Las tierras oscuras al igual que el cielo inverso, las almas perdidas y sin rumbo caminaban de un lado a otro sin ser realmente conscientes, fundidos en el sueño infinito reviviendo una y otra vez su muerte. Las caras de horror estaban implantadas y de vez en cuando un grito ahogado se escuchaba, el cuerpo pálido de Derek estaba ahí, junto a las billones de almas que no descansaban en paz, reviviendo su muerte y viendo a Alex por última vez. Los pasos resonaron por el lugar vacío, Hades se paro frente a el y lo miró fijamente.
—Ya llegará el tiempo, y dejaras de sufrir. Espero que llegue antes de que vea tus recuerdos y sepa por qué estás aquí…¿Qué es lo que has hecho?—Tocó su cabeza en saludó y se retiro tan rápido como había llegado. Su hija estaba depresiva, y si dejaba pasar más tiempo, sería difícil liberarlo.
—No dejaré que ella se acerque, no cambiaran la historia.—Habló la mujer que apareció de repente frente a el.
Aquel día había empezado con normalidad, la pequeña Alexa de tan solo seis años iba de la mano, acompañada de su madre; una hermosa mujer de cabelleras blancas y ojos tan azules como el cielo sin nubes. El pueblo, vigorosamente rico, estaba especialmente feliz ese día, ya que la pequeña Alexa cumpliría siete años, y claro, la más feliz en la extensión del bosque era ella, con muchas expectativas sobre los regalos que llegarían a su poder. La fiesta se celebraría en la noche, cuando la Luna llena toque la punta del cielo y las estrellas brillen con esplendor, el pequeño ritual sería como las otras seis veces, alabando a su diosa la Luna y dejando que los lobos tomaran completo control de sus cuerpos para que pasaran la noche completamente unidos a la naturaleza. Alexa era una niña muy perspicaz e inteligente, era la hija de Miranda la líder de la manada y madre de todos los licántropos del universo, la sangre en sus venas era poderosa pero aún así era muy ingenua e inocente, claro que s
Alex era una chica casi normal, viene de una manada casi desconocida pero de las más poderosas entre los lobos. Sí, ella era una loba y lo peor para ella era que estaba apunto de transformarse en una. Solo faltaban dos días para que su cumpleaños número 16 llegará y su transformación estaría completa donde conocería a su loba. Dónde para muchos lobos era una transformación dolorosa.Ella no tenía una buena vida, sus padres La adoptaron Cuando solo tenía 5 años y siempre le marcaban esa realidad. Ellos desde el día en que llegó la trataban Cómo alguien exterior a la familia o poca cosas, también tenía un hermano hijo legítimo de la pareja, que la maltrataba casi todos los días del año.Lo mismo le sucedía en su escuela como la secundaria. Aunque ella era una chica dulce y de apariencia tímida, parecía que cuándo los alumnos la veían sentían algún tipo de rencor hacia ella, porque cada vez que se cruzaban con ella Alex
El despertador sonó haciendo un pitido incesante irritaba a cualquier ser vivo. Alex retiro las mantas que la cubrían y se dirigió precisamente a la pequeña pero accesible ducha que tenía detrás de la única puerta que tenía su cuarto además de la de salida. Tomó una ducha rápida y sencilla donde se permitió lavar su corto cabello lo más rápido posible y tomó su ropa para cambiarse.Camino al colegio como el otro día, como sus heridas intactas y frescas como si se las hubieran echo recientemente. Al estar cerca de el instituto camino hacia la parte trasera donde se encontraban las escaleras para subir al piso donde ella tenía que ir para no encontrarse con nadie, abrió la puerta de metal y comenzó a subir las escaleras con un ritmo lento, faltaban minutos antes de que las clases comenzarán, claro que ella no está en su día de suerte cuando al levant
