Olivia tiembla y Alastor la deja hablar como le pidió Arlo. Ella se sostiene de sus dos rodillas, respirando profundo para evitar desmayarse del miedo que tiene en este momento.—Habla de una buena vez, si te gusta vivir—, ella cierra los ojos y llora angustiosa.—Estuve caminando por los alrededores, cuando me asomé a esa celda para verla, yo no tenía idea de que alguien estaba ahí encerrado. Cuando me acerqué ingenuamente… me tomaron por el cuello y sentí el tirón en mi cabeza, pero no sabía qué había sido para arrancar la horquilla de mi cabello. Lo juro, lo juro, lo juro, ni siquiera pude ver su rostro por la oscuridad y me liberé al clavarle las garras——Eres una Black y sé muy bien el odio que me tienes, ¿acaso olvidaste el castigo que impuse en ti?— Ella se arrodilla desesperada y tira la cabeza al piso. Arlo nota que es cierto, pues detrás de su nuca logra ver unos moretones y se cerca revisándola—Oh, mira esto, tiene moretones aquí y el cabello, está quebrado por esta parte—
—Señor Clark, me gustaría contarle algunas cosas que sucedieron mientras usted estaba encerrado, que por lo visto no se enteró——¿Y de qué me iba a enterar si estaba encerrado? Nadie iba a contarme nada, Alastor es muy egoísta— ríe con cinismo.—Lo entiendo, ¿por simple casualidad no vio usted rehenes?— frunce el ceño.—¿Rehenes?— espeta alzando las cejas.—Sí, personas que se atrapan para chantajear o manipular a alguien.——Sé lo que es rehenes, ¿por quién me tomas? Y no, no vi a ningún rehén... espera— recuerda a la mujer por la cual pudo escapar y achica los ojos—Pude escapar gracias a una mujer, ¿increíble verdad? Después de todo no son tan inútiles. Por lo que pude observar era muy delicada para ser cualquiera, pero había un pequeño detalle que no entendí muy bien, su olor estaba mezclado con el del beta Arlo, por un momento pensé que era su pareja y reí, los lobos malditos no pueden tener pareja, posiblemente su intención es aparearse con ella—Cada palabra de su boca, su respi
Las personas se reúnen en la plaza, asombrados, viendo los cadáveres que llegaban en carretas por los hombres de Ronan. —¡Por la diosa!— decían unos alarmados.—¡Qué barbaridad!— decían otros. Y muchos lloraban viendo la cantidad de mujeres y niños un poco mayores de cinco años descuartizados y desnudos.Ronan llegó escoltado de lobos al lugar de los hechos, todos los abrieron paso. Estaba vestido de negro y con su cara neutra y con un pañuelo tapaba su boca, negando mientras observaba la tragedia que él mismo provocó. Pero una de las sorpresas mayores fue mostrar el cadáver de Alejandra, la que era esposa de Kant Black, y aquello fue un impacto para todos: murmullos y gritería se escucharon con gran sorpresa.—¿Ven esto?—espetó a gran voz.—La manada Luna Blanca, comandada por Alastor Bismarck, fue uno de los autores de esta masacre. Ellos destruyeron la manada de Kant, encerrando a todos estos rehenes y luego asesinándolos. ¿Con qué cara me presento ante las hijas de la difunta Ale
Jade duerme tranquilamente luego de una dura batalla para poder dormir. Necesitaba sentir el calor de su hombre, su robusto cuerpo y sus anchas manos abrazándola. La cama es espaciosa y ella es pequeña, todo está tan frío. El rostro de Clark se aparecía en sus sueños como pesadillas y terminaba despertando, agitada y cuando miraba hacia su lado, él no estaba ahí. Se arrinconaba en una esquina y abrazaba a sus rodillas, arrepentida de haber estado con Alastor en su celo, ni siquiera pensaba mucho en el cachorro que llevaba en su vientre, porque la estaba pasando mal.Alastor entró a la habitación y respira hondo, inhalando su aroma. Extrañaba tanto a Jade, las noches eran tan difíciles sin ella, pero le causaba dolor saber que estaba embarazada. El sentimiento de rechazo no lo puede controlar y no quiere lastimarla en su estado físico, tampoco es como si fuera a matar el cachorro, quiera o no es su hijo. No tenía idea de qué pasaría, qué sucedería luego del nacimiento de ese bebé.Ella
