Todos al ver peligro antes de que ella siquiera se transformara, cambiaron de forma mucho mas expertos que ella, pero cuando miraron la forma de lobo que Alex tenía cada uno comenzó a hacer una reverencia larga, dejando a la loba de la, ahora, peliblanca satisfecha por los lobos que la reconocieron, Alex asustada retrocedió, tomando un poco del control de su cuerpo, pero gruñendo a Louis que sin querer hacerlo de verdad hacia la misma reverencia que los otros alumnos, poco a poco, comenzaron a convertirse en humanos, dejando su ropa destruida en el suelo, mirando con miedo la loba en la cafetería.
—Lo sentimos, no queríamos molestarte, no sabíamos que eras descendiente de esa manada.— Habló una chica acercándose levemente a ella— No maldigas a nuestra manada, por favor ve y habla con nuestro alpha, de seguro llegaran a un acuerdo.— Confundida Alex asintió y salió por las puertas de la cafetería aturdida, des transformándose cuando vio que no había nadie observándola. Sin pensarlo corrió hacia la biblioteca desnuda con dios la trajo al mundo, esquivando las miradas innecesarios que de seguro le iban a dar los otros adolecentes. Ella recordaba que había un libro que hablaba sobre los lobos blancos, se había olvidado completamente que ahora ella y su loba eran albinas, había un relato muy detallado de ellos en un libro que había leído. Por lo que se tomo el tiempo de buscarlo, y cuando lo encontró en la tercera estantería del segundo piso se emociono, las letras doradas y la loba fiera en la portada le integraban demasiado. Tomando una bolsa de plástico, metió el libro dentro y se convirtió en loba nuevamente, y a pesar de haber dicho que no le apetecía ser loba ese día y que no le gustaba perder clases, era un problema intrigoso que tenia que solucionar. Corrió a gran velocidad al bosque nuevamente, su único lugar donde se sentía segura, la roca. Desnuda y sin ningún tipo de vergüenza comenzó a leer el libro, el titulo que mas le había interesado….los descendientes de la diosa luna y la maldición. Le pareció mas importante el primer título, por lo que lo leyó primero. Este se contaba como al diosa luna veía como a los lobos se les dificultaba cazar en los climas de nieve, y mas cuando siempre era así en esa zona, por lo que , teniendo compasión, con cada hebra de su pelo tiño el de los lobos con el mismo color que su pelo, un blanco nieve, lobos albinos, que ahora se podían camuflar en la nieve y cazar lo que querían para los cachorros y demás integrantes. Pero no solo eso les había donado, inconscientemente cada hebra de su pelo también tenia un poquito de su poder, por lo que, cada lobo, además de ser mas grande que los de promedio, eran alpha, si eran blancos si o si eran alphas. Los betas y omegas subieron de rango, y la manada estaba formada de puros alfas que trabajaban a la par, cada un año se hacia un combate, y quienes luchaban contra el alpha y ganaban iban a sr los nuevos al mando, pues esa manada se manejaba de manera justa y los lobos además de fuerza eran entrenados para ser líderes natos. Esa manada era poderosa y era la protegida de la diosa luna, pues eran los mas justos de sus hijos, pero claro…No todo es felicidad, una manada inconscientes de esto, comenzaron a matar y robar los cachorros y las hembras que se quedaban en el territorio cuando los demás cazaban, matándolos de forma cruel para reducir el numero de la manada, los que sobrevivían se separaban para buscar a su familia, pues sus mates eran parte fundamental en su vida, y el dolor en su pecho por sus muertes eran tan grandes que morían, y así…poco a poco se fue disolviendo la gran manada, la diosa luna castigo a esa manada, convirtiéndolos mucho mas dependientes de sus mates, mas intolerantes y ocultando su olor, siendo así que cuando estos encuentren a su mate, ellos no los puedan reconocer y los rechacen, muy pocos les creyeron por sentir el lazo especial, pero otros no y dejaban que murieran de agonía. Se identifica a los lobos malditos como los negros, su pelaje espeso y negro perfecto para cazar en la noche, pues la diosa luna quería que fueran lo opuesto de sus preciados lobos, y aunque estuviera enojada con los malditos, no los mataría porque a pesar de todo eran sus hijos, unos que aprenderían la lección.
El libro fue escrito hace siglos, por lo que puede ser de las pocas de su especie que aun esta viva, tenía intriga sobre la maldad que tenían esos lobos, cual era su necesidad de matar a los lobos que no podían defenderse, las mamas débiles por el parto, los jóvenes inexpertos que aun no sabían como lucha, se aprovecharon de esa oportunidad y eso hizo que tuviera cierto temor en los lobos negros.
