Definitivamente yo amo a esta mujer, por lo tanto no me puedo quedar tranquilo, tengo que aceptar la ayuda de mi amigo. La celebración está en pleno calor, los invitados están eufóricos, aún los novios no se han ido, de mi mesa no dejo de mirar a Solange, me doy cuenta que Marcus le coloca el brazo en los hombros y ella se lo quita, quiso tomarle la mano y ella lo rechazó, hasta quiso darle un beso en la mejilla y ella volteó la cara, sólo me mira y yo no dejo de buscarla con la mirada. Voy y busco a Antony. —Necesito tu ayuda. —¿Como en los viejos tiempos? —Sí, pero con la indicada. —Okey, vete a la habitación, de lo demás yo me encargo. —Okey, pero no te tardes. —No me voy a tardar, cuando yo te he fallado, anda espera allí, no te preocupes no va haber interrupciones, ya saqué mi maleta está en la habitación de Margorie, así que la noche es tuya, no me defraudes. Me voy para la habitación y allí espero, la angustia se estaba apoderan
Despierto y la veo durmiendo a mi lado, esta vez no fue un sueño es real, aún dormida es hermosa, ¡Dios! cuánto la amo. Me levanto con sumo cuidado para no despertarla, voy al baño y luego bajo a las tiendas del hotel a comprarle ropa para que se cambie. Entro a una que me parece juvenil, los trajes que están en la vidriera creo que son del gusto de Solange, una de las vendedoras sale a mi encuentro. —Buenos días señor, en que le puedo ayudar —Buenos días señorita, necesito su ayuda. Le digo lo que quiero comprar, la señorita me pregunta: —Dígame, ¿cómo es ella? Le pregunto para poder ayudarlo. —Ella es bella, con unos hermosos ojos grises, con una cabellera de color negro que le llega a la cintura y una piel blanca que hace contraste con su pelo y sus ojos y su cuerpo es precioso, sus curvas son impresionantes, sus caderas no son muy pronunciadas, pero tan poco carentes de ellas, sus piernas son delineadas como si las hubiese hecho un escultor
Al llegar al apartamento llamo a Solange. —Hola amor. —Hola mi amor, tengo malas noticias, este fin de semana tengo que viajar. —¿A dónde? —Es un trabajo de la universidad como a tres horas de aquí, están buscando personal para una nueva sede y un grupo de profesores vamos a entrevistar a los posibles docentes de la nueva universidad, nos vamos el jueves y regresamos el sábado.. —¿Ivanna está en el grupo de profesores? —Sí. Hubo un silencio grande tanto de mi lado como del lado de ella, luego volvió a hablar. —¿Cuántos profesores van? —Vamos cinco, ellos se van en avión, yo me voy en mi auto, amor quiero que confíes en mí, no quiero tener contacto con ella, por eso me voy en mi auto. —Yo puedo confiar en ti, pero no confío en ella, esa va hacer todo lo posible por irse contigo. —No amor ella se va en avión. . —Perdona lo que te voy a decir, pero te pasan las cosas por descuidado, escúchame bien, ¿a qué hora piensas ir
Segundo día de la entrevista, todo fluyó muy bien, los docentes estaban muy capacitados para obtener el cargo en la universidad. Terminamos a eso de las cinco de la tarde, cumplí con toda la lista de docentes que me entregaron para ser entrevistados, trabajé duro, casi sin descanso para no tener que volver el próximo fin de semana, por lo menos yo no tengo que volver, no sé si mis colegas tienen que hacerlo. Después decidimos ir a cenar, por supuesto Ivanna no pierde la oportunidad para sentarse a mi lado, hace gestos como para que los demás piensen que nosotros volvimos, pero yo trato por todos los medios de disolver esos pensamientos. Aparte que el acoso era inevitable, por debajo de la mesa me tocaba la pierna, cosa que me ponía incómodo, en una de esas que voy al sanitario me encuentro allí a uno de los colegas. —Oye Samuel, perdona que me meta en lo que no es mi problema, ¿tú volviste con Ivanna? —No, ya tengo casi un año separado de Ivanna. —Es
