Capítulo 59

El agua se derramaba por los bordes de la bañera, mi alfa me cogía y me mantenía sobre su regazo de espalda, sosteniendo mis piernas, haciendo que la profundidad sea mayor y simplemente agachaba la cabeza y me sostenía de los bordes con fuerza, resistiendo cada embestida dura. En esa misma posición me había corrido tres veces y después me cambió, haciéndome quedar frente a él. Las rosas en el agua habían sido de tanta ayuda para mí, el dolor disminuyó un poco y por eso logré soportarlo un poco más. El sonido era embriagador a su vez, nuestras respiraciones eran tan agitadas y el sonido del agua cayendo al piso.

—Jade, otro nudo viene… ¡Ahhhh! Mi jade, preciosa— los rayos del sol tibio entraban por el balcón, alumbrando la habitación. Los ojos de Alastor estaban rojos y muy adormecidos, pero no por cansancio. Estaba tan excitado y su olor era tan fuerte que me hacía inhalar a cada instante.

—Y-ya amaneció… y tú… y yo aquí… ¡Ahhh! Más despacio, alfa, siento que el roce es muy profundo,
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