—Lo siento, Mabel. Pero es la verdad, cariño —susurró sosteniendo su rostro con cuidado, encargándose de calmarla con amor y borra todo rastro de lágrimas en su cara —. Cuando naciste, fuiste esa segunda oportunidad que vi de hacer lo mejor por ti, Giselle te miraba con malos ojos, porque cada vez que te veía estaba mirando a ese hombre, pero yo solo miraba a mi pequeña nieta, a una niña que merecía la felicidad y no la calamidad por cuestiones del pasado y de los que ni siquiera tenías la culpa. Así que te amé y acepté el empleo de Nana, también la condición de nunca decirte que soy tu abuela era eso o Giselle no me permitiría estar cerca de ti, y me sentí entre la espada y la pared, porque en ee momento la casa en la que vivía la tenía hipotecada y luego de tanto el banco me la embargó. No sabes cuánto me alegro de decírtelo al fin, de contarte que no solo soy tu Lili, sino tu abuela. —Oh Dios mío, y-yo... He pensado todo este tiempo que —la abrazó con fuerza, se tiró a sus brazos
Giselle tenía el típico humor de amargura, ahora peor, después de haberse peleado con Nolan. Estaba enfadada, devuelta en casa luego de sus vacaciones fallidas.—Mírate, un par de días y ya te quieres comer medio mundo, eh —señaló despectiva, viéndola comer tostadas con mermelada. La ignoró —. Ahora no me prestas atención. —No estoy gorda, así que no haré caso a tus comentarios que solo buscan hacerme daño. —Claro, es Lilian la que ha estado diciéndote cosas como que eres hermosa o lo tienes todo, pues se equivoca muchísimo —rugió sacando de la nevera la jarra de agua y se sirvió un poco. Después de tanto seguía sin llamar a Lilian como madre. Que mujer tan desconsiderada.—No mamá, solo soy yo aceptandome como soy, me siento bien así, no voy a seguir tus estrictas normas con la comida, ha sido suficiente ya —espetó bajito. —Ya tuvimos esta conversación, y bien, es tu problema si te vuelves una asquerosa obesa en la vida —soltó con asco.Se limitó a terminarse el plato de comida.
Se fue a la cama sintiéndose más tranquila. Pero el sueño tardó en llegar. A la mañana siguiente despertó con la luz natural que se colaba por su ventana. ¿Quién la había abierto? Ella no fue sino que había sido su abuela, estaba ahí dándole los buenos días.—Buen día, Mabel —la saludó cariñosa.—Buenos días, ¿qué hora es? —Casi las ocho de la mañana, no es tan temprano, ha venido a verte un hombre.—¿Qué? —terminó de despertar abrupta tras aquellas palabras. Frunció el ceño, confundida —. ¿Quién ha venido a verte?—Será mejor que te arregles y lo averigues tú sola. ¿De acuerdo?—Bien... —no sonó muy segura. Acto seguido se levantó de la cama y caminó hasta el baño, buscaba en su cabeza alguna pista. Pero la descabellada idea fue de que probablemente se tratara de su padre. No lo creyó posible, así que anuló aquello y pensó en él, en Burhan...Bajó las escaleras con un galope en el pecho fuera de lo normal, fuera de lo acostumbrado. En el trayecto saludó a la mucama que ya subía con
Eran mediados de febrero cuando todo dejaría de ser lo mismo para volverse más complicado. La joven se despertó de mal humor, no era tan común o normal que se levantara con el pies izquierdo, pero esa mañana se sentía así, enfadada por nada y tuvo que quedarse sentada a orillas de la cama antes de siquiera hacer el intento de levantarse y avanzar hasta el baño, sentía un malestar extraño en su sistema. Mareos, maldito bamboleo que le impidió caminar con normalidad. Tuvo que hacer un esfuerzo sobre humano para encaminarse al baño y empezar a adecentarse. Le costó mantener el ritmo como cada mañana. Iba a cepillar sus dientes cuando de pronto aparecieron las ganas intensas de devolver todo, así acabó arrodillada frente al retrete hasta vomitar la cena de anoche. Se sintió fatal luego de eso, ¿habría pescado un virus raro? Se cepilló los dientes y tomó un ducha corta, estaba exanime, desganada, que ya solo quería echarse a la cama y tomar una siesta. Casi a rastras alcanzó llegar hast
