Ay, qué pena que hasta acá llegó la maratón 🤭
POV CLARATrago saliva con fuerza. Lo observo con atención. Grueso, venoso, mojado y brillante.Dios mío, Dios mío, no sé qué hacer.—¡Solo métetelo en la boca! —grita una voz dentro de mí. ¿Qué carajos fue eso? Suena como yo, pero no siento que sea yo.Hernán sigue observando mi reacción, esperando algún movimiento.Solo hago lo que mi mente me dijo. Como no aparece más, supongo que fue mi voz interior.El gemido que sale de los labios de Hernán me devuelve al presente.—Ay, Clara, qué rico —murmura, tomando mi cabello para quitarlo de mi cara.Vi esto en videos, creo que lo estoy haciendo bien, supongo que, si entra en mi boca, entra ahí abajo también.Intento ir hasta el fondo, pero no hay manera de que llegue y solo me ahogo.—No hace falta que hagas eso si no estás lista todavía —dice con dulzura.Asiento con la cabeza y vuelvo a acomodarme a su lado. Termina de desvestirme y me besa de pies a cabeza, concentrándose en mis pechos, y volviendo a meter un dedo en mi interior, pero
POV HERNÁNDespierto con una sensación de felicidad que hace tiempo no sentía. La calidez de Clara a mi lado, su respiración suave y tranquila, y el leve aroma de su cabello son las primeras cosas que percibo. Sonrío y me quedo unos momentos más disfrutando de su cercanía antes de levantarme.Me estoy por levantar, pero algo llama mi atención. El lugar donde la había mordido anoche está completamente curado. No hay rastro de la mordida que dejé en su piel, solo tiene una leve cicatriz. Frunzo el ceño, tratando de comprender lo que esto significa. ¿Podría ser que realmente tenga un lobo dentro de ella? Esa es la única explicación lógica para una curación tan rápida.Decido no despertarla y me levanto con cuidado. Me dirijo a la cocina para prepararle el desayuno. Al entrar, me encuentro con Marina, la prima de Clara, que está buscando algo en la nevera. Ambas nos sorprendemos al vernos.—¡Marina! —exclamo, sobresaltado. Ella se vuelve rápidamente, mirándome con sorpresa y recelo.—¿Qué
POV CLARAMientras caminamos por la aldea, siento las miradas de todos sobre mí. Es como si cada paso que doy estuviera siendo evaluado, juzgado. Las expresiones en sus rostros varían entre curiosidad, desconfianza y, en algunos casos, desaprobación. Mi corazón late con fuerza, y la presión de sus miradas me hace sentir incómoda y vulnerable.Hernán, sintiendo mi nerviosismo, aprieta mi mano con fuerza, como si quisiera transmitirme su apoyo y seguridad a través del contacto. Trato de concentrarme en él, en su presencia reconfortante, mientras seguimos avanzando.Finalmente, llegamos a una pequeña cabaña al borde del bosque. Hernán se detiene frente a la puerta y llama suavemente antes de abrirla.—Vamos, Clara —dice, dándome un apretón final en la mano antes de soltarla y empujar la puerta.Dentro, un anciano de cabello gris y ojos sabios nos espera. Su presencia es tranquilizadora, y me siento un poco más relajada al verlo. Hernán se adelanta y saluda al anciano.—Mateo, gracias por
POV HERNÁNLlego a la empresa temprano, como siempre, listo para enfrentar otro día de trabajo, pero mi mente sigue preocupada por Clara y la inminente transformación. No puedo dejar de pensar en cómo se siente, si está bien o si necesita algo. Justo cuando estoy por entrar a mi oficina, la veo.Clara está allí, esperándome en el pasillo. Su rostro muestra signos de cansancio, y sus ojos, aunque brillantes, están opacos de preocupación.—Clara, ¿estás bien? —pregunto, acercándome rápidamente a ella.—Me siento débil otra vez —responde, su voz apenas es un susurro—. No sé qué pasa, Hernán. Ayer estaba bien, pero hoy me siento agotada.La preocupación se apodera de mí. ¿Qué puede estar pasando? La sostengo por los hombros y la guío hacia mi oficina, cerrando la puerta detrás de nosotros.—Siéntate, por favor —le digo, señalando la silla frente a mi escritorio—. ¿Qué pasó anoche? ¿Pudiste dormir?—Sí, tomé un par de pastillas para dormir y finalmente descansé, pero ahora me siento peor.
