Viernes, último día de la semana, ya hice reservaciones para las cabañas, donde fuimos con Margorie y Antony, es una sorpresa para Solange, la quiero alejar de aquí, no me quiero arriesgar a que Ivanna sepa que está en el apartamento y vaya a molestarla. Voy camino al apartamento cuando suena mi teléfono. —Mi amor ya estoy aquí en el apartamento, recuerda que yo tengo llave, ¿vas a tardar mucho? —No amor, ya voy para allá. Miro por el espejo retrovisor y veo un auto pareciera que me está siguiendo, pero no conozco ese auto y el chofer tiene una gorra y unos lentes que no me deja ver con claridad su rostro. Llego al edificio donde tengo el apartamento y entro al subterráneo dónde está el estacionamiento, me doy cuenta que el auto sigue de largo. Al poco tiempo ya estoy dentro del apartamento, Solange me ve y salta sobre mí colocando sus brazos en mi cuello. —Amor, cuánto te extrañé. —Yo también amor, ¿desempacaste? —No. —No lo
Los amaneceres en la cabaña son hermosos, todo ese ambiente invita a ser feliz y más si tienes una mujer hermosa a tu lado que se despierta contigo para amarte. Desayunamos, luego fuimos a la isla, allí pasamos todo el día, entre el grupo de personas que están en la isla se encuentra el hombre de la gorra. Ya estamos de regreso a la ciudad, fue muy buena idea llevarme a Solange a las cabañas, fue un fin de semana mágico, en cada encuentro nos renovamos, es como si me inyectara dinamismo, ganas de vivir. Solange el lunes tiene que estar en la empresa, así que pasamos juntos la noche en el apartamento la noche del domingo y el lunes me levanto muy temprano para acompañarla al aeropuerto. Así comienza nuestra relación a distancia, un fin de semana en el apartamento y el otro fin de semana en un hotel de la ciudad donde ella vive, no es que me guste mucho la idea, pero tengo que aceptarla por ahora. Solange cuando le tocaba venir para acá siempre lo hacía l
Ya no más, no puedo dejar que Solange me siga convenciendo de retrasar nuestra relación, estoy dispuesto a terminar con lo nuestro, aún a sabiendas que se me desgarra el alma si lo hago. Pero tengo que ponerle un ultimátum: se viene a vivir conmigo al apartamento o lo que tenemos se termina. Sigo vistiéndome, ella sigue tendida en la cama. —Entonces Solange te vienes a vivir conmigo o te quedas aquí a tratar de buscar el perdón de tu papá, ya él está bien, con todo esto no le dio el infarto, así que ya no pongas su enfermedad como excusa, yo me voy de aquí esta misma noche, así tenga que esperar vuelo toda la noche en el aeropuerto, si decides venir conmigo, aquí están mis brazos abiertos y si no, te deseo toda la felicidad del mundo. Ella se levanta de la cama, toma su ropa y comienza a vestirse. —Que se cree profesor que se va a deshacer de mi tan fácilmente, pues no, yo me voy con usted, si crees que te vas a ir sin mí te equivocas. Corre hacia mí
Otra preocupación más que se suma a mi vida, ahora resulta que Ivanna me demandó, Gabriel no me lo ha confirmado, pero estoy seguro que es ella. Llego al apartamento tratando de disimular mi malestar, para no estropearle el día a Solange. —Hola amor, te traje flores, espero te gusten. —Son hermosas, gracias mi amor, mira ya llegó Margorie está en la terraza. —Hola Margorie ¿cómo estás? —Hola Samuel, acá estoy muy apenada contigo. —¿Apenada, y eso por qué? —Ya lo hablé con Solange, ahora voy contigo, quiero pedirte disculpa, te insulté, te dije cosas muy feas, sin merecerlas, no te creí y eso me tiene mal. —¿De qué estás hablando? —Del vídeo, contigo y con Ivanna desnudos. Yo me quedo viendo a Solange, ella se da cuenta de mi desconcierto, de mi vergüenza que Margorie haya visto el vídeo. —Amor no me mires así, yo no le he enseñado el vídeo a Margorie. —No Samuel, Solange me lo mencionó, pero no me lo enseñó. —No ent