Se levantó de golpe con algo de emoción recorriendo su sistema, apoyando sus manos en el lavabo de cerámica blanca, mirando su reflejo maravillada a pesar de logrando susto que se acababa de llevar. Podía ver con mucha más claridad que antes, su cabello ahora blanco caía por debajo de sus hombros en lindas y elegantes ondas, sabía que no necesitaba más lentes de contacto. Salió del baño aún desconcertada y emocionada, se cambió la ropa y se dispuso a salir de su habitación y subió para hacer el desayuno habitual de todos los integrantes de la casa, pero se percato que ninguno estaba ahí, ni siquiera su hermano que supuestamente la iba a acusar como sus padres. Era su cumpleaños, y aunque ella sabía que no debería esperar nada de personas como ellos, le dolía su indifer
Todos al ver peligro antes de que ella siquiera se transformara, cambiaron de forma mucho mas expertos que ella, pero cuando miraron la forma de lobo que Alex tenía cada uno comenzó a hacer una reverencia larga, dejando a la loba de la, ahora, peliblanca satisfecha por los lobos que la reconocieron, Alex asustada retrocedió, tomando un poco del control de su cuerpo, pero gruñendo a Louis que sin querer hacerlo de verdad hacia la misma reverencia que los otros alumnos, poco a poco, comenzaron a convertirse en humanos, dejando su ropa destruida en el suelo, mirando con miedo la loba en la cafetería. —Lo sentimos, no queríamos molestarte, no sabíamos que eras descendiente de esa manada.— Habló una chica acercándose levemente a ella— No maldigas a nuestra manada, por favor ve y habla con nuestro alpha, de seguro llegaran a un acuerdo.— Confundida Alex asintió y salió por las puertas de la cafetería aturdida, des transfor
Se puso nerviosa al ver que su loba aullaba de felicidad al ver a su compañero, el lobo negro se acerco asustando a Alex, este sollozo sin querer realmente asustarla, se agacho escondiendo su hocico y poco a poco fue dejando su forma lobuna, del lobo de dos metros, de pelaje oscuro y mirada anaranjada a un chico rubio de ojos marrones brillantes, el chico acomodó su melena hacia atrás, y caminó lentamente hacia atrás, con sus manos arriba temiendo asustar nuevamente a la loba de cabellos blancos. Se escondió detrás de un árbol y saco de un hueco una muda de ropa, aunque solo se coloco unos pantalones. Alex viendo que el se cambiaba, decidió hacer lo mismo, solo que, al volverse humana estaría desnuda. —¿Qué quieres?— Preguntó nerviosa al ver salir detrás del árbol. Ya no se sentía poderosa ¿Acaso eso era normal? No sabía que era lo que pasaba. Pero se sobresalto cuando el chico de cabello dorado caminó nuevamen
Decir que no estaba nerviosa era una gran y cruel mentira, ella sentía que su loba estaba firme y era su ancla para ese caso, nunca antes se había atrevido siquiera acercarse al alpha. Que si bien este no le hizo nada malo y permitió que ella entrará a la manada, jamás hizo algo en contra de los tratos de los suyos, como si Alex estuviera destinada a eso, a sólo ser el juguete anti golpes de esos lobos corruptos. Por suerte ya está completa, aún cachorra pero completa, no sabía pelear pero su loba si intimidar, además de que descubrió si increíble capacidad para correr, ella era rápida. Camino junto a su vestido marrón cubriendo su cuerpo, se lo había robado a una de las chicas que vivía cerca del alpha, tardo más de lo improvisto para sacarle el olor de otra loba para impregnarle su olor. Miró a los dos guardias que cuidaban matutinamente las puert
La luna salió, el sol se escondió y el hombre lobo estaba impaciente esperando por su mate, la chica que solo conoció unos minutos antes de que le prometiera volver para aclarar las cosas. El ruido de ramas partiéndose de manera desesperada lo alertó, era un poco lejos de donde estaba y no podía cruzar el limite que separaba la manada de ella con la tierra de nadie, suspiró y se tranquilizo, no era nada que le tendría que importar si no se trataba de la chica. Claro que eso se cumplió cuando sintió el exquisito olor que emanaba Alex, de pronto, la loba albina llego agitada a el, corriendo como si su vida dependiera de eso completamente despeinada, llegó a el y se desplomo en el suelo a sus pies, dejando su forma lobuna para quedarse humana, totalmente desmayada. El sin pensarlo la tomo entre sus brazos y comenzó a correr, reuniendo todas sus energías para llegar a su manada donde ella y el estarían a salvo, dejando atrás a los tre