POV CLARAEsto es suficiente. Puedo aguantar lo del lobo y sus teorías extrañas de que yo tenga uno dormido, pero culpar a mi prima de estar envenenándome es una barbaridad, y no lo voy a permitir.Junto mis cosas con rapidez y decido salir de la empresa, aunque sea para calmarme.Camino hacia la salida principal, tratando de ordenar mis pensamientos, cuando escucho pasos apresurados detrás de mí. Es Hernán.—Clara, por favor, espera —llama, alcanzándome y tomándome del brazo suavemente.Me detengo y me giro para mirarlo, mi rostro aún caliente de la ira y la frustración.—¿Qué quieres, Hernán? —digo, tratando de mantener la calma, pero mi voz demuestra mi enojo.—Solo quiero hablar, Clara. No quería lastimarte. Solo estoy preocupado por ti —dice, su voz se escucha llena de sinceridad.—Mira, Hernán, entiendo que estés preocupado, pero lo que dijiste sobre Marina... es demasiado. Ella es mi única familia, no puedo creer que esté haciendo algo así —le digo, sintiendo un nudo en la garga
POV CLARAAl entrar, me recibe la familiar atmósfera tranquila de la sala de espera. Después de unos minutos, la puerta se abre y mi psicóloga me invita a pasar.—Hola, Clara. ¿Cómo has estado? —pregunta mientras tomo asiento en el cómodo sillón frente a ella.—Hola, Laura. He tenido unos días bastante intensos —respondo, suspirando—. Necesitaba esta sesión.—Cuéntame, ¿qué ha estado pasando? —dice ella, ajustando sus gafas y enfocándome con su atención completa.—Ha sido una semana bastante complicada. Me he sentido más agotada que…Antes de que pueda seguir, escucho esa voz familiar en mi mente, la que me ha estado hablando últimamente, con un tono más apagado que de costumbre.—No le hables de los lobos ni de las pastillas —advierte la voz.—¿Clara? —me llama Laura, volviendo a captar mi atención.—Sí, te decía que he estado más cansada y débil últimamente —digo, siguiendo el consejo de la voz—. Pero también me di cuenta de que estoy más enamorada de Hernán de lo que pensé —añado,
POV HERNÁNSentado en mi oficina, el silencio de la tarde me envuelve mientras mis pensamientos giran en torno a Clara. Las palabras de Daniel siguen resonando en mi mente: estamos en terreno peligroso. La responsabilidad de proteger a Clara y de ayudarla a despertar a su lobo se siente cada vez más pesada.Me pregunto quién le ha estado dando esas pastillas. Aunque mencionó que las toma bajo receta médica, no puedo sacudirme la sospecha de que hay algo más. Decido investigar por mi cuenta, buscando cualquier pista que pueda llevarme a la verdad.Abro mi computadora y comienzo a buscar información sobre las pastillas que Clara ha estado tomando. La voz en mi cabeza sigue repitiendo las palabras de Mateo: contienen acónito, algo que duerme al lobo. Después de un par de minutos de búsqueda, me doy cuenta de que no estoy más cerca de la verdad que cuando empecé.Entonces, un pensamiento me golpea. ¿Y si la persona detrás de todo esto es alguien en quien Clara confía, aparte de Marina? ¿P
POV CLARA El dolor me atraviesa como un relámpago, cortando el aire y haciéndome perder el equilibrio. Me llevo una mano a la cabeza, sintiendo que estoy a punto de desmayarme. Todo alrededor de mí comienza a volverse borroso y distante. Apenas escucho la voz de Hernán llamándome con tono preocupado.—¡Clara! —exclama, sujetándome antes de que caiga al suelo.Trato de responder, pero las palabras no salen. Todo lo que siento es dolor, una presión abrumadora que parece venir de dentro de mí. Es como si algo en mi interior estuviera tratando de salir, rasgando y desgarrando todo a su paso.—¡Hernán, duele mucho! —jadeo finalmente.Todo mi cuerpo tiembla, y siento que estoy a punto de romperme en mil pedazos. Mis pensamientos son un torbellino de miedo y confusión. ¿Qué está pasando? ¿Por qué ahora?—No lo sé —escucho a Hernán decir, su voz llena de desesperación—. Estábamos a punto de entrar y de repente Clara empezó a sentirse mal.—Esto no es normal —dice una voz que reconozco vagame