—¿Cómo te llamas?—le pregunta Ronan a una de las chicas, mientras la toma con dureza.—¡Ja-jade, así me llamo, ¡agh! Despacio, alf…— la otra chica que conformaba el trío, se había desmayado de lo rudo que había sido, tenía menos edad y no estaba acostumbrada a estar con alguien tan experimentado y malo como Ronan. Saca sus garras y rasga su espalda, ella grita y cae a la cama adolorida, pero él la sostiene con sus dos manos, enterrando sus dedos por su pelvis.—aguanta, ¿acaso no sirves ni siquiera para soportarme? ¿Tan débil eres, perra?—la chica empieza a llorar de dolor y miedo, su forma de actuar definitivamente no era normal, y sabía que la trataba así liberándose de algún desquite. La toma por los dos brazos, pegándolos a su espalda, invalidándola para que no pueda moverse.—¡Más despacio, estoy cansada y duele!— envuelve su mano derecha en su cabello y sigue su tortura, embistiéndola hasta el fondo sin piedad alguna, mientras sus ojos la observan como si fuese Jade. Se enfada t
—Alfa, son demasiados, por más fuertes que seamos, no podemos con tantos, además, debemos de cuidarnos de las flechas— algunos lobos de Alastor habían sido heridos y la batalla en el medio del bosque estaba siendo reñida. Sin más, el alfa soltó un aullido ensordecedor y desgarró a unos cuantos lobos y junto a los suyos tomaron los lobos heridos y se escaparon. Las cosas no habían acabado ahí, ellos habían hecho mucho daño. Su pelaje y su boca estaban muy sucios de sangre y en sus garras había pelos y restos de pieles de los lobos que había matado. Había pasado todo un día desde que estaban en la lucha y Jade no pegó un ojo, pese a que Arlo le dijo que así eran las batallas.Su hermana estaba en una habitación siendo atendida por Arlo. Su estado era deplorable y una de las partes más difíciles había sido tener que abrirle las piernas para ver el daño y curarla. Aparte fue vergonzoso para él, bañarla y limpiarla, y lloraba con temor creyendo que él la iba a tocar, pero después se calmó
—Alfa Ronan, se retiraron. Ellos dejaron a muchos heridos y muchos muertos, pero aun así no pudieron con nosotros. También herimos a unos cuantos— —¿Hirieron a unos cuantos? ¿Crees que eso es suficiente? ¿Alguno murió?——No, señor, pero seguiremos asegurando el bosque y, cuando vuelvan a atacar, le daremos con todo——maravilloso, que siga el ataque, ellos volverán, te lo puedo asegurar, que nadie baje la guardia——Señor, el flujo de lobos en el bosque está disminuyendo la caza——¿Y qué quieres? ¿Qué les diga que dejen de luchar y vengan a almorzar? Que nadie se mueva y que sigan esperando el ataque de Alastor, él no es cualquiera y sé que fue a recuperar sus fuerzas. Tenemos demasiados lobos muertos, lo que me deja claro que estamos ganando por cantidad, no por calidad, banda de inútiles y que se hacen llamar mejores guerreros cuando un par de lobos antiguos les ganan aún— bufa.—como ordene alfa—, cuando el lobo da la espalda le vuelve a hablar.—Oye, ordena que siga la búsqueda de
—¡Alfa!— Él se encontraba con las piernas cruzadas, recostado de las barandas de las escaleras y los brazos cruzados frente a la puerta, esperando por ella.—¿Por qué estás aquí aún, y no me esperaste en la habitación?— Él la observa con una profundidad muy penetrante, sus ojos azules brillan cuando se le acerca un poco más y es algo que no puede evitar.—¿Por qué te sorprende verme aquí? ¿Acaso no podía esperar a mi hembra?—su piel se eriza cuando le habla en ese tono tan dominante y se muerde el labio inferior sin malicia.—Ah, emm, claro… es solo que… ¿Escuchaste lo que hablamos Olivia y yo?—Lo observa con dudas. El rostro de él se mantiene serio, y su única expresión está en sus ojos, por cómo la mira. Él camina hacia ella acortando la breve distancia que los separa y, de forma imponente, la toma por la cintura y con su mano izquierda toma su mentón para que lo mire.—Sí, escuché todo. ¿Por qué?— Esquiva su mirada otra vez, no se acostumbra a la intensidad de su mirada azul y una
