La conversación acabó; y con una línea de besos suaves y mordidas que la hacían gemir, llegué hasta el punto más importante: quedar entre sus piernas. Las levanté y las abrí, y vi su cara, la había tapado con sus dos manos, avergonzada.—Jade, quiero que me mires mientras te hago correrte en mi boca——¡es vergonzoso!——No para mí, mira como tu hombre te come, como me habías anhelado muchas veces. Hoy sabrás lo que es ser la mujer de un Alfa—Con calma quitó sus manos de su cara y nos miramos fijamente unos segundos. Le di varios besos en las piernas tratando de hacer que se relaje y tembló. Pero mi lengua buscó su clítoris.—¡ahh! Alf-a—Con suaves lamidas profundas y succiones, ella se corrió rápido, pegando un grito placentero para mí, pero no dudo que se haya escuchado fuera de esta habitación. Su cintura me movía sola y apretaba las sábanas, deseosa de todo lo que le hacía.—No dejes de mirarme— le exigía, viendo cómo perdía la noción del tiempo.—N-no puedo mantenerme con los ojo
Creo que había perdido la razón o no sé qué. Alastor mi alfa, al que le había rogado y llorado, de quien me había enamorado perdidamente, se había hecho mi esposo y me había confesado su amor. Ni en mis sueños más locos podría haberme imaginado que en algún momento alguien como él, podría amar a alguien como yo. Tan desechada fui que nunca tuve tantas expectativas sobre mi vida, pero ahora simplemente quiero vivir, para estar siempre con él, pero. Creo que moriré esta noche de dolor y placer. Pero ahora estoy aquí anudada a él, sintiendo cómo mi vagina no soporta una penetración más, soportando el dolor de estar unida a un lobo alfa. Pensé que iba a poder con esto, qué ingenua fui. He llorado tanto suplicándole que se salga de mi interior, no creo que mi vagina vuelva a su normalidad después de esto. Por más que le pedí que se detenga, no me escuchó y lo peor es que debo resistir porque yo misma le di autorización de que hiciera lo que quisiera conmigo. Me estoy quejando mucho y sé
El agua se derramaba por los bordes de la bañera, mi alfa me cogía y me mantenía sobre su regazo de espalda, sosteniendo mis piernas, haciendo que la profundidad sea mayor y simplemente agachaba la cabeza y me sostenía de los bordes con fuerza, resistiendo cada embestida dura. En esa misma posición me había corrido tres veces y después me cambió, haciéndome quedar frente a él. Las rosas en el agua habían sido de tanta ayuda para mí, el dolor disminuyó un poco y por eso logré soportarlo un poco más. El sonido era embriagador a su vez, nuestras respiraciones eran tan agitadas y el sonido del agua cayendo al piso.—Jade, otro nudo viene… ¡Ahhhh! Mi jade, preciosa— los rayos del sol tibio entraban por el balcón, alumbrando la habitación. Los ojos de Alastor estaban rojos y muy adormecidos, pero no por cansancio. Estaba tan excitado y su olor era tan fuerte que me hacía inhalar a cada instante.—Y-ya amaneció… y tú… y yo aquí… ¡Ahhh! Más despacio, alfa, siento que el roce es muy profundo,
—¡Ahhhhhh!—Un grito desgarrador sale de la garganta de un lobo a quien le rasgaron el vientre hasta sacarle todos sus intestinos, mientras otros corrían por su vida asustados sin lograr escapar, pues nadie se les escapaba a los lobos de Alastor. Aquellos lobos eran guerreros muy fuertes, pero Alastor era una amenaza inminente y la sed que tenía Ronan de encontrar su manada lo tenía furioso, le molestaba demasiado, pues ellos merodeando por sus áreas espantaban a los animales para cazar, así que decidió deshacerse de la molesta carga y de la distracción.Pese al derramamiento de sangre, él tenía una preocupación y era Jade. Llevaba por lo menos cuatro días dormida sin despertar, le daba agua con su boca para que no muera por deshidratación, pero estaba desesperado.La curaba mientras dormía y ya su interior había mejorado mucho, pero era satisfactorio saber que ella estaba en su cama y no en la casa del pusilánime de Ronan siendo maltratada.Ronan, y él, tenían cuentas pendientes que
