Se levantó de golpe con algo de emoción recorriendo su sistema, apoyando sus manos en el lavabo de cerámica blanca, mirando su reflejo maravillada a pesar de logrando susto que se acababa de llevar. Podía ver con mucha más claridad que antes, su cabello ahora blanco caía por debajo de sus hombros en lindas y elegantes ondas, sabía que no necesitaba más lentes de contacto. Salió del baño aún desconcertada y emocionada, se cambió la ropa y se dispuso a salir de su habitación y subió para hacer el desayuno habitual de todos los integrantes de la casa, pero se percato que ninguno estaba ahí, ni siquiera su hermano que supuestamente la iba a acusar como sus padres. Era su cumpleaños, y aunque ella sabía que no debería esperar nada de personas como ellos, le dolía su indiferencia . Se sirvió un vaso de agua para tomarlo de un solo trago, así como hacían las personas en los bares que había visto, como si el alcohol realmente fuera agua. Salió a la calle y las personas que rondaban cerca de ahí empezaron a mirarla extrañados, pues sabían quien era por la cara, el olor y la ropa que ella tenía, pero la miraban con expresiones que Alex nunca había visto, lo usual era que si se encontraba a alguien de la manada la miraban con asco, pena y odio. Pero ahora solo miradas de intriga, curiosidad ¿Hasta lujuria? Eran lobos y ella era una hembra recién transformada, no sabia como esconder su olor y era mucho más potente. Los volvía locos.
Se fundió en el bosque como era de costumbre, y como le sobraba más tiempo del que creía por no hacerle el desayuno a su familia decidió ir a su lugar secreto, la roca en el medio de la laguna. En donde dejaba fluir sus verdaderos sentimientos, donde nadie la juzgaba y dejaba caer las lágrimas sin importarle nada, dejando que se mezclen con el agua. El viento choco con su pelo dejando una acaricia su cuerpo, para Alex era tan relajante sentir todo eso, era lo único que le hacía sentir viva. Los minutos pasaron y dejo de meditar, ya era hora de volver aunque para ella solo habían pasado segundos, la tranquilidad nunca iba a ser suficiente. No tenía intenciones de transformarse en lobo en ese momento pero tenía que ir a la escuela, no era una chica que faltaba y para ella era fundamental para salir del infierno.
Después de cinco minutos corriendo por el bosque, justo donde se encontraba la escuela. Al llegar, casi todas las personas que estaban fuera de el instituto la miraron de reojo, pues no se imaginaban que aquella chica era Alex. caminó por el pasillo con la cabeza baja, sin desear mirar a alguien en particular, pero claro, al ver esos zapatos de cuero especialmente pulcros hizo que levantara la vista, encontrándose a quien menos quería. Para sorpresa de Alex, Louis la miró y sonrió como nunca antes le había sonreído a ella, seductoramente, mostrando sus dientes perfectos y blancos, con sus caninos sobresaliendo levemente de toda su dentadura.—Hola preciosa.— Saludó coquetamente, Alex se le quedo mirando durante un periodo largo, haciendo que empezara a sentirse incomodo y avergonzado delante de una mujer por primera vez—¿y cómo te llamas dulzura?
—¿Acaso no te acuerdas de mi? ¿En serio?— Preguntó pensando que era una broma, y gran parte de ella lo miraba incrédula ¿Acaso no sabía que le había hacho durante tantos largos años? La tenía cansada de que usara sus privilegios de hombre lobo hijo del alpha y futuro gobernante de la manada. Sabía que cuando el tomara el poder, la manada iría en picada haca bajo.
—¿Es que tendría que hacerlo?— Preguntó burlón mientras se rascaba la barbilla fingiendo pensar— ¿Acaso me acoste contigo y al día siguiente no aparecí junto a ti?—Alex solo lo miró con desagrado unos segundos antes de ignorarlo y caminar hasta la cafetería, donde algunos desayunaban ahí como ella lo hacía todos los días. El sonriendo la siguió, y cuando entraron a la cafetería este le tomó de la mano impidiendo que esta siga caminando—Oh ¿Te ofendí? Lo siento, no hablo por segunda vez con las de una sola noche.—Sonrió con triunfo cuando los chismosos que pasaban por ahí comenzaron a reír cuando escucharon esa típica frase dicha por el, creyendo que estaba rechazando a una linda chica.
—No lindurita.—Contradijo remarcando lentamente la última palabra—Soy la “Nerd” ¿No te acuerdas?— Preguntó logrando que Louis la mirara sorprendido.
