El camino hacia Baja Mira había estado demasiado tenso y lleno de incomodidad. Jenny lloraba y hacía sus infinitas pataletas en el asiento trasero del vehículo lujoso, mientras su padre Haroldo, intentaba calmarla, pero parecía que se trataba de una misión imposible.—Jenny, por favor, ¿quieres calmarte? Aquí van estas personas desconocidas y tú aun en estas —dijo Haroldo, aunque su voz en definitiva sonaba más irritada que consoladora.—¡Es que, no es justo, papi! ¡No puede creer que Danilo, mi hombre, nos haya echado de esa manera tan cruel y yo que solo quería estar con él para siempre! —sollozaba Jenny que goleaba el asiento con uno de sus puños, mientras que la otra mano la utilizaba para secarse las lágrimas con un pañuelo.Bryan, que iba sentado al frente, conduciendo, tamborileaba sus dedos en el volante con desesperación, desviaba su mirada hacia los retrovisores, pero con tanto alboroto le costaba concentrarse en la faena de conducir.—Por favor, Bryan, deja de hacer eso con
Callum, que había estado en silencio hasta ese momento, vio la necesidad de sus compañeros y quiso al fin manifestar su opinión, se acercó algunos pasos hacia su amo y con la misma habló con firmeza.—Señor, nuestra lealtad hacia usted no la ponga en duda —Todos miraban a Callum como una especie de salvador, esperanzados de su elocuencia—. Entienda que todo lo que hemos hecho hasta ahora ha sido para protegerlo. La situación con la señorita Mary solo reafirma la necesidad de estas medidas de seguridad.Danilo cerró los ojos y respiró hondo, intentaba calmarse.—Está bien, Callum, voy a ser comprensivo por ahora pero quiero que todo de ahora en adelante se me informe y me refiero a cada detalle ¿Queda claro? Si no me veré en la obligación de contratar otras personas —sentenció Danilo y todos asintieron.—Espero que to
La casa del señor Haroldo se había convertido en una especie de campo de batalla femenino ¿La razón? Discusiones sin sentido iniciadas por Jenny y precedidas por Lourdes. El más mínimo detalle era un detonante para lo peor.Jenny había ordenado a Bryan y a Lourdes que colocaran de manera impecable todo lo que Danilo le había enviado para el viaje, prometiéndole que cada día le enviaría más cosas. La habitación de la morocha y la sala eran un solo lío de cajas y bolsas, todas con etiquetas para mejor clasificación a la hora de desempacarlas, pero mientras no se le diera el orden correcto el caos reinaba en ese espacio.—Bien, necesito que todo esté en su lugar para cuando vuelva del paseo que le prometí a mi papi y a... unos amigos —dijo Jenny con imperatividad e impaciencia—. Al volver no quiero nada fuera de lugar. Agradezcan que mí Danilo se aseguró de clasificar, porque si no... imagínense.El señor Haroldo asentía orgulloso de que su hija sonara como toda una patrona, Bryan solo f
Danilo había colgado el teléfono con un bufido desesperado, más que fastidiado por esa llamada insistente que había recibido de la chica que juraba esperar un hijo suyo. Los "te amo" de Jenny resonaban en sus oídos, cada palabra parecía un martillazo insoportable en sus tímpanos.Él no había podido evitar colgar la llamada de manera abrupta, sintió que ya había respondido a sus inquietudes y no tenía ganas de seguir escuchándola, sabía que no se iba a librar de ella por mucho tiempo más.«Pero qué fastidio es esta mujer ¿Qué más quiere? ¿Acaso no se conforma con todo lo que le di?», pensaba Danilo, ofuscado.Para su infor
