio. Su pene se incrustó entre mis labios y me deslicé de arriba abajo, sin penetración, como un balanceo lento y excitante. El brillo animal en su mirada me prohibía parar. —Nada. No puedo pensar nada cuando te mueves así. Sonreí y fue sólo cuestión de levantarme un poco para volver a bajar y sentir como me llenaba entera. Joder. Qué bien. El sexo con Dante era mil veces mejor de lo
Me adapté con facilidad a mi rutina en las prácticas. Eché de menos trabajar en la empresa, pero los laboratorios me apasionaban y aunque estaba rodeada de gente extremadamente seria que me sacaban como poco veinte años, me hice rápido a las órdenes, a finalizar mi proyecto de fin de carrera en un ambiente mucho mejor que los laboratorios por turnos del campus. Tenía coche, tenía mi súper todoterreno pero algunos días Dante elegía hacerme de chófer para después ir a cenar juntos. Ya no nos veíamos tanto entresemana, pero los fines de semana quedábamos con nuestros amigos y era más cómodo una vez que Cindy y Logan establecieron su relación de "solo sexo" a "vamos a conocernos mejor".Y así y a lo tonto, llegó el verano. Terminamos el penúltimo año de universidad pero yo aún estaba trabajando de prácticas en los laboratorios del acuario y Cindy seguía atendiendo en la cafetería del campus a los estudiantes que se quedaban en las residencias y a la gente que iba aun sin ser universitari
Su cumpleaños me pilló de sopetón, despierta en su cama, desnuda, y con los regalos en el apartamento. > Intenté escaparme un momento, sería rápido, ir y volver, pero Dante me sujetó con más fuerza.—¿A dónde crees que vas?—Tengo que salir un momento, volveré pronto.—No tienes que salir a ninguna parte. Es mi cumpleaños, hoy eres para mi. Hundió la cabeza en mi cuello, entre mi pelo, y me besó. Me puso la piel de gallina y me arrimó más a él. Como pude giré entre sus brazos para mirarlo, mantuvo los ojos abiertos y sonreí echándome contra él. Se tumbó de espaldas y me arrastró con él. Le alcancé los labios para fundirnos en un beso—Felicidades —murmuré contra sus labios.Me apretó el culo con fuerza, elevándome sobre su cuerpo desnudo para volver a girarnos y ponerse encima de mi. Su desnudez me rozó por completo y levanté la pierna por su costado, empujándolo más cerca. Sólo tuvo que hacer un movimiento ligero para restregarme su erección matutina por la entrepierna.—
Nuestros planes salieron como la seda, aunque quizás no pasaron dos años y fue un poco antes. Tras mi graduación empecé a trabajar en el acuario por las mañanas, de ocho de la mañana a dos de la tarde de lunes a jueves. Tenía tres días libres y como Cindy trabajaba los viernes, yo me quedaba sola en el apartamento dedicándome mi tiempo. Estuve en esa rutina un año entero a pesar de que Dante tras mi graduación ya empezó a tantearme para que me fuera a vivir con él. Yo aún quería algo de tiempo antes de meterme en su casa así que lo dilaté todo ese año. Pero llegó el momento, y antes de parpadear ya estaban mis cosas en su casa, mi ropa ocupando parte de su armario y mis botes de champú, mis cremas y mis cuidados ocupando la mayor parte de los estantes del baño.El prímer día juntos fue movido, me sentí muy diferente pese a que ya pasaba allí mucho tiempo antes de vivir juntos.—¿Todo bien? —me preguntó con su voz tan calmada. Me apartó el pelo de la cara y me devolvió la sonrisa que
