Alastor estaba encadenado en un frío suelo, donde entraban rayos de luz, y jade estaba encerrada en una habitación lejos de él. Las cadenas eran muy gruesas y tan pesadas, sus brazos estaban hacia atrás, y fue mandado a torturar otra vez a latigazos hasta que su carne se desprenda.—Alfa temible, espero que estés listo, es hora de jugar—Espetó el lobo que se enfrentó con Clark; su odio hacia luna blanca, era muy fuerte y, junto a otros tres lobos más, rieron. Jade fue llevada hasta esa celda, obligada por Ronan para que vea la tortura del amor de su vida, y la sentaron en una silla de hierro, atada por las manos y los pies, tapando su boca y ojos. Cuando sintió el frío de la silla y sintió el olor nauseabundo de aquel lugar húmedo y frío, supo que algo iba a pasar. El sonido de unas condenas la alertó, sintiendo un gran temor. ¿Iban a lastimar a su alfa? Su corazón latía frenéticamente, desesperado y angustiado.Cuando destaparon sus ojos dejando su boca amordazada, su más grande mie
—Alastor me necesita—. Olivia respira profundo y traga despacio. Su herida no se había sanado del todo, la habían herido con una navaja bañada en plata.—Tengo miedo de que algo te suceda— él le sonríe y le pasa la mano por el cabello.—No me va a suceder nada, de igual manera, luche toda mi vida para este día. Confía en mí— —¿Por qué lo hiciste? Yo no merecía vivir, he sido una persona detestable y, aun en medio de mi sufrimiento, Jade se apiadó de mí, cuando podía disfrutar de ver mi tortura. En tantas ocasiones la vi sufrir y reírme en su cara de su dolor— él se muerde el labio inferior.—Sé que fuiste cruel con ella, sé quién eras y quién fuiste. Ni siquiera sé en qué estaba pensando, te he tomado mucho aprecio, eres… una gran amiga——Amiga… te uniste a mí, ¿sabes bien lo que hiciste? Te uniste a una mujer impura y promiscua. Lo fui, me acosté con el bastardo de Ronan, para molestar a Jade, y fui violada varias veces al día por más de cinco lobos. ¿Crees que eso es lo que te mere
Al amanecer, ellos juntaron los cadáveres de los muertos de Cirius, y los prendieron en fuego. Más a sus muertos los enterraron, curaron a los heridos, mientras otros fueron operados para poder sacarle la plata de su sus cuerpos.—El alfa nos necesita— vociferó Arlo, mientras se limpiaba las manos sucias de sangre.—Hay que ir por él—, pero sabían que ir directamente a la manada era un suicido.—Si vamos, estamos claros de que no vamos a sobrevivir, la mayoría de nosotros están muertos, cuantos quedamos, ¿treinta? ¿Veinticinco?——¿Creen que aún tienen fuerzas para pelear?—pregunta él.—Estamos agotados y heridos, pero hicimos un juramento; además, Alastor no nos abandonaría—. Arlo se llena de orgullo, ellos habían cambiado, lástima que muchos habían muerto en batalla. Si Clark no le hubiese enfermado las mentes a muchos de ellos, aún quedarían muchos lobos con vida, pero la obsesión por querer ser el alfa y todo lo que era de Alastor lo llevó a la muerte.—Bien, el plan es el siguient
En la manada Cirius, todos estaban reunidos para el espectáculo de la tarde, siendo entretenidos con juegos y otras cosas como si se tratase de un festival, mientras esperaban, pacientemente, la hora de la decapitación de Alastor, que sería el truco final.Los guardias cuidaban los alrededores y, más lobos de otras manadas, seguían llegando en sus carreteras, vestidas de formas elegantes. No cabía duda de que más que una sorpresa era una curiosidad inmensa la que tenían por saber si era cierto.**—¡Alfa, alfa!— ella lo llama desesperada para que despierte. Ronan le tapa la boca con su palma y le reclama con burla.—¿No ves que se está echando una siesta? Deja de llamarlo o te vas a arrepentir— choca sus dientes cerca de su oído, gruñéndole y su lengua se desliza por su lóbulo, empapándolo de baba, incomodándola.—No me toques, ¿qué le hiciste?— las cadenas hacen un sonido, él estaba despertando. Jade, aprieta los dedos de sus pies para calmar sus nervios, su respiración es agitada y
