Danilo se encontraba en su despacho y en sus ojos se podía leer la determinación que henchía su pecho, pero también la desesperación en cada resquicio de su ser. Habían pasado veinticuatro horas desde que él se enteró sobre la desaparición de Mary, razón por la que él no se había detenido ni a comer ni a dormir. El joven millonario se sumergía más en esa encrucijada de buscar por cielo, mar y tierra a su amiga.—Necesitamos al menos tres guardaespaldas más, Callum, no podemos fiarnos de lo poco que averigüe la policía ni los detectives privados que contactamos, ¡son muy lentos!—Entendido, señor, ya estoy en eso —afirmó Callum con uno de los teléfonos del despacho ya listo para hacer llamadas, mientras su jefe realizaba algunas otras.Él había dado órdenes claras y precisas en espera de resultados y Callum se había convertido en su mano derecha en tal faena, porque localizar a una persona era como buscar una aguja en un pajar, nunca había vivenciado algo parecido a ese tormento.Con d
Danilo estaba inquieto, sentado en el asiento del copiloto mientras su pie derecho golpeaba con nerviosismo el suelo del vehículo. Desde la ventanilla se observaba como los edificios altos de Alta Mira desaparecían para comenzar a aparecer en su lugar, árboles y casas de campo que pasaban a toda velocidad ante los ojos del joven millonario a medida que se alejaban.Callum conducía, muy concentrado en el camino que tenía de frente, sus manos permanecían firmes en el volante del automóvil más rápido que habían encontrado en la colección del señor Danilo. A pesar de que lucía centrado, la tensión se dejaba ver en sus labios apretados y en su ceño fruncido.—Oye... vas demasiado callado, Callum ¿Estás seguro de que este es el camino correcto? —preguntó Danilo, que comenzaba a odiar el silencio sepulcral.—Sí, según las coordenadas que tuvimos de la agencia de investigadores privados, vamos por la ruta correcta —respondió Callum—, además estoy preparado para tomar las precauciones posibles
El equipo de guardaespaldas se había unido a Danilo y a Callum. Como pudieron arrastraron y taparon los vehículos en lugares escondidos, donde difícilmente pudieran encontrarlos. Aquella operación sería lo más discreta posible.—Yo iré adelante, ustedes cuiden al señor Danilo —indicó Callum y todos de manera automática lo colocaron en medio.—Tampoco soy tan inútil, Callum —Danilo bufó con un dejo de frustración y miró a los individuos misteriosos— ¿Y ustedes no van a decir algo? Bola de robots…Los guardaespaldas hicieron caso omiso a las palabras de Danilo y así, comenzaron a adentrarse en ese sendero lleno de maleza y árboles tan altos que apenas dejaban filtrar un poco de luz entre sus hojas, pero pronto el lugar seguro se iba alejando de ellos a medida que se adentraban.—Ya no hay donde ocultarnos, Callum ¿Y ahora qué? —susurró Danilo con desesperación, mientras intentaba llegar hasta donde él estaba, pero los guardaespaldas no se lo permitieron.—Creo que, tal y como lo sospech
La tensión se había hecho en ese lugar que ya estaba iluminado por los bombillos de luces amarillas. Los dos guardaespaldas que acompañaban a Danilo fueron despojados de sus armas y el joven, con lágrimas en los ojos los vio con desdén ahí donde yacía en el suelo. ¿Acaso no habían dicho que eran super capacitados?, se preguntaba porque en definitiva no lo parecían en absoluto.Haber escuchado que Mary estaba muerta y que los guardaespaldas hubieran permitido que lo restregaran en la tierra no era parte del plan. Aparte de eso, algo que lo dejaba realmente anonadado era ver lo diabólico que lucía ese señor, el hombre tan centrado del que Mary le hablaba realmente era un espejismo, no existía.Mientras tanto, el señor Duncan se seguía carcajeando con su flácido porte de alcohólico crónico. Danilo tenía unas inmensas ganas de escupirle en la cara y deshacerle esa asquerosa sonrisa a punta de golpes. Así sin más, el hombre se acuclilló frente a él y lo miró con lástima.—Parece que sí te