Leí un par de cosas por internet, y yo ya sabía que intentar un embarazo podía tardar meses, incluso años; pero no sé si era por nuestras ganas o por algún tipo de genética, porque un mes después ya no me bajó la regla y empecé a sentirme mal.Dante era observador, no me quitó el ojo nunca y aunque me hubiera gustado que fuera una sorpresa al menos para él, a la mínima que tuve nauseas él ya estaba llevándome al hospital privado.Me tumbé en la camilla y me levanté el jersey. No parecía que tuviera nada y me revolví cuando la doctora me echó un gel frío por toda la tripa. Dante me cogió la mano, sentado a mi lado en el borde de una silla mirándome con una fijación determinada. Le sujeté con la misma fuerza.—Sí —dijo la doctora—. Estás embarazada.Y todo cambió. Hasta el trato que Dante me tenía cambió. Se volvió mucho más protector, mucho más suave cuando me tocaba y si ya me cuidaba antes, entonces lo empezó a hacer aún más. Quería dármelo todo, todas las comodidades, todo lo que ne
Me desperté algo irritada, por los acontecimientos de la cena no conseguí dormir muy bien así que seguía cansada y con hambre. Intenté quitarme el brazo de Dante de encima pero me protegía hasta estando dormido. Hice fuerza en su muñeca para levantarla de mi estómago, pero para mi sorpresa, su mano atrapó la mía.—¿Estás despierto? —dudé en un susurró.—Lo estoy ahora —murmuró con la voz extremadamente ronca—. ¿Qué pasa? He notado como no has dejado de moverte.Me di la vuelta entre sus brazos y me dejé caer en su pecho. La cama era tan grande que podríamos dormir con espacio, pero siempre dormíamos todo lo juntos posible.—No he dormido bien, eso es todo.Lo escuché suspirar.—Iré a hablar con mi madre —dijo.—No tienes por qué.—Claro que sí. No voy a aguantar más gilipolleces como las de noche, ya le he advertido demasiadas veces de lo que suelta por la boca. —Su mano se deslizó por mi cuerpo hasta la curva de mi culo y volvió a subir hasta mi nuca—. ¿Por qué no duermes un poco má
Me molestó que Dante no pudiera solucionar las cosa con su madre. Una vez mi padre volvió a Arizona, a mi me dio más igual lo descarada que fue esa mujer y lo mucho que nos había jodido una cena tan especial. Sin embargo, Dante ya había tomado la decisión: no sabrían de mi embarazo hasta que no aceptaran las cosas. Estaba súper enfadado con su madre y con su prima, Maggie, y todos esaban pagando por los platos rotos.Tuve una revisión al entrar en el tercer mes, se me empezó a notar el estar embarazada y por desgracia aún fue pronto para poder el sexo de nuestro bebé. No fue hasta finales de ese mes, entrando en la semana número dieciocho, cuarto mes, que tuvimos una consulta de control mensual. Podía sentirlo con más intensidad todo, el hecho de que íbamos a ser padres era mucho más real desde que se notaba el embarazo. Para tener cuatro meses se me notaba mucho aunque lo podía camuflar con la ropa invierno. —¿Estás ansiosa? —me preguntó de camino a la consulta.—Sí —admití y solté
DANTENi siquiera eran tan parecidas. Alguien (seguramente un fotógrafo del corazón), le había sacado una foto a una pareja de fiesta. La chica se parecía a Maya, podía decir que de espaldas, con el pelo largo y algo ondulado, y su tamaño... Esa chica que se besaba con otro en una fiesta podía ser Maya. Pero no lo era. Mi mujer estaba durmiendo en casa con cuatro meses de embarazo. Joder. No recuerdo haberme enfadado tanto jamás. Aquella foto ya estaba publicada en un árticulo de una revista del corazón: "La novia del empresario Dante Wagner, reconocido en esta revista por una denuncia por maltratar a su exmujer, ha sido vista en un club engañando a este millonario" ¿Cómo coño podían ser tan anormales? Joder. ¿Cómo coño iba Maya a ver eso? Estaba seguro de que estaba en casa, aquello no me dio inseguridad porque confiaba en Maya, pero me enfadó. Maya no era Sophia. Esa vez casi nadie en mi entorno se creyó la foto. Mi madre fue la que más me bombardeó. No cogí sus llamadas, ni las