Su estomago gruño, alzo la vista al cielo y solo pudo apreciar como la luna aparecía en el azul oscuro, ya era demasiado tarde, tenía hambre pero tampoco quería ir a la casa para que solo la insulten. Agudizo sus sentidos, era una forma muy productiva de afinar sus instintos animales, no sabia luchas y su forma de loba era bastante fuerte para poder defender, por lo que, sin pensarlo mas, salto y se trasformo en loba, claro que su proceso al no ser tan rápido golpeo el piso con su lomo. Río internamente y salió corriendo, siguiéndolos corazones acelerados de una manada de caribúes, tomó velocidad hasta llegar al lugar, sus patas esponjosas y sus garras no hacían ni el ms mínimo ruido en la nieve, agacho su cabeza y su panza pegada al frio, espero y espero, dejando que su loba tomase el control, poco a poco se acercó, dejando la velocidad atrás y a paso de tortuga lenta, comenzó a arrastrarse. Y ahí estaba, un caribúes bebe, sintió lastima, pero su loba lo requería, ella lo necesitaba y el cachorro estaba solo. Tomo un respiro largo, y se lanzo al animal, enterrando ferozmente sus dientes en el cuello del animal, acabando con su vida inmediatamente, corrió lo mas rápido que pudo con el animal entre sus dientes, no queriendo alertar a la manada de animales. Se sentía horrible por hacer eso, pero era la supervivencia, la madre se alejo y cualquier otro carnívoro lo hubiera hecho peor, dejando que el animal agonizara, pero aun con eso en mente, le dio asco comer la carne cruda por control de su loba.
No cambio de vuelta, no quería sentir el sabor metálico que iba a tener en su boca, estaba llena y con un nudo en la garganta. Se quedó en la roca dormida, no quería regresar a su casa nunca más, era loba y tenía el poder de irse si quería. Se despertó, pero en vez de ver el techo lleno de moho se encontró con las copas de los arboles meciéndose al compas del viento, respiro profundamente, escuchando su respiración profunda. Se levanto de la roca y a paso tranquilo comenzó a caminar sin rumbo, como si algo le dijese que eso esta bien. Movía su cuerpo con elegancia, sus pelos suaves se agitaban, sus ojos azules violetosos fijaban su vista en cada punto del bosque, de pronto, sintió una presencia y por razones del destino caminó mas rápido para llegar a ella, sentía a su loba alocada, hasta podía escucharla hablar “Búscalo….búscalo” No era algo que podía ignorar.
Rodeó una roca enorme, que impedía que viera lo que estaba detrás de ella, claro que luego de dar unos pasos y fijar su vista en lo que la llamaba se quedo tiesa, paralizada, asombrada e incluso intrigada, leer ese libro le traía nuevas ideas sobre el mundo donde ella vivía, y sabia que era una completa m****a, pero no sabia que su suerte era mucho mas que eso, porque…ver a un lobo negro, mucho mas grande que ella, frente a frente, con sus ojos naranjas llamativos mirando cada parte de ella, le erizaba todo el cuerpo, su loba estaba quieta, y ella no sabia que hacer en esa situación, ahí estaba el lobo negro de las maldiciones, descendiente de los que casi extinguieron a su manada.

Se puso nerviosa al ver que su loba aullaba de felicidad al ver a su compañero, el lobo negro se acerco asustando a Alex, este sollozo sin querer realmente asustarla, se agacho escondiendo su hocico y poco a poco fue dejando su forma lobuna, del lobo de dos metros, de pelaje oscuro y mirada anaranjada a un chico rubio de ojos marrones brillantes, el chico acomodó su melena hacia atrás, y caminó lentamente hacia atrás, con sus manos arriba temiendo asustar nuevamente a la loba de cabellos blancos. Se escondió detrás de un árbol y saco de un hueco una muda de ropa, aunque solo se coloco unos pantalones. Alex viendo que el se cambiaba, decidió hacer lo mismo, solo que, al volverse humana estaría desnuda. —¿Qué quieres?— Preguntó nerviosa al ver salir detrás del árbol. Ya no se sentía poderosa ¿Acaso eso era normal? No sabía que era lo que pasaba. Pero se sobresalto cuando el chico de cabello dorado caminó nuevamen
Decir que no estaba nerviosa era una gran y cruel mentira, ella sentía que su loba estaba firme y era su ancla para ese caso, nunca antes se había atrevido siquiera acercarse al alpha. Que si bien este no le hizo nada malo y permitió que ella entrará a la manada, jamás hizo algo en contra de los tratos de los suyos, como si Alex estuviera destinada a eso, a sólo ser el juguete anti golpes de esos lobos corruptos. Por suerte ya está completa, aún cachorra pero completa, no sabía pelear pero su loba si intimidar, además de que descubrió si increíble capacidad para correr, ella era rápida. Camino junto a su vestido marrón cubriendo su cuerpo, se lo había robado a una de las chicas que vivía cerca del alpha, tardo más de lo improvisto para sacarle el olor de otra loba para impregnarle su olor. Miró a los dos guardias que cuidaban matutinamente las puert
