Dalila.La situación no se veía para nada bien.Diana intentaba mantener a raya a los lobos que tenían cautivas a las cachorras, pero donde un lobo moría, salían al menos otros cinco para ocupar el puesto. Esto era una locura.Gracias a la madre, el trío dinámico, mejor conocido como nuestra “pareja” (o al menos hasta que tenga algo que decir al respecto, no es como si hubiéramos tenido un momento a solas donde nuestras vidas no peligraran últimamente) había llegado a ayudarnos un poco.Vi a la distancia que mis amigos se unían al grupo de Damián. Hace años que no lo veía y debo decir… que ya no sentía ni una pequeña chispa de sex appeal que había sentido de su parte en el pasado. Una lástima.*¿Cuántos lobos había allá abajo?*Un montón, al parecer.*¿No se suponía que estábamos casi extintos? Menuda broma.*Desinformación, solamente. ¿Tienes algún plan?*Ni uno. ¿Crees que si les digo que dejen de pelear y acepten tranquilamente su muerte, me escucharán?Suponía que una Diana sarcás
Brianna.Este Damián no me parecía el “invencible” Beta del que todo el mundo hablaba en la manda de Luna hace años. Quizá ya esté envejeciendo o quizá nunca haya sido la gran cosa. Como sea, necesitaba encargarme de él como David ordenó para poder volver a mi habitación y consumar el dulce amor con Jacob.Puño arriba, esquivar, burlarme un poco de su habilidad… esto se estaba tardando porque el jodido era bastante escurridizo.Evacuación, ahora. Encuentren a la hembra.David parecía bastante molesto al mandar el mensaje a través del enlace de la manada. Suponía que las explosiones distantes tenían algo que ver. Bola de inútiles, solo tenían que someter a una sola loba. ¿Acaso todo lo tenía que hacer yo?Cuando me uní a David me pareció que estaba demente, pero no fue por eso que me uní a su movimiento, sino porque me prometió que una vez que le ayudara a conquistar el mundo, me daría a mi pareja deseada como premio, una manada y todo el dinero que yo quisiera.David y Tomás tenían el
Dalila.-Eso es tan triste, pequeña. – Dijo mi madre derramando una pequeña lágrima que rápidamente se limpió.Habían pasado seis días desde el incidente en África. Jacob insistió en que fuéramos con él a la manada Garras de Luna mientras decidíamos qué hacer. Ciertamente, mi grupo y yo no teníamos un hogar al cual volver y no teníamos un plan.Mi pequeño hermano Gabe había congeniado muy bien con los cachorros de Clara, así que ahora se encontraban jugando en casa de los padres de Evan y Clara. Ellos eran unos abuelos muy felices; al parecer lo que pasó hace cuatro años había sido olvidado y los abuelos fueron conquistados por los pequeños traviesos. También estaban felices al saber que Evan y Bella les darían aún más nietos; no estoy muy segura de por qué Clara aun no les había dicho que ella igual estaba esperando una nueva camada.Mamá G y Papisuegro habían tomado una postura similar con Amelia y Dylan: Los recibieron con los brazos abiertos y Mamá G ya había inscrito a Amelia en
Jacob.La maquinaria y los lobos necesarios para cavar tardaron un día en llegar. Mientras tanto, Dalila ya había curado a los lobos de nuestro equipo, Damián ya se había encargado de los cadáveres y los ex cachorros del consejo fueron a buscar comida para todos.Llevé a un lado a Charlie porque necesitaba hablar con él mientras todo el mundo tenía algo que hacer.-¿Qué pasa, chico amante? – Preguntó curioso.-Solo quería agradecerte una vez más por salvar a mi pareja. – Dije con tono solemne.- No es necesario. Es como mi hermana menor. – Dijo con un gesto despectivo de la mano. – Aunque si te haré cumplir tu promesa sobre el pequeño y su nombre.-Lo haré. – Dije con honestidad.No sabía cómo decir lo siguiente y puede que me tardara un poco porque Charlie estrechó sus ojos.-¿Necesitabas algo más?-Si. Escucha, tú y yo sabemos que llevo años cagándola con Dalila…-Hasta el fondo. Nunca he visto a nadie ser más imbécil que tú. – Dijo encogiéndose de hombros.Ni siquiera podía enojarm
