—Cuando sea tu esposa vamos a viajar a todos lados, vamos a visitar todas las tiendas, y escalar todas las montañas…mientras tanto Dante Morgan, lo único que harás será adorarme, como yo te adoro a ti —Abría los ojos esa mañana, después de haber pasado la noche entera soñando con ella. Sin embargo, el calor del hermoso cuerpo femenino que yacía junto al suyo, lo regreso a la realidad de inmediato. Mirandola una mañana mas despertando a su lado, Dante aprecio las hermosas y delicadas facciones femeninas de Emma. Estaba abrazándola, y recordó, que así se habían quedado dormidos la noche anterior, mientras ella y el permanecían en silencio después de la respuesta que ella le dio a su pregunta.—No te habría abandonado bajo ninguna circunstancia si hubiera sido de esa manera, creo que el amor va más allá de lo que el destino tenga preparado…no Dante, no te habría dejado solo, no soy ese tipo de persona —De alguna manera, aquellas palabras le habían ayudado a encontrar un consuelo, uno q
Aquella noche mágica recién daba comienzo. Dante esperaba a Emma, ansioso por estar con ella…ansioso por tenerla completamente para él. Emma, entrando a aquellos aposentos, miro a Dante fijamente a los ojos. Él, la tomo de la mano con la intención de llevarla a su lugar favorito…a su lugar secreto, el mismo en donde se ocultaba del mundo dentro de su mansión.Ninguno sabía que decir, pero ambos sentían la ansiedad creciendo en sus cuerpos, el calor aumentando, aquel deseo reprimido comenzaba a liberarse en Emma, los minutos iban pasando, y ellos, ellos sentían su alma colgando en un hilo de ansiedad…de deseo.— Es un lindo lugar — dijo Emma sin saber que más decir.Dante sonrió de lado ante aquello, habían llegado a su lugar favorito, el lugar entero le pertenecía a él, extendiendo su mano hacia la chica, la invito a pasar a su lugar, a su hogar, donde nunca antes había llevado a nadie que no fuese de su entera confianza, donde ninguna otra mujer había pisado, aquel sitio era su santu
Esa mañana no era como todas las demás, se sentía como si fuera parte de otro mundo, o estuviese despertando en una dimensión alterna a la suya. Miraba el techo eternamente pulcro y brillantemente blanco de aquella habitación, sintiendo que, en cualquier momento, seria absorbida por él. Sin embargo, no era que el mundo hubiese cambiado, era ella quien lo había hecho…ella ya no era la misma de la noche anterior…y no lo volvería a ser jamás; había perdido la virginidad con el hombre al que llamaba esposo.Levantándose lentamente de la cama, pudo notar que Dante no se encontraba allí, y entonces, todas esas emociones que despertaron con ella después de abrir los ojos al nuevo día, se amontonaron dentro de ella y la hicieron sentirse demasiado sola y miserable por un momento. Había recordado aquellas muchas veces anteriores en que había estado a punto de hacer algo con él, había recordado cuando el hombre le dijo que había estado con muchas mujeres hermosas, y repentinamente se sintió peq
Vivir una vida de ensueño, así es como Emma comenzaba a sentirse. Esa mañana, Dante y ella habían decidido preparar el desayuno juntos, como hacían esas parejas de las telenovelas que solía ver su madre. Dante, como era de esperarse, no era muy talentoso en la cocina, se notaba a kilómetros que había sido criado en una cuna de oro y plata, pero, aun así, Emma no perdió la paciencia y con gentileza le explicaba a su esposo como batir correctamente la mezcla para preparar Hot Cakes.—Tienes que hacerlo suave pero rápido, de lo contrario, la mezcla quedara grumosa — le explicaba con calma aquello, y Dante sintió como sus mejillas ardían de vergüenza.Esa era la primera vez en toda su vida que estaba cocinando algo. Realmente, nunca había tenido necesidad, o tan siquiera, curiosidad por cocinar algo, todo le era servido completamente a su gusto y sin demora, ahora entendía que preparar los alimentos, no era una labor para nada sencilla y agradeció a sus sirvientas por ello. Emma se sentía
