A lo lejos, más allá de los jardines, Danilo había sido sacado de sus conflictos para ver unas sombras que se movían rápidamente en la penumbra, su ojo no podía tener ilusiones, a menos que en el jardín hubiera una especie de estupefaciente, lo cual dudaba mucho.Con el corazón casi en la garganta, tanto por lo que acababa de pasar con Mary, como por lo que acababa de ver, Danilo se adentró en la espesura del enorme jardín, decidido a investigar qué rayos era lo que se ocultaba en su propia mansión.¿Cómo era posible que Avery no le mostrara las afueras del lugar? Hasta ese momento había caído en la cuenta de ese detalle.Danilo continuaba avanzando con lentitud entre los senderos del jardín, el aire gélido rozaba su rostro, mientras él se alejaba del perímetro ya conocido para sumergirse en ese del que no sabía nada aun. Había algo en el ambiente que lo inquietaba, no sabía si era la negrura de la noche o lo que podría encontrarse más adelante, aun así la curiosidad lo devoraba por d
Todos eran más que rápidos, pero en ese momento, Lourdes se había lucido, fue la más rápida en haber reaccionado de la manera en que se movió como un rayo de luz entre las sombras y la alerta confusa del grupo de sirvientes-guardaespaldas.—¡Oigan, esperen soy yo! —gritó Danilo, mientras sentía que su cuello era rodeado y el filo de un objeto punzante le abría la piel del cuello.Aquel frío acero había rozado la piel del joven, ya que Lourdes tenía una mano habilidosa para el combate con arma blanca y una fuerza descomunal en el brazo que lo abrazaba de manera mortífera. Ese filo sin duda lo había cortado apenas, pero fue suficiente para hacer sentir a Danilo un terror y dolor descomunal.—Me van a… matar —logró decir Danilo, incapaz de respirar bien.—¡Aléjense de él, es el señor Danilo! —gritó Avery cuando con su aun funcional vista se dio cuenta a quién habían emboscado y con la misma se llevó las manos a la cabeza casi calva.Los ojos de todos se agrandaron y bajaron sus armas, pe
Danilo se restregó los ojos con fuerza y además, se dio una fuerte cachetada que terminó por dolerle al punto de que se quejó de dolor. Luego volteó a ver de nuevo a la chica que tenía enfrente y en efecto, era ella, tan real como siempre la había soñado. Por alguna extraña razón su corazón comenzó a palpitar, pero la sensación era más angustiosa que emocionante y no sabía discernir el por qué.El joven no tuvo tiempo de reaccionar o elucubrar palabra, antes de que Lara se lanzara a sus brazos sin previo aviso, quebrada por una euforia que a él le pareció exagerada, porque… ¿cuándo ella actuó así al verlo? ¡Nunca! Eso lo hizo comenzar a dudar si no se trataba de un sueño.Las manos temblorosas de la rubia se posaron sobre su pecho descubierto, como si necesitara sostenerse en él para no derrumbarse del todo. Danilo, todavía atónito, volteó a ver a Claudio y a Irina, quienes al igual de sorprendidos, intercambiaban miradas rápidas, sin saber qué hacer ante tal situación.—Díganme… ¿aca
El beso que Danilo había deseado por tanto tiempo finalmente se había hecho realidad. Los labios de Lara rozaban los suyos, suaves como había imaginado tantas veces. Sus ojos cerrados, sus tibias respiraciones se mezclaban y él acariciaba ese rostro que tanto le gustaba desde siempre.Pero algo en definitiva seguía sin estar bien. A medida que sus labios chocaban continuamente, Danilo sentía un abismo inquietante, como si estuviera cerca de ella, pero lejos a la vez, como una desconexión total y vacía en lugar de la euforia que tanto se había imaginado en su mente.«Es como... ¿estar besando una muñeca? Qué extraña sensación», se dijo enrarecido por lo que le provocó aquel contacto.El joven se separó con suavidad para tomar aire y miró a la chica a los ojos, quien lo miraba con ternura y ese brillo deseoso, aun así Danilo se preguntaba por qué no podía ignorar el hecho de no sentir lo que había esperado. Ese momento, que debía ser de éxtasis, de conexión y sin embargo su mente se iba