—Ah la loca que se desmayo en la cafetería.—Dijo al acordarse cuando la golpearon y la dejaron tirada en el bosque. —No me desmaye, solo me golpearon con un pedazo de metal y como era casi humana me desmaye, me dejaron en el maldito bosque donde podía haber muerto.—No seas dramática.—¿Dramática? ¿Estas hablando en serio?— Preguntó enojada, en un arranque de valentía camino hacía el para golpear su dedo en el pecho del chico—Lo siento, me había olvidado que tu pequeño cerebro solo capta poca información y no tienes idea de lo que sucede en las mentes de las mujeres.— Se alejo para caminar a una mesa, donde estaba repleta de chicos, tomo unas servilletas limpias que estaban acomodadas en el medio y se limpió el dedo que había usado para tocar a Louis.—Bien lobita, no te hagas la mala conmigo. Soy el alpha, respétame.—Dijo poniendo sus ojos sobrenaturales, de color amarrillo beta, pues aún no era alpha de verdad.
—Escucha, lobito.— Habló burlonamente, acercándose a el, Alex estaba sorprendida de si misma, ahora con su loba blanca dentro de ella, tenía mas confianza en si misma, no sentía respeto por el futuro alpha ni el sentimiento de doblegarse ante nadie. Se sentía increíblemente poderosa.— No es necesario que te hagas el malo conmigo ¿Si? Porque no siento ni el mas mínimo miedo o respeto por ti, perdiste tu legitimidad en mi, y estoy segura de que falta muy poco para que pasa con la manada, y te quedes completamente solo.
—Tendré que bajarte los sumos un poco, la verdad es que…aunque ahora seas loba, no puedes contra mi. Y lamentablemente para ti, estoy enojado.—Su cuerpo comienza a convulsionar mientras se tira el piso, pelos gruesos y fuertes salieron por todo su cuerpo, sus huesos se rompían y soldaban solo, su boca se alargo, la columna igual y se convirtió en un hermoso lobo de color marrón oscuro, un animal tan lindo dentro de un idiota como Louis. Gruño con su pelo erizado, listo para la pelea. Alex era una loba novata, un cachorro de días, pero a pesar de esto tenia un tamaño descomunal, casi tanto como el de Louis, por lo que, se asusto cuando comenzó a notar los cambios y el dolor en su cuerpo, su loba había tomado el control al recibir un gruñido de alguien que consideraba inferior.

Todos al ver peligro antes de que ella siquiera se transformara, cambiaron de forma mucho mas expertos que ella, pero cuando miraron la forma de lobo que Alex tenía cada uno comenzó a hacer una reverencia larga, dejando a la loba de la, ahora, peliblanca satisfecha por los lobos que la reconocieron, Alex asustada retrocedió, tomando un poco del control de su cuerpo, pero gruñendo a Louis que sin querer hacerlo de verdad hacia la misma reverencia que los otros alumnos, poco a poco, comenzaron a convertirse en humanos, dejando su ropa destruida en el suelo, mirando con miedo la loba en la cafetería. —Lo sentimos, no queríamos molestarte, no sabíamos que eras descendiente de esa manada.— Habló una chica acercándose levemente a ella— No maldigas a nuestra manada, por favor ve y habla con nuestro alpha, de seguro llegaran a un acuerdo.— Confundida Alex asintió y salió por las puertas de la cafetería aturdida, des transfor
Se puso nerviosa al ver que su loba aullaba de felicidad al ver a su compañero, el lobo negro se acerco asustando a Alex, este sollozo sin querer realmente asustarla, se agacho escondiendo su hocico y poco a poco fue dejando su forma lobuna, del lobo de dos metros, de pelaje oscuro y mirada anaranjada a un chico rubio de ojos marrones brillantes, el chico acomodó su melena hacia atrás, y caminó lentamente hacia atrás, con sus manos arriba temiendo asustar nuevamente a la loba de cabellos blancos. Se escondió detrás de un árbol y saco de un hueco una muda de ropa, aunque solo se coloco unos pantalones. Alex viendo que el se cambiaba, decidió hacer lo mismo, solo que, al volverse humana estaría desnuda. —¿Qué quieres?— Preguntó nerviosa al ver salir detrás del árbol. Ya no se sentía poderosa ¿Acaso eso era normal? No sabía que era lo que pasaba. Pero se sobresalto cuando el chico de cabello dorado caminó nuevamen
Decir que no estaba nerviosa era una gran y cruel mentira, ella sentía que su loba estaba firme y era su ancla para ese caso, nunca antes se había atrevido siquiera acercarse al alpha. Que si bien este no le hizo nada malo y permitió que ella entrará a la manada, jamás hizo algo en contra de los tratos de los suyos, como si Alex estuviera destinada a eso, a sólo ser el juguete anti golpes de esos lobos corruptos. Por suerte ya está completa, aún cachorra pero completa, no sabía pelear pero su loba si intimidar, además de que descubrió si increíble capacidad para correr, ella era rápida. Camino junto a su vestido marrón cubriendo su cuerpo, se lo había robado a una de las chicas que vivía cerca del alpha, tardo más de lo improvisto para sacarle el olor de otra loba para impregnarle su olor. Miró a los dos guardias que cuidaban matutinamente las puert
