Danilo se levantó esa mañana sintiendo aquel peso invisible de sus consecuencias aplastándolo. Los recuerdos de Jenny y de su hija no nacide, de todos los errores que había estado acumulando lo mantenían lleno de tormento dondequiera que fuera.No obstante, algo revolviéndose en su interior le gritaba que era el momento de cerrar el círculo vicioso de dolor y de arrepentimientos con respecto a ese tema. Se levantó mucho antes que Lara y se metió a la ducha para intentar lavar su pesadez y se vistió con uno de sus trajes elegantes, su mirada se fijó en el espejo.«Voy a terminar con esto hoy», se dijo mientras se ajustaba su reloj de pulsera y asintió con determinación, pero Lara se asomó sonriente a su lado y le dio un beso en la mejilla y él sonrió enternecido, ya después le diría a dónde iría, ella estaba más que bien por el momento.Antes de salir de la mansión se topó con un distraído Callum mirando su celular, pero no le importaba lo que le pasara a no ser que fuera algo que afec
Con intriga, Danilo leía y releía la línea final, sin creerse lo que tenía entre sus manos, porque era genuina la letra de su antes amiga.«¿Pero por qué en el almacén del puerto? Está lejos… ¿Qué pudo haber descubierto? No lo sé, Mary es alguien que dice las cosas de frente y no recurre a notas secretas, pero… quizá este tiempo ha cambiado y ya no la conozco del todo», pensó con melancolía al recordar su último momento juntos y a solas.A pesar de sus dudas carcomiéndolo, el temor de que algo grave le estuviera pasando lo invadió y lo impulsó para decidirse de una vez por todas.Sin perder más tiempo, Danilo recompuso su saco y caminó hacia la puerta y se dirigió hacia la oficina que compartían Mary y Angela… estaba vacía.«¿Habrá ido por café? Aun es temprano, quizá viene en el micro bus», se planteó y le marcó a Avery, pero tampoco le respondió.No tenía tiempo para detenerse, sabía que si desatendía la presidencia unos minutos no pasaría nada.Cuando llegó al vestíbulo de la empre
—Ustedes… Todo este tiempo fingieron demencia y estuvieron con ellos —musitó el tembloroso Danilo—. Pensé que esto era importante para ustedes… ¿Acaso se olvidaron de todo lo que pasamos juntos? De las comidas, de las charlas y las bromas… del cariño que les tenía.Las palabras de Danilo salieron como un disparo, pero ninguno se inmutó. La única que se veía titubeante era Lourdes, que miró hacia otro lado, evitando la fulminante mirada de él.—Ay, no te pongas sentimental, Camilo o… como te llames —prosiguió Duncan—. El negocio es el negocio y tú solo eras una fachada para nuestro cometido.—Pero como descubriste todo, ahora ya no nos sirves para nada… —secundó Avery—, es lo que ha pasado con todos los jefes de esta empresa que ha cambiado de nombre como tú ahora te cambias tus lujosos trajes.Luego de aquel conmovedor discurso y con una señal sutil, los secuaces de los mafiosos avanzaron hacia Danilo para amordazarlo con fuerza y sentarlo junto a Mary, ambos solo se miraron, con el d
El silencio sepulcral se apoderaba del ambiente de la bodega. Los sirvientes guardaespaldas no perdieron el tiempo y con heridas y todo, trabajaron arduamente con la precisión que los caracterizaba para ocultar los cuerpos sin vida de los secuaces de Duncan y Avery, para protegerse a ellos, pero más a Danilo y Mary.Mientras ellos trabajaban con determinación y bastante profesionalismo, como si ya estuviesen acostumbrados a lidiar con aquella situación, Danilo y Mary permanecían sentados muy juntos, sufriendo las secuelas de la guerra sangrienta que se había llevado a cabo allí.Danilo abrazaba a Mary, la apretaba con desesperación mientras su rostro se hundía contra los pechos de ella, porque sus emociones lo estaban consumiendo y casi no podía soportar el ardor en su alma. Mary, paciente le acariciaba su sedoso cabello con ternura, pese a la crisis que la estaba matando de igual manera.—Lo siento… —se lamentaba entre el pecho de ella—. Todo esto es mi culpa, nunca debí…—Shh… basta
