Decido acompañar a Solange al hospital, ella no está muy de acuerdo, tiene temor que la vean conmigo y comiencen a sospechar, pero no podemos vivir en penumbras a escondidas, así que tenemos que empezar a esclarecer nuestra relación, que debemos ser cuidadosos eso es verdad, pero hay ciertas personas que ya deben tener conocimiento de lo que sentimos; ella deja su auto en el estacionamiento del hotel y se va en el mío. Solange quedó conmigo que más tarde iba a llamar a Margorie para que la recogiera en el hospital y la llevara a la habitación del hotel. Llegamos al hospital por la parte del estacionamiento. —Bueno amor, ya me trajiste hasta acá, yo te llamo. —Nos vemos para almorzar. —Solange se estaba bajando del auto cuando vio a Marcus, él al verla se le acerca. —Buenos días Solange. —Buenos días Marcus. —Vengo de la habitación de tu papá, pensé que ya estabas aquí. —No, estoy llegando. —Ya desayunaste, te invito a desayunar
Luego de sentir esas suaves manos que recorrían mi rostro y esos labios depositarse en los míos, sólo me queda, levantarme de la silla abrazarla delante todos los presentes en el restaurante y darle un beso muy apasionado que duró unos cuantos minutos. Nuestros labios se separaron cuando Margorie habló fuerte para que escucharamos. —¡Hey! Señores que no están solos. —Disculpen, Solange tiene la culpa, se me van las ideas cuando la veo Solange suelta la risa y luego se sienta a mi lado. —Ustedes la verdad que son peligrosos, no me quiero ni imaginar cuando están juntos. —Margorie, dejalos tranquilos que disfruten su momento, además tú no te quedas atrás, cuando estás conmigo a solas, también eres terrible. —Bueno vamos a comer que a eso vinimos, después dejamos a estos tortolitos solos para que den rienda suelta a su amor. —Pedimos el menú y Solange nos aconsejó lo que teníamos que pedir, de acuerdo a los platos típicos del restaurante.
Solange se ve cansada, la conversación que sostuvo con su hermano en el restaurante la agotó emocionalmente, ahora acá en la cama envuelta en mis brazos lo que necesita es descansar, por más ganas que tenga de estar con ella, la dejo que duerma en mis brazos, me conformo con tenerla pegada a mi cuerpo, con besarle la frente y arrullarla, como cuando yo era niño y mi mamá lo hacía conmigo. Mi Solange es hermosa, he sido premiado sólo con tener esta hermosa criatura a mi lado, le toco suavemente su cara angelical, no quiero que despierte, me gusta estar así con ella, que ella duerma tranquila soñando que a su lado tiene a alguien que la protege. Hoy es mi última noche aquí en este hotel, me voy y la dejo entre ese nido de serpientes, no quisiera irme, pero tengo que hacerlo, me espera mi trabajo, mis alumnos, además tengo que resolver lo de Solange, sólo le queda un año para graduarse, no quiero que pierda su año y se atrase su graduación. Tengo que pensar muy bien
De regreso a mi ciudad, siento un vacío espiritual muy grande, me siento humillado, herido, maltratado, lo más doloroso es que los improperios vinieron de personas que no me conocen, bueno, pero ahora sí me van a conocer, ellos no se imaginan de lo que soy capaz con tal de defender a la mujer que amo. Llego al apartamento, estoy en la ducha cuando escucho mi célular sonar, es Ivanna. —Samuel, necesito que vengas ahora para la casa es urgente. —¿Y eso para qué? —¿Mia se siente mal? —¿Qué tiene? —tiene dolor en el abdomen, fiebre. —¿Desde cuándo está así? —Desde ayer. —¿Y por qué no la llevaste al médico? —Yo te llame, pero no me respondiste. —No era necesario que yo te respondiera tenías que llevarla. —¿Vas a venir? —Sí ya voy, espérame. Salgo del hotel, lo más rápido que puedo llego a la casa de Ivanna. Subo las escaleras y veo a mi niña, está revolcándose en la cama del dolor. —Hola mi niña, ¿te du