La luna salió, el sol se escondió y el hombre lobo estaba impaciente esperando por su mate, la chica que solo conoció unos minutos antes de que le prometiera volver para aclarar las cosas. El ruido de ramas partiéndose de manera desesperada lo alertó, era un poco lejos de donde estaba y no podía cruzar el limite que separaba la manada de ella con la tierra de nadie, suspiró y se tranquilizo, no era nada que le tendría que importar si no se trataba de la chica. Claro que eso se cumplió cuando sintió el exquisito olor que emanaba Alex, de pronto, la loba albina llego agitada a el, corriendo como si su vida dependiera de eso completamente despeinada, llegó a el y se desplomo en el suelo a sus pies, dejando su forma lobuna para quedarse humana, totalmente desmayada. El sin pensarlo la tomo entre sus brazos y comenzó a correr, reuniendo todas sus energías para llegar a su manada donde ella y el estarían a salvo, dejando atrás a los tre
Vi Loup se fundó cuando el padre de Derek mató al alpha tirano que gobernaba la mitad de las tierras que en la actualidad tenían. Su padre era un dios para los mayores de treinta años, pues todos los demás vinieron cuando la manada ya estaba más formada y con mucho más territorio, después de la muerte de Zen, el alpha tirano, muchos pensaban que la maldición se iría y volverían a un color normal de lobo. Pero no, la diosa luna sabía que había corazones malos en la manada y a pesar de estar castigando a inocentes, quería que esa lección la tuvieran en cuenta durante muchas generaciones. Pero se compadeció con la de Derek, quien esperaba que Alex se diera cuenta de que el no mentía, que sienta su olor como el lo hace con ella, los sentimientos que se revuelven a verla, su rostro y cuerpo incomparables, que sus ojos solo estén puestos en el. Pero aún no era posible, además se tenía que
En el bosque, muy contentos caminaban sin parar, ambos transformados en magníficos lobos el ying y el yang. La hermosa loba blanca, cachorra enamorada del lobo negro quien su divinidad mostraba en cada paso que daba. Blanca se acercó a el para empezar a olerlo, acariciando su cabeza y pecho con la suya para que sus olores se acoplen sin estar marcados. Ambos se miraron fijamente, el ambiente era bueno y muy familiar, pero la loba aún era una cachorra por lo que no se resistió a jugar, lanzándose contra el lobo negro tratando de taquearlo. Pero este con agilidad digna de un lobo con experiencia en las batallas, esquivó gran cuerpo peludo de la loba para salir corriendo a un lugar muy conocido para el. La loba divertida comenzó a perseguirlo, esquivando ramas y todo tipo de cosas que impedían acercarse a el, por unos momentos lo perdió de vista haciendo que aumentará la velocidad para alcanzarlo. El olor de el macho dejaba un ras
Después de una charla amena, Alex y Derek separan sus caminos y se dirigen a sus respectivos cuartos. La razón por la que estas almas no dormían juntos es por que Alex aun no estaba lista para estar en la misma cama que alguien, menos con un chico, y Derek entiende y apoya la idea de ir lo más despacio que ella necesite. Derek sabía que ella aún no sentía el vínculo con él, era normal…necesitaba marcarla para mostrarle que en realidad era el su alma gemela. Alex se dirigió a su cuarto, dando saltos por todo el pasillo feliz del grandioso día que había tenido hoy. Soltando una pequeña risa al recordar la cara sonrojada del lobo al ella responderle el coqueteo. Mientras tanto, el lobo rasgaba en su interior tratando de salir, pero no del control de Derek…si no de felicidad pura, quería aullar y demostrarle al pueblo que su mate le dio una segunda oportunidad que el no derrocharía p
Despertó junto a algo cálido y cómodo ¿Cómo no podía despertarse de buen humor teniendo a alguien junto a ella? Sonrió al ver como el gran brazo de Derek arropando su cintura fuertemente, pero claro cuando se despierta en las mañanas el deber llama. Por lo que, agarrando uno de los dedos de el lobo, corrió su brazo lentamente y sin despertarlo, saliendo de la cama corriendo directo al baño. Aliviada y con necesidad de volver a la cama junto a el, caminó de puntitas y se volvió a meter en la cama, abrazando el cuerpo más grande y escondiendo su cabeza en el pecho del contrario. —Princesa.—Susurró dormido, apretándola contra el—Desearía despertarme así todos los días.—Declaró dándole un delicado beso en su cabeza—Eso sería la gloria. Buenos días. —Buenos días Derek.— Devolvió el saludo tratando de separarse apenada, pero tal y como pred