Ese día con mis amigos, fue genial, me hicieron olvidar por unas horas los problemas que tengo, ya sé que los tengo resolver a la mayor brevedad posible. Solange se portó como toda una anfitriona, me encanta eso que sienta el apartamento como suyo, que sienta que es parte de mi vida y de todo lo mío. A la hora de la despedida, Antony me aparta un poco de Margorie y Solange. —Mi hermano, hoy mismo habla con Solange con respecto a la demanda, ya ustedes están viviendo juntos a la vista de todos, ya formalizaron su relación, así que entre ustedes no puede haber secreto, anda preparando el terreno para que le cuentes a Solange todo sobre tu vida. Yo sé que eso te duele y mucho, por eso lo quisiste enterrar, pero ya las cosas se te están saliendo de control, mira apareció Gabriel, él conoce parte de tu historia, además amigo ahora cuentas con una buena mujer a tu lado, le doy gracias al cielo que viviendo con Ivanna no sacaste tu origen a la luz, pero con Solange es dis
—Señor Alcázar, se quedó mudo, disculpe si lo perturbé, lo que pasa es que tengo que conocer todo sobre su relación, no quiero cartas debajo de la mesa, nosotros los abogados somos como los médicos y los sacerdotes, sabemos guardar secretos, pero necesitamos conocer todo, porque en algún momento eso nos puede ayudar. —En realidad nunca le hice pruebas de paternidad a Mía, no las creí necesarias, ella me dijo que era mi hija y eso me basto, no creo que hasta allí llegue su falta de respeto, su desvergüenza. —Mi querido señor, le pregunto porque en esta profesión yo he visto de todo, ya para mí nada me sorprende. De todas formas, no vamos a mover ese asunto, a menos que sea necesario. Por ahora mi señor es todo, espere su citación en cuanto le llegue me llama para notificar el día y la hora que tiene que presentarse, yo lo voy acompañar, usted no va a decir nada sin antes yo autorizarlo. —Okey licenciada, espere mi llamada y gracias por aceptar mi caso.
Llegó el lunes y con él, la citación para los tribunales, inmediatamente llamo a la licenciada. —Buenos días licenciada, ¿cómo está? tengo que presentarme hoy a las tres de la tarde. —Buenos días señor Alcázar, no se preocupe allí estaré. Estoy en los tribunales esperando a la licenciada, no puedo negar que estoy muy nervioso, primera vez que me veo en una situación de esta. Las primeras en llegar fueron Ivanna con su abogada, pasó delante de mí con una sonrisa burlona, la verdad es que no sé cómo pude equivocarme tanto con esta mujer, que ciego estaba y eso que me lo advirtieron, pero pudo más el deseo carnal que la prudencia. Ellas entraron a la oficina del juez que iba a llevar el caso, yo me quedo afuera esperando a mi abogada. Allí viene, con esa cabellera roja que se mueve al compás de sus movimientos al caminar, al verme se acerca dónde estoy. —Señor Alcázar, buenas tardes disculpe el retraso, pero me compliqué un poco. —¿Ya la parte dem
Solange no está en el apartamento, qué raro, no me llamó para decirme que iba a salir, será que se cansó de esperar y salió sola a comprar algo que necesitaba. Voy y me tiro en la cama, me siento cansado, me siento triste, estoy con Solange y eso me hace feliz, pero siento que algo se rompió en mí. Siempre soñé con tener un hijo, pero un hijo con la mujer amada, lo de Ivanna no digamos que fue un accidente, porque los hijos no podemos considerarlos un accidente, no podemos culpar al mundo por nuestros errores, Mía llegó en el momento justo, me sentía solo, presentaba una de mis crisis, ella llegó para darle un poquito de tranquilidad a mi vida, para darme un poco de felicidad, los dos primeros años con Ivanna no dígamos que fueron los más felices, pero sentí que con ella podía lograr esa felicidad, esa paz que tanto anhelaba. Pero lamentablemente esa paz duró muy poco, sólo la sonrisa de Mía me sostenía en esa casa. Sus primeros pasos, su primer balbuceo para de