—Que bueno que decidiste entrar señorita Alex.— La peliblanca de dio la vuelta rápido, encontrándose con un hombre moreno, vestido con ropas normales, sus ojos afinados la escanearon de arriba y abajo para luego sonreír— Venga conmigo.
–Si, beta.—Murmuró, comenzaron a caminar atravesando la gran sala, el hombre abrió la puerta dejando ver de un lado la cocina y tres puertas más, delante de ellos una escalera que conducía a la parte de arriba.
—Iremos arriba.— Aclaró subiendo las escaleras, ella dudo pero al perderlo de vista apresuró para alcanzarlo, siguiendo sus pasos con su audición elevada, pues el hombre era rápido. Ella subió, era como un pasillo, pero en vez de pura pared un hermoso ventanal cubría gran parte de esta, dejando la vista al bosque y las personas que trabajaban cerca. El hombre se paro junto a una puerta doble, parecía común pero tenía leves curvaturas como si estuviera tallado, ella una de las pocas maneras de abrirlo, el hombre le dio la espalda a Alex con haciendo que movimiento extraño de manos logró abrirla—Alpha, la loba blanca está aquí.
—Dile que pase.—Un escalofrió cruzo paso por su espina dorsal, la voz del alpha era terroríficamente idéntica a su descendencia, el futuro alpha de la manada carmesí, y que a pesar de que sus egos estén tan altos como para pensar que eran los mas fuertes de esas tierras, no lo eran, podrían ser los anteúltimos mas débil que había en Canadá. Esos hombres tenían algo que no muchas manadas poseían, el control casi perfecto de su lobo interior, por lo que ambos vivían en paz y sin ningún incidente, en esta época…donde mas nieve a ellos se les dificulta la caza, por lo que solo los lobos mas experimentados se les permitía salir al exterior para atrapar las presas. Desde noviembre hasta abril y un poco mas era donde el clima era muy bajo a lo habitual, donde la nieve podía superar los doce centímetros de profundidad, eso incapacitaba a los lobos de gran peso. Por lo que Alex ya sabía por donde iba el tema cuando entró al despacho del alpha, quien estaba junto a los tres mejores cazadores de la manada.
—¿Requería mi presencia?— Preguntó sin referirse a el como alpha, ganándose un gruñido de cada uno de los hombres que estaba dentro, menos del alpha que parecía muy sereno— Alpha.— Gruñó hacía los demás, por simple compromiso.
—Alex, he escuchado que casi enfrentas a mi hijo además de que eres una loba blanca.— Se levantó con tranquilidad, quedándose en su sitio unos segundos con una leve sonrisa, observando a Alex, apoyo una mano en su escritorio y comenzó a caminar hacia ella, su loba firme hacia que ella no cayera bajo la sumisión, el hombre quedo frente a ella, y alzo la mano acercándola lentamente a su cara. Cuando sol estaba a unos centímetros de su mejilla movió su mano hasta la letrina de atrás para tomar una botella de cristal llena de wiski junto a un vaso— Eres alpha de nacimiento, ni te inmutaste a mis feromonas. Sabes, iré directo al grano…necesito que tu ayudes a estos chicos con la caza, al menos esta vez. Nosotros somos una manada bastante chica como para que otros quieran comerciar con nosotros, no se beneficiarían de nada. Excepto que quieran una loba albina, claro esta.— Haló con sorna, eso enfureció a Alex, ese hombre solo lo había visto dos veces en su vida, cuando solo tenia cinco años y ese día, nunca a ayudo a pesar de saber lo que su manada completa hacía y ahora planeaba utilizarla como boleto de oro ¿Quien se creía? Avanzó hacia el, lo empujo haciendo que este soltara el vaso y la botella, el estruendo del vidrio impactando contra la alfombra de color mate y rompiéndose en miles de pedazos se escucho cuando el alpha quedo sentado e la silla, siendo presionado en el cuello por el brazo de Alex, usando mucho mas su hueso para que le doliera si el intentaba siquiera liberarse. El beta mano derecha y los comunes se acercaron a ella con intención de separarla de el, pero ella solo reacciono a sacar sus dientes caninos y sus ojos sobrenaturales amenazando a matarlos a ellos y al alpha.
