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Viktor fue llevado hasta el único hospital de la Isla, Rosaleen perseguía la camilla, observando a su esposo, hasta que llegaron a la sala de urgencias, y ya no le dejaron pasar, la mujer estaba desesperada, suplicaba por entrar, John la calmó. —Él es muy fuerte, ¡Perdóname, Rosaleen! Es mi culpa. Rosaleen miró su rostro desolado, y acarició su cara, lo abrazó. —No, hijo, esto es algo entre Viktor y yo, me he equivocado tanto con él. —Yo también —dijo John, mirando de reojo a Amy —Haz lo correcto. John asintió. Se acercó a ella. —Pobre Rosaleen, está tan triste. —Ven conmigo. John la tomó del brazo, y Amy tuvo miedo, sintió que la llevaba muy rápido, que su agarre era muy fuerte. John llevó a Amy a la salida del hospital. —¿Qué es lo que sucede, John? Él la miró a los ojos, la miró severo. —Quiero que te vayas. Ella arrugó el gesto, estaba confusa —¿Qué dices? ¿A dónde? —¡Lárgate de la isla! ¡Lárgate de mi vida, Amy Lang! Huye de mí, huye de esto. —Pero, ¿De qué demon
Amy temblaba de miedo tras la puerta, lloraba, pensaba en Kenneth. Tenía esa carta en la mano, la leyó cinco veces, y recordó todas las veces que la leyó en el pasado. «Flashback: —Kenneth, mira mis ojos, solo mírame —dijo ella, acunando su rostro, él la miró con algo de fastidio. —Amy, basta, ¡Te odio! —No puedes odiarme, soy tu amiga, soy casi tu familia, ¿Lo olvidas? —Me lastimaste. —¡No, Kenneth! Ella miente, Julia es mala, vamos, reacciona, ¿De verdad crees que yo te haría sufrir, amándote tanto? Kenneth bajó la vista, titubeó. Luego, buscaron a Eny, la mejor amiga de Julia, luego de amenazarla con despedir a su padre de la empresa Leeman, la mujer reveló el nombre de la clínica donde Julia se hizo el aborto. Más tarde fueron hasta ahí. —Si no nos da la información que queremos, haremos cerrar este lugar —sentenció Amy Al final, el hombre aceptó, sabiendo que eran hijos de hombres poderosos, les entregó el expediente. —¿Julia vino por una caída que le provocó el abort
Amy Lang se armó del valor que no sentía, caminó unos pasos, miró el cerrojo de la puerta. Tuvo tanto miedo, pero se atrevió a abrirlo. John estaba desesperado, del otro lado, pero cuando escuchó, se quedó congelado. ¿Amy abrió la puerta? John sintió temor, pero se volvió valiente, giró la manija, y entró, la encontró en medio de la habitación, mirándolo con ojos grandes, llorosos, estaba pálida, verla así estrujo su conciencia, tuvo temor de que enfermara de miedo por su culpa. —Amy… sé que, soy capaz de perdonarte todo, lo hice, hace unos días, renuncié a mi venganza, lo siento, me heriste cuando destruiste a mi hermano. Ella dio un paso atrás, por cada paso que él daba, y John sintió que eso lo estaba matando, que ella tuviera miedo de él, se sintió como un monstruo, ante su mirada. —No te acerques más. Él se quedó congelado. —Por favor… —Me acusaste de tantas cosas, ni siquiera sé quien eres, pero, te equivocaste en todo, creí que, al fin, luego de tanto luchar, Kenneth me a
Amy lo miraba con temor, no quería tenerlo cerca, no quería nada de él, retrocedió unos pasos, miró sus manos, temblaban. —¿Y bien? ¿Vas a hablar? —Ya te lo dije todo, Kenneth fue engañado por Julia Lang, la amaba con el corazón y ella lo destrozó, luego del viaje que Kenneth hizo a Londres, al volver, ella le envío esa carta, anunció su boda. Kenneth me odió, y yo ni siquiera supe por qué, ¿Sabes el infierno que viví? Pero, no se compara con el de ahora —dijo con el rostro pálido, con las lágrimas brotando por sus ojos. John bajó la mirada, intentó acercarse, ella retrocedió. —¿Y qué más? ¿Cómo pasó? —Ahí está, ella abortó por su voluntad, luego me echó la culpa, no quería el odio de Kenneth, porque sabía que eso la perjudicaría. Sabía bien que su esposo solo busca un heredero, un hijo. Luego Kenneth reaccionó, se dio cuenta de todo, él me pidió perdón, fue contra ella. Julia confesó todo, rompió su corazón. Un silencio se sembró entre los dos, ambos se quedaron callados, sin mi
