La luna salió, el sol se escondió y el hombre lobo estaba impaciente esperando por su mate, la chica que solo conoció unos minutos antes de que le prometiera volver para aclarar las cosas. El ruido de ramas partiéndose de manera desesperada lo alertó, era un poco lejos de donde estaba y no podía cruzar el limite que separaba la manada de ella con la tierra de nadie, suspiró y se tranquilizo, no era nada que le tendría que importar si no se trataba de la chica. Claro que eso se cumplió cuando sintió el exquisito olor que emanaba Alex, de pronto, la loba albina llego agitada a el, corriendo como si su vida dependiera de eso completamente despeinada, llegó a el y se desplomo en el suelo a sus pies, dejando su forma lobuna para quedarse humana, totalmente desmayada. El sin pensarlo la tomo entre sus brazos y comenzó a correr, reuniendo todas sus energías para llegar a su manada donde ella y el estarían a salvo, dejando atrás a los tres cazadores que trataban de buscar los rastros de la loba.
Abrió sus ojos cuando sintió la luz del sol molestando su vista aun con los ojos cerrados, solo veía rojo por el parpado. Los recuerdos antes de caer rendida a los pies del alpha sin nombre llegaron de repente haciendo que su cabeza doliera mucho mas de lo que imaginaba, se quito las sabanas y el acolchado grueso para apoyar sus piernas en el frio suelo. Miró bien a su alrededor, era un cuarto pequeño per acogedor, pintada con un marrón clarito que hacía que los muebles barnizados quedaran mucho mas atractivos a la vista, había una ventana justo al lado de la cama, donde dejaba pasar la luz del sol, gruño antes de pararse completamente y cerrar las cortinas de mala manera, oscureciendo levemente la habitación, miró que habían tres puertas, una del otro lado de la habitación, enfrentando la ventana, otra un poco lejos de la primera, justo en medio, y la ultima enfrentada a la cama. Eligió la mas cercana y entro, era una puerta oscura con picaporte platinado, lo tomó entre sus manos y empujo su mano hacía abajo para ver lo que estaba detrás de esta. Alex tenía una gran imaginación, por lo que no se podía culpar al pensar que habría un zoológico exótico detrás de la puerto, o en los peores casos miles de cadáveres apilado ahí pudriéndose. Pero realmente fue gracioso para ella encontrarse con nada mas y nada menos que un baño común y corriente, completamente blanco con algunos adornos de colores suaves que quedaba realmente bien con el diseño y el gusto de ella. Desinteresada, decidió ir por la puerta enfrentada con la cama, tenía la intuición de que sería un ropero, de esos grandes que encontraban las protagonistas cuando despertaban en una casa ajena, por lo que se apresuro a abrir rápidamente la puerta, encontrándose con otra desilusión, un espacio de dos metros de dos metros y medio de largo y dos de ancho, la mitad de este tenia la las camperas y trajes de hombre, mientras que el otro cajones y bloques llenos de ropa bien doblada. Suspiró rodando los ojos y cerrando la puerta mas fuerte de lo normal, ahora le quedaba la última puerta, la que mas ansias le daba, camino dando saltos, si bien el ropero no era como en los libros que tanto amaba leer, esa misma habitación era mucho mas grande que la mitad de su casa. Abrió la puerta sin apuro, agradecida d e que estuviera abierta, pues esta daba a una gran sala, donde para su sorpresa estaba el lobo negro sentado e su forma humana junto a una chica bebiendo lo que parecía oler a te. Se miró verificando tener algo puesto, y al ver un pijama ligero camino hacia ello sin siquiera cerrar la puerta del cuarto. La mujer se dio la vuelta, clavando sus ojos jade en ella, Alex se sonrojo, era una mujer muy inda, camino a paso lento pero seguro hasta llegar junto a ellos donde un muy ansioso lobo la miraba esperando que digiera algo.
—Muchas gracias, me salvaste de ellos.—Sonrió—Pero me tengo que ir, no creo que estar en un lugar mucho tiempo sea bueno si no quieres que esos lobos te declaren la guerra.— Habló, le devolvió una sonrisa en modo de saludo a la ojiverde.
—¡No! No puedes irte, ellos jamás se atreverían a pisar mi territorio, y si pasara, tengo a muy buenos guerreros en mis líneas, no tienes de que preocuparte, además... Teníamos un trato.—Dijo levantándose, la mujer divertida chasparreo llamando la atención de el chico.
—Que desesperado que te pones alpha. Tendré que presentarme. Soy Almir, beta de la manada y mano derecha de este idiota, bienvenida luna, lamento como es que legaste. Pero le pido que le de una oportunidad, es buena persona— Aclaró, haciendo que el rubio, con su cabello recogida en una coleta baja, se sonrojara hasta las orejas.