La luna salió, el sol se escondió y el hombre lobo estaba impaciente esperando por su mate, la chica que solo conoció unos minutos antes de que le prometiera volver para aclarar las cosas. El ruido de ramas partiéndose de manera desesperada lo alertó, era un poco lejos de donde estaba y no podía cruzar el limite que separaba la manada de ella con la tierra de nadie, suspiró y se tranquilizo, no era nada que le tendría que importar si no se trataba de la chica. Claro que eso se cumplió cuando sintió el exquisito olor que emanaba Alex, de pronto, la loba albina llego agitada a el, corriendo como si su vida dependiera de eso completamente despeinada, llegó a el y se desplomo en el suelo a sus pies, dejando su forma lobuna para quedarse humana, totalmente desmayada. El sin pensarlo la tomo entre sus brazos y comenzó a correr, reuniendo todas sus energías para llegar a su manada donde ella y el estarían a salvo, dejando atrás a los tre
Vi Loup se fundó cuando el padre de Derek mató al alpha tirano que gobernaba la mitad de las tierras que en la actualidad tenían. Su padre era un dios para los mayores de treinta años, pues todos los demás vinieron cuando la manada ya estaba más formada y con mucho más territorio, después de la muerte de Zen, el alpha tirano, muchos pensaban que la maldición se iría y volverían a un color normal de lobo. Pero no, la diosa luna sabía que había corazones malos en la manada y a pesar de estar castigando a inocentes, quería que esa lección la tuvieran en cuenta durante muchas generaciones. Pero se compadeció con la de Derek, quien esperaba que Alex se diera cuenta de que el no mentía, que sienta su olor como el lo hace con ella, los sentimientos que se revuelven a verla, su rostro y cuerpo incomparables, que sus ojos solo estén puestos en el. Pero aún no era posible, además se tenía que
En el bosque, muy contentos caminaban sin parar, ambos transformados en magníficos lobos el ying y el yang. La hermosa loba blanca, cachorra enamorada del lobo negro quien su divinidad mostraba en cada paso que daba. Blanca se acercó a el para empezar a olerlo, acariciando su cabeza y pecho con la suya para que sus olores se acoplen sin estar marcados. Ambos se miraron fijamente, el ambiente era bueno y muy familiar, pero la loba aún era una cachorra por lo que no se resistió a jugar, lanzándose contra el lobo negro tratando de taquearlo. Pero este con agilidad digna de un lobo con experiencia en las batallas, esquivó gran cuerpo peludo de la loba para salir corriendo a un lugar muy conocido para el. La loba divertida comenzó a perseguirlo, esquivando ramas y todo tipo de cosas que impedían acercarse a el, por unos momentos lo perdió de vista haciendo que aumentará la velocidad para alcanzarlo. El olor de el macho dejaba un ras
Después de una charla amena, Alex y Derek separan sus caminos y se dirigen a sus respectivos cuartos. La razón por la que estas almas no dormían juntos es por que Alex aun no estaba lista para estar en la misma cama que alguien, menos con un chico, y Derek entiende y apoya la idea de ir lo más despacio que ella necesite. Derek sabía que ella aún no sentía el vínculo con él, era normal…necesitaba marcarla para mostrarle que en realidad era el su alma gemela. Alex se dirigió a su cuarto, dando saltos por todo el pasillo feliz del grandioso día que había tenido hoy. Soltando una pequeña risa al recordar la cara sonrojada del lobo al ella responderle el coqueteo. Mientras tanto, el lobo rasgaba en su interior tratando de salir, pero no del control de Derek…si no de felicidad pura, quería aullar y demostrarle al pueblo que su mate le dio una segunda oportunidad que el no derrocharía p
Despertó junto a algo cálido y cómodo ¿Cómo no podía despertarse de buen humor teniendo a alguien junto a ella? Sonrió al ver como el gran brazo de Derek arropando su cintura fuertemente, pero claro cuando se despierta en las mañanas el deber llama. Por lo que, agarrando uno de los dedos de el lobo, corrió su brazo lentamente y sin despertarlo, saliendo de la cama corriendo directo al baño. Aliviada y con necesidad de volver a la cama junto a el, caminó de puntitas y se volvió a meter en la cama, abrazando el cuerpo más grande y escondiendo su cabeza en el pecho del contrario. —Princesa.—Susurró dormido, apretándola contra el—Desearía despertarme así todos los días.—Declaró dándole un delicado beso en su cabeza—Eso sería la gloria. Buenos días. —Buenos días Derek.— Devolvió el saludo tratando de separarse apenada, pero tal y como pred
De alguna manera había convencido a Derek de dejarla ir hacía su antigua manada, claro que a escondidas de los guardias, pues no sabían si aún la seguían buscando. Cuando llegaron a la casa, un mal presentimiento recorrió la columna vertebral de Alex y su instinto se activo, solo iban a buscar lo que quedaba de sus cosas en su antiguo cuarto. Mientras tomaba un bolso grande para poner sus pertenencias, el teléfono de Derek sonó, haciendo que este se disculparse y se alejara unos pasos para atender, Alex por privacidad decidió no escuchar la conversación y dedicarse a guardar su ropa. Los pasos pesados de el alpha llegaron a ella y con la mirada suplicante se acercó. —Princesa lo siento, tengo que ir urgentemente a la manada. Ya sabes, Almir tubo uno