Los lobos corren a toda velocidad en busca del enemigo que se acerca velozmente. Antes de llegar directamente a los alrededores de su casa, había que correr una amplia distancia y no tenía ganas de que las flores de su esposa fueran destruidas, así como ella ha florecido, esas flores, que una vez fueron semillas, también lo hicieron. Cuando se vieron frente a frente hubo una gran tensión, pero Alastor detuvo a sus lobos. Cada uno de los enemigos, tenía flechas, o algún objeto punzante con plata, y pese a que en el bosque ellos acabaron con la vida de muchos de ellos, el grupo era mucho mayor.—Alfa Alastor—, Ronan sonríe mirando hacia los lados sobre un caballo, con una aura imponente.—Me habían contado que esta era una manada seca y vacía, que en ella no se podía habitar, pero el aire que se respira aquí es magnífico, ¿todo esto lo tenías para ti solo? ¡Qué egoísta!— Los gruñidos de parte y parte suenan escalofriantes, el ejército de Cirius enorme comparado con el de él.—¿Nos darás
—Clark, entrégame a jade—. Él frunció el ceño, ¿por qué debía entregársela?, se preguntó.—¿Por qué tengo que entregártela? Tú y yo acordamos algo, no lo olvides. Este mi pago fue nuestro trato, te ayudaba si me la entregabas y yo te entregaba, Alastor——Pensé que eras más inteligente, ¿en serio creíste en un Cirius, los reyes del engaño? Qué patético—Espetó Alastor con repudio. Olivia seguía tirada en el suelo, sus ojos se empezaban a cerrar lentamente y Arlo estaba muy inquieto. Jade lloraba con desesperación por ayudar a Olivia, estaba a punto de colapsar, cansada de esa situación, alguna vez deseo que la amaran y hoy en día odiaba tener que lidiar con tres hombres distintos con las mismas intensidades de obsesión, la diferencia estaba en que solo Alastor la amaba de verdad.—Me parece que ese no fue el trato real, tú me entregarías a Alastor y todas sus posesiones, y a la mujer con la que me iba a casar, que él me robó el día de mi boda—Clark sabe que está rodeado, así que no pu
Alastor fue llevado hasta Cirius. Sobre sus hombros llevaba un yugo similar a un animal; de sus ropas solo dejaron sus pantalones, despojándolo incluso de sus zapatos. Lo estaban humillando. Los lobos disfrutaban de golpearlo cuando él se detenía un segundo por el peso que cargaba y los pies atados, magullando su espalda con látigos, los cuales tenían la punta bañada en plata, logrando hacerle heridas que les dejarían las cicatrices para siempre.En la manada estaban reunidos en la dulce espera, y al verlo llegar, arrastras, se gozaron viéndolo atado por los pies, y cuello, sobre sus hombros, el yugo con sus brazos a cada lado, humillado como querían verlos todos, incluso en ese estado deplorable y tan triste, su belleza resaltaba. Ronan se desmontó de del caballo con jade en brazos y habló a su manada con autoridad exaltándose.—Les juré que iba a erradicar el mal que nos asechaba. Miren a este lobo infeliz, ¿no era este lobo el que los atemorizaba a ustedes? ¿Aún siguen pensando que
Alastor estaba encadenado en un frío suelo, donde entraban rayos de luz, y jade estaba encerrada en una habitación lejos de él. Las cadenas eran muy gruesas y tan pesadas, sus brazos estaban hacia atrás, y fue mandado a torturar otra vez a latigazos hasta que su carne se desprenda.—Alfa temible, espero que estés listo, es hora de jugar—Espetó el lobo que se enfrentó con Clark; su odio hacia luna blanca, era muy fuerte y, junto a otros tres lobos más, rieron. Jade fue llevada hasta esa celda, obligada por Ronan para que vea la tortura del amor de su vida, y la sentaron en una silla de hierro, atada por las manos y los pies, tapando su boca y ojos. Cuando sintió el frío de la silla y sintió el olor nauseabundo de aquel lugar húmedo y frío, supo que algo iba a pasar. El sonido de unas condenas la alertó, sintiendo un gran temor. ¿Iban a lastimar a su alfa? Su corazón latía frenéticamente, desesperado y angustiado.Cuando destaparon sus ojos dejando su boca amordazada, su más grande mie