—No dudo que son una manada fuerte, pero no quiero aprovecharme de su hospitalidad ni tampoco refugiarme con ustedes.— Negó indecisa.
—No Alex, no abusas de nada, es algo que me surge hacer porque a pesar de no parecerlo eres mi mate, y como alpha y tu destinado, siento que debo protegerte. Te pido que solo veas como somos aquí, es realmente muy diferente a la manada donde tu antes solías vivir.— Declaró el alpha, Alex extrañada de que la haya nombrado por su nombre se acerco un poco mas a el.
—¿Cómo sabes mi nombre?— Se dio cuenta del cambio repentino que dio a la conversación cuando la beta le mandó una mirada incrédula—Es decir…que esta bien, pero seré como cualquier otro lobo mas, suponiendo de que solo nos conocemos unos minutos. No quiero ser una carga.— Antes de que siquiera el replique sobre la última reacción de Alex, ella se adelanto y acerco su mano a el, extendiéndola— Soy Alex…solo eso.— Sonrió al ver la cara confundida del lobo.
—Soy Derek Starman, un gusto princesa.— Tomó su mano con firmeza y la llevo as boca para besarla con delicadeza, sin apartar sus ojos marrones de ella.
—Un gusto Derek, Almir.— Sonrió retrocediendo un paso.
—¿Quieres sentarte con nosotros?— Pregunto la ojiverde señalado el asiento junto a el rubio. Alex pensó poco antes de asentir— Todas las mañanas solemos comer aquí todos, solo que hoy Derek no permitió que los otros betas de clase baja se unieran a el desayuno matutino por miedo a que se embriagaran con tu olor, que hasta para mi es una delicia, supongo que es genética o una cosa de lobos.
—No es solo por eso, creí que te incomodaría ver tanta gente apenas te levantas sin saber donde estas exactamente.— Respondió rápidamente el alpha por miedo a causar mala impresión en Alex.
—¿Y en donde estoy exactamente?—Preguntó al darse cuenta que era cierto el no saber donde estaba.
—Estas en la manada Vi Loup, muy cerca de tu anterior manada. Vi es Latín significa fuerza, y Loup es lobo o lobuna en francés.
Vi Loup se fundó cuando el padre de Derek mató al alpha tirano que gobernaba la mitad de las tierras que en la actualidad tenían. Su padre era un dios para los mayores de treinta años, pues todos los demás vinieron cuando la manada ya estaba más formada y con mucho más territorio, después de la muerte de Zen, el alpha tirano, muchos pensaban que la maldición se iría y volverían a un color normal de lobo. Pero no, la diosa luna sabía que había corazones malos en la manada y a pesar de estar castigando a inocentes, quería que esa lección la tuvieran en cuenta durante muchas generaciones. Pero se compadeció con la de Derek, quien esperaba que Alex se diera cuenta de que el no mentía, que sienta su olor como el lo hace con ella, los sentimientos que se revuelven a verla, su rostro y cuerpo incomparables, que sus ojos solo estén puestos en el. Pero aún no era posible, además se tenía que
En el bosque, muy contentos caminaban sin parar, ambos transformados en magníficos lobos el ying y el yang. La hermosa loba blanca, cachorra enamorada del lobo negro quien su divinidad mostraba en cada paso que daba. Blanca se acercó a el para empezar a olerlo, acariciando su cabeza y pecho con la suya para que sus olores se acoplen sin estar marcados. Ambos se miraron fijamente, el ambiente era bueno y muy familiar, pero la loba aún era una cachorra por lo que no se resistió a jugar, lanzándose contra el lobo negro tratando de taquearlo. Pero este con agilidad digna de un lobo con experiencia en las batallas, esquivó gran cuerpo peludo de la loba para salir corriendo a un lugar muy conocido para el. La loba divertida comenzó a perseguirlo, esquivando ramas y todo tipo de cosas que impedían acercarse a el, por unos momentos lo perdió de vista haciendo que aumentará la velocidad para alcanzarlo. El olor de el macho dejaba un ras
Después de una charla amena, Alex y Derek separan sus caminos y se dirigen a sus respectivos cuartos. La razón por la que estas almas no dormían juntos es por que Alex aun no estaba lista para estar en la misma cama que alguien, menos con un chico, y Derek entiende y apoya la idea de ir lo más despacio que ella necesite. Derek sabía que ella aún no sentía el vínculo con él, era normal…necesitaba marcarla para mostrarle que en realidad era el su alma gemela. Alex se dirigió a su cuarto, dando saltos por todo el pasillo feliz del grandioso día que había tenido hoy. Soltando una pequeña risa al recordar la cara sonrojada del lobo al ella responderle el coqueteo. Mientras tanto, el lobo rasgaba en su interior tratando de salir, pero no del control de Derek…si no de felicidad pura, quería aullar y demostrarle al pueblo que su mate le dio una segunda oportunidad que el no derrocharía p