Aquella mañana no comenzaba tan tranquila como habían sido las pasadas. El rostro demasiado angustiado de Emma, dejaba ver que algo andaba mal, demasiado mal. Las expresiones de su rostro iban de la angustia, a la ira, y de la ira a la mortificación.—No se que es lo que haré Emma…esto es tan repentino e inesperado que realmente no encuentro una solución…Su madre hablaba al otro lado de la línea, narrándole como había sido desalojada esa mañana, ya que, repentinamente, el casero había llegado acompañado de la policía y habían tirado todas las pocas posesiones de la mujer hacia la calle. Hasta ese momento, Emma había creído que esa casa en la que por años estuvo viviendo, pertenecía a su madre…ahora sabía que era rentada y que la amada mujer que le dio la vida, se había quedado sin un techo con el cual cubrirse.—Tranquila mamá, pensare en algo y te llamare en una hora, mientras tanto, te enviare dinero para que tomes un cuarto de hotel, pídele a la vecina que guarde tus cosas y mante
Aquel lujoso y espacioso baño, en esa ocasión, le parecía demasiado pequeño. Miraba constantemente la hora en el celular, dejando solo algunos muy cortos intervalos entre una revisión y otra. La noche anterior, mientras disfrutaba de aquella maravillosa cena junto a su esposo, nuevamente se sintió mareada. Habían estado preocupada desde aquella maravillosa primera vez que tuvo con Dante, y, anoche, tampoco habían prestado particular atención en poner cuidado para que no hubiese consecuencia alguna.Nuevamente miraba la hora en el celular, aquellos eran los 5 minutos más largos que había tenido en toda su existencia. Dante se había marchado ya a sus juntas de trabajo matutinas, y ella, apenas lo sintió levantarse e irse, corrió al super mas cercano para comprar aquella prueba de embarazo que ahora reposaba sobre el lavabo. Se sentía ansiosa, ¿Qué iba a hacer si resultaba embarazada? Dante y ella tenían un acuerdo, su matrimonio no era de verdad y llegaría a su final en un determinado m
Ser médico, siempre había sudo su meta mas alta de vida. Pocas cosas en la vida le entregaban una verdadera satisfacción, y ver aquellas calificaciones de sus más recientes exámenes, hacían sentirse a Emma un poco mas cerca de su meta. Ver que había sacado la puntuación mas alta contra todos sus compañeros de semestre y que su fotografía había sido colocada en el muro de las promesas de medicina, la hacia sentirse realmente bien. Solo le faltaba completar ese semestre y, entonces, se graduaría como médica. Había llamado a su madre para darle la maravillosa noticia y ella, por supuesto, estaba mas feliz que nadie por sus calificaciones de excelencia académica. Estudiar medicina fue todo lo que siempre quiso hacer, y ahora estaba orgullosa de que sus constantes esfuerzos estuviesen dando frutos. Regresando a la mansión Morgan, Emma quiso compartir su felicidad con Dante, pero, al notar a su esposo que salía sin mirarla y de tan mal humor, decidió guardar silencio. Aun recordaba la dis
Helena caminaba de un lado a otro en su lujosa habitación. Estaba molesta, mas que solo furiosa a decir verdad y todo aquello se debía a los desprecios que Dante Morgan le había estado haciendo. Su mente no lograba comprender la razón por la cual aquel hermoso hombre podría preferir a su hermana gemela. Emma no tenia nada de especial en su haber, quizás, si que eran idénticas, sin embargo, su hermana no tenia aquel porte y elegancia que a ella sí que la distinguía; Emma había crecido en la pobreza, no era refinada, no era…educada, solo una muerta de hambre mas que seguramente la envidaba y deseaba ser ella. Helena se repetía aquello una y otra vez mientras se forzaba a creerlo.Sentándose en la acojinada silla de su tocador, comenzaba a peinarse la larga cabellera dorada que tenía. Nuevamente se coloreaba los labios de carmín, su color favorito. Apreciaba su belleza en aquel espejo, mientras nuevamente pensaba en Dante Morgan. Ciertamente, había sido un golpe grave y directo hacia su