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Capítulo 5. Estoy en el Gran Comedor de Hogwarts.

Dalila

Hasta su espalda es sexy.

Que desperdicio de espécimen. En fin.

- Me encanta su chimenea Alfa. Tienes una casa muy bonita. - Dije con sinceridad y tratando de aliviar la tensión que Jacob había causado.

Tal vez no estaba acostumbrado a ver a su padre con una loba y por eso su actitud. Ciertamente, yo tampoco estoy acostumbrada a ver a mi madre así; a ella solo le encantaba coquetear en casa y nunca la he visto ni siquiera abrazar a un hombre desde que papá murió. Y no me ves haciendo un alboroto por ello.

Madurez, le llaman.

El Alfa Gabe perdió un poco de tensión en sus hombros y me dio otra sonrisa. ¡Qué bonita sonrisa! Me pregunto si su hijo tendría una así de bonita si se sacara el palo del...

- Gracias, pequeña. Muse, nuestra cocinera, tiene otros talentos además de hacer el mejor pastel de chocolate de la ciudad. Ella estudió en el mundo humano para ser arquitecta, luego decidió que también quería ser decoradora de interiores. ¿Por qué se contenta con solo ser nuestra cocinera? Es un misterio para mí, pero mi estómago lo agradece...

Y hablando de estómagos, el mío acaba de rugir bastante alto. Sentiría vergüenza en este momento si no hubiera sido porque el estómago de mi madre también gruñó.

- ¡Por supuesto no hablemos de comida! Mejor pasemos a la acción. Si me siguen, señoritas.

Mi madre soltó una risita divertida y tomó directamente la mano del Alfa. Era una bonita imagen, me preguntaba si habría alguna historia ahí.

Seguimos al Alfa por el corredor hasta unas puertas dobles de estilo industrial.

Al abrirlas no estaba yo preparada para ver la cantidad de sillas y mesas por toda la habitación. Era ridículo, este edificio parecía más pequeño por fuera. Ahora parece que estoy en el Gran Comedor de Hogwarts.

- Por el momento solo estaremos nosotros, en media hora más o menos esto será una locura con la cantidad de personas entrando y saliendo. A la manada le gusta comer junta y los miembros que no pueden venir por alguna razón, Muse se encarga de llevarles comida.

En ese momento se abrió una puerta en el extremo de la habitación y entraron varias personas con carritos de comida. El olor me hizo salivar.

Me equivoqué, ahora si definitivamente estoy enamorada.

- Buenos días, Alfa Gabe. Buenos días, señoritas. He traído el desayuno, si gustan sentarse les serviré en un minuto. - dijo una señora mayor. Su pelo estaba recogido bajo una cofia,  por lo que ver su cara llena de arrugas y marcas de expresión por la edad me sorprendió.

Un hecho curioso de nuestra especie es que nos conservamos jóvenes sin importar nuestra edad. Me parece que nuestro cuerpo reduce su nivel de envejecimiento cuando llegamos a los 30. Entonces si un lobo tiene cerca de 60 años, nos veríamos como un joven de 38. Así que dudo que ésta persona sea una loba.

- Gracias Muse, huele divino como siempre. Por favor, tú y los chicos acompáñennos a desayunar- dijo Gabe mientras ayudaba a mí ruborizada madre a sentarse después de sacarle una silla.

Adorable, si no estuviera obviamente hipnotizado por mi madre le pediría una cita. No es que esté desesperada por salir con chicos, pero creo que mi castidad autoimpuesta comienza a ser ridícula al ver a tantos buenos especímenes.

Me senté rápidamente al otro lado de la mesa, de ninguna forma iba a comer viendo cómo mi madre "comía" Alfa. No quería vomitar preciosa comida, muchas gracias.

- Gracias, Alfa, pero aún tenemos mucho trabajo en la cocina...

- Oh ¡Vamos Muse! Tú y yo sabemos que a esta hora solo tienes que lavar trastos sucios porque has estado cocinando desde antes del amanecer. Solo ven y siéntate con nosotros. ¿O vas a dejar que esos pobres jóvenes mueran de hambre? Míralos, llevan esperando toda la mañana por un pedacito de pastel... ¡Pero si ese buen muchacho está por desfallecer!- dijo el Alfa Gabe dando una pequeña señal a los chicos para que le siguieran el juego mientras ésta volteaba rápidamente a evaluar a los "pobres muchachos".

