En el centro de un espeso bosque desconocido y apartado de la civilización a penas se dejaba ver ella abrió los ojos después de un lapso grande de penumbra. Al recuperar la conciencia observó su entorno, era una habitación de paredes color crema, algo sucias y descascaradas por el paso del tiempo y la humedad, además estaba tan pequeña que parecía sofocarla. La rectangular ventana apenas dejaba colar algunos rayos de la luna y los grillos cantaban en las afueras.Mary intentó incorporarse, pero un tirón en sus manos se lo impidió. El miedo se apoderó de ella cuando la sensación de algo agarrando sus muñecas le hizo ver que estaba atada de manos y pies a los extremos de la cama en la que estaba acostada, aun con sus ropas de la empresa. Una gota de sudor surcó su frente y su respiración incrementó. Con la misma intentó gritar, pero un pañuelo amarrado a su boca ahogó aquel llamado de auxilio.La joven comenzó a examinar con más detalle, buscando algo que le ayudara a desatarse, pero no
Danilo, una vez más se había sumergido en uno de esos sueños lúcidos donde aparecía la mujer de sus sueños. Ambos estaban en una especie de casa de campo, lejos de todo el bullicio de la ciudad; todo a su alrededor era paz y tranquilidad.La habitación principal era un desorden de ropas desperdigadas por el suelo. Él y Lara habían tenido toda una noche de pasión tan buena, que no solo se había remontado a hacerlo en la cama… habían hecho de las suyas en la sala, en la cocina y en la ducha. El cuerpo de esa mujer lo volvía loco como ningún otro… pero sabía que solo se trataba de un sueño, el mejor hasta el momento.La brisa fresca entraba en la habitación y llegaba hasta la cama que compartía Danilo con Lara. Ambos estaban enredados en sus propios cuerpos y sonreían como dos tontos mientras contemplaban la tranquilidad del panorama.Danilo sentía un remolino de alegría, pero también la melancolía lo invadía. Esa mezcla de emociones lo llevó a romper el ameno silencio:—Lara… mi amor, ¿
La situación se tensaba a cada segundo y la camarera no podía dejar que Danilo cometiera otra locura dejándose llevar por sus intensos cambios emocionales. Mientras lo seguía, pensó que lo mejor era anunciar todo a los demás, eso hizo y corrió hacia fuera de la mansión donde encontró a Claudio y entre susurros le comentó sobre lo que ocurría. El mayordomo dejó lo que estaba haciendo y tomó un walkie talkie para reunir a todos.A todo eso, Danilo bajó las escaleras con premura, decidido a ver qué era lo que pasaba con Callum. En su mente, la forma en que su guardaespaldas se refería a Mary le sabía a deslealtad, sobre todo si actuaba por sí mismo. Por alguna razón no podía soportar que hubiese ido tras Mary sin siquiera consultarlo con él desafiando sus órdenes, es decir… Danilo era el mejor amigo de la chica, no él, además él era el dueño de todos los bienes de Trattoria.Bajó por unas gradas y pasó un pequeño corredor en el que de refilón le dio la luz, esa que en lugar de calmarlo l
Danilo se encontraba en su despacho y en sus ojos se podía leer la determinación que henchía su pecho, pero también la desesperación en cada resquicio de su ser. Habían pasado veinticuatro horas desde que él se enteró sobre la desaparición de Mary, razón por la que él no se había detenido ni a comer ni a dormir. El joven millonario se sumergía más en esa encrucijada de buscar por cielo, mar y tierra a su amiga.—Necesitamos al menos tres guardaespaldas más, Callum, no podemos fiarnos de lo poco que averigüe la policía ni los detectives privados que contactamos, ¡son muy lentos!—Entendido, señor, ya estoy en eso —afirmó Callum con uno de los teléfonos del despacho ya listo para hacer llamadas, mientras su jefe realizaba algunas otras.Él había dado órdenes claras y precisas en espera de resultados y Callum se había convertido en su mano derecha en tal faena, porque localizar a una persona era como buscar una aguja en un pajar, nunca había vivenciado algo parecido a ese tormento.Con d