Nuevamente estoy aquí durmiendo en la casa de mi ex, nunca pensé que volvería a dormir en esta casa, pero la vida es así a veces nos sorprende con cosas que no esperamos. Antes de irme a dormir paso por la habitación de mi hija. —Hola papá. —Hola mi niña. —Papá ya no soy una niña —Para mí sigues siendo mi niña. —¿Cómo te sientes? —Todavía me duele un poco, pero bastante mejor. —Me alegro, pero recuerda que estás de reposo, tienes que cuidarte para que sanes rápido. —Papá lamento mucho que por mi culpa estés durmiendo aquí. —No te preocupes mi bebé, tú estás enferma y es mi responsabilidad cuidarte. —Me gusta mucho que estés conmigo, pero yo no soy tonta sé que mi mamá está aprovechando mi enfermedad para chantajearte. —Mi amor eso lo sé, pero te repito yo estoy aquí por tí,en cuanto te mejores me voy. —Papi ya me siento mejor, así que mañana puedes dormir en el hotel. Mi hija no sabe que ya me entregaron el ap
Tan pronto Solange sale de mi apartamento yo tomo las llaves del auto y me voy a la casa de Ivanna. No voy a esperar que amanezca ella me tiene que explicar porque hizo eso. Llego a la casa y toco la puerta, yo no tengo llave de está casa, cuando salí para no volver, le di mi juego de llaves a Ivanna, para demostrarle que ya no quería volver, La Nana despierta y me abre la puerta. —Señor Samuel, ¿pasa algo? —No te preocupes, quiero que estés pendiente que ya me voy, sólo voy a estar un momento. Subo las escaleras y llego a la habitación de Ivanna, abro la puerta sin tocar y de un zarpado le quito la manta que la cubre, ella se despierta asombrada, pero de inmediato reacciona. —Samuel mi amor yo sabía que ibas a volver, ¿por qué tardaste tanto? Tomo mi teléfono y se lo muestro. —Dime, ¿Por qué hiciste esto? —Caramba tan rápido te fueron con el chisme. —Me tienes asombrado, jamás pude imaginar que viviera tantos años con una se
Último día de la semana, termino mis clases en la universidad y me voy a buscar a Solange. El día de trabajo ya ha terminado, estoy en el estacionamiento cuando escucho una bocina de un auto, me parece que es Margorie, en efecto si es. Me bajo del auto cuando la veo que se acerca. —Hola Margorie ¿cómo estás? —Hola Samuel, no es una visita de cortesía, sólo vine a decirte algo, nos podemos sentar en algún lugar. —Por aquí cerca está un lugar muy cómodo, podemos ir hasta allá. —Okey vamos en automóvil. —Sí, me puedes seguir. —Perfecto, yo te sigo. Llegamos a un sitio muy agradable y muy fresco. —Me imagino que vienes a hablarme de Solange. —Sí,me dijo Antony que hoy vas a buscarla. —Así es, salgo dentro de una o dos horas. —A eso vine, a pedirte que no vayas a verla. —¿Quién te lo pidió ella? —No, ella no sabe que tú vas a verla, pero si hablé con ella y se lo que piensa hacer, cosa con la que no estoy muy
Escucho la voz de Antony, pero no me puedo mover. —Samuel, ¿me escuchas? —Como puedo le hago señas con la cabeza que si lo escucho. —¿Quieres que te lleve al médico? —Le hago señas que no. —Okey, entonces me quedo aquí, hasta que te pase, relájate esto va a pasar. Antony se quedó a mi lado, no sé por cuánto tiempo, al rato me levanto de la cama. —¿Ya te sientes mejor? —Sí. —¿Cuánto tiempo tenías que no tenías esa reacción? —Hace bastante tiempo, pensé que ya lo había superado. —Pues no, tuviste un detonante y volvió, sé lo que pasó, Solange me llamó, por eso estoy aquí. —¿Solange te llamó? —Sí está preocupada, eso significa que te ama. —Pero se va a casar. —Todavía no lo ha hecho, el caso es que me llamó, me contó que estaba chateando contigo, de repente tú no le respondistes más, ella te envío una cantidad de mensajes, en vista que no respondiste te llamó y tampoco contestaste, se preocupó y me llamó par