Amy caminaba de un lado a otro en el pasillo del hospital, esperaba a que le dijeran información sobre John. —¿Usted es la esposa de John Miller? Amy pensó en su respuesta. —No, no soy la esposa de John Miller —dijo con frialdad—. Solo una conocida. —Entiendo. —¿Cómo está? —Solo podremos hablar con su familiar. —No tiene familiares, es huérfano, así que yo soy lo único que tiene. —El señor está bien, se repondrá, fue estabilizado. Amy respiró profundo, liberándose del miedo. —¿Puedo verlo? Por favor. —Sí, puede verlo, sígame. La mujer la dirigió hasta una habitación. Amy la siguió. Al entrar, Amy vio a John, en la cama, estaba recostado, con los ojos cerrados, lucía tan frágil, que se conoció al instante, sus ojos se aguaron, pero sintió un nudo que le impedía llorar o hablar, se acercó un poco más. No era Kenneth, de eso estaba segura, y sintió dolor de saber que, a ese hombre, no lo conocía, aunque hubiese estado tan cerca de ella como ningún hombre en su vida. Él abri
John se empeñó en salir del hospital, lo obligaron a firmar una carta responsiva de que, si algo ocurría, él tendría la responsabilidad. Salió del hospital, aun escuchando las palabras de Rosaleen. —Ahora debes dejar de pensar con el fuego en tu mente, debes pensar con calma, Amy te ama. —No, Amy amaba a Kenneth, para ella ahora solo soy el recuerdo más doloroso de su vida. —John, no pierdas la esperanza, no cometas locuras. —No me mataré, Rosaleen, no, hasta limpiar el nombre de mi hermano que ensucie con este gran error. John salió de ahí, Rosaleen no pudo detenerlo. «Ojalá que su historia terminé tan bien como alguna vez logré terminar la mía», reflexionó, lágrimas surcaron su rostro al recordarlo. Casi al amanecer, Khan y Amy subieron al yate, la tormenta terminó. Amy miró de lejos la isla, cuando el barco zarpaba, pensó en John, en Kenneth, los hombres que amó se quedaban ahí, ella y su corazón roto se iban. «John, Kenneth, no hice ningún mal, solo amar, solo entregar to
Fedora estaba tan feliz. Pronto planeó la comida donde presentaría a su hija, solo invitó a los Lang a la comida. Ella llamó a Kenneth muchas veces, pero el silencio la angustió. —Es raro que tu hermano no me responda el teléfono —aseveró Fedora. —Madre, te olvidas de que Kenneth y Amy están de luna de miel, quizás están ocupados en pronto hacerte abuela —dijo Lorraine Fedora río. —¡Ojalá! Nada más me gustaría que ver a un niño feliz por nuestros jardines. —¡Cómo bebé Owen! Lo extraño, madre, a él y a Olivia —dijo Lorraine, pero Olivia estaba en un departamento de Fedora. No podía estar bajo el mismo techo que Bruce. —Lo sé, lamento que tengas que volver a ver a Bruce. —Espero que pronto mi hermana lo sepa todo y Bruce se aleje de nosotros —dijo Lorraine Cuando Amy despertó, miró esa habitación, estaban en un hotel, la tormenta volvió y habían retrasado su vuelo a Edimburgo. Pensó en todo lo ocurrido, a veces deseaba que todo fuera un simple sueño, pero no era así. «Kenneth
Fedora se acercó, estaba asustada—¡¿Qué es lo que has dicho?! ¡¿Dónde está Kenneth?! ¡¿Dónde está mi Kenneth?La mujer se acercó y tomó a Amy de los hombros—¡Dime que no es cierto, Amy! ¡Dime que mi hijo está vivo! —exclamó llorando.—¡Lo siento tanto! —exclamó—. Kenneth murió.Fedora se alejó, miró a John, era el vivo recuerdo de su hijo.—¿Cómo sé... mató?—Sé suicidó, lo siento tanto —dijo Amy rompiendo en llanto.Fedora temblaba, no podía más, cuando alzó la mirada se encontró con Julia Lang.—¡Maldita! ¡Tú lo mataste! —gritó y se abalanzó contra la mujer, dándole una bofetada y zarandeándola.Julia gritó, Jeremy intervino, solo por su bebé. Mientras Claudette trataba de calmar a Fedora, quien de pronto cayó al suelo desmayado.Lorraine gritó, pero John la cargó y la llevó adentro.Dave Lang abrazó a su hija.—Amy, ¿Qué es lo que ha pasado? ¿Cuándo ocurrió tal desgracia, hija?—¡Ay, papá!Amy se abrazó a su padre con fuerzas, tratando de buscar un poco de consuelo.Cuando John v