—¡Si no vas a ceder y me seguirás despreciando sin hacerte nada, entonces yo te daré motivos para que me odies para siempre!— Su puño fue directo a su vientre bajo una y otra vez. Jade experimentó un shock debido al dolor, donde la respiración le faltó y con otro golpe que sintió gritó esta vez.—¡Ahhhhhhhhh!——¡Elegiste que muera este bastardo!— otra vez le pegaba y otra vez, haciéndolo con dureza, pegándole tan fuerte que el grito se quedaba en su garganta y cuando lo podía soltar era doloroso.—¡Mi hijo! ¡No, mi hijo noooo!, ¡no! ¡Mi bebé, no lo mates!, ¡No mates a mi hijo, por favor!, ¡mátame a mí! ¡No, mi cachorro! ¡Alastor, nuestro bebé, nuestro hijo!— Sus gritos desgarraron la escasa conciencia que quedaba en Alastor quien permaneció pasmado sin pestañear, su consciencia se desconectó como solía pasar en momentos de ira no controlada como lo era antes. No soportó más, el olor a sangre llegó a sus fosas nasales y una densa oscuridad arropó su razón, al no escuchar más el latido
La casa estaba destrozada, el que fue el despacho tenía todo destruido, la cocina que tenía años sin usarse, las habitaciones, la cama donde dormían jade y Alastor y todas sus cosas destrozadas.Llegar a casa y recostarla sobre el piso fue tan doloroso, el alma de Alastor estaba quebrada, nadie se atrevía a hablarle, los lobos estaban entristecidos, Arlo en medio del dolor necesitaba hablar con él, quería saber qué había sucedido exactamente con ella y ella volvió a despertar llorando de dolor. Dolía su vientre bajo y estaba sangrando mucho, confirmándole a Arlo sus sospechas; Jade había perdido al cachorro.Le colocó la mano sobre el hombro al alfa y le habló suavemente—déjame verla, sé que es tu esposa, pero necesito revisarla, tengo que ver que todo esté bien—. Era difícil tener que revisar a la esposa de su amigo, pero era él su médico, no había una partera que hiciera esas cosas.—¡ugh! ¡Uhhh! Duele mucho— gemía y se tocaba retorciéndose. —Alastor, dile a los lobos que caliente
El rechazo de Jade a su esposo fue inevitable, no miraba a nadie a la cara y se la pasaba encerrada, llorando sin parar. Rechazaba la comida y en ocasiones perdía un poco la razón, tenía pesadillas de aquellos días y terminaba gritando de miedo, aun así no quería a Alastor cerca de ella, ni siquiera se le podía acercar mucho.Olivia y Arlo eran los únicos que podían consolarla y trataban de darle ánimo. Olivia la ayudaba a ducharse porque la depresión le estaba pegando duro y no quería hacer nada, simplemente estar acostada, decía que esa era la única manera de no estar triste.Alastor sufría mucho su rechazo, se sentaba en la puerta y le hablaba, pasaban días y no la veía y de vez en cuando ella se paraba en el balcón dos o tres minutos al día, para sentir el sol en su piel y desde ahí la veía con miedo a que se intentara lanzar.—Jade, ¿quieres ver el huerto que sembré?, así ves lo hermosa que está quedando la casa, además tienes mucho tiempo aquí encerrada, estás pálida—. Olivia en
Alastor salió de la habitación con la mano ensangrentada y algunas gotas de sangre en su rostro, estaba tenso, pero el sabor a la venganza era delicioso.Se lava las manos y sale de la casa a supervisar que todo siga en orden, y que sigan trabajando en las diversas tareas que tenían asignadas, una de ellas y la más importante, que el antiguo pozo que conectaba con las tuberías de la casa funcionara nuevamente.Quería que todo estuviera cómodo para Jade, quiere darle una buena vida sin más dolores ni sufrimientos. Las espinas y cardos que una vez los arropaban empezaban a desaparecer, pues las lluvias eran frecuentes y no eran comparables con la mucha humedad. Los árboles habían crecido mucho, y de vez en cuando los conejos se aparecían. Todo se dejaba ver mejor que antes, había más luz, mejor aire.Y como siempre, la cena estaba siendo preparada, esta vez en la cocina de la casa, hasta que cada uno pueda volver a vivir en su hogar, pero Alastor les había prometido que cuando todo estu