Mientras tanto, Callum había llegado a la habitación de Mary con paso apresurado, trayendo consigo una bolsa de uvas frescas que había robado de la cocina sin ser notado en el acto. Mary, al verlo entrar, sintió un calor reconfortante en su presencia, por alguna razón le alegraba la existencia sus visitas. —Callum, buenos días —saludó la joven sonriente, ya con el color de su rostro más recuperado— ¿Esas son uvas? El guardaespaldas asintió con la mirada hacia el suelo y le extendió la bolsa llena de esos jugosos frutos. —Sí, pensé que te gustaría algo diferente —respondió el fortachón hombre, con una leve sonrisa que rara vez mostraba. Mary asintió y tomó una de las brillantes uvas para morderla con gusto y se dispuso a disfrutar del agradable y fresco dulzor que llenó su paladar. —Gracias, Callum, últimamente he notado que detrás de esa seriedad se esconde alguien mucho más humano de lo que pensé jamás —dijo la joven mientras tomaba otra uva para mordisquearla y disfrutar. Callu
Danilo lo exigió a Avery que se apresurara a buscar a su escurridizo guardaespaldas que estaba con su mejor amiga en alguna parte del hospital. Su pecho ardía con una rabia y desesperación desconocidas para él, no entendía por qué sentía como si un fuego lo consumiera por dentro y de manera lenta, torturante, tanto que apretaba los dientes y sus manos casi desarmaban los posa brazos de la silla de ruedas.—¡Vamos, Avery! No quiero que pase más tiempo, encuentra al desgraciado de Callum ahora mismo, hoy sí me va a escuchar —exigió Danilo con firmeza, en su mirada refulgía la tormenta de lo que estaba sintiendo a flor de piel.Por su parte, Avery, sin poder evitar una ligera sonrisa divertida ante los iracundos comentarios de Danilo, intentó responderle con la mayor elocuencia posible:—Claro, señor Danilo, ya verá que no fueron muy lejos, si yo vi que Callum estaba allí en su puesto no hace mucho , antes de hablar con usted —afirmaba y Danilo solo respiraba fuerte.Amo y abogado, los d
Avery asintió, aunque su mirada denotaba cierta chispa de duda, pero Danilo pasó desapercibido ese detalle, seguía mirando a la nada con la determinación de lo que había decidido.—Como usted diga, señor Danilo, solo quería asegurarme de que usted tomaba la decisión correcta, porque puede que no haya vuelta atrás.Danilo volteó hacia arriba a ver con ironía a su abogado.—Mis decisiones siempre son correctas, Avery y esta no va a ser la excepción —aseguró Danilo mientras golpeaba con su puño la palma de su mano—. Estoy seguro de que Lara vendrá a mí, yo iré a ella y podré al fin cumplir mis sueños. Jenny tendrá que comprender que la ayudaré solo por el hijo que espera y qué mejor si se lo demuestro uniendo mi vida a Lara, todo encaja a la perfección.—Bueno, señor, entonces prepárese para la noche, será crucial para usted y para lo que sigue después de eso —replicó Avery, con una sonrisa ligera debajo de sus espesos bigotes.Danilo le indicó a Avery que siguieran hacia su habitación,
El misterioso hombre observaba las cartas con una expresión fuera de serie que hacían a Danilo vibrar de curiosidad, de una especie de miedo por saber lo que decían para él, sabía que el mensaje era exclusivo, luego se dio cuenta de que lo miraba directamente y solo se detuvo a tragar saliva con dificultad.—Veo cada una de las cartas y hay tres cosas muy interesantes aquí para usted, señor Danilo Hernández —comentó el hombre con su suave e intensa voz—. Son tres caminos de amor, muy diferentes entre sí pero que se entrelazan con su persona, cada uno posee su propia intensidad y riesgo.—Continúe, por favor, no me vaya a dejar con la duda ahora, se lo suplico —insistió Danilo, mientras sobaba sus palmas de las manos para apaciguar sus ansias.—¡Cómo no! El primer camino, es el más puro y desinteresado que usted pueda llegar a conocer jamás, un amor que ofrece sinceridad y apoyo incondicional, más allá de lo que pueda usted esperar.El corazón de Danilo se aceleró con esas palabras, to