Cuando amaneció, la resaca fue infernal y odió levantarse, la punzada en su cabeza era insoportable. Por suerte tenía tylenol. Luego de eso se dirigió al gran salón que tenía como living. No tenía hambre, la verdad. Y media mañana ocupó su cabeza en la joven que estaba no muy lejos de él, la recordó encima de él, sus palabras esperando algo más que un beso arrebatado, aguardado poder subir a un nivel peligroso. Mabel no estaba tomando en cuenta el verdadero riesgo que esa decisión acarreaba. Y él con tal de evitarle a ambos un impacto feroz, declinó. Era claro que no había quedado contenta. Solo no quería tener problemas con la ley, y ella debía entenderlo. Suficiente con acostarse con ella, eso no podía repetirse, sería una locura. »—No importa, ya lo seré, por ahora podremos mantenerlo en secreto. No me lo niegues, Burhan, en serio, jamás me había sentido así con alguien. Ahora mismo ni siquiera me reconozco —agregó e intentó bajarse de sus piernas, pero él se lo impidió «—Volvi
Su origen era un misterio, era una incertidumbre. Le causaba curiosidad saber la verdad, y sabía que merecía saberla, ya mucho tiempo había pasado. Con diecisiete años, ya era tiempo de enterarse sobre su padre, no importa si este probablemente hubiera hecho algo malo o no. —¿Qué pasó con él, Lili? —Antes de hablar sobre él, prométeme que no le dirás nada a Giselle, ella es quien debería de decirte la verdad, hace mucho que pasó, lo mereces, mi niña. Te he notado tan distinta estos días que no sé qué pensar en realidad, no sé si es por un chico, no sé si te cuestionas sobre tu padre... ¿Así que estaba a punto de contarle la verdad solo porque la había visto extraña actuar esos días? Mabel no quiso corregirla, no le dio la gana de decirle que no se debía a la ausencia de la verdad, sino por un hombre. Así que prefirió callarse y esperar a quee Lili le expresara la verdad que tanto deseaba conocer. —Sí, necesito saberlo, toda la vida he estado pronunciando la palabra padrastro, pero
—Lo siento, Mabel. Pero es la verdad, cariño —susurró sosteniendo su rostro con cuidado, encargándose de calmarla con amor y borra todo rastro de lágrimas en su cara —. Cuando naciste, fuiste esa segunda oportunidad que vi de hacer lo mejor por ti, Giselle te miraba con malos ojos, porque cada vez que te veía estaba mirando a ese hombre, pero yo solo miraba a mi pequeña nieta, a una niña que merecía la felicidad y no la calamidad por cuestiones del pasado y de los que ni siquiera tenías la culpa. Así que te amé y acepté el empleo de Nana, también la condición de nunca decirte que soy tu abuela era eso o Giselle no me permitiría estar cerca de ti, y me sentí entre la espada y la pared, porque en ee momento la casa en la que vivía la tenía hipotecada y luego de tanto el banco me la embargó. No sabes cuánto me alegro de decírtelo al fin, de contarte que no solo soy tu Lili, sino tu abuela. —Oh Dios mío, y-yo... He pensado todo este tiempo que —la abrazó con fuerza, se tiró a sus brazos
Giselle tenía el típico humor de amargura, ahora peor, después de haberse peleado con Nolan. Estaba enfadada, devuelta en casa luego de sus vacaciones fallidas.—Mírate, un par de días y ya te quieres comer medio mundo, eh —señaló despectiva, viéndola comer tostadas con mermelada. La ignoró —. Ahora no me prestas atención. —No estoy gorda, así que no haré caso a tus comentarios que solo buscan hacerme daño. —Claro, es Lilian la que ha estado diciéndote cosas como que eres hermosa o lo tienes todo, pues se equivoca muchísimo —rugió sacando de la nevera la jarra de agua y se sirvió un poco. Después de tanto seguía sin llamar a Lilian como madre. Que mujer tan desconsiderada.—No mamá, solo soy yo aceptandome como soy, me siento bien así, no voy a seguir tus estrictas normas con la comida, ha sido suficiente ya —espetó bajito. —Ya tuvimos esta conversación, y bien, es tu problema si te vuelves una asquerosa obesa en la vida —soltó con asco.Se limitó a terminarse el plato de comida.
