El Agente de policía traía a Cándida con las manos esposadas y la llevó directo a la oficina del detective en donde la estaba esperando su abogado el doctor Rodolfo Valentín, quien era un prestigioso abogado penal, que tenía fama porque todos los casos que tenía a su cargo siempre los ganaba y por supuesto que el caso de Cándida para él había sido pan comido, sin embargo Rogelio lo había contratado no solamente para que llevara el caso de su hermana, sino también para la demanda que había impuesto en contra de Brenda por intento de asesinato, por lo que siendo tan bueno en su trabajo, lo que le esperaba a Brenda era que pasara el resto de sus días en la cárcel.Rodolfo al ver a Cándida enseguida le dijo:— Hola Cándida, ¿Cómo te sientes? ¿Cómo te han tratado? — mientras tanto el policía le quitaba las esposas de sus manos.Cándida estaba demasiado cansada y además muy deprimida a pesar de la tranquilidad que le causaba el solo hecho de poder salir de ese infierno.Miró a Rodolfo y le
Todos se quedaron boquiabiertos, Emperatriz no podía creer lo que estaba diciendo Rogelio, pero el más asombrado aún era Guillermo, jamás se hubiera esperado un gesto como ese por parte de él.Era increíble, que después de tantos conflictos entre ambos, por fin, existiera respeto y empatía por parte de Rogelio. Además Guillermo necesitaba el empleo, él prácticamente no tenía a dónde ir, no tenía un trabajo estable, tampoco tenía dinero ahorrado, así que la propuesta de Rogelio era sencillamente muy tentadora, tomando en cuenta que además iba a divorciarse definitivamente de Cándida y eso le iba a quitar un peso muy grande de encima.Y como insistía en no recibir ni un solo céntimo de la parte que le correspondía por estar casado con Cándida, era una gran oportunidad que no podía despreciar. Inmediatamente le contestó:— La verdad es que me has dejado sin palabras, lo último que yo esperaba era que me propusieras algo así. Yo…bueno…es que sinceramente sí necesito tener un empleo y ho
Rogelio y Emperatriz, enseguida se sumaron a ese momento de felicidad, se acercaron a Cándida y la abrazaron fuertemente, fue un momento realmente hermoso pero Rodolfo el abogado que aún se encontraba allí presente observando todo lo que estaba pasando, enseguida comentó:— Bueno la verdad es que también me toma de sorpresa porque no sabía que Cándida estuviera embarazada, pero gracias a Dios que el juez decidió absolverte de toda culpa porque hubiera sido muy triste que hubieras tenido que tener a tu hijo dentro de la cárcel, pero bueno ya hablando de la otra situación legal que tienes con respecto a tu matrimonio, quiero decirte que yo puedo divorciarte en tiempo récord, tan solo necesito que me des tu aprobación y enseguida introduzco todos los documentos necesarios para que comience a realizarse la separación y así puedas quedar libre para casarte con el futuro padre de tu hijo.— Pues sí Doctor Rodolfo, quiero que comience con todas las gestiones necesarias que hagan fa
Brenda se sintió incómoda al ver que el abogado no se le había quedado callado y que además no podía manipularlo como ella estaba acostumbrada a hacerlo con las demás personas. Así que no le quedó otra alternativa que controlarse y tratar de hablarle de una forma más amable, de manera que éste no le fuera a dar la espalda también, porque prácticamente se encontraba sola y no tenía a más nadie a quien pudiera pedir ayuda, la única amiga que siempre había tenido había sido Cándida, pero después de que la intentara estafar, esta había desistido definitivamente de su amistad, ella había entendido que Brenda jamás había sido su amiga de verdad, que todo el tiempo de amistad que tuvieron después de que esta dejara a su hermano Rogelio plantado en la iglesia, había sido solo con el interés de que Cándida la mantuviera siempre informada de todos los movimientos que hacía Rogelio, porque Brenda solo tenía una mente enferma.Luego de calmarse un poco y bajar la guardia ante el abogado, ella le