Decido no llamar a Solange, tampoco le respondo el mensaje, así transcurre el día. Estoy en la universidad, a medida que voy pasando por los pasillos escucho los cuchicheos, por lo visto yo soy la noticia del momento, por una parte me alegro que Solange no esté en la universidad. Cuando paso por el lado de los estudiantes veo sus sonrisas maliciosas, doy mi clase del día, uno de los estudiantes se levanta de su asiento y me pregunta en voz alta. —Profesor que sabe de Solange, le pregunto porque tengo que hacer un trabajo con ella y no la he visto más en clases. —Señorita, no sé nada al respecto. Todos los alumnos murmuraron unos con otros, sonrieron, pero siempre con una mirada pícara. Cuando terminó la clase todos se fueron, detrás del último alumno la puerta se abre. —Hola Samuel. La miro por encima de mis lentes de lectura. —Hola Ivanna ¿ qué haces aquí? —Necesito que mañana te quedes con tu hija, tengo que hacer unas cosas tod
Viernes, último día de la semana, ya hice reservaciones para las cabañas, donde fuimos con Margorie y Antony, es una sorpresa para Solange, la quiero alejar de aquí, no me quiero arriesgar a que Ivanna sepa que está en el apartamento y vaya a molestarla. Voy camino al apartamento cuando suena mi teléfono. —Mi amor ya estoy aquí en el apartamento, recuerda que yo tengo llave, ¿vas a tardar mucho? —No amor, ya voy para allá. Miro por el espejo retrovisor y veo un auto pareciera que me está siguiendo, pero no conozco ese auto y el chofer tiene una gorra y unos lentes que no me deja ver con claridad su rostro. Llego al edificio donde tengo el apartamento y entro al subterráneo dónde está el estacionamiento, me doy cuenta que el auto sigue de largo. Al poco tiempo ya estoy dentro del apartamento, Solange me ve y salta sobre mí colocando sus brazos en mi cuello. —Amor, cuánto te extrañé. —Yo también amor, ¿desempacaste? —No. —No lo
Los amaneceres en la cabaña son hermosos, todo ese ambiente invita a ser feliz y más si tienes una mujer hermosa a tu lado que se despierta contigo para amarte. Desayunamos, luego fuimos a la isla, allí pasamos todo el día, entre el grupo de personas que están en la isla se encuentra el hombre de la gorra. Ya estamos de regreso a la ciudad, fue muy buena idea llevarme a Solange a las cabañas, fue un fin de semana mágico, en cada encuentro nos renovamos, es como si me inyectara dinamismo, ganas de vivir. Solange el lunes tiene que estar en la empresa, así que pasamos juntos la noche en el apartamento la noche del domingo y el lunes me levanto muy temprano para acompañarla al aeropuerto. Así comienza nuestra relación a distancia, un fin de semana en el apartamento y el otro fin de semana en un hotel de la ciudad donde ella vive, no es que me guste mucho la idea, pero tengo que aceptarla por ahora. Solange cuando le tocaba venir para acá siempre lo hacía l
Ya no más, no puedo dejar que Solange me siga convenciendo de retrasar nuestra relación, estoy dispuesto a terminar con lo nuestro, aún a sabiendas que se me desgarra el alma si lo hago. Pero tengo que ponerle un ultimátum: se viene a vivir conmigo al apartamento o lo que tenemos se termina. Sigo vistiéndome, ella sigue tendida en la cama. —Entonces Solange te vienes a vivir conmigo o te quedas aquí a tratar de buscar el perdón de tu papá, ya él está bien, con todo esto no le dio el infarto, así que ya no pongas su enfermedad como excusa, yo me voy de aquí esta misma noche, así tenga que esperar vuelo toda la noche en el aeropuerto, si decides venir conmigo, aquí están mis brazos abiertos y si no, te deseo toda la felicidad del mundo. Ella se levanta de la cama, toma su ropa y comienza a vestirse. —Que se cree profesor que se va a deshacer de mi tan fácilmente, pues no, yo me voy con usted, si crees que te vas a ir sin mí te equivocas. Corre hacia mí