Se fue a la cama sintiéndose más tranquila. Pero el sueño tardó en llegar. A la mañana siguiente despertó con la luz natural que se colaba por su ventana. ¿Quién la había abierto? Ella no fue sino que había sido su abuela, estaba ahí dándole los buenos días.—Buen día, Mabel —la saludó cariñosa.—Buenos días, ¿qué hora es? —Casi las ocho de la mañana, no es tan temprano, ha venido a verte un hombre.—¿Qué? —terminó de despertar abrupta tras aquellas palabras. Frunció el ceño, confundida —. ¿Quién ha venido a verte?—Será mejor que te arregles y lo averigues tú sola. ¿De acuerdo?—Bien... —no sonó muy segura. Acto seguido se levantó de la cama y caminó hasta el baño, buscaba en su cabeza alguna pista. Pero la descabellada idea fue de que probablemente se tratara de su padre. No lo creyó posible, así que anuló aquello y pensó en él, en Burhan...Bajó las escaleras con un galope en el pecho fuera de lo normal, fuera de lo acostumbrado. En el trayecto saludó a la mucama que ya subía con
Eran mediados de febrero cuando todo dejaría de ser lo mismo para volverse más complicado. La joven se despertó de mal humor, no era tan común o normal que se levantara con el pies izquierdo, pero esa mañana se sentía así, enfadada por nada y tuvo que quedarse sentada a orillas de la cama antes de siquiera hacer el intento de levantarse y avanzar hasta el baño, sentía un malestar extraño en su sistema. Mareos, maldito bamboleo que le impidió caminar con normalidad. Tuvo que hacer un esfuerzo sobre humano para encaminarse al baño y empezar a adecentarse. Le costó mantener el ritmo como cada mañana. Iba a cepillar sus dientes cuando de pronto aparecieron las ganas intensas de devolver todo, así acabó arrodillada frente al retrete hasta vomitar la cena de anoche. Se sintió fatal luego de eso, ¿habría pescado un virus raro? Se cepilló los dientes y tomó un ducha corta, estaba exanime, desganada, que ya solo quería echarse a la cama y tomar una siesta. Casi a rastras alcanzó llegar hast
—Gracias —susurró aceptando la taza de té caliente, Lili le aseguró que le haría bien. —Yo debo irme, amiga. Pero llámame si necesitas algo —expresó Tina haciendo un puchero, no quería irse la verdad, pero Amanda la llamó para que la acompañara a una salida. —Descuida, gracias por venir. Cuando se marchó, estaba a solas con su abuela. No quería hablar del asunto, no deseaba decirle a Burhan, no estaba segura de nada. Tenía mucho miedo de lo que sucedería de ahora en adelante. —Como te dije, debes hacerte los análisis. Mañana iremos, no importa lo que Giselle diga.—¿Qué? No, ella no me permitirá ir contigo.—Descuida, sí podrás, me encargaré de que no esté aquí, es probable que vuelva a salir. Por otro lado, ¿vas a informarle a Burhan? —cuestionó con tacto. —N-no… no todavía, abuela —tembló.—No te voy a presionar, solo procura que no sea demasiado tarde, te crecerá el abdomen y ya no podrás ocultarlo, Mabel. —advirtió sin dejar de ser cariñosa.—Abuela, ¿y si no quiero este bebé
No esperaba un regreso a Bradford de esa manera. La ropa que debía usar, le quedaba ya un poco ajustada, por lo que decidió comprar con su mesada unas sudaderas y jeans que le sirvieran ahora. Giselle reaccionó austera, recriminado la ausencia de su uniforme, no estaba de acuerdo en verla así, lucía demasiado atractiva para su gusto. Y por primera vez Niña intercedió en su defensa. —Por favor, Giselle. No ha hecho nada malo, se quiere vestir a su gusto, por mí está bien. —Para mí no lo está, Nolan. Además no es tu hija.—Y a pesar de eso la trato mejor que tú —declaró en desacuerdo con su trato hacia ella, su propia hija —. Vete, Mabel, ya se te hace tarde.La joven que se había quedado a la expectativa y paralizada en el último peldaño, avanzó con prontitud y más segura de que Nolan le salvara de su bruja madre. Pudo respirar bien al salir en el exterior y avanzar camino a la parada. Otro suceso extraño es que un Lamborghini rojo se detuvo frente a la parada y tocó dos veces el cla