—¿¡Qué m****a estas insinuando!?— Apretando mas su cuello, completamente desquiciada— ¿¡Quién te crees que eres alpha de cuarta!? Piensas que siquiera voy a transformarme y ensuciarme el pelo por ti y tu manada inútil, eso ¡Jamás! Renuncio a la manada, se que sobreviviré mejor sola ahora que tengo a mi loba conmigo. Iditas— Lo soltó bruscamente para salir corriendo, sabia que la perseguirán, por lo que ni siquiera pensó en bajar las escaleras, salto lo mas fuerte que pudo, y en el aire se trasformo en loba dejando atrás su ropa destrozada, apoyo sus patas en el piso flexionándolas para amortiguar la caída. Y apuró paso rompiendo la puerta principal para salir corriendo directo al bosque. Solo quería un poco de paz.
La luna salió, el sol se escondió y el hombre lobo estaba impaciente esperando por su mate, la chica que solo conoció unos minutos antes de que le prometiera volver para aclarar las cosas. El ruido de ramas partiéndose de manera desesperada lo alertó, era un poco lejos de donde estaba y no podía cruzar el limite que separaba la manada de ella con la tierra de nadie, suspiró y se tranquilizo, no era nada que le tendría que importar si no se trataba de la chica. Claro que eso se cumplió cuando sintió el exquisito olor que emanaba Alex, de pronto, la loba albina llego agitada a el, corriendo como si su vida dependiera de eso completamente despeinada, llegó a el y se desplomo en el suelo a sus pies, dejando su forma lobuna para quedarse humana, totalmente desmayada. El sin pensarlo la tomo entre sus brazos y comenzó a correr, reuniendo todas sus energías para llegar a su manada donde ella y el estarían a salvo, dejando atrás a los tre
Vi Loup se fundó cuando el padre de Derek mató al alpha tirano que gobernaba la mitad de las tierras que en la actualidad tenían. Su padre era un dios para los mayores de treinta años, pues todos los demás vinieron cuando la manada ya estaba más formada y con mucho más territorio, después de la muerte de Zen, el alpha tirano, muchos pensaban que la maldición se iría y volverían a un color normal de lobo. Pero no, la diosa luna sabía que había corazones malos en la manada y a pesar de estar castigando a inocentes, quería que esa lección la tuvieran en cuenta durante muchas generaciones. Pero se compadeció con la de Derek, quien esperaba que Alex se diera cuenta de que el no mentía, que sienta su olor como el lo hace con ella, los sentimientos que se revuelven a verla, su rostro y cuerpo incomparables, que sus ojos solo estén puestos en el. Pero aún no era posible, además se tenía que
En el bosque, muy contentos caminaban sin parar, ambos transformados en magníficos lobos el ying y el yang. La hermosa loba blanca, cachorra enamorada del lobo negro quien su divinidad mostraba en cada paso que daba. Blanca se acercó a el para empezar a olerlo, acariciando su cabeza y pecho con la suya para que sus olores se acoplen sin estar marcados. Ambos se miraron fijamente, el ambiente era bueno y muy familiar, pero la loba aún era una cachorra por lo que no se resistió a jugar, lanzándose contra el lobo negro tratando de taquearlo. Pero este con agilidad digna de un lobo con experiencia en las batallas, esquivó gran cuerpo peludo de la loba para salir corriendo a un lugar muy conocido para el. La loba divertida comenzó a perseguirlo, esquivando ramas y todo tipo de cosas que impedían acercarse a el, por unos momentos lo perdió de vista haciendo que aumentará la velocidad para alcanzarlo. El olor de el macho dejaba un ras