Al fin, Danilo y Lara habían llegado a la habitación que Irina le había asignado a ella. Él abrió la puerta y la luz de la luna se colaba entre las cortinas, hasta el interior de la habitación para dejar ver la elegante mueblería que poseía y lo espaciosa que era.Lara dio un paso adelante para contemplar la comodidad del lugar y Danilo la observaba con una sonrisa.—Bueno… creo que ya es hora de que descanses —dijo él con suavidad mientras se recostaba en la pared—, has pasado por mucho para llegar hasta aquí y yo mañana… —pausó su frase, por alguna razón las palabras no salían con facilidad—. Mañana te presentaré ante todos como mi novia.Danilo observó el rostro iluminado de Lara al escuchar esas palabras y la emoción que la invadía era tanta que de prisa rodeó su cuello con los brazos para acercarse lo suficiente y encararlo.—Precisamente a eso vengo, ese es mi sueño —susurró contra los labios del joven—. Lo que más quiero es ser la novia oficial de Danilo Hernández.Esas palabra
Fue justo ese momento en el que, como si se trataran de aves de rapiña sobre su objetivo, Lourdes y Jenny se dieron luz verde con la mirada para aprovechar un acercamiento con la rubia que ansiaban conocer más de cerca.Ambas pasaron por donde estaba Lara y comenzaron a lanzarle miradas altivas acompañadas de sonrisas maliciosamente falsas.—Vaya, vaya, mira a quién tenemos por aquí —comenzó a sisear Lourdes hacia Jenny, con mucha ironía—. Pero si es una hermosa princesa con su rosa… Dime, ¿quién eres y qué haces aquí sentada?Lara levantó la mirada, un tanto extrañada por la manera en que la rubia sirviente le hablaba. Tomó aire e intentó mantenerse calmada, con la compostura reluciendo en su semblante. Por alguna razón presentía ciertas intenciones en sus palabras que desconocía y que no le dieron buena impresión.—Buenos días, pues vine en busca de Danilo, él es la razón por la que yo estoy aquí —respondió una serena Lara—. La verdad es que nos conocemos desde niños y… ahora estamo
Angela no pudo contenerse al ver a su amiga y olvidó todo lo acontecido con la rubia y las otras dos mujeres que la molestaban para gritar de emoción y así correr a los brazos de su amiga.Las dos se abrazaron con mucha fuerza, como si no se hubiesen visto en mucho tiempo. A los pocos segundos, los hermanos de Mary, Carlos y Roberto hicieron su aparición acompañados de sus esposas que también acababan de arribar a la mansión de Danilo.Entre risas y abrazos emotivos, la gran estructura se llenó con calidez y aires familiares, acompañados de gritos que expresaban ser el día más feliz de sus vidas. Realmente Danilo los había reunido después de tanto tiempo de estar separados.—En serio, hermanita —aseguró Carlos—, ya te ves recuperada en su totalidad ¡qué buen hospital te atendió!—Sí… bueno, las heridas físicas sanan más rápido que las del alma —respondió Mary, con la mirada oscurecida al recordar las atrocidades que su ex jefe Duncan la hizo vivir.Todos habían quedado descolocados po
Lourdes, así como Claudio, Irina, Evelyn, Gustavo y Bryan, tenían un lugar en la mesa, Danilo los había invitado por ser sus sirvientes extraordinarios, aquellos que prácticamente habían demostrado que eran capaces de dar la vida por él y que le ayudaron a encontrar y rescatar a Mary.Pero para la rubia camarera aquello no era suficiente, compartir la mesa con el amo, después de presentar a Lara como su novia estaba dando el mensaje claro de a quién él quería como su pareja y el porqué de su rechazo la tarde anterior.Ella se removía inquieta en su asiento y Evelyn la miraba con desaprobación en el momento en que sus largas uñas rasgaron la madera de los costados de su asiento.—Lourdes… ¿quieres calmarte? ¿No ves que es un honor estar a la mesa del amo? No te atrevas a arruinar esto, que es lo mejor que nos ha pasado en muchísimo tiempo —susurró con enojo Evelyn, que procuraba guardar la calma.La rubia la miró con furia y con solo ese gesto su compañera no pudo hacer más.Mientras t