Jade vuelve con las herramientas de Arlo, está hecha un manojo de dolor y nerviosismo, rasca su cabeza y echa su cabello hacia atrás. —¿Qué le harás?—pregunta ella cruzando sus brazos, y él abre su caja de madera y saca unas cadenas. —¿Lo vas a amarrar porque le va a doler?——a no, esto es para el celo— jade no le da importancia a esas palabras y lo ve sacar una navaja con una punta muy afilada. —¿Qué piensas hacerle?——Oye, necesitas calmarte, no lo mataré si es lo que piensas, he tenido oportunidades y no lo he hecho, así que cálmate —Jade se acomoda en la cama y sostiene su mano sana apretándola, mientras Arlo abre una incisión en su brazo y sale una especie de sangre espesa de color rojo muy oscuro.—Creo que ya sé qué tiene, Alastor-- respira con dificultad y gime de dolor sin poder despertar y arlo abre más la herida. Los ojos de ella se abre demasiado llena de temor.—¡Basta! No lo hieras más, está sufriendo, ¿no lo ves?— Arlo niega y ella empezaba a llorar angustiosa.—Aquí
Solo faltaba una herida y jade, movía la cabeza de un lado a otro y una tos la atacó. Cuando por fin pudo terminar de cerrar las heridas, soltó su mano y ella empezó a suspirar, por lo tanto, que había llorado, tenía la mirada lejos, perdida y ojos muy rojos. Había sido una ardua batalla de casi una hora. Subió sobre ella, quitando el cabello de su rostro mojado y pasando la mano por sus ojos y le dio un beso en la mejilla, muy preocupado por su mujer.—Perdóname, no podía dejarte así por mi estupidez. No te enfades conmigo— no le quiso hablar y solo volteó su rostro ignorándolo. Él se levantó y la ayudó a ponerse de pies y a llegar a la bañera y ahí se sumergió tranquilamente sin la ropa, mojando su cabello. Alastor cambió las sábanas de la cama con una sola mano y luego le pidió que salga, pero ella lo ignoró y le dio la espalda. Buscó una banqueta y se sentó a su lado acariciando su cabeza. Ella estaba tan molesta, le dolió mucho aquello, no le importó, no se detuvo. —Jade, sal d
A la mañana siguiente la luz del sol me despierta, estiro mis brazos y jade brinca sobre mí, sacándome un quejido.—¡Buenos días!——Mi esposa— abro los ojos y la abrazo con dulzura sonriendo—¿Te duele mucho el brazo?— me pregunta y niego y se intenta levantar, pero no la dejo—Toda la noche te abracé, y aún no me canso de abrazarte— la beso por el cuello con besos sonoros y ella me besa la frente.—Tengo hambre y ganas de salir y disfrutar de este radiante sol, quiero ver cómo está la manada, aún no he salido de aquí y la veo desde el balcón y he quedado fascinada——No te quedes desnuda en el balcón, los lobos pueden verte y eso me pondría de mal humor——No te preocupes, lo hago con cuidado. No tienes por qué estar celoso— la puerta es tocada y ella se cubre con la manta. Me levanto y me coloco pantalones, sé que es Arlo y le abro.—Ahora si sabes tocar la puerta— le reprocho—Sí, ahora estás casado ni modo. ¿Jade como te sientes?— mete la cabeza para hablar con ella—Estoy bien, fue
Había pasado un tiempo desde el último ataque, los lobos de Ronan, no habían vuelto a atacar y eso molestaba Alastor. Sabía que algo se traía entre manos, se asomó al balcón de su aposento y desde ahí vio a jade cortando hortalizas y regándolas. Arlo cargaba las canastas con las verduras, era tan hermosa, el viento soplaba suave y movía su largo cabello y el vestido al conjunto. Levantándose y mirando hacia arriba, vio a Alastor observarla y le sonrió y agito su mano. Ella era tan feliz, una alma radiante y brillante que sentía que no merecía, con el paso de los días su cuerpo y su rostro habían cambiado, se había vuelto más hermosa y brillante.Uno de sus lobos le ofreció agua al verla sedienta y ella como una alma tan pura y buena le sonrió agradeciéndole tomando el agua, pero ese gesto fastidio y lleno de celos a Alastor y cuando ella quiso volver a mirar hacia el balcón ya él no estaba. Y cuando intenta volver a abajarse para seguir en su trabajo, él la toma por la cintura—¿por