Después de una charla amena, Alex y Derek separan sus caminos y se dirigen a sus respectivos cuartos. La razón por la que estas almas no dormían juntos es por que Alex aun no estaba lista para estar en la misma cama que alguien, menos con un chico, y Derek entiende y apoya la idea de ir lo más despacio que ella necesite. Derek sabía que ella aún no sentía el vínculo con él, era normal…necesitaba marcarla para mostrarle que en realidad era el su alma gemela. Alex se dirigió a su cuarto, dando saltos por todo el pasillo feliz del grandioso día que había tenido hoy. Soltando una pequeña risa al recordar la cara sonrojada del lobo al ella responderle el coqueteo. Mientras tanto, el lobo rasgaba en su interior tratando de salir, pero no del control de Derek…si no de felicidad pura, quería aullar y demostrarle al pueblo que su mate le dio una segunda oportunidad que el no derrocharía p
Despertó junto a algo cálido y cómodo ¿Cómo no podía despertarse de buen humor teniendo a alguien junto a ella? Sonrió al ver como el gran brazo de Derek arropando su cintura fuertemente, pero claro cuando se despierta en las mañanas el deber llama. Por lo que, agarrando uno de los dedos de el lobo, corrió su brazo lentamente y sin despertarlo, saliendo de la cama corriendo directo al baño. Aliviada y con necesidad de volver a la cama junto a el, caminó de puntitas y se volvió a meter en la cama, abrazando el cuerpo más grande y escondiendo su cabeza en el pecho del contrario. —Princesa.—Susurró dormido, apretándola contra el—Desearía despertarme así todos los días.—Declaró dándole un delicado beso en su cabeza—Eso sería la gloria. Buenos días. —Buenos días Derek.— Devolvió el saludo tratando de separarse apenada, pero tal y como pred
De alguna manera había convencido a Derek de dejarla ir hacía su antigua manada, claro que a escondidas de los guardias, pues no sabían si aún la seguían buscando. Cuando llegaron a la casa, un mal presentimiento recorrió la columna vertebral de Alex y su instinto se activo, solo iban a buscar lo que quedaba de sus cosas en su antiguo cuarto. Mientras tomaba un bolso grande para poner sus pertenencias, el teléfono de Derek sonó, haciendo que este se disculparse y se alejara unos pasos para atender, Alex por privacidad decidió no escuchar la conversación y dedicarse a guardar su ropa. Los pasos pesados de el alpha llegaron a ella y con la mirada suplicante se acercó. —Princesa lo siento, tengo que ir urgentemente a la manada. Ya sabes, Almir tubo uno
Se preparó para ir a la escuela, tenía planeado ir hacia allá para poder reportar el por qué había faltado tantos meses sin decir nada, a pesar de que estaba segura de que toda la manada sabía de su situación. El sonido de la bocina se escucho retumbar por toda la casa, su corazón dio un latido casi doloroso al recordar las dos simples palabras que le había dicho al hombre frente a la casa. Alex antes de irse repasa su atuendo, un vestido azul de tela suave y oleada de mangas cortas y botones falsos que iban desde el cuello en U hasta su cintura debajo de este tenía una remera manga larga con cuello de tortuga de color blanco amarillento, con calzas negras que cubrían completamente sus piernas junto a sus zapatillas del mismo color. Lista para salir, ató su cabello en una colita baja y salió de su casa no sin antes tomar un vaso de agua como tenía de costumbre. Se quedó impresionada al ver un herm
—Te conviene venir conmigo. Soy mucho mejor que ese alpha y puedo dejarte ser la principal de mis concubinas.—Habló de la nada el muchacho cuando vio que la pareja comenzó a caminar lejos de ahí. —Preferiría morir.—Acotó Alex reteniendo a Derek el cual gruñir por lo bajo muy tenso, mientras ella luchaba por tener el control de su cuerpo contra la loba. Ella era débil en su forma humana, no tenía ningún entrenamiento físico que demostraba su fuerza lobuna. Se alejaron poco a poco, mirando a tras de vez en cuando, y cuando estuvieron lo más alejados Derek le tomó de los hombros y se agachó para mirarla fijamente. —Lo siento Alex, me tengo que ir. Nos vemos Princesa.—Derek la abrazó apenas termine de hablar, dejándole un beso en la frente. Quería demostraba siempre que podía el amor que tenía por ella, pues a pesar de el poco tiempo que se conocían, el lazo de mates lo volvía loco—Te espero afuera. &nbs