Charlie Cassian, once años después. Últimamente, me había comenzado a sentir raro alrededor de Amelie. El tío Dylan y la Tía Amelia insistían en que después de clases, o después de que nos trajeran a rastras desde el bosque a todo nuestro alegre grupo, comiera en su casa; me parecía extraño porque además de comer, ambos trataban de que Amelie y yo pasáramos tiempo a solas. No ayudaba a contener mis extrañas emociones y no me gustaba para nada cómo me hacía sentir cada que nuestros ojos se encontraban cuando no había nadie más cerca. Un día fui con mi madre por consejo y ayuda ya que me daba un poco de vergüenza hablar de estas cosas con mi padre. -Madre, ¿Tienes un minuto?- Pregunté entrando a su despacho en la Wolf´school. -Lo tengo.- Dijo cerrando un libro que estaba leyendo y prestándome toda su atención.- ¿Qué sucede, pequeño? -Yo… me siento inquieto.- Dije quedamente sin saber cómo describirlo. Mi madre elevó sus cejas y me hizo un gesto para que tomara asiento delante de e
JacobEstoy contando hasta diez muy lentamente para tranquilizarme.No tiene caso que me enoje y haga una escena solo porque una loba, otra vez, está extendida en mi cama ofreciendo sus servicios.Hace unos años hubiera estado feliz de aceptar la invitación, pero últimamente mi lobo está inquieto. Kell, como groseramente se presentó conmigo cuando cumplí los 18 años, está intentando tomar el control para despedazar a esta hembra que no respeta nuestro espacio.- No sé cómo entraste, no sé cómo entran todas pero por favor te pido que te vayas y que no vuelvas. - dije todo lo calmado que pude.- Alfa, ha sido un día difícil ¿Por qué no vienes aquí y te quito la tensión de tus... anchos y poderosos... hombros? - dijo la loba acariciando su cuerpo con sensualidad.Un escalofrío de repulsión me llenó el cuerpo. No podía creer que fuera la tercera vez en esa semana y ni siquiera era viernes.- O sales de mi cuarto por tu propio pie o dejo salir a Kell y que sea él el que decida cómo sacarte
Dalila.Hoy nos hemos levantado más temprano que de costumbre. Mi madre dice que hay que estar "extra guapas" para que sea más fácil de entrar en esta manada.Yo no quiero estar guapa, yo quiero dormir. No es que me cueste mucho estar presentable pues mi cabello rubio solamente necesita una pasada del cepillo, mi boca un chicle, mis piernas otro pantalón y! Boom! Sex symbol en camino.Lamentablemente, la ex reina de belleza conocida como Susie alias mi madre piensa de otra forma.Y manifestándose de las entrañas del infierno, digo, nuestra pequeña sala de estar entra a mi cuarto como un vendaval de Chanel no. 5.- ¿Aún no estás lista? Debemos de darnos prisa para alcanzar nuestro autobús... ¿Qué demonios traes puesto? - Dice desconcertada.Yo bajo la mirada para asegurarme de que todo está bien... y sí, sigue todo bien.- Pues ropa, obvio.La mirada que me da mi madre es a partes iguales de horror, incredulidad y resignación.- Dalila, hoy es un día importante. No solo para mí sino pa
Dalila.Cuatro alegres horas sentada en el autobús mágico en donde perdí el sentido del olfato hicieron maravillas con mi estado de ánimo.No es que me hubiera levantado de buen humor de todos modos y el alboroto que hace mi madre me está dando un poco de pena ajena.- ¡Mi primer hogar! ¡Mi niña conocerá sus raíces! ¿No es emocionante? - grita mi madre por quinta vez al señor de barba del asiento de alado.- Sigue siendo igual de emocionante que las primeras 5 veces que me lo dijo, señora - dice el hombre en tono enojado.¡Ja! El señor también está contando. Si no fuera como 50 años más grande lo invitaría a salir y ¿Quién sabe? Si me sigue el ritmo tal vez hasta le dé mi número.Mi madre sigue parloteando emocionada a todo individuo en un rango de 2 filas, mientras tanto me dedico a mirar por la ventana este nuevo entorno.Nuestra vieja ciudad, donde me crió mi madre, tenía un clima particularmente especial: Llovía.No esa tierna lluvia chipi chipi, más bien lluvia de la que inunda l