John caminaba para acercarse a Amy, cuando sintió una mano que lo sujetó, al verla se quedó petrificado.

—¿Qué demonios haces aquí?

—Hola, cariño, estuve pensando que no podemos terminar, así como así, si quieres que siga haciéndome pasar por la novia de tu difunto hermano, merezco que te quedes conmigo y compartas ese dinero.

Amy los miraba de lejos, con ojos severos.

John sintió temor de ser descubierto, un temor terrible, de pronto pensó en Amy, odiándolo por todo eso.

—¿Quieres dinero? Te daré dinero, pero lárgate, tú y yo no volveremos.

—¿Por qué?

Amy se acercó a ellos y miró a la mujer con desafío.

—¿De nuevo tú? ¿Qué quieres?

Natalie sonrió, mirándola con descaro

—Solo quiero saludar a mi antiguo cuñado, es tan difícil, ¿Acaso no puedo bailar con él? —exclamó cuando la música resonó.

Amy sintió una rabia, pero luego pensó que volverse loca de celos, no ayudaría en nada, los vio ir a la pista de baile y bailar juntos.

Natalie colgó sus manos a su cuello, John intentó