La empresa Trattoria estaba cubierta por una espesa capa de penumbras, las que resguardaba mucho antes y las del hecho ocurrido hacía tan solo una hora.Danilo y Mary no tenían tiempo que perder, el reloj avanzaba en su contra mientras llevaban a cabo el plan que el joven había elaborado en una medida desesperada por llegar al enemigo sin correr más peligro del que ya lo hacían.En el despacho de presidencia y mientras estaban custodiados por los fieles sirvientes guardaespaldas, la pareja de amigos hacía llamadas y de manera simultánea enviaba correos con un mensaje diplomático que denotaba urgencia para garantizar la asistencia a su extraordinaria invitación de “negocios”, todas ellas enviadas a diversos inversores, socios de confianza de las franquicias y la misma prensa.Danilo, quien estaba sentado al portátil se dedicaba a repasar los últimos detalles de la operación.—No podemos fallar ni un movimiento —decía mientras se rascaba la cabeza con desesperación—. Si logramos que la
Callum y Gustavo, al ser los más fuertes, lograron forzar la entrada a punta de patadas para entrar al sótano y todos descendieron con rapidez. Lo que encontraron allí dejó helado a Danilo.Frente a ellos, Lara, quien se encontraba amoratada por todas partes, con su vestido rasgado y sucio, estaba sujetada por los hombros, sus pies no llegaban a tocar el suelo y Duncan sostenía un arma, apuntándole a la sien; ella solo temblaba de pavor mientras sollozaba.—¡Danilo! —el grito desgarrador de la joven revelaba lo mucho que había sufrido—. Ya no puedo más…El joven temblaba de impotencia, de rabia acumulada hacia esos seres que solo sabían lastimar sin remordimiento alguno.—Duncan… déjala ir, me voy a entregar, pero antes libérala, ella no tenía nada que ver en esto —dijo Danilo, con la voz entrecortada.Callum, quien estaba al lado de Danilo, colocó en su bolsillo del pantalón un arma y el joven lo volteó a ver, con una amalgama de gratitud y sorpresa.—¿Y en verdad sabes usar un arma?
Un ambiente festivo y triunfante se expandía alrededor de la renovada franquicia central de Trattoria. El sol brillaba con fulgor en lo alto del cielo celeste intenso, mientras empleados fieles, amigos e inversionistas llenaban el lugar, reflejando el arduo trabajo de todos tras el atentado que hacía casi un año, por poco destruía la empresa.Mary estaba frente al listón azul, su peinado recogido, sobrio maquillaje e impecable traje blanco la hacía irradiar elegancia y presencia. Junto a ella se encontraba Danilo, quien después de hacer el protocolo inicial, le dio los honores para finalizar el discurso que reflejaba el comienzo de aquella nueva etapa.Ella tomó el micrófono, porque era un momento muy emotivo para todos.—Hoy, Trattoria no solo comienza un nuevo amanecer, sino que le rinde homenaje a todas las personas, que con su valentía y sacrificio, permitieron que esto fuera posible.Danilo la miraba embelesado, esbozando una cálida sonrisa, mientras ella proseguía a finalizar el
La vida parecía tener el mismo color grisáceo día tras día, y en la noche no había diferencia, salvo los sueños en los que ella se hacía realidad por una fracción de momento. Lara, su vecina, abarcaba todo el espacio de su mente y ella ni por enterada se daba; parecía no notar los intensos sentimientos que albergaba su corazón.Este mundo apestaba cada momento para Danilo, quien ya ni siquiera tenía las fuerzas de dirigirse juicioso hacia su lugar laboral. Se quedaba bajo las sábanas a deshoras del mediodía o quizá un poco más. Prefería roncar que enfrentarse a la lucha diaria; hasta bañarse era un calvario para él.Aunque su madre le dijera en repetidas ocasiones, que era un vago sin remedio, que no tendría un futuro prometedor, que Dios veía sus omisiones para con la vida correcta, y que eso lo llevaría derechito al infierno; aquello no era lo suficientemente convincente para levantar el trasero del sofá hacia sus responsabilidades.Ya ni siquiera el celular tenía chiste para él. La