—Gracias —susurró aceptando la taza de té caliente, Lili le aseguró que le haría bien. —Yo debo irme, amiga. Pero llámame si necesitas algo —expresó Tina haciendo un puchero, no quería irse la verdad, pero Amanda la llamó para que la acompañara a una salida. —Descuida, gracias por venir. Cuando se marchó, estaba a solas con su abuela. No quería hablar del asunto, no deseaba decirle a Burhan, no estaba segura de nada. Tenía mucho miedo de lo que sucedería de ahora en adelante. —Como te dije, debes hacerte los análisis. Mañana iremos, no importa lo que Giselle diga.—¿Qué? No, ella no me permitirá ir contigo.—Descuida, sí podrás, me encargaré de que no esté aquí, es probable que vuelva a salir. Por otro lado, ¿vas a informarle a Burhan? —cuestionó con tacto. —N-no… no todavía, abuela —tembló.—No te voy a presionar, solo procura que no sea demasiado tarde, te crecerá el abdomen y ya no podrás ocultarlo, Mabel. —advirtió sin dejar de ser cariñosa.—Abuela, ¿y si no quiero este bebé
No esperaba un regreso a Bradford de esa manera. La ropa que debía usar, le quedaba ya un poco ajustada, por lo que decidió comprar con su mesada unas sudaderas y jeans que le sirvieran ahora. Giselle reaccionó austera, recriminado la ausencia de su uniforme, no estaba de acuerdo en verla así, lucía demasiado atractiva para su gusto. Y por primera vez Niña intercedió en su defensa. —Por favor, Giselle. No ha hecho nada malo, se quiere vestir a su gusto, por mí está bien. —Para mí no lo está, Nolan. Además no es tu hija.—Y a pesar de eso la trato mejor que tú —declaró en desacuerdo con su trato hacia ella, su propia hija —. Vete, Mabel, ya se te hace tarde.La joven que se había quedado a la expectativa y paralizada en el último peldaño, avanzó con prontitud y más segura de que Nolan le salvara de su bruja madre. Pudo respirar bien al salir en el exterior y avanzar camino a la parada. Otro suceso extraño es que un Lamborghini rojo se detuvo frente a la parada y tocó dos veces el cla
—Hola, señorita Romanov. ¿Al fin dejaras de usar esos andrajos? Debo admitir que me sorprendiste con tu nuevo estilo, pero aún te falta para estar a la moda. —Vete a la mierda —despotricó con enojo. Georgia no contenta con su respuesta, buscó adrede de tocar su cabello, pero la reacción incontrolable de Mabel fue volcar su chocolate batido sobre la ropa de la molesta joven. Los presentes en la cafetería se quedaron viendo la escena con sorpresa. En la boca de la.aofendids Palacios se formó un círculo y sus ojos se abrieron con demasía para luego chillar como animal, por supuesto, bastante dramatismo de su parte que parecía una trastornada. —Eso es para que me dejes en paz —soltó la joven levantándose, dispuesta a dejarla ahí, pero en medio de todo, Georgia no iba a dejar las cosas así, de modo que la tomó por su corto cabello tirando de ella y luego intentó golpearla. La pelea había iniciado y Mabel no se quedó de brazos cruzados, logró igualarla y tirar de su cabello hasta hacerla
Ella bajó la cabeza y se rompió en llanto. La reacción de Burhan fue acercarse y rodearla con su cuerpo, transmitiendo protección a través de su gesto, lo que la calmó poco a poco. La tormenta emocional en su interior se detuvo, las lágrimas dejaron de caer y ella suspiró varias veces, encontrando tranquilidad al estar cerca de él. Con un beso cariñoso en sus cabellos, Burhan le hizo sentir querida y se apartó para mirarla a los ojos.Esa conexión sencilla trajo a su mente una cascada de recuerdos. Burhan le acarició la mejilla antes de limpiar gentilmente sus lágrimas y ella le confesó sus miedos en un susurro entrecortado.—Tengo mucho miedo, Burhan. Necesito tu ayuda, no puedo enfrentar esto sola. Ni siquiera mi mamá ni mi padrastro lo saben todavía, solo mi abuela —murmuró, sintiendo la aprehensión en su garganta.Los ojos de Burhan se llenaron de lágrimas, mostrando una vulnerabilidad que sorprendió a la joven. La confirmación del embarazo había desencadenado una oleada emocional