Danilo corría con pasos torpes entre la algarabía, su corazón latía desbocado y sentía como si se fuera a salir de su pecho en cualquier momento, porque la sangre de su herida no dejaba de sangrar y la multitud frenética le dificultaba el avance, empujándolo y haciendo que tropezara en el camino.Mientras corría se daba cuenta de que no había sido atacado porque los guardaespaldas se ponían enfrente para protegerlo, esa sola acción le dio un halo de esperanza en medio de caos. Nunca en su vida se había sentido tan seguro, tan protegido de la adversidad, una que no era como en las películas de acción que veía con su padre… eso era tan real que lo aterraba.Desesperado, escaneaba entre la muchedumbre buscaba señales de Callum y noticias de su amiga Mary. Entrecerró los ojos y en una esquina de la casa divisó a lo lejos al guardaespaldas que posiblemente la llevaba en brazos hacia un lugar oculto.«Callum… espera», pensaba sin querer gritarlo a viva voz porque sabía que no debía llamar l
Danilo apretó los ojos cuando escuchó el click del arma que un hombre del bando contrario había apuntado hacia él, mientras que a lo lejos escuchaba la voz de Duncan, exigiendo que le volara la cabeza a todos a punta de plomo.El sonido de disparo sonó y Danilo se volteó para proteger a Mary, de inmediato sintió el impacto doloroso debajo del hombro. Con la misma sintió que su cuerpo no respondía, cayó desplomado al suelo junto con la chica.Al intentar divisar qué era lo que había pasado, volteó a ver y reconoció al hombre que daba coordenadas desde un punto lejano a una legión de refuerzos que había llegado con é como caídos del cielo, y que recibían sus órdenes.¡Se trataba de Avery Pendragon! Pero, ¿cómo había dado con ellos ese hombre? ¿sería que Claudio le dio información o quizás Lourdes? No tenía cómo salir de esa duda, pero vaya que sintió una oleada de alivio y gratitud entremezcladas al saber que había llegado algo de ayuda.En cuestión de segundos, todos se unieron a los g
Danilo era incapaz de elucubrar palabra alguna, su debilidad se lo impedía, pero en definitiva la sorpresa y estupefacción eran evidentes en sus agrandados ojos color miel. Pronto, como si de una venda retirándose de sus ojos se tratara, comenzó a escrutar sus alrededores y así se dio cuenta de muchas cosas, por ejemplo, de las reconocidas figuras de sus sirvientes principales.«Ellos… ellos son los tan afamados guardaespaldas certificados? No puedo creerlo, ¿por qué no me dijeron nada? Me lo ocultaron», se dijo mientras apretaba los dientes al no poder moverse de donde estaba.Divisó la corpulenta figura de Gustavo, porque su panza no podía ocultarse con el traje ¿Cómo era posible que fuera tan hábil?, pensaba Danilo y miró la figura alta de Claudio, el mayordomo, tenía que ser él; Bryan era de estatura mediana y de porte atlético; Evelyn, tenía una figura sobria pero claro que la reconoció y por supuesto que estaban tan campantes conversando con Callum.Aunque no podía verlos bien p
«¿Cómo es posible que me hayan encontrado? —se cuestionó Danilo—. Necesito tiempo para recuperarme y vienen estas dos escorias a irrumpir la poca paz y cordura que me queda».Danilo no cabía en su consternación allí desde su lecho convaleciente, estaba tan seguro que la cara de Jenny no era nada agradable de ver al despertar y mucho menos querría verla todas las mañanas, a su parecer ese sería un calvario para el joven millonario.Danilo aun no salía bien de su estado aturdido, ni siquiera sabía dónde realmente se encontraba; si en un hospital público de Baja o Alta Mira, o quién sabía en qué sitio desconocido lo había dejado su guardaespaldas con esa bola de médicos que nunca antes había visto.Para empezar, Danilo en esos momentos dudaba de Callum y de todos por igual, luego de la revelación y gran mentira por parte de sus “sirvientes”, que resultaron ser unos jodidos guardaespaldas super dotados para el combate. Incluso Avery sabía y se lo ocultó ¿Qué más ocultaban? Eso exigiría sa