Capítulo 63

A la mañana siguiente la luz del sol me despierta, estiro mis brazos y jade brinca sobre mí, sacándome un quejido.

—¡Buenos días!—

—Mi esposa— abro los ojos y la abrazo con dulzura sonriendo

—¿Te duele mucho el brazo?— me pregunta y niego y se intenta levantar, pero no la dejo

—Toda la noche te abracé, y aún no me canso de abrazarte— la beso por el cuello con besos sonoros y ella me besa la frente.

—Tengo hambre y ganas de salir y disfrutar de este radiante sol, quiero ver cómo está la manada, aún no he salido de aquí y la veo desde el balcón y he quedado fascinada—

—No te quedes desnuda en el balcón, los lobos pueden verte y eso me pondría de mal humor—

—No te preocupes, lo hago con cuidado. No tienes por qué estar celoso— la puerta es tocada y ella se cubre con la manta. Me levanto y me coloco pantalones, sé que es Arlo y le abro.

—Ahora si sabes tocar la puerta— le reprocho

—Sí, ahora estás casado ni modo. ¿Jade como te sientes?— mete la cabeza para hablar con ella

—Estoy bien, fue
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