No pude evitar soltar una carcajada al ver el lamentable espectáculo de los chicos. Parecían ser de mi edad, por lo que su actuación fue doblemente divertida.

El chico que "estaba a punto de desfallecer" comenzó a balancearse como si estuviera borracho mientras la chica a su lado hacía una imitación de un pez recién salido del agua: Abría y cerraba la boca, todo su cuerpo estaba rígido y sus ojos estaban mirando algún punto en el infinito; otro chico de cabello rubio subía y bajaba sus manos como si estuviera a punto de volar; por último, un chico con una playera que decía "Si pruebas una vez..." balanceaba su cabeza como siguiendo un ritmo imaginario mientras una de sus piernas subía y bajaba.

Definitivamente a los lobos no les daban clases de actuación.

-! Está bien! ¡Paren, bribones! Ayúdenme a poner todo en la mesa y comamos un poco de pastel- dijo Muse riendo con buen humor.

Los chicos se apresuraron a dejar las cosas en la mesa y enseguida me rodearon para sentarse conmigo.

- Hola, chica loba. Nunca te había visto por aquí- dijo el chico que quería volar.- Mi nombre es Evan y definitivamente quiero saber el tuyo.

-! Basta Evan! Ya te he dicho que no coquetees delante de mí... ¡Es grotesco! - dijo la chica pececito- Hola, soy Clara y este pedazo de asquerosidad con piernas es mi hermano.

Me dio un medio abrazo mientras colocaba un pedazo de pastel de tamaño gigante delante de mí. Fue en ese momento en que la hice mi mejor amiga en el mundo. Si me pidiera un órgano en este momento ni siquiera le preguntaría cuál, simplemente le entregaría el cuchillo con una sonrisa y que se sirva.

- Eres mi nueva mejor amiga, te amo- Dije mientras casi estampaba mi cara en el plato.

Los chicos rieron mientras yo me zampaba todo lo que podía poner en mi boca.

- ¡Modales cachorra! Juro que le enseñé a comer...- dijo mi madre desde el otro lado de la mesa. - Esto está delicioso, gracias Muse. Gracias Gabe.

-! Te amo Muse! ¡Te amo Gabe! - Dije con una sonrisa entre cada bocado.

Ellos solo me sonrieron. Me concentré en los chicos a mi lado y me presenté.

- Mi nombre es Dalila, ¿Cómo te llamas, chico borracho? Y ¿Cómo termina la frase de tu playera? - les pregunté a ambos.

- ¡Oh, Dios mío! Yo también pensé que parecía borracho- dijo Clara mientras reía abiertamente

- Quería darle un toque de dramatismo, no me puedes criticar. Tú parecías un pez poseído. - Estallamos en carcajadas. Todos estábamos de acuerdo. - Mi nombre es Dylan, un gusto cachorra.

- Mi nombre es Carl, y tienes que ver mi trasero para enterarte del resto de la frase de mi playera. - dijo dándome un guiño coqueto. - También puedo mostrarte los alrededores , preciosa y así puedes admirar... otras partes.

Era lindo, una mezcla entre geek y deportista con cabello negro y ojos grises, su cuerpo tampoco estaba mal.

- Puede que te tome la palabra si me das un recorrido por Wolf ´s school; al parecer mi guía se esfumó. No me emociona reconocer que estoy un poco perdida, creo que nos mudaremos hoy. - Dije comiendo otro bocado de deliciosa deliciosidad. Quizá le pregunte después a Muse la receta, no podía cocinar aunque mi vida dependiera de ello, pero seguro podía sobornar a alguien para que lo hiciera por mí.

- ¡Pero por supuesto que te enseñaremos la escuela!- dijo Clara lanzando dagas con los ojos a Carl.- En serio chicos, ni siquiera ha estado aquí 5 minutos y ustedes ya la están tratando como un pedazo de carne. ¿Por qué demonios sigo saliendo con ustedes?

Diversas variaciones de "nos amas" respondieron a la vez. Cosa que obviamente encontré divertida.

- Ya hablando en serio, si vas a entrar a la Wolf´s  school debes de tener... ¿Qué? ¿16?- dijo curioso Carl.