Despertó junto a algo cálido y cómodo ¿Cómo no podía despertarse de buen humor teniendo a alguien junto a ella? Sonrió al ver como el gran brazo de Derek arropando su cintura fuertemente, pero claro cuando se despierta en las mañanas el deber llama. Por lo que, agarrando uno de los dedos de el lobo, corrió su brazo lentamente y sin despertarlo, saliendo de la cama corriendo directo al baño. Aliviada y con necesidad de volver a la cama junto a el, caminó de puntitas y se volvió a meter en la cama, abrazando el cuerpo más grande y escondiendo su cabeza en el pecho del contrario. —Princesa.—Susurró dormido, apretándola contra el—Desearía despertarme así todos los días.—Declaró dándole un delicado beso en su cabeza—Eso sería la gloria. Buenos días. —Buenos días Derek.— Devolvió el saludo tratando de separarse apenada, pero tal y como pred
De alguna manera había convencido a Derek de dejarla ir hacía su antigua manada, claro que a escondidas de los guardias, pues no sabían si aún la seguían buscando. Cuando llegaron a la casa, un mal presentimiento recorrió la columna vertebral de Alex y su instinto se activo, solo iban a buscar lo que quedaba de sus cosas en su antiguo cuarto. Mientras tomaba un bolso grande para poner sus pertenencias, el teléfono de Derek sonó, haciendo que este se disculparse y se alejara unos pasos para atender, Alex por privacidad decidió no escuchar la conversación y dedicarse a guardar su ropa. Los pasos pesados de el alpha llegaron a ella y con la mirada suplicante se acercó. —Princesa lo siento, tengo que ir urgentemente a la manada. Ya sabes, Almir tubo uno
Se preparó para ir a la escuela, tenía planeado ir hacia allá para poder reportar el por qué había faltado tantos meses sin decir nada, a pesar de que estaba segura de que toda la manada sabía de su situación. El sonido de la bocina se escucho retumbar por toda la casa, su corazón dio un latido casi doloroso al recordar las dos simples palabras que le había dicho al hombre frente a la casa. Alex antes de irse repasa su atuendo, un vestido azul de tela suave y oleada de mangas cortas y botones falsos que iban desde el cuello en U hasta su cintura debajo de este tenía una remera manga larga con cuello de tortuga de color blanco amarillento, con calzas negras que cubrían completamente sus piernas junto a sus zapatillas del mismo color. Lista para salir, ató su cabello en una colita baja y salió de su casa no sin antes tomar un vaso de agua como tenía de costumbre. Se quedó impresionada al ver un herm
—Te conviene venir conmigo. Soy mucho mejor que ese alpha y puedo dejarte ser la principal de mis concubinas.—Habló de la nada el muchacho cuando vio que la pareja comenzó a caminar lejos de ahí. —Preferiría morir.—Acotó Alex reteniendo a Derek el cual gruñir por lo bajo muy tenso, mientras ella luchaba por tener el control de su cuerpo contra la loba. Ella era débil en su forma humana, no tenía ningún entrenamiento físico que demostraba su fuerza lobuna. Se alejaron poco a poco, mirando a tras de vez en cuando, y cuando estuvieron lo más alejados Derek le tomó de los hombros y se agachó para mirarla fijamente. —Lo siento Alex, me tengo que ir. Nos vemos Princesa.—Derek la abrazó apenas termine de hablar, dejándole un beso en la frente. Quería demostraba siempre que podía el amor que tenía por ella, pues a pesar de el poco tiempo que se conocían, el lazo de mates lo volvía loco—Te espero afuera. &nbs
—¡Gracias señorita!—Hablaron al unísono antes de separarse para retomar sus posiciones mientras Alex se dirigía a la mansión del alpha. No tardo mucho en llegar a su destino siendo atendida por los guardias que la conocían, tomando a Derek para acomodarlo en la gran cama de su habitación mientras ella les mencionaba a los guaridas que llamasen al médico lo más rápido posible. Estaba completamente asustada, tenía que haber corrido lejos de su pareja por que alguien había pensado que era buena idea dispararle a su mate con una flecha mágica que al parecer adelantaba el celo. Eso además de atentar contra su integridad física, también lo hacía para Derek, pues sus feromonas podían cambiar y hacerse irregulares por tal suceso. —¿Qué es lo que a pasado Luna? ¿Usted no lo había llamado?—Preguntó desesperada la beta de Derek, Almir. La mujer además de ser el beta era su mano derecha, su mejor amiga, le parecía tan irreal ver que el alpha de esa forma, co