Me despierto deseando el calor de mi esposo y extiendo mi mano buscándolo. Después de una noche tan intensa y apasionante donde bailamos y fuimos felices, siento el deseo de sentirlo un poco más, toda la noche no fue suficiente. Él me dijo tantas cosas llenas de romanticismo, cosas muy bonitas e importantes para mí. Despierto deseando sentirlo, y al palpar la cama varias veces no logro encontrarlo y abro los ojos.Los rayos del sol atravesaban las puertas del balcón, ya era un nuevo día y al no ver a mi esposo en la habitación, pensé que tal vez había bajado a desayunar. Él suele comer bastante y a mí me gusta dormir. Me coloco ropa y salgo de la habitación en busca del amor de mi vida.—¡Buenos días!— espeto viendo a alguno de los lobos y emanando luz y felicidad, hoy era un buen día.—¡Jade!— espeta Arlo. Mi hermana estaba sentada bajo el sol, solitaria y él estaba a su lado, por lo que vi le estaba ofreciendo una flor.—¿Dónde está mi esposo?—preguntó al no verlo ni sentirlo, mient
La puerta de la habitación de mi hermana estaba abierta y temía que Arlo me vea, pues se daría cuenta de que estaba en su habitación y no podía confesarle que iba a descubrir si era cierto que Alastor estaba en celo encerrado.Aunque me pregunto, ¿por qué simplemente no me lo dijo? Según lo que leí un lobo no asesina a su loba, ¿entonces por qué no quiso estar conmigo? Ni siquiera puedo ser madre, ¿Qué le aterra? No me quiero crear escenarios en mi cabeza, posiblemente no me quiere lastimar y lo entiendo.Dejo de torturarme con pensamientos que aún no les puedo dar respuesta y busco la manera de escapar. Me agacho y lentamente dando pasos, arrastrándome con las rodillas, ubico su posición esperando que estén de espalda, pero no es así, ambos están de frente. Arlo habla con ella calmadamente, ambos se empezaban a llevar bien, aunque él mantenía una distancia prudente de ella.Él se levanta para marcharse y mi corazón late frenéticamente, pensando que me van a descubrir, pero escucho a
—Ven— gruñó, provocándome escalofríos del miedo, y se colocó en una posición algo extraña e intentó correr hacia mí. Lo hizo unas dos veces y podía notar cómo las paredes se empezaban a agrietar por los jalones con fuerza, así que tomé mi ropa antes de que pueda liberarte y salí como pude, sintiendo que mi cuerpo estaba a punto de colapsar, quería ser rápida, pero no podía. No sé por qué siento que haber estado con él fue mala idea, creo que me siento arrepentida o puede ser por todo lo que me hizo a consecuencia de mi imprudencia. Estoy muy herida y adolorida, no sé si pueda sentarme en una semana, me rompió de todas formas y no paraba.Mis piernas flaquean a medida que camino fuera del lugar, y sus gruñidos agudos retumban, una sensación de temor y un sabor de amargura me embargan. Mi garganta necesita agua, la siento tan reseca que empiezo a sentir un sabor metálico en mi lengua.Al salir de la habitación, lo hice con cuidado y coloqué el seguro en la puerta. Mientras subía las esc
Cuenta la leyenda que un alfa llamado Alastor Bismarck, rey de la manada «luna blanca» fue castigado junto a todos sus lobos por la diosa luna. El pecado de ellos fue la maldad de su corazón, se destruían entre ellos y la codicia y vanidad los hacia no querer darle lugar a las lobas solteras o comprometidas abusando de ellas y quitándoles sus purezas. hacían mal a otras manadas provocando así, que todas estuvieran en contra de ellos, ya que muchas veces les robaban las mujeres qué, desde su codicia y egoísmo ellos deseaban. El alfa Alastor, era el más pequeño de cinco hermanos, pero el más sangriento y despiadado, y decidió quitarle la vida a todos sus hermanos para quedarse con el trono antes de tiempo. Tuvo un reinado próspero y fértil, pero estaba basado en la lujuria y vanidad y solo derramar sangre los hacía sentirse saciados, cualquiera que se atreviera a enfrentarlos no dudaban en derramar su sangre, inocente o culpable todos pagaban a una. Causaban el terror a su paso y eran