Habían pasado seis largos meses en donde habían sucedido algunas cosas que definitivamente habían cambiado la vida de la familia Salinas. Cándida había recibido por fin su tan ansiada herencia, Rogelio fue muy generoso con ella en vista de todo lo que había pasado y de la forma tan cruel como se había comportado con ella durante muchos años, él quería de alguna manera recompensarla y que ella disfrutara al máximo de todo lo que le habían dejado sus padres antes de su fallecimiento y además cumplió su promesa de pagarle los intereses que se habían acumulado durante todos los años que ella no había podido gozar de su herencia, no conforme con eso también la hizo dueña de la mitad de todas las empresas que él había fundado gracias al dinero que había invertido de la herencia de ella, por lo tanto consideraba que era justo que Cándida también tuviera la mitad de las ganancias de todo lo que a lo largo de los años él se había encargado de trabajar.Cándida después de haber estado un mes e
Emperatriz, una joven de 19 años, era la única hija de una familia prominente de la alta sociedad. Su padre, Miguel Cimarro, era propietario de una de las fábricas de zapatos más importantes del país. Sin embargo, la situación económica familiar se tornó crítica; la fábrica enfrentaba la quiebra debido a la ludopatía de Miguel, quien había ido perdiendo su fortuna en apuestas diarias. Endeudado hasta el extremo, se vio obligado a hipotecar tanto la fábrica como su mansión. El tiempo se agotaba para cumplir con los pagos, y la falta de liquidez lo llevó a una situación desesperada.A su creciente deuda se sumaba el compromiso con Rogelio Salinas, un empresario millonario en la industria hotelera, quien presionaba a Miguel para que le devolviera cada centavo. Sin opciones para saldar su deuda, Rogelio le propuso un trato: a cambio de cancelar sus deudas, Miguel debía entregarle a Emperatriz como esposa. Rogelio estaba obsesionado con la belleza y la pureza de la joven, lo que lo llevó a
En la mansión de los Cimarros, la elegante Emperatriz se encontraba junto a su madre, Maruja. Esta última, una mujer de ambiciones desmedidas, había disfrutado del lujo proporcionado por su esposo, Miguel. Proveniente de una familia humilde, Maruja había conquistado a Miguel, un hombre millonario, con el objetivo de asegurar su futuro. Sin embargo, nunca imaginó que su esposo sería un adicto al juego, lo que eventualmente conduciría a la ruina financiera de la familia.—Es extraño que tu padre aún no haya llegado —comentó Emperatriz, visiblemente preocupada—. He notado que está muy cabizbajo y deprimido. La hipoteca de la fábrica y de esta casa lo afecta profundamente.Maruja, con un tono de desdén, respondió:—Tu padre salió supuestamente a buscar una solución a la deuda, pero me pregunto cómo lo logrará si no tiene un solo centavo.—Podríamos considerar la venta de algunas de nuestras joyas —sugirió Emperatriz, esperanzada.Maruja la miró con incredulidad:—¿Qué insensatez estás dic
Emperatriz se encontraba en estado de shock al escuchar las palabras frías y superficiales de su madre. La propuesta de Maruja le generó un horror aún mayor que la situación misma. Miguel, igualmente atónito, no podía creer la falta de consideración de su esposa hacia su propia hija.—¡Maruja, por favor! ¿Te estás escuchando? ¿Te das cuenta de lo que acabas de decir? Estoy consternado y me siento mal desde que Rogelio me hizo esa propuesta, y tú lo tomas como algo normal, sin pensar en lo que siente nuestra hija.Con lágrimas en los ojos, Emperatriz interrumpió:—Te desconozco, mamá. No puedo creer que, siendo mi madre, no te importe vender a tu propia hija. Eso es lo que pretende ese hombre: comprarme a cambio de pagar las dos hipotecas. Me parece una acción ruin y descarada.—¿Y tú, papá, qué le dijiste? Por favor, háblame.—Por supuesto que no acepté; eso sería aberrante.Maruja, sin inmutarse, contestó:—Por favor, dejen de lado los sentimentalismos. ¿No ven que es una buena oport