Rogelio se encontraba en la habitación sentado al pie de la cama con una copa de whisky en las manos mirando a un punto fijo de la habitación. Tenía los ojos hinchados de lo que había llorado, no podía asimilar todavía que Julián su hermano del alma lo hubiera traicionado de esa forma tan cruel y despiadada. Más aún cuando él fue testigo de su sufrimiento durante mucho tiempo y tuvo el descaro de consolarlo muchas veces sabiendo que él había sido el culpable de que Brenda lo hubiera abandonado.

Emperatriz entró a la habitación muy preocupada porque desde que conocía a Rogelio jamás lo había visto tan afligido como en ese momento.

— Cariño, ya está lista la cena, tienes que comer algo, no pruebas bocado desde esta mañana. Si quieres te puedo traer la cena a la habitación.

— No quiero nada, solo quiero estar solo. No tengo la capacidad de hablar ni contigo ni con nadie, perdóname yo sé que tú no tienes la culpa de nada, pero realmente esto es lo más humillante y doloroso que me han hech