Danilo estaba inquieto, sentado en el asiento del copiloto mientras su pie derecho golpeaba con nerviosismo el suelo del vehículo. Desde la ventanilla se observaba como los edificios altos de Alta Mira desaparecían para comenzar a aparecer en su lugar, árboles y casas de campo que pasaban a toda velocidad ante los ojos del joven millonario a medida que se alejaban.Callum conducía, muy concentrado en el camino que tenía de frente, sus manos permanecían firmes en el volante del automóvil más rápido que habían encontrado en la colección del señor Danilo. A pesar de que lucía centrado, la tensión se dejaba ver en sus labios apretados y en su ceño fruncido.—Oye... vas demasiado callado, Callum ¿Estás seguro de que este es el camino correcto? —preguntó Danilo, que comenzaba a odiar el silencio sepulcral.—Sí, según las coordenadas que tuvimos de la agencia de investigadores privados, vamos por la ruta correcta —respondió Callum—, además estoy preparado para tomar las precauciones posibles
El equipo de guardaespaldas se había unido a Danilo y a Callum. Como pudieron arrastraron y taparon los vehículos en lugares escondidos, donde difícilmente pudieran encontrarlos. Aquella operación sería lo más discreta posible.—Yo iré adelante, ustedes cuiden al señor Danilo —indicó Callum y todos de manera automática lo colocaron en medio.—Tampoco soy tan inútil, Callum —Danilo bufó con un dejo de frustración y miró a los individuos misteriosos— ¿Y ustedes no van a decir algo? Bola de robots…Los guardaespaldas hicieron caso omiso a las palabras de Danilo y así, comenzaron a adentrarse en ese sendero lleno de maleza y árboles tan altos que apenas dejaban filtrar un poco de luz entre sus hojas, pero pronto el lugar seguro se iba alejando de ellos a medida que se adentraban.—Ya no hay donde ocultarnos, Callum ¿Y ahora qué? —susurró Danilo con desesperación, mientras intentaba llegar hasta donde él estaba, pero los guardaespaldas no se lo permitieron.—Creo que, tal y como lo sospech
La tensión se había hecho en ese lugar que ya estaba iluminado por los bombillos de luces amarillas. Los dos guardaespaldas que acompañaban a Danilo fueron despojados de sus armas y el joven, con lágrimas en los ojos los vio con desdén ahí donde yacía en el suelo. ¿Acaso no habían dicho que eran super capacitados?, se preguntaba porque en definitiva no lo parecían en absoluto.Haber escuchado que Mary estaba muerta y que los guardaespaldas hubieran permitido que lo restregaran en la tierra no era parte del plan. Aparte de eso, algo que lo dejaba realmente anonadado era ver lo diabólico que lucía ese señor, el hombre tan centrado del que Mary le hablaba realmente era un espejismo, no existía.Mientras tanto, el señor Duncan se seguía carcajeando con su flácido porte de alcohólico crónico. Danilo tenía unas inmensas ganas de escupirle en la cara y deshacerle esa asquerosa sonrisa a punta de golpes. Así sin más, el hombre se acuclilló frente a él y lo miró con lástima.—Parece que sí te
Danilo corría con pasos torpes entre la algarabía, su corazón latía desbocado y sentía como si se fuera a salir de su pecho en cualquier momento, porque la sangre de su herida no dejaba de sangrar y la multitud frenética le dificultaba el avance, empujándolo y haciendo que tropezara en el camino.Mientras corría se daba cuenta de que no había sido atacado porque los guardaespaldas se ponían enfrente para protegerlo, esa sola acción le dio un halo de esperanza en medio de caos. Nunca en su vida se había sentido tan seguro, tan protegido de la adversidad, una que no era como en las películas de acción que veía con su padre… eso era tan real que lo aterraba.Desesperado, escaneaba entre la muchedumbre buscaba señales de Callum y noticias de su amiga Mary. Entrecerró los ojos y en una esquina de la casa divisó a lo lejos al guardaespaldas que posiblemente la llevaba en brazos hacia un lugar oculto.«Callum… espera», pensaba sin querer gritarlo a viva voz porque sabía que no debía llamar l