- En realidad tengo 17, en 6 meses cumplo los 18. Por eso estoy aquí, ¿La versión corta? No tuvimos una manada por un tiempo realmente largo, así que vinimos aquí a aprender a controlar mi lobo cuando eso sucediera. - Dije encogiéndome de hombros- No sé cuándo voy a obtener la marca de manada.

- ¡Eso es genial! Estarás con nosotros. No te preocupes, somos el grupo cool de la escuela. No ha habido nuevas marcas en la manada por un tiempo, pero se supone que es una ceremonia a la luz de la luna llena. Así que seguro que será hoy por la noche. ¿No es así, Alfa?- dijo Clara sin levantar la voz.

Alfa Gabe nos lanzó un pulgar arriba en nuestra dirección y luego volvió a su conversación/ comida con mi madre.

Vaya, el Alfa está en todo.

De pronto un alboroto se escuchó afuera de la puerta y comenzaron a llegar hombres, mujeres y niños. Las mesas se llenaron rápidamente. Mis nuevos amigos no perdieron el ritmo y terminaron de comer antes de que me diera cuenta. Dylan, que era el más cercano, pasó su brazo por mis hombros y me acercó a su pecho.

- Entonces Lila, ¿Vienes a un recorrido rápido? Acabamos nuestros deberes en la cocina y vamos a regresar a los dormitorios de la escuela a pasar el rato

-Claro, dejen que avise a mi ma...

Otro alboroto en las puertas del comedor atrajo la atención de todos.

- ¿Qué demonios...?

-¿Eso es...?

- Muse lo va a matar, está ensuciando todo su piso...

- ¿Pero por qué...?

Varias preguntas y exclamaciones de sorpresa seguían el camino de alguien. Estaré el cuello curiosa, pero no había necesidad, la gente empezó a abrir un camino directo para que pidiera ver a Jacob caminando a paso firme hacia la mesa en la que estaba.

La confusión me invadió, parecía que se acababa de pelear con algo porque estaba sucio y desaliñado. Su camisa azul estaba llena de tierra y sangre. Una lástima, esa camisa se le veía increi... ¡¿Sangre?!

Le Di un segundo vistazo menos lujurioso y más objetivo. Efectivamente, había bastante sangre en su camisa; su mirada era molesta mientras buscaba algo o a alguien. Lo que más me impactó fue ver lo que traía en sus manos. ¿Acaso era...?

- ¡Tú!- dijo Jacob cuando nuestros ojos se encontraron. Enseguida se encaminó directo hacia mí. De repente se detuvo en seco y dejó de mirar mis ojos para ver por encima de mi hombro y levantar un poco los labios.

¿Estaba gruñendo?

Un cadáver fue lanzado a la mesa y aterrizó con fuerza delante de mí.

-Tómalo- dijo Jacob- Tenías hambre.

Miré del cadáver a él horrorizada.  ¡¿Era está su idea de una broma?! Lanzar a un pobre conejo y esperar a que me lo coma no es mi idea de diversión. Este pedazo de basura estaba en mi lista negra desde ya. ¡Al demonio con su hermosa cara y su cuerpo delicioso! A partir de este momento le crecieron verrugas y se le encogió una pierna. ¿Qué le hizo el pobre conejo a este idiota?

Aún era demasiado reciente la muerte de Tambor, mi precioso bebé conejo. Fué un regalo de cumpleaños de parte de mi único amigo humano, Charlie. Charlie, desgraciadamente, se mudó poco después y desde entonces solo hablamos por videollamada y textos. Tambor fue un pobre sustituto de mi amigo y, sin embargo, lo llegué a querer como a ninguna cosa.

El veterinario dijo que se fue en paz, ya era demasiado mayor y no había nada que hacer. Eso fue hace 3 meses.

Que este bastardo sin corazón me arroje a este conejo es enfermo. ¿Qué tal si era su primo lejano? ¿Qué tal si tenía familia? ¿Qué tal si tenía a una linda conejita con la que quería pasar el resto de su vida?

Sin poder evitarlo, una lágrima salió de uno de mis ojos. Lo último que escuché antes de un colapso total fue a mi madre gritarle al idiota de Jacob.

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